Paso #3: Fortalece la alianza
Nos encontrábamos en una oficina espaciosa con paredes pintadas de color tinto y muebles tan caros que de seguro valían la mensualidad de cinco chicos problemáticos de padres ricachones con dos ventanas de vidrio detrás de la silla del Señor D, apenas le di una repasada con mis sensuales ojos y lo supe, era el lugar perfecto para mi misión. Aunque, claro que todos los lugares son perfectos para mi misión tratándose de mí. No hay tiempo que perder, el mundo necesita de mis servicios y yo no dudaría ningún segundo en cumplir con mi importante labor. Vamos Beauty Queen, salvadora del mundo, es tu oportunidad de mostrar tus habilidades.
Fija objetivo. Mirada penetrante. Hazlo. Tú tienes el poder, Beauty Queen.
Volteo mi cabeza para analizar a los sujetos. Sé que tengo buen material con el cual trabajar, de acuerdo podría tener mejor material, pero algo es algo. Junto a mí, se encuentra Leo Valdez, mi extraño, peculiar, grosero y casi insoportable mejor amigo. En realidad, estábamos aquí por su culpa, es decir lo usual.
Mientras el señor D habla, y su saliva cae por encima de nosotros como una camilla descompuesta cada vez que se acerca lo suficiente para gritarnos hasta hacer llorar nuestros cerebros, intento olvidarme de él y concentrarme en Leo. Bien, fijando objetivo. Listo. ¡Que comience el análisis!
Estatura promedio, latino, color de piel "canela sensual". ¿Cuál es su mayor defecto? Es demasiado torpe e hiperactivo, ¿Qué necesita? Alguien que lo ponga en orden, que lo obligue a comportarse bien, que lo haga entrar en razón. Una dictadora en su corazón. Una dominante que monte a ese caballo indomable.
- Maldito gordinflón asqueroso- dice claramente Calipso al otro extremo de la fila de sillas que creamos. - Le apesta el aliento a vino. Me he colado en bares menos olorosos.
Percy da un respingo y agarra la muñeca de Jason y Leo con horror presintiendo la inminente muerte que todos sufriremos como los grandes y buenos amigos que fingimos ser... Ja, ja, haciendo reconocimiento del espacio, la ventana más cercana estaba abierta a las nueve, si utilizo a Annabeth como distracción, mientras ella sea asesinada por el gordinflón, puedo saltar por la ventana y conseguir de nuevo mi jugosa libertad y...
-¿Qué dijo, señorita Bellota?- pregunta el señor D, la rabia no puede embargarlo más, su rostro esta tan rojo como lava ardiente que amenaza con salir del volcán y engullirnos a todos. Su mirada se dirige hacia Calipso y puedo asegurar que si tuviera rayos láser la chica ya estaría pasando a mejor vida - ¿Puede volver a repetirme esas palabras? Claro, si posee las agallas suficientes en decírmelas en la cara.
- Belladona, señor- lo corrige Calipso con calma. - Y dije que...
-Dijo que merecemos el castigo por nuestras faltas, señor muy respetado Director de esta renombrada institución. - Interrumpe Will en tono afable a su lado. Justo a tiempo. - Cualquier castigo que nos imponga, lo recibiremos con respeto y agradecimiento por su clemencia de no arrancarnos los dedos con unas pinzas de cables.
- No seas tan explícito. - Advirtió Annabeth en un susurro malhumorado. - Podrías darle ideas.
- Shhhh. - Chito Percy en su dirección, mi amiga le mandó una mirada iracunda.
- Shhh a ti. - Devolvió.
- ¡SHHH! - Él señor D les escupió saliva en la cara al mismo tiempo. - Para los dos. ¡Cállense ya!
- Quita esa mirada..., ¡que la quites Cali! - Advierte Will exaltado en tono impaciente y mandando miradas a hurtadillas hacia el señor D. - Harás que nos ordene cortar todo el césped del campo de fútbol, ya deja de mirarlo con ansias asesinas.
Sin embargo Calipso bufó y alzó el mentón con altanería subiendo a un nivel más con su mirada irritante y amenazante, el señor D lo notó, tal vez tenía un sensor especial para sentir las auras oscuras de los estudiantes, se acercó lentamente hacia ellos con los ojos entrecerrados, tuvieron una intensa guerra de miradas hasta que Will no lo aguanto más y alzó las manos, moviéndolas nerviosamente para luego empezar a farfullar una excusa con tal de que no lanzará a Cali en los calabozos.
En algún momento intenté juntar a esos dos. Calipso y Will están casi todo el tiempo juntos como la uña y mugre de mis pies. Solace sabe controlarla, calmarla, aunque él puede calmar hasta a Clarisse, ni idea de cómo lo hace, pero lo hace, MOMENTO ¡Paren el dragón un segundo!
... ¿Clarisse con Will? Mmmm...
Ñeeh creo que estoy fuera de control, porque allí no hay química de la buena. Clarisse terminaría aplastando a Will con un abrazo o algo peor. En fin, ¿en dónde iba? Cali y Will... Calipso también le da fuerza a Will, sin ella, al chico no lo respetarían tanto como lo respetan ahora. Además, parece ser el único humano de género masculino que Calipso soporta. Apuesto a que serían una pareja estupenda, pero los muy desgraciados simplemente no ponen de su parte.
Por otro lado... ¿Qué había dicho Belladona? ¿Qué el chocolate sensual y Solace eran rivales? ¡Oh por Dios! Eso significaba que... significaba que...(No entres en modo shipper loca, Pipes, no lo hagas, no grites cual desquiciada) oh, esto sería genial. Diamond vs Sunshine, luchando por el corazón indomable del Chico Sombra. Solo imaginármelo, me provocó calor, así que comencé a abanicarme la cara. Leo me miró y me dedicó su típica sonrisa conspiratoria, pero su mirada indicaba otra cosa, ¿problemas? ¿Más? ¿De qué me había perdido?
-No creo que sea necesario, señor D. Ha pasado un buen tiempo desde que decidí cambiar mi conducta "criminal", sus palabras finalmente me llegaron señor, lo hicieron, desde el fondo de mi corazón ha aparecido y comenzado una metamorfosis a causa de sus sabias enseñanzas.- Decía Will en tono solemne y alegre, sus ojos brillaban de admiración. - Estamos en una relación de confianza, en una etapa de nuestras vidas que...
-Dije que le dé la vuelta a sus bolsillos- ordenó el señor D, dando dos pasos hacia adelante advirtiendo que lo haría él mismo si no se apuraba. - Ahora, quiero que ponga todo sobre la mesa y también su fachada de niño bueno de paso.
Solace observó intensamente al señor D durante unos cuantos segundos y luego lanzó un largo suspiro derrotada, para finalmente obedecerlo. Entonces entendí por qué a Leo le parecía divertido. El rubio comenzó a sacar todo tipo de medicamentos de sus bolsillos. Pastillas, jarabes, gotas para los ojos, curitas, incluso un par de vendas. Además, un MP3 y sus auriculares. ¿Dónde rayos se metía tantas cosas?¿Hasta donde llegará su talento para meterse cosas?
- Le pondré corto circuitos a todos los botiquines de cada maldito salón. - Continua dando golpesitos nerviosos contra la mesa. - Y cada que identifiquen tu huella digital, te electrocuten con los voltios necesarios para que no puedas caminar una semana para no volver a robar drogas.
- Pero si son medicinas... - Comenzó con voz dulce y baja.
El director de la institución le dirigió una mirada a Will que solo podía significar una cosa: "Te pulverizaré". El rubio desvió la mirada hacia el piso y se mantuvo en silencio con los hombros caídos. En ese momento, Quirón entró a la oficina silbando alegremente como otro día casual en que el señor D amenazaba a sus alumnos.
El amable profesor nos observó a todos los que continuábamos sentados, uno por uno, luego miró al señor D, luego a los medicamentos sobre la mesa, y luego a Will con una ceja levantada (quien le devolvió la mirada y se encogió de hombros, como diciendo "ups"). Quirón se pasó una mano por los labios, intentando no sonreír.
-Señor, lamento interrumpir en medio de este asunto tan importante. - inició a decir, mirando al director- Quería informarle que ya tenemos definida la nueva organización de las habitaciones para los alumnos. - se acercó a cada uno de nosotros y nos entregó una hoja de papel en la cual indicaba con quien compartiríamos recamara este año. La interrupción del profesor, nos liberó de seguir escuchando los gritos del señor D.
De algún modo, Quirón siempre conseguía eso, liberarnos del viejo borrachín. Era el profesor más genial de todo este reformatorio, el único que de vez en cuando podría sacarnos alguna sonrisa, y el único que era lo suficientemente comprensivo como para entender los verdaderos motivos por los que estábamos aquí. Era el único que se daba el tiempo necesario para pensar en que tal vez no eramos simples criminales, sino que teníamos nuestros motivos para hacer lo que hacíamos. Como conseguir un sexy novio en mi caso.
- Tendrán que lavar los azulejos del baño de los hombres y las mujeres del segundo piso del edificio B. - Brama con un resoplido. - ¡Quiero esos azulejos tan limpios hasta que pueda ver mi propio reflejo en ellos.
- Si es así se romperán, señor D. - Exclamó Leo fingiendo preocupación.
El señor D agarró una de sus figurillas de delfín hechas de porcelana y la lanzó en su dirección, Leo corrió hasta la salida y el delfín se hizo trizas al chocar contra la pared.
- Fuera de aquí, ya no quiero ver sus horrorosas caras llenas de acné. - Con esa agradable orden, cada uno salimos de la dirección para seguir nuestro camino por los pasillos.
Nos quedamos en el pasillo con la puerta que daba al interior de la cafetería, ninguno aún quería enfrentarse a los ojos curiosos de los demás alumnos que estarían allí, cada uno empezó a leer su respectiva lista.
Vi que el trío de idiotas observaban con una sonrisa emocionada la lista de habitaciones y compañeros que les tocaba a cada uno, no había que ser muy lista para adivinar que todo había salido bien para ellos.
- iOh, miren, estamos juntos de nuevo! ¡¿Eh muchachos?! - Exclama Leo con una sonrisa torcida y mirada maliciosa. - El trío imparable de la tormenta marítima de fuego sigue por un año más llenando de temor y sensualidad a las muñequitas.
- Con un montón de nuevas terribles travesuras. - Murmura Percy a sus amigos con un guiño. - Seguiremos haciendo la vida imposible a muchos más.
Empezaron a chocar puños entre ellos, y dándose los cinco mientras echaban risillas cual pingüinos de Madagascar.
- ¿Tienes algún truco para eliminar el castigo del señor D? - Le preguntó Jason esperanzado.
- Lo siento muchachos, hoy habrá trabajo sucio. - Contesta en un lamento. - Y yo que pensaba que jamás volvería a ese asqueroso lugar.
Los tres chicos soltaron escalofríos y suspiraron con pesar.
Miré la lista que nos había dado Quirón. Se suponía que cada año se modificaban los compañeros en las habitaciones, para evitar que nos hiciéramos demasiado amigos entre nosotros, y empezar a formular estrategias de escape y/o atentados contra la institución quizás.
- Míralos, parecen o son unos completos idiotas de proporciones olímpicas. - Me dijo Annabeth apareciendo detrás mío con un pequeño tic nervioso en el ojo. - Será siempre una duda existencial. -
- Idiotas o no, Grace y Jackson son totalmente guapos y comibles en proporciones Olímpicas. - Hablé en un bajo tono casi soltando un gruñido, pestañeo un par de veces y dejó de mirarlos para preguntarle. - Por cierto, ¿con quienes te tocó sufrir este año? -
Annabeth echa un bufido. - ¿Por qué no lo averiguas por ti misma?
El instituto tenía una máquina que se encargaba de hacer el sorteo, se colocaban los nombres de todos los estudiantes en una bola de cristal con un mini ventilador (como si de la lotería se tratará) y los colocaban a todos ellos en tríos. Sin embargo, por alguna extraña razón, Jason, Percy y Leo, siempre terminaban compartiendo recamara. No estaba cien por ciento segura, pero apuesto un ship a que Valdez debía tener algo que ver en todo eso. ¡Que me corten los pechos si no era así!
- Asquerosa suerte de mierda. - Bufó Calipso desviado mi atención. - ¡Asquerosa vida que llevaré de hoy en más! ¡No me jodas!
Busqué mi nombre dentro de la lista, ignorando sus maldiciones. Solo esperaba que no me pusieran con alguna chica de mala calaña como Nancy Bobofit o algo así. Nunca fui muy exigente con respecto a eso, pero para todo existían límites, y había gente insoportable en el mundo. Cuando me encontré finalmente en la lista, grité de la emoción: ¡Compartiría habitación con Annabeth! ¿Podía ser esto mejor? ¿Podía tener mejor suerte?
- Ay Dioses, Ay Dioses... - Repetí mientras me acercaba a la pared y recostaba mi pared en ella para mantener mi equilibrio. - Piper McLean y Annabeth Chase y otra-no-importante. No puedo creerlo, ¿Afrodita habrá aceptado mi ofrenda de depilarme las piernas con cera un mes si me ponía con Annabeth? ¡Qué genialidad tan cruel!
Y acercándose lentamente recostándose por la pared, aparece Leo Valdez fingiendo normalidad mirándome intensamente con ojos saltones y luego a la hoja que tenía pegada en mi pecho. Sonrió satisfecho por mi reacción.
- De nada, acepto pagos de recompensa desde cheques hasta en efectivo. - susurró Leo inclinándose hacia mí muy disimuladamente. - Ya puedes iniciar con esos halagos que sé que te los estás guardando. -
- ¡Lo sabía! - Grité en un susurro forzado y quise lanzarme a abrazarlo, pero el olor a mierda que aún tenía me hizo alejarme un poco. - Tengo demasiadas deudas empezando a acumularse contigo, Valdez. -
- Tranquila, nena. - Chasquea la lengua con despreocupación. - También aceptamos como pago, si nos presentas con algunas de tus sexys amigas, especialmente a mí, Pipes, no olvides tus promesas chica. -
Negué rotundamente y coloqué una mano reconfortante en su hombro.
- Tranquilo amigo, estoy en eso, a cada segundo del día. - Confieso con seriedad. - Es un estudio minucioso de compatibilidad, Valdez, y además, al amor no se apura o se larga de tu puerta.
- Estaré en contacto. - Chocamos las manos y ambos volvimos con nuestros amigos, en mi caso con la amargada Annabeth.
- ¡Annabeth! ¡Seguiremos compartiendo habitación y chismes y tareas! - Chille emocionada zarandeado su brazo, ella miraba el papel con el ceño fruncido como si le hubiera tocado estar con una alimaña. De seguro miraba a nuestra tercera compañera, porque yo era estupenda. - Quita esa cara lúgubre compañera, pensarán que odias que te haya tocado estar conmigo.
-Cierto. - dijo Annabeth, ella no se notaba muy emocionada.
- ¿Qué te pasa Anni? ¿Ya no me amas? ¿Cómo llegamos a esto? ¿Qué le pasó a nuestro amor incondicional? - Demande con teatralidad- ¡Quita esa mueca, estaremos juntas!
- Y también con Clarisse.- añadió la rubia. Mierda, mierda y más mierda sobre cosméticos vencidos. Miré nuevamente la lista para cerciorarme de que ella no se equivocaba, pero a quién quería engañar, Chase nunca se equivocaba. - ¿Pero que clase de crueldad es esta?
Miré a Leo y la sonrisa se mantenía en su rostro. Su mirada claramente me decía: "Nada en esta vida es gratis, cariño". Lo fulminé con la mirada e intenté que entendiera una sola frase: "No te ayudaré con tus bromas de cuarta". El muy idiota se limitó a lanzarme un guiño.
- Tenemos que buscar a Frank ya mismo para pedirle consejos sobre como evitar que la Bestia nos coma en el primer día. - Digo haciendo una bola arrugada con mi hoja y lanzándosela a Leo que ni siquiera se inmuta - Ni siquiera yo, la persona más adorable del mundo sé que calmar a esa mujer.
-Parece que tú y yo, también compartiremos habitación- escuché la voz del chocolatito sensual, ella miraba hacia Calipso con una sonrisa, que para mi sorpresa, Calipso le devolvió- Oye, ¿sabes quién es Drew Tanaka?
Casi solté un chillido horrorizado cuando escuché ese vil nombre.
- La persona más insoportable que podrás encontrar en este mugroso lugar. - contestó Calipso con las aletas de su nariz moviéndose frenéticamente con furia. - Prepárate para una nueva y larga guerra civil, Hazel. Tendrás que cambiar esa actitud dulce ahora mismo, o te quitaré la sangre malvada que escondes a la fuerza en las venas. Porque la necesitarás... -
Hazel tragó saliva y la hoja casi se les resbala de sus dedos por el terror.
- ¿Qué tal te fue a ti Sunshine? - Lanzó la pregunta a Will.
El rubio se veía completamente perdido en las nubes rosas más altas que todos pudimos haber alcanzado alguna vez, luciendo una mirada soñadora y drogada, observando la hoja de papel que tenía en sus manos como si se tratase de una amante. Más que eso, el chico tenía tanto brillo en sus ojos, que parecía estar mirando su carta de libertad, la exoneración de todos sus servicios. Una carta de su padre que revelaba que lo vendría a sacar. Parecía que tenía en sus manos un certificado infinito para obtener drogas gratis en la mejor farmacia del país.
- Esa es la mirada. - Exclame a Annabeth quien mostraba confusión.
Tomando en cuenta que el señor D le acababa de quitar su "botín", no me hubiera extrañado que él estuviera "algo" molesto, sin embargo, se mostraba de lo más relajado, su sonrisa habitual se mantenía en su rostro, y al parecer no escuchó ni en un susurro lo que su amiga le acababa de preguntar.
- Oh, él compartirá habitación con Frank, lo sé ¿bastante suertudo, no?- intervino Leo, Calipso lo fulminó con la mirada, como si no pudiera soportar que el Latino le dirigiera siquiera la palabra. - Petición especial del Dragón Chino-Canadiense.
Will pestañeo una sola vez, y siguió en su mundo pensando en Cupido sabrá quién.
-¿Petición especial?- Repitió Annabeth mirando a Leo con desdén.
- ¿Petición especial? - La imita Percy en tono embobado. Annabeth lo fulmina con la mirada y ambos se enfrascan en una intensa pelea de miradas fulminadoras en la que solo existen ellos y nadie más a su alrededor. ¡Oh! Tratándose de matar el uno al otro, son tan tiernos. Amor en su máxima expresión. Con ellos iba a trabajar más tarde. Preste atención hacia Leo.
- Sí, Frank dijo: "Me gustaría que me pusieran compañeros de habitación amables esta vez, ya estoy cansado de que Clarisse termine enviándolos a la enfermería solo porque me hacen mala cara. - dijo Leo encogiéndose de hombros y haciendo una muy mala imitación de la voz de Frank- Aunque si hubiera sabido que el muy desgraciado no nos iba a defender de La Bestia hoy, no lo habría ayudado.
-Leo... -intervino Jason, su ropa ya se había secado, pero se había pegado sobre su pecho, dejando muy pocas cosas a la imaginación. Era una tableta de chocolate que yo quería devorar. Miraba la hoja por encima del hombre de Will y su tono era de enojo. - ¿Pero en qué diablos estabas pensando? ¿Anticipaste la traición de Frank y te vengaste?
- Yo no... ¡¿Qué?! - Leo Inquirió indignado. - Pero si Sunshine es el mejor compañero de cuarto que pude haber elegido para Frank, ¿quién dijo algo de venganzas?
-Will, despierta. - Intervino Calipso, chasqueando los dedos junto al oído de su amigo, quien verdaderamente parecía estar completamente ensimismado en la lista. - Sunshine, ¡Reacciona! ¿Estás tratando de preocuparme? ¡Voy a meterte los dedos por los ojos si no reacciones ahora mismo!
Calipso observó con frustración que Will solo meneo la cabeza en afirmación. Su sonrisa boba estaba ampliándose aun más, si eso era posible.
- Se le fundió el cerebro por el terror. ¡Te pasaste, Leo! - dijo Percy esta vez. - No puedo creer que le hayas hecho esto a Frank. Es bajo, es ruin, es cobarde... es... es... ¡Tenemos que hacer algo! Puede que esté un poco molesto con Zhang ahora, pero no podemos dejarlo morir. ¿Cómo se te ocurre ponerlo con el asesino?
-¡Que no es un asesino!- exclamó Will finalmente volviendo de su ensoñación- Si fuera un asesino, no estaría aquí. ¡Estaría en prisión con los demás asesinos!
-¿Has escuchado lo que dicen los rumores?- contestó Percy poniéndose serio. Andan diciendo por los pasillos que él siempre mata a sus compañeros de habitación mientras duermen. ¿Verdad, bro?
-Pues... no lo sé, bro- contestó Jason colocándose a lado de su amigo. - Pero, si es muy sospechoso que Di Angelo siempre termine quedándose con la habitación para él solo y sus compañeros desapareciendo al día siguiente.
- ¿Di Angelo? ¡No me jodan! - exclamó Leo confuso lanzándose sobre sus pestilentes amigos para quitarles la lista (la suya se había marchado en forma de avión de papel hace bastante rato)- ¿Cómo que di Angelo? Solo programé que quedará con Solace. ¡No puede tener tan mala suerte!
-Nico no es... - Inició a decir Hazel.
-Es normal que lo defiendas, chocolatito. - intervine apresuradamente, alguien tenía que poner orden en todo este caos. - Entendemos que tienes las hormonas calientes por él, pero esos rumores han rondado por todo el instituto desde que él llegó mucho antes que tú. - Entonces una idea entró en mi mente y mi cuerpo empezó a demostrarlo, no podía evitarlo, mis pies simplemente se movían solos cuando pensaba en este tipo de cosas. - Hay un montón de chicos que quieren salir contigo... ¿y si empiezan a desaparecer todos? Te imaginas a todos tus pretendientes degollados y desangrados cruelmente solo porque él quiere mantener tu corazón y...
-Piper ya deja de saltar. - me interrumpe Annabeth, colocando ambas manos sobre mis hombros- Das miedo...
La miré con un mohín. - Ustedes no entienden mi pasión por todo esto. ¡Me encuentro completamente sola!
- Bueno, al menos no es tan malo para Sunshine - Dijo Calipso en nuestra dirección. - Podrá seguir vigilando acosadoramente mucho más cerca a Nico ahora, incluso mientras duerme.
Will dio un respingo con su rostro poniéndose escarlata de golpe. - ¡Yo no voy a acosar a nadie! Ni lo he hecho, solo estaba... estaba...
- Aja...- Se mofa Calipso de él. El trío de idiotas los mira con curiosidad sin entender. - Pobre Hazel, estará muriendo de celos todo el tiempo imaginando si su novio habrá sido violado esa noche.
Hazel abrió los labios para articular un comentario, pero no puedo evitar interrumpirla por mi emoción.
- ¡Oh, es cierto! ¡Will ahora tiene la delantera! ¡Oh por Dios! Este combate aumenta de dimensiones cada vez con mayor intensidad. - Exclamo con ganas de hacer una voltereta.
- En realidad, Nico es... - Las puertas de la cafetería se abren bruscamente, dejando pasar a un Chino- Canadiense con las cejas y nariz muy fruncidas como si estuviera oliendo algo asqueroso, vira su rostro hasta encontrar al trío de idiotas que casi habían sido aplastados por la puerta.
- Sabía que este olor a mierda, me indicaría el camino hasta ustedes, traidores. - Rezonga dejando las puertas cerrarse por si solas, enmudeciendo el murmullo que se había introducido al abrir las puertas.
Leo dio un paso atrás temeroso, tal vez lo asustó los músculos que eran más grandes que sus dos piernas y brazos juntos, pero luego recobró las agallas y frunció el ceño.
- ¿Traidor? ¿Discúlpame? ¡Miren que descaro, muchachos! - Percy y Jason se cruzaron los brazos al mismo tiempo negando con desaprobación. - ¡Nosotros deberíamos decirte eso a ti! Te quedaste mirando mientras nuestras fosas nasales se llenaban de agua de inodoro. Tienes suerte de que no te pida un gran dineral para pagar a un psicólogo por mis traumas sufridos, solo me contentaré con tu leal servicio por un año.
Frank se había quedado patidifuso, su rostro se había convertido en el de un niño atrapado, con sus mejillas sonrojándose levemente.
- Yo... yo solo no podía. - Luego alzó las cejas con sobresalto como si se hubiera acordado de algo, volvió a fruncir su rostro esta vez con más enojo. - ¡No voy a caer de nuevo en tus juegos! Tú te llevaste la ropa interior de mi hermana, y solo recibiste el castigo que te merecías.
- Okay, okay no nos pongamos melodramáticos. - Se defiende Leo en tono despreocupado moviendo sus manos enfrente de su pecho. - Solo fue una pequeña bromilla para dar inicio a otro hermoso año estudiantil...
- Te metiste con mi hermana. - Acusa fulminado con la mirada. - Y ahora conmigo, pero ya mucho antes de que supieras que ibas a tener la cabeza en el retrete. - Mira en dirección a Jason negando esta vez hacia él con desaprobación. - Esperaba mucho más de ti, Jason Grace, no puedo creer que hayas sido parte de todo ese malvado plan.
Jason deja caer sus brazos y su rostro con arrepentimiento, Percy se apresura a llegar hasta él y darle suaves palmaditas en la espalda.
- Ya, ya bro. Sé qué, Frank no quiso ser tan cruel. ¿Verdad? - Lanza la pregunta al Chino-Canadiense.
- ¡Me pusieron con el chico muerte! - Exclamó con un escalofrío. - He oído que mata a sus compañeros metiéndole tarántulas por sus orejas para que no dejar huellas, y luego el cuerpo lo tritura y lo convierte en nueva carne de hamburguesa que luego vende en la cafetería.
Hazel se tapa los labios escandalizada ante eso, Frank la mira dándose cuenta recién ahora de su presencia. Su rostro se sonrojó extrañamente. Sospechoso. ¿Acaso...? No, Frank siempre había sido muy calmado, no se fijaría en la chica sensación del momento ¿O sí? ¿Será otro chico busca retos?
- ¿Pueden parar con los rumores de una vez? - Rueda los ojos Will. - Solo es un chico al cual le gusta la soledad y ha tenido suerte con ello.
-En todo caso, no fue nuestra culpa amigo. - Dice Leo sin fijarse que sus dos amigos detrás de él han empezado a charlar encerrados en su mundo. - En todo caso, puedo conseguirte algún tipo de herramienta que te pueda servir de arma para darle duro en la cabeza por si intenta aplastar tu cuello con sus pequeñas manos pálidas.
- No es gracioso... -
- ¿Qué demonios hacen ustedes dos allí atrás? - Suelta abruptamente Calipso mirando con una mueca.
Todos se giran para ver en la dirección en que miraba, y Leo también se dio la vuelta cuando notó que se trataba de sus dos amigos detrás de él que habían empezado a enfurruñarse entre ellos, subiendo cada vez sus murmullos más altos y molestos.
Percy intentaba abrazar a Jason, y este lo alejaba con enojo deteniendo como podía los insistentes brazos del azabache que parecían unos tentáculos de pulpos tratando de atrapar a su amigo rubio en un fogoso abrazo.
- ¡Qué no, te dije! - Lanzó Jason enojado a Percy, poniendo una mano por su cara y empujándolo con todas sus fuerzas.
- ¡Déjate querer, bro! - Le tienta el azabache.
- ¿Qué están haciendo? - Les pregunté interrumpiendo el momento.
Ambos se detuvieron repentinamente, sus brazos luchando contra el otro, uno tratando de alejarlo y otro intentando acercarlo, notaron con sorpresa que estaban siendo observados por todos nosotros, cada uno mostrando una distinta cara confusa y aberrante.
- Estamos teniendo un momento íntimo no gay aquí. ¿Les molesta? - Se encogió de hombros Percy y entonces se apartó lejos del rubio. - Es qué dijo que se sentía triste y quería animarlo. -
Leo se llevó una mano al rostro, en "face palm" y suspiro hondo rendido. - Me avergüenzan chicos. Ya hablamos de esto, miles de veces. - Comienza en tono de reprimenda. - Pueden tener sus momentos íntimos no gay. - Hizo comillas con los dedos. - Pero en la habitación y con las ¡cortinas de ocho centímetros de grosor puestas tapando las ventanas! -
- ¡No estamos haciendo nada malo! - Exclama Percy.
- Al menos tenemos más acción romántica que tú. - Se defiende Jason. Luego se pone pálido al darse cuenta de sus palabras. - ¡No soy gay!
- Golpe bajo, viejo. - Se golpea Leo el pecho.
- Definitivamente no eres gay. - Le digo a Jason, este me mira alarmado. - Yo siempre, siempre me aseguraré de recordártelo. - Termino con un guiño.
- Piper, deja de ofrecerte... - Me golpea Annabeth en la nuca, luego mira a Leo con enojó. - ¿Ves lo que le hiciste a esta chica? -
-Ya estaba así cuando llegó. - Se defiende el susodicho - Por alguna razón se lleva bien conmigo ¿no?
Antes de que pudiera refutar. Por toda la institución se oye las sirenas que marcaban que pronto las clases darían inicio. Sirenas como las que se utilizaba en las verdaderas cárceles, supongo que el señor D, si tenía algo de sentido del humor o tal vez quiso crear un ambiente reclusorio más real para tener la experiencia completa. Pero que amable, ¿no?
- ¿Qué significan esas sirenas? - Preguntó Hazel haciendo una mueca, era normal, ella aún no se había acostumbrado al ruido estridente como todos nosotros.
- Qué las clases comienzan en quince minutos, pero no tenemos porque apurarnos, por cortesía del Señor D. - Continúe en tono sarcástico. - No tendremos clases hoy, pero estaremos trabajando en los baños para cumplir nuestro castigo.
- Genial. - Suspira ella con mirada desolada.
- Bien, vayamos a ponernos nuestras ropas de carceleros para combinar con todo el lugar
Dos horas más tarde, estábamos todos nuevamente reunidos, únicamente que ahora estábamos frente a los baños que nos correspondería limpiar. Ahora estábamos vestidos con el asquerosamente horrible uniforme que nos obligaban a utilizar todos los días. Un pantalón naranja con el cual era prácticamente imposible mostrar mis curvas, sin contar lo difícil que era apreciar el trasero de los chicos con ellos. En la parte superior del cuerpo utilizábamos una camisa de botones del mismo color, la cual daba tanto calor que me daban ganas que quitármela frente a todo el mundo en los días de verano. Realmente parecía el uniforme de una cárcel. El señor D en serio se divertía haciéndonos ver como verdaderos reclusos.
-Odio estos malditos uniformes de mierda- decía Calipso mientras tomaba una esponja del balde lleno de agua y jabón que tenía al lado. - Oh mierda. ¿Quieres quitar esa estúpida sonrisa de felicidad de tu rostro, Solace?
Will se volteó hacia ella, pero en lugar de ponerse serio le sonrió con aún con más intensidad que antes. Podría jurar que vi pequeños soles brillando en cada uno de sus dientes, en serio, tuve que cerrar mis ojos porque la luminosidad me cegaba.
-Tu podrías ver el lado positivo de las cosas, Cali- contraatacó Will.
-Bueno a ella no la pusieron con el amor de su vida en la misma habitación- intervine intentando imitar la sonrisa de Will, el chico se sonrojó e intentó decir algo, pero lo interrumpí- Vamos Sunshine, no puedes ocultarme nada a mí. Este es mi negocio. Aunque tengo que ser sincera, aún no me decido por quien de los dos apostar. Sunshine versus Diamond. Es una disputa bastante ruda.
-De hecho...- inició a decir Hazel acercándose un poco a mí.
-Hey nena, ¿me alcanzas ese cepillo, por favor?- la interrumpió Leo unos cuantos pasos más allá. - Lo haría pero no quiero perder de vista esta asquerosa mancha de aquí
La chica se agachó de inmediato para obtener el objeto que el chico le había pedido, pero cuando lo hizo, se resbaló con el agua que se había distribuido a lo largo del piso, después de patinar durante algunos segundos en el mismo lugar, intentando mantener el equilibrio, se estabilizó y evitó caerse.
Tanto Leo como Calipso se aproximaron a ella para ayudarla a no caer y extendieron los brazos al mismo tiempo para sostenerla, lo cual causó que terminaran en una especie de abrazo entre los tres.
- Eso estuvo cerca hermosa, pudiste haberte roto el... - Leo calló abruptamente cuando notó la cercanía que compartía con Calipso. Una extraña mirada de admiración se colocó en ellos al estudiarla minuciosamente.
Cuando Belladona se dio cuenta de que estaba a centímetros de Leo, explotó y comenzó a lanzar gritos y gruñidos más atemorizantes que los de Clarisse en sus peores días.
- Cómo te atreves a tocarme con tus inmundas manos, elfo de mierda. NO TE VUELVAS A ACERCARME A MÍ... - La chica se descontroló tanto, que ni siquiera el sonido de la sirena avisando la salida al receso, la silencio.
Era aterrorizante, no puedo ni siquiera recordar dos frases completas entre todos los insultos que estaba gritando. Percy y Jason dieron varios pasos hacia atrás. Annabeth se cruzó de brazos y se recostó contra la pared observando el espectáculo.
- En momentos como estos extraño mi celular y la cámara. - suspiro con pesar.
Miré hacia donde estaba Will y compartimos una señal, él inició a aproximarse para calmarla, sin embargo Calipso tomó un balde con agua del suelo y se dispuso a lanzarselo a Leo.
- PRIMERO DEBERÍAS AL MENOS BAÑARTE PARA ESTAR A CUATRO METROS DE MÍ...
Hazel fue más rápida y le quitó la cubeta antes de que ella pudiera hacer el movimiento final, pero eso no la detuvo. La chica se lanzó sobre Leo, como si quisiera ahorcarlo.
- Déjame en paz, loca, no me acercaría a ti ni aunque me dieran un Ferrari... - La voz de Leo se cortó abruptamente en arrepentimiento.
- Mis condolencias por tu amigo. - Susurró Annabeth hacia Jason. - Nunca me cayó bien, pero es lamentable la manera en que morirá.
Jason abrió los labios para articular algo, pero la voz iracunda de Calipso lo interrumpió.
- Tú... Tú... - Tartamudeó Calipso. Eso fue la gota que colmo el vaso. - Él salió corriendo después de dar un grito de terror. Calipso empezó a correr detrás de él y todos nosotros los seguimos como si tuviéramos algún tipo de reacción magnética.
- ¡Espera Calipso, recuerda que matar es ilegal! Matar a mi mejor amigo es incluso mucho más ilegal, lo dice en la constitución. - Jadee sin esperanzas. - ¡Déjame al menos despedirme! -
Antes de darnos cuenta, ya estábamos en medio del pasillo. Muchos estudiantes, caminaban saliendo de sus clases, para dirigirse a una nueva e iban murmurando y cotilleando entre ellos.
- La despechada tiene otra víctima, ¿has visto? - Dijo uno.
- Hasta aquí llegó el trío tormenta marítima de fuego - Contestó el otro. - Ahora solo será el Dúo tormenta marítimo, como que ya no tiene el mismo peso.
Entonces, la multitud empezó a acumularse, ya no podíamos apreciar exactamente donde estaban Calipso y Leo. No podía saber si mi estúpido mejor amigo seguía con vida o si debía empezar a buscar mi ropa negra para verme bella en su funeral. Jason caminó varios pasos y se detuvo de pronto. Percy, quien iba justo detrás de él, no pudo detenerse al mismo tiempo que él y por lo tanto chocó contra su espalda, pero el efecto rebote hizo que se inclinará hacia atrás, empujando así a Hazel.
El chocolatito sensual aún traía consigo la cubeta con agua que le había arrebatado a Calipso anteriormente, y el impacto de Percy contra ella causó que ella perdiera el equilibrio. Noté como se quedó únicamente con dos opciones, lanzar la cubeta y mantenerse de pie, o caer al suelo con todo y cubeta. La chica eligió la primera opción. Gran error.
- Vuela alto... - Dijo uno en tono bobo, observando la cubeta voladora.
Todos apreciamos, casi como si pasara en cámara lenta, como la cubeta volaba en el aire, despacio, como si de un baile se tratará y fuera una bailarina de ballet realizando su voltereta final. El balde termino por estrellarse en la cabeza de alguien, pero no era cualquier persona. Ni siquiera sabía si era una persona completamente o algún tipo de bestia que poseyó su cuerpo.
¿Podía tener la pobre Hazel tan mala suerte? ¿Podían estar las moiras más en su contra? ¿Podría ser posible que tendríamos dos funerales en vez de uno?
- Fue sin intensión, estaba corriendo, choque con Percy, y yo estaba por caer, y tú estabas ahí ¿una horrenda coincidencia? - Farfulla Hazel desesperadamente alzando las manos inútilmente frente a su pecho. - ¿Podemos resolver esto con calma como los individuos pensantes y razonantes que somos?
Regla n° 1: No se puede razonar con la bestia.
Un gruñido gutural se escuchó por todo el pasillo, rompiendo los timpanos de varios (los míos incluidos) al tiempo que una Clarisse La Rue muy enojada y sumamente empapada, se lanzaba contra Hazel Levesque.
- ¡Voy a arrancarte la piel capa por capa! - Sus pasos resonaron en el suelo.
- HAZEL, CORRE. - Grité helada en mi lugar.
La vista no fue nada linda. La Bestia era al menos tres veces más grande que Hazel, al menos seis veces más fuerte y al menos diez veces más peligrosa. Todos queríamos ayudarla, salvarla de una muerte tan trágica, pero ¿que podríamos hacer? Nadie estaba tan loco como para meterse en medio de una embestida de la Peligrosa Bestia.
Cuando Percy y Jason se despertaron finalmente de sus trance de terror, ya era demasiado tarde para ayudar.
Justo cuando faltaban muy pocos centímetros para que el puño de Clarisse se estrellara contra la cara de Hazel, una mano pálida pero firme la interceptó. Se escuchó un ruido sordo, de puño contra palma, y entonces todo el lugar se quedó en silencio. El único ruido que era apreciable era la respiración agitada de Clarisse y los pequeños gruñidos que salían de su garganta cada vez que exhalaba.
Todos dieron un paso atrás, incluyéndome, cuando apareció como si hubiera salido de las sombras.
- Yo no lo haría si fuera tú. - dijo una voz que todos habíamos escuchado muy pocas veces en el tiempo que él llevaba aquí. - Apartate de ella.
- Este no es tu asunto, Di Angelo. - gruño Clarisse aun con su puño haciendo fuerza contra la palma de Nico di Angelo. - Sal de mi camino o irás en el mismo lugar en que mandare a volar a esa estúpida.
Una mueca casi imperceptible se colocó en su rostro.
- Lárgate, ahora. - Insistió di Angelo, su voz sonaba baja pero amenazante. Verdaderamente escalofriante si me lo preguntaban a mí. Entre él y Clarisse hubo una pelea de miradas durante unos cuantos segundos, que parecieron horas, pero al final, la bestia decidió retirarse, quizá porque no quería un enemigo que podía enviarla a la tumba en cualquier momento, o quizá porque era la única persona en el instituto que no le temía al Chico Sombra sino que lo respetaba.
Durante un par de minutos el silencio se mantuvo a lo largo del pasillo, mientras Clarisse se alejaba con paso violento por en medio de la gente. Pero luego di Angelo se volteó hacia Hazel, y entonces el verdadero infierno se desencadenó.
- Che cosa è questo?- bramó el Chico Sombra, hasta ahora no se me había ocurrido que fuera italiano, pero eso simplemente lo volvía aún mejor, ahora todo esto se convertía en un romance mafioso italiano con toque de seducción oscura. Todo sería perfecto sino fuera por el pitido espantoso que empezó a soltar ese collar de acero en su cuello- Sei pazzo? ¿Clarisse? ¿En serio? ¿NO SABES CUIDARTE A TI MISMA Y VIENES A VIGILARME A MI? Andare all'inferno!
Hazel se quedó allí parada, pálida con aspecto de corderito degollado, incapaz de soltar alguna palabra, sus ojos se habían puesto peligrosamente brillantes.
Cuando el pitido fue tan intenso que varias personas se cubrieron los oídos, el chico se marchó por la dirección contraria que había seguido Clarisse, no sin antes lanzarle una última mirada a Hazel. Fue como un golpe directo al corazón del chocolatito sensual.
¡Oh por Dios! Eso había sido demasiado intenso, había sido perfecto, había sido romantico nivel Romeo y Julieta. ¡No! Mejor, mucho, mejor.
-¡Oh por Dios!- exclamé en medio del silencio, corriendo hasta ponerme a lado de Hazel, todos me lanzaron miradas de fastidio, pero las ignoré sin inmutarme. - ¡Está muerto por tí! Lo está completamente, moriría por ti. ¡Es tan romántico!
Hazel dirigió una mirada mitad triste mitad molesta hacia mí y habló con ímpetu.
- ¡ES MI HERMANO!- dijo, rompiendome todas mis esperanzas shipper. Sentí que todo se desmoronaba a mi alrededor, tantas posibilidades... tantos planes, ahora eran desechos, arruinados y acabados. Pensé seriamente que mi trabajo iba a bancarrota en picada.
-Mierda- me quejé, cruzándome los brazos y soltando un bufido. - Es una lástima que no apruebe ni me guste el incesto... Qué lástima.
O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O
Amer: *mira el final* cuanta intensidad. RLkinn apuesto que cuando escribes a veces empiezas a hablar como loca fingiendo ser tus personajes... ¡Ya viene Percabeth!
RLkinn: Wow *se abanica la cara* Nico es taaaan sexy... Y de hecho, Amer, sí lo hago. Mi mami piensa que estoy loca :(
Amer: *se le cae baba al pensar en solangelo* RLkinn aquí viene aquí viene...
RLkinn: Dejalo salir, nena... ¿Lo hacemos juntas?
Amer: *explota* SOOOOOOOOOLAAAAAAA
RLkinn: NGEEEEEELOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Amer: *muere de ataque fangirleo* AHUAJSNDIKFMU...
RLkinn: Mmmm.. ok... tengo que revivirla, así que... Esperamos que les gustara el cap, dejen sus comentarios y... Besitos :*
Nos leemos pronto ;)
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