Paso #37: No dejes que te atrapen 2.0
La botella descansaba en medio de Leo y Jason, a estas alturas, ya medio vacía delante de ellos. Una canción de Train sonaba en la radio, y ayudaba a mantener un ambiente ligero y casi amigable entre los chicos.
"Casi" amigable.
Will Solace, rezumba tensión como un sol escupiendo rayos ultravioletas. Claro que, su rostro apuesto y atractivo, estaba adornado con una adorable sonrisa que sería digna de lucir el más puro de los ángeles del cielo, no obstante, cualquiera que lo conociera un poco, notaría a leguas la rigidez de sus músculos, y el aura de animosidad que llegaba hasta Andrew, como el aliento de un tigre en la nuca de un negrito africano, a punto de morir mutilado. ¿Qué hacía Nico al respecto? Nada más que empeorarlo.
— Yo nunca...— la voz de Frank se eleva esta vez, al mismo tiempo que su vaso. Para estas alturas ninguno de los chicos está completamente sobrio— ...Nunca he intentado espiar en el baño a alguna chica.
Leo es el primero en levantar su vaso con orgullo, luego Percy, que además se ríe al hacerlo. Jason niega con la cabeza y también toma un poco, casi decepcionado de sí mismo. Chris pronuncia un "hasta el fondo" y la bebida del vaso más cercano desaparece de su vista. Will, Andrew y Nico no toman. El primero de mal humor, el segundo por santurrón, y el tercero porque sabe jugar con los tecnicismos.
De vez en cuando, Nico miraba la cabeza rubia de Will, sentado delante de él, un peldaño más abajo. Habían pasado más de veintisiete minutos desde que el rubio acosador le había echado una mirada, desde que lo había abandonado por Andrew siendo más exactos. Esto, resultaba casi un récord para el rubio, récord que a Nico no le gustaba ni un poco; pero que no tenía de otra que aguantar, con muecas desdeñosas.
Él lo miraría, estaba seguro de ello, tarde o temprano; sus ojos azules cual canicas de muñeca de porcelana, se deslizarían hacia Nico para observarlo con absurda veneración y le daría una de sus tantas, tontas sonrisas, para después, volver a su modus operandi de Willis acosadoritis; porque siempre ha sido así, ¿no? Nunca ha sido otra cosa más que su molestia favorita. Así que, sí, cuestión de tiempo nada más.
Y si no ocurría, Nico lo "forzaría" a hacerlo.
— Ahora sí es mi turno—dice Percy, apoderándose de un nuevo vaso lleno del líquido mortal. — Yo nunca he nadado desnudo a la luz de la luna— él, por supuesto, es el primero en tomar. Esta vez Leo lo acompaña y luego Frank.
— ¡Ah! No lo esperaba de ti— Percy se muestra orgulloso de Frank y estira su puño cerrado, el cual Frank choca; una sonrisa reluce en sus labios. — Ese es mi hombre. ¿Cuántas veces?
—Un par de veces. Mi padre nos llevaba mucho de campamento — Frank se encoge de hombros— Lo malo eran las sanguijuelas... —empieza a reírse nervioso, y sus ojos se pierden en un recuerdo lejano mientras inicia a hablar y luego hiperventilar— Cuando quedaban impregnadas en tu piel, incluso entraban dentro de tu traje de baño y se quedaban cerca de tus testículos y mi padre tenía que quitarlas con un encendedor y entonces me quemaba y Clarisse se reía y reía...
Se obligó a dejar de hiperventilar, y alzó los ojos del suelo para repasar con la mirada a los chicos de su alrededor, que ahora lo miraban con expresiones que alternaban entre la preocupación y la diversión a su costa. Al final, soltó un suspiro largo. Su niñez y el resto de la vida de Frank, había sido muy dura. Soltó un último temblor, y dejó que el vaso volviera en manos de Percy.
—Yo nunca he llorado con la muerte de Mufasa — el azabache dijo, luego de un incómodo carraspeo para romper el silencio a causa de los traumas de Frank.
Luego la mayoría bebió, Will se quejó sobre por qué Frank no le pasó el vaso, ya que era su turno. Y la botella de licor quedó a un cuarto de líquido. La noche se hacía cada vez más vieja, pero a nadie se le estaba ocurriendo que era momento de irse, o mucho menos, hora de parar. ¿Qué mañana había clases? Bah, eran delincuentes, ¡ellos ponían sus propias reglas! Es decir, habían escapado del instituto con más seguridad del estado. Esto no era ni la mitad de grave. Con ese pensamiento dicho en palabras por la boca de Leo luego de que Andrew vocalizara sus preocupaciones, acabó la discusión, y en cambio, se le dio al nerd su turno en el juego.
El vaso en la mano de Andrew temblaba de vez en cuando, pero nadie conseguía saber si se debía a su nerviosismo, a que el aire de la noche estaba un poco frío, o a que se había pasado de tragos; si se tomaba en cuenta el nivel de tolerancia que la poca experiencia en consumo de alcohol le daba, la tercera era la opción más probable. Sin embargo, sus ojillos protegidos en cristal se quedaban, con frecuencia, mirando a Nico di Angelo con una admiración casi poética. De vez en cuando, el nerd tenía que quitarse los lentes que se empañaban con su propio aliento, para limpiarlos y volver a ponerlos en su lugar.
—La ropa de recluso te queda algo grande, ¿sabes? —Nico le comenta, cuando hubo notado que el dobladillo de sus pantalones era tan largo, que debía de arrastrarlos al caminar, — ¿No fuiste con la costurera en tu primer día, cómo es lo típico aquí?
—Lo hice — Andrew le contesta con suavidad, a la vez que agarraba una pelusa imaginaria de su pantalón—. Pero ese día, la señora estaba más preocupada tomando "medidas" más de las necesarias para los desnudos pectorales de Percy, así que, fui dejado a un lado y se me dio esto...
—Eso es injusto, — Nico frunció el ceño, su preocupación parecía tan genuina para Andrew, que lo hizo sentirse como alguien importante — Deberías ir de nuevo junto a ella, para que corrija su pésimo trabajo.
—Yo creo que...
—Podría acompañarte alguna vez, —continuó, aún con la mirada dura y decidida— puedo brindarte mi ayuda. Y aprovechar para pedir también nuevas camisetas, ya que las que tenía, desaparecieron sospechosamente de mi cajón desde el primer día... —sus ojos se deslizaron hacia abajo un segundo, luego, volvieron a mirarlo—. Avísame, un día.
Y Andrew sintió ganas de echarse a llorar en ese mismo instante. ¡Nico Di Angelo, ofreciéndose para ayudarle! ¿Cómo un simple mortal como él, podría ser merecedor de tal atención? Andrew siempre había admirado a Nico en secreto, ¿ahora? Lo adoraba solemnemente. Tenía las orejas rojas, y estaba tan asustado de arruinar el momento con Nico, que optó por no contestar más.
Aún así, Nico no hacía otra cosa más que alentarlo. Si era el turno de Andrew para decir un "yo nunca" el chico miraba a Chris con furia amenazante, para que no osara quitarle el vaso de nuevo, y eso, para Andrew, era tan placentero como cuando a las chicas un caballero multimillonario les abre la puerta de su convertible último modelo. Es decir, él era el nerd, y Nico el chico malo... Era como el cuento de la Cenicienta volviéndose realidad, el sueño americano.
Nico ya estaba empezando a entrar en crisis existencial por sentirse ignorado. En los viejos tiempos, esto no le molestaría, se sentiría un fantasma en medio de la noche y el más cool de todo el instituto, pero ahora... Quizá era debido al alcohol, tal vez era una consecuencia de la adrenalina adictiva que se había instalado en su cuerpo desde la fuga, pero sentía que si esos zafiros no volvían a poner su atención en él, fuera por las buenas o por las malas, terminaría por asfixiarse. Asfixiarse nunca era bueno. Por lo tanto, intentó concentrarse en lo que Andrew estaba a punto de decir.
— Yo nunca he olvidado poner mi nombre en un examen— dijo Andrew con su voz temblorosa y bajita. Todos lo miran, Will con especial desdén, como si lo que acababa de decir fuera lo más estúpido del mundo. Chris bufa, ante la inocencia del nerd, pero, en realidad, Andrew ya había comprendido en donde yacía la diversión del juego, y si había dicho lo anterior... bueno, tenía una buena razón. Él mismo lleva el vaso hasta sus labios y toma un largo sorbo, para luego hacer una mueca.
— Yeah— Leo lo apoya en medio de su ebriedad y aplaude para luego tomar del vaso más cercano. En vuelta redonda todos beben porque... ¡Vamos! ¿Quién no ha olvidado poner su nombre al menos una vez?
— Podemos beber los dos del mismo, ¿no? — Nico se asegura de que su voz suene grave y lleva su mano hasta que esta cubre la de Andrew, el nerd abre los ojos sorprendido. Luego se apodera del vaso y lo lleva hasta sus labios. Bebe el líquido desde el mismo lado del que Andrew bebió. Y sabe, o más bien espera, que tenga el efecto indicado en Will.
Esto era un beso indirecto, si no obtenía su atención con esto, ya no lo haría con nada.
Por su lado, el rostro de Fort se tornó completamente rojo, sus ojillos brillaron y sus labios se curvaron en una diminuta sonrisa. Una especie de suspiro tembloroso salió en su próxima exhalación de aire, cuando Nico se volteó momentáneamente, fingiendo que está pensando sobre lo próximo que dirá, pero mirando por el rabillo del ojo a Will. Solace no se perturbó en lo más mínimo. Su rostro se mantuvo inexpresivo, y su barbilla elevada en el aire. Él tampoco bebió esta vez.
Andrew estira sus brazos y coloca sus manos debajo de sus piernas, en un ademán infantil, mientras la sonrisa se mantiene en su rostro.
—Yo nunca he besado a un nerd— Nico ya perdió la paciencia y esto lo dice de mal humor. ¿Qué él se había conseguido su propia penuria? ¡Sí, ya lo sabía! Eso no lo hacía mejor. —Pero se me está antojando mucho hacerlo ahora— murmura después, sabiendo que las únicas personas que están lo suficientemente cerca para escuchar, son Will, y el nerd utilizado en cuestión.
Andrew lo mira estupefacto en respuesta, sin saber cómo proceder luego de oír aquella declaración, y Will; mueve su cuerpo a un lado como si hubiera recibido un puñetazo, pero aún así, no lo mira y Nico está pensando seriamente si era momento de preocuparse.
Percy se toma el resto del líquido que tiene en el recipiente en sus manos, de un solo trago, completamente orgulloso de ello, e incluso suelta un grito espartano después de tragar. Leo suelta otro "Yeah" en apoyo y lanza un puño al aire. Jason le da un golpecito en la espalda a Percy con orgullo y Frank ríe. Chris hace una mueca porque esta vez no puede tomar.
—Yo nunca...— inicia Chris, casi de inmediato. Esta vez se tarda un poco más en formular algo coherente, puesto que su mente ya está bastante nublada por el licor— Yo... Yo nunca... — su expresión empieza a entristecerse y sus labios se curvan hacia abajo— Yo nunca me había enamorado, en serio — termina de decir, y lo hace con tanto sentimiento que por un momento todos lo observan, como si no estuviesen jugando más, sino que simplemente acabara de abrir su corazón como un amigo, pero entonces él habla de nuevo— Pero ahora sí, así que tomo. — y vacía su vaso recién llenado.
—¡Salud!— Percy levanta otra vez su propia copa, luego de llenarlo hasta el tope y la toma sin dudarlo. Jason duda un momento y luego lo sigue. Un poco atemorizado, Frank levanta su vaso, pero Leo se lo arrebata y lo lleva hasta el cielo con la intención de luego tragarlo, sin embargo, se detiene a medio camino, al notar que Andrew ha vuelto a tomar el vaso que ahora estaba en manos de Nico, y ha empujado otro sorbo.
—Wow, wow, wow, wow— Leo se frena a sí mismo en seco, y sus palabras son tan ruidosas y enredadas, que todos se detienen también para prestarle atención— Wow. WOW. WOW
Por un momento, solo pocos han notado lo que pasó. Nico sí lo hizo, y mira al nerd con curiosidad, Leo se pone en pie y avanza hacia él, con su vaso en alto y su caminar haciendo una perfecta dramatización de Jack Sparrow.
—WOW. WOW. WOW— al parecer no sabe decir otra cosa. —WOW.
—¿Qué?— se queja Chris— ¿Qué, Wow, qué?
—WOW— insite Leo, con más efusión, pero ahora señala a Fort con el vaso— ¡WOW! ¡Exijo un nombre! Quierosaberya. — se balancea un poco— ¡Habla! Fort... Habla.
—Yo...— inicia el nerd.
—Habla... — insiste Leo, sin darle oportunidad, al chico, de terminar la frase— Estamos en confianza... dinos quién es esa chica, Andrew, dinos — y entonces, como amigas borrachas en pijamada, Leo, Percy y Frank se arrastran por el piso para estar más cerca, Leo se deja caer y pone una mano sobre su rodilla, e incluso Nico se aproxima aún más a Andrew, siguiendo su plan de recuperar la atención de Will; para estas alturas lo último que le falta, es pasar un brazo atrás de su espalda.
Para su sorpresa, Fort no se incomoda, sino que más bien se muestra confiado con su proximidad, como si se sintiera protegido.
¡Bien Nerd, colabora con el plan!
—Bueno... yo...— Andrew toma una enorme bocanada de aire, sus ojos pasan por todos los rostros de su entorno, iniciando en Chris, que lo mira como diciendo "está bien no ser correspondido, hermano", hasta Will, cuya expresión es más bien de "Si ese puto nombre empieza con N, tu tiempo de vida será brutalmente reducido a tres segundos". —Yo... No pueden decirle a nadie.
—No vaamos a decirle a nadie, amigo— Leo trastabilla, más que decir— Nadie, nadie, nadito en el mundo mundial externo yyyy interno.
—Yo...— Andrew también debe estar bastante pasado de copas, porque considera que Leo está en una buena condición para hacer esas promesas en nombre de todos— Hay alguien pero... Podría morir brutalmente por decirlo... No lo sé, yo...
Su respiración se vuelve poco profunda, y sus ojillos de ratoncillo no pueden dejar de ver en dirección a Will, como si este fuese a estrangularlo en cualquier momento. La penetrante mirada de Nico tampoco ayudaba mucho a tranquilizarlo. En eso, Percy suelta una risa burlona en forma de bufido, y niega con la cabeza torpemente, mientras intenta no caerse hacia atrás. Luego, al ver que nadie parecía entender su diversión interna, decide explicarle a sus amigos, apuntando a Andrew a la vez, con un dedo de la mano que sujetaba su vaso.
—No va a soltarlo, —dice— es demasiado cobarde incluso para eso. Pero da igual, apuesto que debe ser otra nerd del montón, nadie importante—. Finalizó, para luego llevar el vaso con líquido hasta sus labios y darle un par de largos sorbos
—Oh vamos, ratita, ¿Quién es? ¡No puede ser tan malo! — Chris le persuade, dándole un fuerte codazo a Andrew, a quien le provocó una mueca de dolor — Confiésalo con calma, y te prometo que nadie te golpeará. Yo mismo te protegeré de estos imbéciles.
— ¡Oye! — Frank le frunce el ceño — ¿Desde cuándo es malo enamorarse de algui...?
— Estoy enamorado de Drew Tanaka.
Percy escupió toda su bebida en la cara de Jason, quien no pudo protegerse a tiempo por el mismo estupor que lo atrapó al oír tal declaración. Percy empezó a toser incontrolablemente, y Jason lloriquea un poco por el alcohol en los ojos que ardía. Frank soltó un hípico agudo, llevándose las manos a la boca con una expresión de absoluto horror en su cara, como si el mismísimo diablo hubiese sido invocado.
En frente de Andrew, los ojos de Leo estaban abiertos como platos, y momentáneamente, se vieron sobrios entre la repulsión que su semblante no podía ocultar. Entonces, alcanzó la biblia que estaba en el suelo cerca de él con una mano, y con la otra, hizo una rápida señal de la cruz, aún con la faz perturbada.
—Dios, ampara a tu oveja más perdida.— susurró, abrazándose con la biblia en su pecho. — Es un buen chico, ilumínalo, por favor.
Y para finalizar el acto de tragedia dicho en breves palabras, Chris, con mirada pavorosa, alzó su puño y le dio de lleno en el costado de su estómago; provocando a Andrew un gemido de dolor.
—¡Auch! —Profirió indignado, y acercándose más hacia Nico, como si ese chico con acusaciones de asesino fuera mejor que Chris. — ¡Dijiste que me protegerías!
—¡Eso hago, pequeño idiota! —Chris le devolvió, aún mirándole con incrédulo espanto— ¡Te protejo de ti mismo!
—¡Espera! ¡¿Te gusta, esa "Drew"?! —Perseus exclamó, apenas hubo recuperado su voz, de pronto, la mayoría de los presentes se veían bastante sobrios a causa de la tragedia—. ¡¿Cómo es que un chico dulce y tierno como tú?! ¡¿Terminó enamorado de esa arpía?!
Las mejillas de Andrew se sonrojaron violentamente, pero por primera vez, Nico vio que no era a causa de la vergüenza, sino más bien, a causa de un gran enojo que iba aumentando a cada segundo.
—No la llames así —Murmuró, y a pesar de que su expresión era algo tímida y cohibida, sus ojos centelleaban con fiereza al defender a su amor platónico—. Es una buena chica...
—Sí, "muy buena" — ironizó Nico sin poder evitarlo, con el doble sentido pintando sus palabras—. Lo he oído también. Ese mismo adjetivo, pronunciado por varias bocas masculinas de varios grados menores y mayores del instituto —su voz adoptó un tono serio ahora, mientras le escrutaba el rostro—. ¿Estás consciente también de esos rumores?
—Sí. — Andrew contestó, a regañadientes y con la mirada en el suelo tímidamente, pero ni por un segundo, Nico se creyó que se estaba subyugando ante él. Y acertó: —Y, ¿sabes? También dicen que le chupo la polla a Chris para ganarme su protección, y otros dicen que tú eres un frío asesino sólo para satisfacer tus prácticas de necrofilia— alzó la mirada, no había temblor en su voz— pero ambos sabemos perfectamente la verdad, ¿no?
Nico gruñó complacido. Así que la rata cobarde, puede ser algo valiente y mostrar los dientes, si se trata de alguien querido. Nico estaba bastante sorprendido, y gratamente asombrado, a decir verdad.
—Sí, sí, los rumores pueden ser falsos, pero igualmente, —inició Percy, con voz dubitativa antes de terminar— Drew es bastante...
— Excéntrica —finalizó Jason, en un tono que daba a entender que lo que había querido decir era algo totalmente distinto. —Y su personalidad es algo...
—Cínica — Leo escupe, y mira a su amigo con preocupación.— Pero esto no es más que algo pasajero ¿no? ¿Drew? Como el amor platónico que sienten la mayoría de los hombres por Mia Khalifa, o sea, ¿no vas a...?
—Obviamente, no haré nada— Dijo el nerd, con los ojos abiertos con desconcierto.— Y aunque se lo dijera, es decir... — soltó una risa hueca — Me he visto al espejo, Leo, descuida. Ella es como la diosa Afrodita y yo solo un simple mortal. Peor que eso... yo solo soy una rata de cañería.
—Sí, bueno... — Frank le sonrió con algo de compresión, esto de los amores no correspondidos, formaban amigos instantáneamente por un tema en común. —Incluso Afrodita se enamoró de varios mortales según los mitos.
— Tampoco es raro — Añade Chris, mirando a Leo, preocupado de que vomitara encima de él. — Aunque sea una perra, de todos modos es sexy...
—Preferiría que no la llamen perra — susurró Andrew, bajito y temeroso, pero firme y seguro.
—Ya que estamos en esto, ¿saben quién es más caliente que Hazel Levesque? — Un murmullo de quejas se levanta de inmediato, y miran hacia Nico, con temor; sin embargo, el azabache estaba ya tan acostumbrado y metido en su propio problema con Will, que le valió un maní su comentario ahora—. Calipso. Joder. Sí que es caliente esa mujeeer, ¡y le metería toda la legua en la gargganta si pudiera! ¡Y más que eso! ¡Joder, y lo dije!
Chris bufó una risa burlesca, y exclamó:
—¿Ah sí? Pues Clarisse tiene la boca perfecta para...
—Por amor a todo lo que es sagrado, Chris, por favor, no termines esa frase. —Frank amenaza, y evita mirarlo para no sentir la tentación de molerlo a golpes. — O nuestro pequeño acuerdo de paz se irá a la mierda.
—Oooooooookay. —Leo los interrumpe de nuevo, y agarra la botella de licor en las manos, para observar con detenimiento el ¼ de litro que aún queda. —¿Quién quiere arriesgarse a un coma etílico ahora?
—Yo.
—Yo. —Nico y Will dicen al mismo tiempo, y por primera vez desde que se ha propuesto a ignorarlo, el rubio le regala una fugaz mirada de soslayo, que contenía todo el enojo que sentía por él. Al final, Will se levantó y robó la botella de las manos de Leo diciendo: — Dame eso. Beberé esto, y luego me iré, ¿ok? Y no escucharé tontas excusas sobre quedarme. Es mi decisión, y nada ni nadie me hará cambiar de opinión.
La pared sonó al ser golpeada con la espalda de Will Solace, cuyos labios estaban ahora siendo brutalmente devorados por la boca de Nico di Angelo. Sus cuerpos estaban pegados uno al otro, sin un solo espacio de aire en medio. En realidad, la pierna de Nico se había colado en medio de las de Will, y estaba ejerciendo fricción, en busca del resultado que conseguiría hacerlo sentir nuevamente bien.
Sin embargo, eso ni siquiera era realmente necesario. Desde el mismo momento en que las manos del italiano se aferraron al cuello de su camisa, de forma brusca para empujarlo contra la pared, Will olvidó por completo que estaba enojado con él. Sí, se hizo el difícil durante uno o dos segundos, pero luego su propio cuerpo lo traicionó, y ahora sus manos también estaban aferradas a la camisa de Nico, atrayéndolo con fuerza hacia sí.
Todavía recordaba a Will decir veinte minutos antes:
— La boca de esta botella será la ÚNICA, y ÚLTIMA, boca que tendré sobre mis labios de ahora en más. Nunca más, otra, boca en mi boca.
Fue una promesa solemne, y se había tambaleado, bebiendo en su lugar, sin mirar a Nico, orgullosamente. Casi se lo creyó. Pero bueno, digamos que Will tuvo poca fuerza de voluntad cuando Nico le pidió un momento para hablar con él, sobre "algo importante". Al principio se negó, pero cuando el chico muerte hubo pronunciado las palabras "por favor" en suave y delicioso acento italiano seductor, bueno, Will solamente aceptó su destino con hombría.
—¿Vas a... seguir... enojado... conmigo?— la pregunta, susurrada entre besos, suena ronca y complaciente, casi una caricia exótica para los oídos. Y Will siente como su cuerpo entero se derrite ante eso. No puede evitarlo, es como su propia droga afrodisíaca personal.
—Mhm— gruñe como respuesta contra sus labios, para luego soltar un suspiro, en el momento en que Nico muerde su labio inferior, estirándolo un poco.
—¿Sí?— pregunta de nuevo el pelinegro, con un amago de sonrisa asomándose en su rostro. Sus manos liberan la camisa, solo para enroscarse alrededor de su cuello y meter los dedos en medio de los rizos rubios. Esta vez sus labios apenas se aprietan contra los ajenos, se separan y luego repiten el proceso, creando soniditos chirriantes y húmedos; tentando pero negándose a entregar el verdadero paraíso.
— Mhm— Will no sabe si está negando o afirmando. Ni siquiera cree que pueda recordar el alfabeto, así que no intenta pronunciar una palabra coherente, sólo se limita a perseguir los labios de su chico, y cuando ya los ha asegurado, incrementa la intensidad del beso, introduciendo la lengua en la boca de él y enredándose con aquella que en tan pocos días ya parecía querer volverse su mejor amiga.
Mientras tanto, en algún lugar del sombrío instituto. Siendo más específicos en una habitación del estado mayor. El Señor D y Quirón se encontraban sentados lado a lado sobre un sofá cama, ambos mirando una película de Aquiles; con las piernas estiradas y los pies sobre una mesita de cristal, con un montón de cajas de pizza y latas de cerveza vacías. Ninguno de los dos conversa mucho, demasiado concentrados en la parte donde París la cagaba.
Entonces, suena. Primero es un pitido repetitivo e irritante. Como el latir de un corazón en una máquina de hospital. Y Dioniso lo apaga sin ver, con una sola mano. Quirón lo mira de soslayo, pero decide guardar silencio. El director del instituto agarra otra cerveza, y se rasca un lado de su nalga izquierda con la mano libre.
Pasan unos silenciosos minutos...
Y, de pronto, la máquina vuelve a sonar. De nuevo en forma pulsante, pero segundos después, se alarga, en un pitido firme y estridente que casi no tiene pausa. Dioniso y Quirón miran la máquina, con aburrimiento y pereza. Así que el director vuelve alargar el brazo para coger la máquina, le quita las pilas, y lo vuelve a dejar en la mesa.
Ambos se suman de nuevo en el silencio. Quirón suelta un largo bostezo, y observa en su reloj de muñeca que serán casi las tres, habló en voz alta:
—Es la hora del demonio. Tal vez esté haciendo un rito satánico ahora mismo, utilizando a un virgen como sacrificio. El señor Ares se enojaría mucho si Frank muere, ¿sabe? —miró a su jefe, esperando instrucciones, continuó: — ¿No deberíamos ir a verlo?
—Nah. — Dioniso se limita a contestar, con un gesto despreocupado de la mano. — Es un adolescente. Seguro sólo se está haciendo una paja.
Una risa juguetona que Will jamás esperó oír, se escapa de la garganta de di Angelo y prácticamente lo hace ronronear como respuesta inmediata. Sus entrepiernas se rozan una con otra, con descaro, como si nadie pudiera verlos. Lo cierto era, que justo en ese momento no les interesaba demasiado, ambos tenían el suficiente nivel de alcohol en la sangre como para desnudarse y balancearse piel con piel a la luz de la luna, en frente de todo el instituto.
Hablando de piel, las manos de Will decidieron que era un buen momento para colarse por debajo de la camisa de Nico, así que estaba acariciando su espalda y arañando de vez en cuando. Apretándolo, también, contra su propio cuerpo, cada vez más y más, como intentando fusionar sus cuerpos en uno solo. Nico no ejercía resistencia ante esto.
— ¡Hey!— gritó Leo, con la botella vacía en su mano, apuntándolos con la boca de ella— ¡No coman en frente de los pobres! ¡Ingratos desvergonzados!
Mientras tanto, Percy y Jason bailaban, unos pasos más allá, creando una coreografía improvisada para la canción que cantaba la vaca justo en ese momento, que resultaba ser, nada más y nada menos, que "Wannabe" de las Spice Girls. Justo antes de eso, habían creado un baile sensual para "Barbie Girl".
En una esquina, Frank y Andrew hablaban sobre temas místicos universales y sobre el pasado trágico y los traumas que ambos habían desarrollado a lo largo de sus cortas, pero trágicas infancias. El nerd tenía la teoría de que todo se debía a una combinación química al momento de sus concepciones, que había desarrollado una molécula adicional de glucosa dentro del cromosoma Y en sus ADNs, que los volvía susceptibles y potencialmente frágiles, de un modo u otro, ante los seres humanos poseedores de niveles desproporcionados de testosterona; lo que él llamaba: alfas.
Frank decía que todo era mala yuyu.
— ¡¿Qué es lo que se necesita en esta vida para ser feliz y correspondido en el amor?!— Leo seguía quejándose a gritos. Se aproximó a hasta colgarse de uno de los perfectamente tonificados brazos de Chris— ¿Qué es, hermano? ¿Qué nos hace falta?
Chris no contesta, sino que se queda mirando, con expresión mitad trastornada mitad envidiosa, el nudo de cuerpos en el que se han convertido Will y Nico a lo lejos, que, para este momento, ya no se puede diferenciar dónde empieza uno y termina el otro. Leo sigue su mirada y se pregunta si acaso esa sería la única opción restante. Si, tal vez, al cambiarse de equipo conseguiría encontrar a alguien con quien revolcarse libremente y compartir saliva y sudor de forma en concubinato escandaloso.
Se giró hacia Chris, y trató de observarlo con ojos homosexuales. Tenía buena cara, bonito bronceado, y sus brazos eran más grandes que sus propios muslos. ¿O exageraba? Ni siquiera recuerda qué día es hoy, y el piso se movía demasiado. Se hizo la pregunta del millón gay: ¿Sería capaz de chupársela a Chris?
No creía que valiera tanto la pena intentar.
— ¡Respiren!— grita de vuelta, en cambio, a los homos del fondo— Se van a atragantar, ¡cochinos! ¡BUSQUEN UN CUARTO, MALDITA SEA!
— ¡Oh!— de pronto Chris reacciona, como si alguien le hubiera pellizcado una nalga sin previo aviso. Leo incluso se fijó, por si acaso— ¡ESA CANCIÓN!
Por un momento, Leo no consigue concentrarse lo suficiente, detrás de la niebla de ebriedad en la que se encuentra, pero luego, al sentirse brutalmente sacudido por su hermano de chancla, hace un esfuerzo sobrehumano para afinar el oído e identificar que las Spice Girls terminaron de lucirse y ahora una melodía más lenta, pero conocida se abre paso en medio de su pequeña fiesta. Justo a tiempo.
Chris toma una larga inhalación, dispuesto a empezar a cantar cuando la sensual y talentosa Alejandra Guzmán esté lista, y Leo carraspea, despejando su garganta para poder acompañarlos, pero, se da cuenta, de que al ser una canción lenta, Percy y Jason han decidido que no es digna de sus sorprendentes pasos de baile, así que a Rodríguez sólo le da tiempo de decir la primera palabra antes de que ellos presionen el botón de siguiente.
—¡AMANECEEEER!— grita desesperadamente, más que cantar Chris, pero Alejandra ha dejado de cantar, y un rap de MC Hammer la sustituye— NOOOOOOOO— es la reacción inmediata de Chris, y esta vez Leo tambien grita a su lado.
—¡REGRESEN!— les ordena Leo— Regresenregresenregresen.
Jason y Percy los observan a ambos, con los ojos verdes y azules muy abiertos, sorprendidos en un gesto inocente. Ambos tienen las manos puestas sobre la vaca musical y no parecen comprender las órdenes de Leo. Pero, luego, Jason presiona un botón, por lo que la canción vuelve.
—A mi costado no es igual que estar contigo— la vaca parece tener memoria, por lo que la letra se salta un trozo de canción— No es que esté mal, ni hablar.
— PERO LE FALTA MADURAR— grita Chris de nuevo, adaptándose rápidamente. Sin embargo, por accidente, Percy baja el volumen de súbito y la vaca se queda callada de pronto— NOOOOOOOOO.
Jason lo soluciona rápido, vuelve a subirlo y deja el reproductor en el suelo.
—Blanco como el yogur— sigue Alejandra cantando.
—Así es Drew— solloza Chris— Y a quién maldita sea le importa. Ella no le llega ni a los tobillos a mi Princesa Guerrera ¿Por qué tiene que ser tan... SIN ESE TORO QUE TU LLEVAS EN EL PECHOOOOOO.
—Déjalo salir hombre, déjalo salir— Leo le da dos golpecitos en el hombro, mientras que le hace señales a Percy y Jason para que no se atrevan a tocar la vaca de nuevo, al menos no por el momento.
—FRAGILIDAD, DE FLOR— insite Chris— NADA QUE VER CON MI PERVERSA FAVORITAAAAAA.
Y sí, Leo comprende que para el resto de los presentes, la letra no tiene sentido porque no entienden ni una sola palabra del español. Pero él sí la entiende, y el dolor de Chris se le cala en lo más profundo del corazón, y por un momento siente la punzante necesidad de darle a Frank unos cuantos golpes para que, de algún modo, este haga que Clarisse le de a su ebrio hermano de chancla una oportunidad.
Luego recuerda que, ni conseguiría lastimar a Frank con sus golpes, ni Frank convencer a Clarisse de cualquier cosa, y se da por vencido. En cambio toma una larga inhalación y hace lo único que realmente puede hacer para ayudar en algo al pobre, enamorado e indefenso Chris Rodríguez: cantar a su lado.
—SIN TUS UÑAS ARAÑÁNDOME LA ESPALDA— cantan esta vez ambos, en coro— SIN TUS MANOS QUE ME ESTRUJAN TODO CAMBIA. SIN TU LENGUA ENVENENANDO MI GARGANTA. SIN TUS DIENTES QUE TORTURAN Y ENDULZAN YONOSIENTONADAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Percy y Jason los observan por un momento, mientras los dos latinos continúan cantando, cada vez más pegados el uno al otro. Luego comparten una mirada entre ellos dos y se encogen de hombros, dejando que los chicos disfruten de la canción, total no tardaría más de unos cuantos minutos.
—Hey... — se queja Percy al notar que Leo ya está prácticamente subido en Chris y solo las puntas de sus pies tocan el suelo— Pero si siguen así van a superar la intensidad de nuestro amor, bro, y eso no puede ser permitido.
—En cuando a eso... Creo que por allá, ya nos superaron, bro— señala Jason y Percy voltea a mirar hacia donde Nico y Will prácticamente, y ante sus ojos, están teniendo sexo sobre un peldaño, pero aún con la ropa puesta. Bueno... casi puesta. Las manos de ambos están demasiado ocupadas inspeccionando la piel del abdomen y espalda del otro, así que las camisetas estaban ya mostrándose como crop tops.
Escandalizado, Percy incluso llegó a ver movimientos pélvicos, mientras la mano de Will se posaba sobre el trasero de Nico para instarle un ritmo para ambos.
—Míralos, Bro, mira a esos malditos divirtiéndose. — El azabache siseó, entrecerrando sus ojos con odio—. Sin preocupación alguna por un embarazo prematuro, ¡já!
—Si— corrobora Jason, su mirada era una mezcla de anhelo y envidia—. Desgraciados afortunados. Ojalá también lo hiciéramos.
—HACER EL AMOOOOOR CON OTRO— gritan Leo y Chris y entonces, por cada "No" Rodríguez le da un puñetazo en el estómago a Valdez— NO, NO, NO.
—Sí... pero no vamos a hacer eso— se queja Percy— Aún mirando a Will y Nico. ¿Verdad, bro?
—No, bro— contesta Jason— Por más tentador que suene... ambos tenemos novias.
—Y no hay que arruinarlo, ajá— devuelve Percy.
—Pero... —Jason empieza,— por ti sería bisexual, bro. Eres muy atractivo, #nohomo.
—Owww, tú también eres guapo, #nohomo— asevera el azabache, mientras Leo empieza a llorar sin previo aviso, y Chris sigue cantando.
—LOS MECHONES DE SU PELO, CASTAÑO CRESPOOOO— Chris canta aún más fuerte que antes, y Leo, esta vez no lo ha acompañado, porque aún está tomando aire de los golpes del último coro y un sollozo amenaza por salir. Nota que ahora está cambiando ligeramente la letra, pero... ¿A quién le importa? — TUS CADERAS AFILADAS Y ESCURRIDAS— bueno, al parecer solo la cambiaba en las partes necesarias— ESA BARBA QUE RASPABA COMO LIJAAAAAA, Y TU SONRISA RETORCIDA, SON LO MEJOR QUE HAY EN MI VIDA.
— HACER EL AMOR CON OTRA, CALI— ahora sí se suma Leo— NO ES LA MISMA COSA, NO HAY ESTRELLAS DE COLOR ROSA
—NO DESTILAN LOS POROS DEL CUERPO— le sigue Chris.
—AMBROSÍAS SALPICADASDETEQUIEROS— ahora cantan de nuevo juntos, pero las palabras se confunden unas con otras cuando la letra empieza a tornarse difícil. A decir verdad, por más esfuerzo y dedicación que ambos están poniendo, solo el coro parece estar siendo pronunciado con palabras completas y existentes.
—HACER EL AMOR CON OTRA— gritan— NO, NO, NO. ES COMO NO HACER NADA, LADAFUEGO DADA MIRA..DAAAAAAAA.
—¿Esto es normal?— pregunta Andrew a Frank, y el chino canadiense lo observa sin comprender, sus ojos apenas y siguen abiertos y su cuerpo tambalea un poco— Yo nunca he tenido amigos, pero, ¿se hace esto en cada reunión?
—No hay reuniones, hombre— contesta Frank arrastrando las palabras— solo hay momentos. Y pasa lo que tenga que pasar.
—¿No se hacen planes?— repite el nerd.
—Nah— contesta Frank.
—¿Y cuando se acaba?— pregunta Andrew, después de un par de minutos de silencio— Tiene que acabar tarde o temprano, ¿no?
Sin embargo, no obtiene respuesta verbal, sino una tácita, ya que Frank ha sido el primero en sucumbir ante la adversidad, y su cuerpo yace ahora, estirado, en el suelo, con su boca ligeramente abierta y su respiración pesada volviéndose cada vez más ruidosa. Se había quedado completamente dormido.
Andrew suelta un largo suspiro, y viendo a Frank dormir tan plácidamente a su lado, de pronto también le entra sueño. No era nada sorpresivo, había bebido mucho y siendo su primera vez tomando licor, sus párpados le pesaban como cementos sobre sus ojos. Lo único que lo mantenía despierto era su típico estado de alerta, de rata prevenida para huir en cualquier momento. Pero estaba a salvo, ¿no?
Jason y Percy ahora bailaban un pegado vals en medio de la pista, con sus brazos rodeando al otro. La cabeza de Jason estaba sobre el hombro de Percy, y este tenía su mentón sobre su cabeza rubia. Leo comparaba distraídamente sus músculos con los bíceps de Chris, Frank seguía roncando, y ahora subió una pierna encima del regazo de Andrew.
Soltó otro bostezo, el mundo se balanceaba de costado y el peldaño parecía querer golpear su cabeza. Un momento después, se dio cuenta de que él era el que se había caído. Puso su mano debajo de su mejilla, y el tiempo se perdió para Andrew, solo supo que habían pasado un par de minutos por el cambio de música, de nuevo, en la radio.
—Oh, jojojo— rió Percy acercándose a ellos, con Jason a su lado, buscando algo en los bolsillos de su pantalón— Es el destino. — sonríe y mira a su amigo rubio, justo al tiempo en que Grace encuentra el marcador permanente y se lo entrega a Percy, como si fuera un arma para usar en una batalla.
Tal vez debería proteger a su nuevo amigo de traumas, pero Andrew sólo quería soñar algo bonito. Un minuto después, vio por el rabillo de su ojo a Jason acostarse junto con Frank, se balanceó un rato, y luego escuchó ronquidos. Acto seguido, Percy cayó de bruces y no se levantó más. La caída, dolería mañana.
Todo era tan cálido, y sereno, el mundo estaba cooperando para que Andrew cayera rendido al sueño. Así que, se dijo que sólo descansaría los ojos. Cerró los párpados. En algún momento, Chris terminó acostado y con la cabeza apoyada sobre su espalda, su brazo rodeó la cintura del nerd y susurró un dulce: "Mi Clarisse", antes de perder el conocimiento.
Andrew se quedó dormido con una pequeña sonrisa. Los bajitos y sensuales gemiditos y jadeos de Nico y Will, fue lo último que escuchó, y en algún momento de la noche, la pareja quedó dormida también, con Will rodeando a Nico como un pulpo muy pegajoso.
Despertó bruscamente con el chorro de agua inundando sus fosas nasales con violencia. Andrew se levantó de sopetón, y empezó a toser descontroladamente, mientras Chris se incorporaba con el mismo ímpetu que el nerd. Jason y Frank fueron los siguientes en sufrir el furioso chorro de manguera en sus caras, y con el susto, Frank cayó del peldaño y rodó los últimos que quedaban hasta el suelo, para luego soltar un quejido adolorido.
Esta era una agradable forma de despertar.
Andrew se limpió los ojos detrás de los lentes torcidos, y miró a su alrededor, con el temor haciéndose más fuerte en su sistema al darse cuenta que, (al comprobar los rayos de sol que entraban por los pequeños ventanales del gimnasio, y que ahora todo estaba muy iluminado) ya era de día. Habían pasado la noche aquí, y ahora había un jardinero haciendo de las suyas con una manguera, en el trasero de Percy, quien ya se había despertado; y un guardia se seguridad nuevo frente a ellos, mirándolos casi con reprimenda parental.
—Primero se escapan del instituto, ahora de sus dormitorios. Al menos debieron esperar a que pasaran unos días, ¿no creen? — suspiró el hombre, llevándose los dedos para acariciarse el puente de la nariz. —Ya, Cody, ya se han despertado, puedes dejar la manguera.
—¿Seguro? —el jardinero tenía un cigarrillo en los labios, apuntó con el mentón hacía las figuras enredadas de Nico y Will a lo lejos, (quienes se estaban desperezando lentamente y bajando sus camisetas levantadas) y añadió: — Ese par de allá parece que lo necesitan más que estos.
Las mejillas de Will se convirtieron en luces rojas como las de un semáforo, alzando la mano con hiperactividad, exclamó:
—¡Ah, gracias! ¡Estamos bien, muy bien! Prefiero las regaderas de los cuartos gracias, muy amable — y se echó a reír histéricamente, y se movió lejos de Nico, este tenía la cara de estar sufriendo una resaca voraz, que podría provocar un asesinato si alguien osaba hacer un ruido mínimamente fuerte.
—¿Quién es él? — Andrew preguntó a un casi despierto Jason a su lado, refiriéndose al nuevo guardia de seguridad. —Es la primera vez que lo veo...
—Es un policía de las Vegas. — Gruñó Jason, y vio su mano, que por alguna razón, estaba manchada con tinta de marcador. — El señor D lo contrató, supongo que hizo algún trato con él para dejarnos libres.
—Cody, puedes irte — ordenó, el nuevo guardia de seguridad al jardinero, que todavía se veía con ganas de tirar agua en el rostro de un adormilado Leo. No obstante, con aparente mal humor, se marchó. Dejando a los chicos, solos, frente al guardia.
—¿Estamos en problemas? —Percy fue el primero en pronunciar, tenía una marca de rotulador en su mejilla porque se había dormido encima de aquel que Jason le había entregado.
—¿Tú que crees? — El guardia le respondió irónico. Sus ojos vagaron por todos ellos, y luego acabó en la botella vacía de licor y en la santa biblia tirada en el suelo. — ¿Estaban hablando de Dios, con una botella de alcohol?
—Qué puedo decirle, señor — Leo fue el siguiente en hablar, zarandeando su cabeza para quitarse las últimas telarañas del sueño —. Somos hombres de fe. ¿No ha oído que la religión ha cambiado hasta a los hombres más crueles de la cárcel? ¡Estamos intentando ir por el buen camino!
—Así es, — Jason corrobora, y asiente con efusividad. Gesto que inmediatamente se arrepiente de hacerlo, porque sufre de un fuerte mareo y náuseas que escalan por su garganta. —¡Estábamos rezando y nos quedamos gemidos! ¡Digo dormidos! —Jason miró con nerviosismo hacia Nico, — nos quedamos dormidos como hermanos de fe, señor... señor...
— No nos hemos presentado aún, desde que estuvieron en mi celda, — sonrió el hombre, — Mi nombre es Cornelio Sánchez.
Chris soltó una carcajada estruendosa.
—¡Que asco de nombre! —Leo le dio un puñetazo en el estómago. — Uff, disculpa, pensaba en... quería decir, "assssombroso" nombre.
—Ajá. — Cornelio asiente, sin creérselo ni un poco, — ¿Sabes que es asqueroso? El castigo que el director les impondrá cuando se entere de esta pequeña "reunión de hermanos". Ni duden que estarán castigados hasta que les salgan canas.
Andrew soltó un sonido lastimero, al igual que Frank. El chino canadiense se había levantado del suelo hace unos segundos, y ahora estaba sentado con los codos sobre sus rodillas. El nerd no tenía la valentía de decirle que ahora tenía un nuevo bigote en forma de mostacho en la cara, y un pene dibujado en su mejilla. Un enorme pene con pelos en los testículos.
Los chicos estaban a punto de soltar quejas, Percy estaba preparando su mejor cara de foca bebé lastimada, pero entonces, Cornelio continuó:
—Pero solo si el señor D se entera, ¿verdad? — Y sonríe con jovialidad, las palabras metiéndose dentro de la cabeza de todos como el canto de ángeles. —Son las seis, si logran entrar de vuelta a los dormitorios del mismo modo en que salieron, pueden volver a clases como si esto nunca hubiera ocurrido.
—¿Eres un Ángel? —Leo soltó, mirando a Cornelio con ojos maravillados, y abrazando la biblia en sus manos con fervor—. ¿Eres un enviado del señor para estos pobres imbéciles... y para mí?
—Eres un gran hombre, —Frank pronuncia con alegría, y abraza la pierna del guardia en agradecimiento. —Gracias, gracias, buen samaritano.
—Quiero vomitar — Andrew se limitó a decir, su cara poniéndose de un peligroso color verde. — No me siento bien.
—Será mejor que vuelvan — Cornelio niega en gesto reprobatorio, y le pasa a Andrew un pañuelo de algodón que tenía guardado en su bolsillo — ¿Y saben? — continuó con voz tranquila, agachándose para agarrar la botella vacía de licor y estudiarla con ligero deseo— la próxima vez solo podrían invitarme un poco, ¿de acuerdo? Y quién sabe, tal vez podrían conseguir un buen aliado... — les lanza un guiño amistoso y los apresura a moverse para escapar del castigo.
Pasó #37: No dejes que te atrapen 2.0 sigue fallando de forma catastrófica, amigos. Seguimos haciendo algo mal. Vamos, otra vez, desde el inicio. Conseguiremos que no nos atrapen algún día, todo es cuestión de tiempo y práctica.
¿Quién está conmigo?
Al menos parece que no hay mala yuyu rondando nuestras existencias esta vez, ¿no?
Arte de justafanfangirling
Pregunta, ¿has dibujado o te han dibujado un miembro en la cara alguna vez?
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