Paso #2: Consigue aliados
Paso #1: No dejes que te atrapen = Fallido.
Corrección: Exitosamente Fallido.
La mano de mi hermano arrastrándome con fuerza, con furia, me hizo sonreír. Puede que me esté volviendo loca, no lo sé, pero sentirlo aquí, al fin frente a mí, me lleno de orgullo. Por fin había conseguido lo que planee, me atraparon, me castigaron, me enviaron a este instituto, y ahora, al fin, lo tenía de vuelta. La primera parte de mi plan al fin se había culminado, estábamos un paso más cerca del objetivo final.
Cuando nos detuvimos, afuera de la cafetería, estábamos en medio del jardín. Había varias mesas estratégicamente distribuidas a través del lugar. Varias personas pasaban alrededor, sin embargo, no se acercaban a más de dos metros de distancia de nosotros. Mi hermano tenía ese efecto desde que pasó lo de Bianca. Su aura, su esencia misma, mantenía a las personas alejadas. Una sola de sus miradas era más dolorosa que un puñal clavado directamente en tu pecho.
Pero yo recordaba a mi hermano feliz. Lo recordaba riendo, jugando conmigo, corriendo de un lado a otro. Si cerraba los ojos y me concentraba lo suficiente, podía recordarlo con expresión jovial, hablando sin parar sobre las cosas que amaba, con sus ojos brillantes de emoción cada vez que me explicaba algo nuevo. Su voz, hermosa y cálida aun resonaba en mis oídos, en forma de recuerdo.
Volví a la realidad cuando el zarandeó mi brazo. Justo ahora en su rostro no se reflejaba ningún tipo de júbilo, sus ojos no brillaban con emoción y su voz estaba muy lejos de ser cálida. De hecho, todo en él irradiaba enojo, odio y frustración, de no haberlo conocido de antes, probablemente estaría sintiendo escalofríos.
-¿Qué demonios crees que haces aquí, Hazel?- fueron las primeras palabras que me dijo. Al parecer él no estaba tan feliz de verme, como yo de verlo a él. Aun así, en mi estupidez causada por mi emoción de verlo, sonreí, una sonrisa que claramente podría competir con la de Will Solace, me abalancé en las puntas de mis pies y me aferré a su cuello confiando que podría contagiarle un poco de mi alegría.
-Vine a sacarte- contesté, intentando transmitirle toda mi confianza en mí infalible plan- Me costó mucho entrar, pero ahora que estoy aquí, escaparemos juntos. Ningún viejo gordinflón se interpondrá en nuestro camino.
Él sostuvo mis muñecas y me alejó, traté de ocultar rápidamente mi dolor por su rechazo. La mirada que se reflejó en su rostro justo en ese momento, me hizo darme cuenta de que para cumplir mi plan, tendría que enfrentarme a alguien muchísimo más peligroso que ese viejo gordinflón. Si mi propio hermano estaba en mi contra, esto iba a ser difícil, muy difícil.
-¿Hiciste que te metieran aquí?- me preguntó, intentando contener la rabia, no lo hacía muy bien- ¿A propósito? ¿Acaso estás demente?
-Solo lo hice para poder ayudarte a escapar- dije convencida de mi punto- Desde afuera no podía hacerlo, pero ahora que estamos los dos juntos...
-¡ESTAS DEMENTE!- estalló- ¡NO PEDÍ TU AYUDA, HAZEL!
Fue como si me hubiera tirado un balde de agua helada en la cara, sin embargo me recuperé rápidamente.
- No es necesario que me lo pidas, soy tu hermana, para eso servimos los hermanos para ayudarnos entre nosotros. - Insistí manteniéndome firme ante su mirada intimidante. - Solo quiero sacarte de aquí-
-¿No puedes defenderte a tí misma y quieres ayudarme a mí? ¿Y QUIEN DEMONIOS TE DIJO QUE YO QUERÍA SALIR?- exclamó él, sus ojos mostraban más ira de la que lo había visto usar en toda su vida. El aparato en su cuello, ese horrible aro de acero, comenzó a emitir un pitido agudo, una luz roja parpadeaba en él. Con forme más hablaba, con forme más se molestaba, el pitido incrementaba. - ¿Por que no dejan que me pudra en este lugar? Estoy mucho mejor aquí, alejado completamente de todos, alejado de sus disque miradas preocupadas y de lástima como si les importara una mierda lo que me pasa.
-Nico, cálmate- dije intentando relajarme primero yo misma. Estaba probablemente igual de frustrada que él. ¿Por qué me hablaba así? ¿Después de todo lo que hice? Tenía ganas de gritarle "¡Que te coja un Burro!" y después salir corriendo, pero no, no podía hacer eso. Tenía que ser paciente, mi hermano aún se encontraba ahí, detrás de esa mascara de odio y tristeza.- Sé que no quieres mi ayuda, pero...
-Pues no debiste venir, entonces- exclamó frustrado. - No te me acerques, no me hables, no me toques y no me mires... No te necesito y no te quiero aquí. FUORI DALLA MIA VISTA.
El pitido que emitía el collar en su cuello para ese momento, era tan fuerte que mis oídos comenzaron a doler. No podía imaginar lo incómodo que era para él tenerlo, activándose cada vez que su ira lo dominaba. Las veinticuatro horas del día de todos los días. No lo culpaba por estar de mal humor.
Lo observé mientras se alejaba. Los estudiantes abrían un espacio en el medio para que él pasara, nadie quería acercarse de más, nadie quería arriesgarse a las consecuencias que tendrían al tocarlo, molestarlo. En resumen, todo el mundo le temía al Peligroso Nico di Angelo: mi tierno hermanito.
Me senté en uno de los bancos que pertenecían a una de las largas mesas posicionadas alrededor del patio, cruce mis brazos encima de la mesa y oculte mi rostro en el hueco que formaban. Necesitaba un poco de tranquilidad, necesitaba dejar que mi cerebro se enfriara un momento para luego ir de nuevo en busca de mi hermano y tratar con el segundo Round, no iba a deshacerse de mí tan fácilmente e iba a sacar una sonrisa de su lúgubre cara aunque tuviera que ponerle ganchos en la comisuras de sus labios y estirarlas hasta sus orejas si era necesario.
El cantar de los pájaros, el susurro de las hojas moviéndose con el viento, creaban un ambiente perfecto para quedarme dormida en este lugar, la noche anterior no había pegado ni un solo ojo por culpa de la ansiedad y ahora finalmente sentía que mis extremidades iban rindiéndose y mi mente quedaba en blanco.
Me hubiera quedado dormida seguramente de no haber aparecido Will y Calipso de improviso, se lanzaron bruscamente para sentarse en el banco dejándome a mí en medio de ambos.
Calipso puso sus manos en mis hombros caídos y jaló de mi hasta dejarme sentada. Inmediatamente quería volver a esconderme en el hueco de mis brazos para sufrir solo unos minutos más, Will empezó un duro escrutinio por todo mi rostro.
- Te ves mal. - Soltó Calipso alzando las cejas sorprendida. - Bueno, te entiendo, esta es mi cara cada vez que un asqueroso hombre de las cavernas trata de entablar conversación conmigo. Es como hablar con piedras, en síntesis todos los hombres tienen rocas en vez de cerebros... -
- No sé por qué pienso que serías capaz de matar a un hombre. - Interrumpí.
- También lo he considerado. - Admitió en tono serio. - Pero desde la cárcel de mujeres no podría seguir mandando mi odio al sexo opuesto y no hay televisión para seguir viendo el canal de jardinería.
- ¿Estás bien? ¿Te sientes mareada? ¿Te duele algo? ¿Puedes recordar mi nombre?- Preguntó Will atolondrado. - Te ves pálida y muy agotada, tranquila, ¿quieres una barrita de chocolate?
- ¿De qué estaría agotada? No vi que di Angelo la estuviera persiguiendo con un ejército de cadáveres, solo estuvieron hablando. - Explicó Calipso frunciendo el entrecejo, luego chasqueó los dedos mirándome como si se le hubiera ocurrido algo. - O tal vez se alimento de tu alma pura y virgen y por eso te sientes como drenada. -
- ¿Nico qué? Dioses, noo. - Negué rotundamente. - Él no es ningún vampiro... -
- Nunca vi tan enojado a Nico. - Me interrumpió Will distraídamente, sus ojos se veía brillantes, pero perdidos - En realidad, nunca lo he visto mostrando cualquier otro tipo de emoción que no sea aburrimiento.
- ¿Cómo lo sabes, lo has estado vigilando? - Pregunté de golpe dándole la cara.
Will enmudeció completamente. Había lanzado la pregunta inocentemente sin ninguna otra intención más que saber cómo era mi hermano ahora, necesitaba saber si debía preocuparme por algo o no; así que no comprendí del todo cuando lo vi sonrojarse ligeramente y abriendo los ojos como si hubiera sido atrapado. Lentamente Calipso se movió hacia un lado para poder acorralarlo con su mirada sagaz. Will esquivó nuestros ojos hábilmente y los movió de un lado a otro de la mesa, como si hubiera algo muy interesante que ver en la madera gastada y astillada.
- ¡C-Claro qué no! Todos siempre hablan de él y lo habré escuchado en algún lado de casualidad eso es todo. Todo, y ya. Nada más de qué hablar. - Se explicó encogiéndose de hombros exageradamente, pero luego vuelvió a hablar, como si le fuera imposible mantenerse callado - A mí no me importa si está a veces como enojado o triste y solo en todas las horas de cada día, ni me molesta que los demás lo vean con miedo o rechazándolo y haciendo que probablemente se sienta peor. Ni cuando apenas come solo una manzana o una uva en todo el día y podría morir de inanición, o desnutrición o desarrollar anemia, que después podría evolucionar en leucemia. Eso en mí no despierta ningún tipo de interés, o sea que clase de idiota va preocupándose por lo que come o no come ese tipo...
Compartí una mirada perspicaz con Calipso, ella frunció los labios tratando de contener una sonrisa. Will comenzó a mover los dedos de sus manos de forma nerviosa sobre la superficie de la mesa, sin embargo se negó a levantar nuevamente la mirada, su rostro parecía estar alcanzando el color de una madura granada.
- Así que dime... ¿Eres novia del tipo ese o una ex? - Me preguntó mi recién conocida amiga, fingiendo ignorar el parloteo incesante del rubio. - Porque demonios chica, jodida suerte la tuya de encontrarte ya en el primer día a tu rival. -
- Yo no soy rival de nadie. - Chilló Will indagado. - ¿Qué están diciendo? -
-Lo curioso es que no mencioné nombres- dijo Calipso en tono agudo e inocente, al mismo tiempo llevó una delicada mano posandola sobre su pecho. - Creo que "alguien" se acaba de delatar... rubio cabeza-hueca.
Me quedé observando a Will. ¿Era posible? Pero si hace rato casi había sufrido un infarto cuando mi hermano se acercó. Lo cual significaba que él nunca antes le había hablado, tal vez por eso había reaccionado de forma tan escandalosa. Mis labios se abrieron para articular las palabras que contestarían la pregunta de Calipso, me sentía con la obligación de aclararle al chico que Nico era mi hermano, sin embargo, me vi agresivamente interrumpida cuando un par de brazos suaves y tersos me abrazaron con tanta fuerza desde atrás que faltó poco para que mi cara se estampara contra la mesa. Unos labios se estrellaron contra mi mejilla izquierda y una fragancia a flores del campo embargo mi olfato.
De la nada, casi como si se hubiera materializado de un momento a otro, había aparecido una chica de largo y exuberante pelo color chocolate, trenzado con cintas de colores y una que otra pluma rosa, mientras que caía por un lado de su hombro. Sus ojos no eran de un solo color y era tan hermosa que de repente me sentí como un espantapájaros delante de ella.
- ¿Alguien dijo rival? - Inquirió con voz agitada y una sonrisa de deslumbrantes incisivos blancos. - ¿Quién es el rival de quién? -
- Hazel y Will son rivales. - Contestó Calipso despreocupada. - Muy pronto veremos otra guerra de Troya desatándose por aquí.
- ¿Por quién? - Inquiere la chica inhalando con fuerza. Parecía que apenas podía contener su chillido por más tiempo. - Ay Dioses, ay Dioses, te he visto hablando con Emo-Nico di Angelo, ¡no puedo creerlo te ves tan dulce! Es decir, todo los chicos allá adentro están hablando de la sexy barrita de chocolate que ingresó. ¡Eres la novedad! Pero conquistar al Chico Sombra... Eso ya es otro nivel, te has ganado mi respeto, nena.
-Pero yo no...- inicié a explicar, tenía que acabar con todo este mal entendido antes de que llegara a mayores dimensiones. Sin embargo, me interrumpió nuevamente.
- Ah por cierto, soy Piper McLean- dijo guiñandome un ojo y sentándose frente a nosotros. A su lado, se acomodó la misma chica rubia que vimos en el pasillo, aún se mantenía leyendo el libro- Y esta sexy rubia de aquí es... Auch- Se quejó cuando la aludida le estrelló el libro contra la parte de atrás de la cabeza.
-Annabeth Chase, un placer- dijo ella guardando el ejemplar de Movy-Dik (sí, la historia de la ballena)- Y no me llames sexy rubia, McLean.
-Solo te estaba presentando con estilo- se quejó Piper. - Aguafiestas, si no animas el ambiente vuelve a meter tu nariz dentro del libro por favor.
- ¿Por qué mejor no te cierro el libro por la cara? - Contraatacó la rubia con una mirada serena. - Será un nuevo look, absolutamente gratis, le encantará a los chicos.
- Oye Annabeth, da la casualidad que ayer vi ese libro que tienes en tus manos en la biblioteca. - Suelta Calipso repentinamente mirándola atentamente. - ¿De dónde lo sacaste?
La rubia tenía una serena mirada gris, un rostro con rasgos bonitos y alrededor de ella se sentía una aura aristocrático.
Miró a Calipso, pestañeo una vez con parsimonia y contestó manteniendo su rostro imperturbable. - Lo saqué de la biblioteca. -
- Pero si son apenas las siete. - Rezonga sorprendida. - Y la biblioteca no abre hasta las ocho y media y además no nos permiten llevarnos los libros fuera de la biblioteca.
Volvió a pestañear con cara de poker.
- Lo saqué de la biblioteca. - Repitió en tono aburrido, luego posó sus intensos ojos grises en mí y habló. - Por cierto, ¿Nico di Angelo, eh? No te ves como alguien que le gusta los chicos malos.
- En realidad... - Comencé, pero me quedé con la boca abierta. Nuevamente era interrumpida.
- Tú tampoco, pero estoy segura que serás la primera en caer por un chico problemático. - Apunta Piper con convicción. - Es lo asquerosamente típico, chica nerd más chico problema, dramática historia de amor con una pizca de salvajismo... -
- Relájate a un nivel, casamentera. - Detiene su cháchara poniéndole los ojos en blanco. - ¿Te olvidaste de dónde estamos? También soy una chica problemática, así que discúlpame "Beauty Queen", pero aquí nadie pasa por Santo.
Miré de soslayo hacia Will, quién súbitamente desde que lo conocía se había quedado completamente ensimismado en sus pensamientos, la voz sobre actuada de Piper volvió a llamar mi atención.
- Uy sí, yo Annabeth la que roba libros y entra ilegalmente en museos después de su toque de queda. - Terminó Piper con una voz grave como si tratará de imitar la voz de Annabeth. - Nunca conocí a una chica tan problemática como tú, por los dioses Annie, ¡estás completamente fuera de control!
- ¡Oh, ya cállate! - Masculló en contestación.
- ¡No, tú cállate! - Devuelvió la morena.
Calipso plantó con fuerza las palmas de sus manos encima de la mesa de madera, cada uno de nosotros dimos un respingo por el repentino sobresalto.
- Cállense las dos o les juro que si nos toca este año la misma habitación, les sacaré las uñas de los pies con una pinza ardiente y haré que cada una se trague las de la otra en su medicina, par de infelices. - Explotó con voz atronadora, inhaló con fuerza y entonces bufó con fastidio. - Demonios, retiro lo de hace rato, que bueno que no soy lesbiana. Debería ser asexual. Sí, asexual. Chicos y chicas, todos son igual de insoportables.
Piper se había quedado completamente tiesa, luego noté como comenzó a recobrarse rápidamente y soltó un silbido impresionado.
- Pensé que tu odio era exclusivamente para los hombres. - Dijo cuidadosamente.
- Tengo suficiente odio para todos. - Aclaró la aludida con una tenue sonrisa.
- Oh, ya quisiera verte enamorada, cuanto antes mejor. Será grandioso. - Chilló Piper dando saltitos emocionados. - Calipso toda enamorada, gentil y amable, wow. Será como ver a Godzilla finalmente convertido en un animal doméstico, en algún tipo de iguana-mascota.
- Piper... - Advirtió la rubia en voz baja.
De repente, sentí a mi lado un oscuro aura empezando a crecer y a consumirlo todo con fuertes intensiones asesinas, presentía que la hermosa chica que seguía con su parloteo ininterrumpido corría grave peligro.
- Apuesto a dos pollos salvajes, qué tu príncipe azul estará incluso en este mismo lugar haciendo quién-sabe-qué en este preciso momento. ¡Ay, qué emoción! - Continuó con sus ojos brillando como fuegos artificiales de colores. - Ya lo veo, ¡alto, musculoso, pelo rebelde y castaño! Tendrá una mirada que terminará por volverte loca, desquiciada y una sonrisa que retorcera tus sangrientas entrañas con pasión y desenfreno.
- Uhm.... ¿Piper? - La llamé tratando de sacarla de su trance, había conocido a esta chica apenas hace dos minutos pero eso no quería decir que me era indiferente su inminente muerte si no se callaba. Justo ahora. Simplemente yo no quería ser testigo de un homicidio.
- Un hombre que te mirará, directo a los ojos, Calipso. Y lo sabrás, será tu macho y tú serás su hembra. - Empieza a susurrar en tono dramático. - Y él también, será amor a primera a vista. Alguien único, fiel, qué te quité lo amargada, nena...
Calipso se enderezó de su asiento y mandó un zarpazo de sus uñas en dirección de una soñadora Piper, por suerte poseía rápidos reflejos y se apartó en el momento exacto en que Calipso pareció apunto de arrancarle un trozo de la piel de su cara.
Will en un santiamén ya estaba a lado de Calipso sujetándola de los brazos mientras le ordenaba que se calmará.
- Vi mi vida pasar frente a mis ojos. - Musitó Piper impactada hacia Annabeth, quien se había ocultado detrás de su libro con temor.
- Hazel ayuda, ayuda, se me está resbalando. - Me suplicó Will desesperado, pero me quedé estupefacta en mi asiento. Y siendo franca conmigo misma, mirando más de cerca las filosas uñas de Calipso y bien limadas con extremada paciencia, no tenía tantas ganas de acercarme y ayudar.
Entonces Calipso finalmente pudo zafarse de alguna manera del agarre de Will. Tan solo se acercó como cuatro centímetros pero eso le bastó para agarrar a Piper de las solapas de su chaqueta de vaquero.
- Siempre jodiendo con esa mierda del amor, me tienes harta. ¡Qué no existe hombre bueno, joder! Mételo dentro de esa cabeza de humo rosa. - Le gritó mientras la zarandeaba.
- ¡No utilices el color rosa para ofenderme! Eso es caer bajo, muy bajo. - Le gritó de vuelta mientras su cabeza iba de atrás para adelante como un resorte. - Y yo sé que vendrá, vendrá y te mirará solo a ti justo... ¿ahora...?
Entonces las puertas de la cafetería se abrieron de nuevo pero esta vez con fuerza brutal, casi sacándolas de las bisagras, tres figuras masculinas salieron a trompadas del interior y se dirigieron para pasar de largo cerca de nosotros. Sin embargo, la torpeza del primero que encabezaba al trío de idiotas hizo que se amontonaran en el suelo delante de ellos.
Es decir, ellos iban salpicando agua por todos lados e incluso sus zapatos estaban empapados, el primero, el de melena azabache, se resbaló sobre el pasto e impactó su trasero contra el suelo, a continuación el más bajo, cayó encima de él y el último de la misma manera siguió el camino de los dos primeros. Conclusión: tres chicos empapados, unos sobre otros, desplomados sobre el verde césped.
Durante unos cinco minutos, los tres luchaban por levantarse, causando un nudo de cuerpos en el cual era prácticamente imposible diferenciar donde empezaba uno y terminaba el otro. De vez en cuando, lanzaban exclamaciones de fastidio. Me pareció escuchar algo parecido a "Estúpido latino de mierda, todo es tu culpa", "Quita tu sexy trasero, marinero" y "No me toquetees, rubio aprovechado".
- Amor... A primera vista... De un macho... - Decía Piper entre balbuceos mientras miraba a los chicos amontonados delante de nosotros. Los gritos y quejas de los tres chicos se escuchaban por todo el patio y llamaban bastante la atención. Prácticamente estaban haciendo el ridículo. Si a mi me pasara algo así, inmediatamente me escondería debajo de una roca y me quedaría ahí por el resto de mi vida.
Aun así, fue sorprendente ver cuando uno de los tres se levantó con agilidad, al fin y caminó hacia nosotros con el orgullo de un gallardo príncipe, uno muy mojado y manchado con tierra y pasto. Podría haber sido el chico musculoso y rubio, o el chico de pelo azabache y rasgos perfectos. Pero el que se levantó con una mirada pícara y decidida fue el más flacucho y con porte de duende. A este chico no parecía importarle estar tan sucio como un cerdo que ha disfrutado todo el día en su lodo.
Su mirada se fijó inmediatamente en mí, y su sonrisa se amplió. Sin embargo, esta no era como la de Will, pacifica y agradable, sino que era más bien divertida, como diciendo: "Voy a hacer algo malo y será divertido ¿Me acompañas?".
Antes de que el chico pudiera decir palabra alguna, Calipso se abalanzó sobre mí y sus brazos me protegieron como los como una madre leona protegiendo a su cachorra de un lobo voraz y muy peligroso que pretendía devorarla justo enfrente de ella.
-¡Largo!- Demandó, de pronto comenzó a hablar como cavernícola, creo que pensó que seria la única forma en la que el chico podría entenderle- Mía, alejarse de ella. No tocar. Mala yuyu si tocar mis cosas. Volver al final del arco iris elfo.
- Buenos días bellas doncencellas del prado. - Saluda Leo a las demás menos a ella, ignorándola olímpicamente- Hola señorita. ¿Cuanto tiempo llevas aquí?- preguntó mirándome a los ojos, sin embargo no esperó respuesta y continuó hablando- Te lo diré: Demasiado... ¡Y aun no me conoces! ¿Cómo es eso posible? ¡Si soy el principal atractivo en este lugar!
¿Saben qué pasa cuando ignoras olímpicamente a Calipso y de paso tienes la mala suerte de ser hombre? Firmas una posible sentencia de muerte, eso pasa. La chica se abalanzó con tanta furia sobre él, y con un gruñido tan atemorizante que hasta yo me asuste.
Will parecía estar bastante acostumbrado a esto. Eso, o tenia reflejos de liebre, puesto que la atrapó antes de que sus manos llegaran al cuello del pobre chico. Esta vez no se conformó únicamente con sostenerla, sino que la levantó en brazos y la llevo consigo, y entre quejas e insultos, al otro extremo de la mesa. Desde ahí habló.
- Hola, Leo. - saludó la rubia de mala gana, para este momento los otros dos chicos empapados ya habían alcanzado al primero y miraban con cuidado hacia Calipso. - Lo siento, apenas estaban mostrándole las instalaciones.- luego se dirigió hacia mí- Los niveles de cromosoma "Y" que soporta Calipso al día son muy escasos y lamentablemente, yo ya ocupe el límite que tenía para hoy. Será un largo día.
- Bajame ahora mismo, Sunshine o te arrepentirás de las consecuencias- gritaba la chica sobre el hombro de él- ¡Malditos hombres todos son iguales, incluso los que están en la otra esquina!
- Sí, sí, desahogate te hará bien. - Contesta Will con extremada paciencia dándole palmaditas tranquilizadoras sin inmutarse por los gruñidos guturales que le lanzaba, miró hacia mí. - Hazel, ellos son Percy, Jason y... - inició Solace con su habitual sonrisa intacta.
-Leo Valdez- terminó el chico castaño con voz imperiosa. - Alias sexy Leo, alias el magnifico, alias llama ardiente, alias...- el moreno podría seguir así todo el día, sin embargo Will lo interrumpió.
- Ya escuchaste sus fichas- me dijo, luego se dirigió a ellos (Calipso seguía pataleando sobre su hombro, dándole a los chicos una muy buena vista de su trasero)- Chicos, ella es Hazel...
-Levesque- terminé por él y sonreí, no sabía porqué, pero los tres parecían agradables.
- Un gusto conocerte, Hazel Levesque. - Asintió Jason mientras escurría agua de su camiseta. - Te daría la mano y todo eso, pero como ves no estoy en mis mejores condiciones.
- Yo te veo en muy buenas condiciones. - Murmuró Piper con sus ojos pegados hacia los marcados pectorales y abdomen que su camiseta mojada dejaban relucir.
El rubio abrió los ojos como platos mientras que se ruborizaban las puntas de sus orejas, cruzó un brazo por encima de su estómago hasta agarrar su codo, como si estuviera tratando de protegerse de una violación mental y ocultar su cuerpo de los ojos inquisitivos de la castaña.
Annabeth le dio un duro codazo a Piper, ambas mantuvieron una silenciosa conversación en donde la castaña le dio una confundida mirada de no entender qué había hecho mal y la rubia le contestó poniéndole los ojos en blanco.
El chico de cabello azabache y rasgos perfectos bufó con diversión, entonces se dirigió hacia mí.
- Lo mismo que dijo el rubio recién violado. - Dijo en tono despreocupado, sus ojos eran de un suave color verde mar y sus labios eran finos y remilgados. - Bienvenida Hazel, a la guarida de los casos perdidos, pareces una chica tranquila aunque sé de primera mano que las apariencias engañan. Te divertirás mucho con nosotros, es una promesa.
Me guiña un ojo y me regala una sonrisa que me transmite una gran cantidad de confianza. Le sonrió de vuelta amigablemente.
- Deja de ser tan encantador, Percy. - Rezonga Leo haciendo un puchero. - Se enamorará de ti, y yo la vi primero. Ya sabes la ley: Quien la ve primero se la queda.
- Oye, no estábamos... - Empiezo.
- Y yo no me acercaría ni en broma a ella si fuera tú, Leo. - intervino Piper. De nuevo me dejaban con la boca colgada. - Ya está tomada y no te dará ningún placer saber por quién. Ah y por cierto, ¿por que huelen como a mierda?
-Porque son hombres- gritó Calipso con fervor. - Mierda circula por sus asquerosas venas traidoras.
-Yo soy hombre y no huelo a mierda, Cali- Se quejó Will. Intento ponerla sobre sus pies, la miró entrecerrando sus ojos advirtiéndole silenciosamente. - Controlate, no vuelvas a enloquecer ¿de acuerdo? -
- No prometo nada. - Contestó con simpleza.
-La estúpida bestia de Clarisse. - contestó la pregunta de Piper el chico de ojos verdes, Percy, mientras se sentaba en la mesa, sin importarle el olor que que ya estaba impregnadose en mis fosas nasales. - Se molestó por nuestra pequeña bromita, no por nada la llaman como una animal. Además es tan peluda como una... ¿quieren ver fotos?
Preguntó exaltado cuando lo recordó, me miró esperanzado y negué con la cabeza, no iba a incluirme de cualquier forma en lo absoluto.
-Hay que admitirlo, no fue tan pequeña, bro- dijo Jason con expresión culpable y ligeramente arrepentida. - Acabamos de violar su privacidad, debemos dar gracias que no nos haya hecho esperar mientras cagaba y luego embarrarnos en la cara con su mierda.
- Cállate, viejo, no me des pesadillas. Además, ¡claro que no! - intervino Leo con una expresión para nada culpable ni arrepentida- Sobre todo si tomas en cuenta el tamaño de su sostén. Esa cosa era casi mas grande que yo.
-Cualquier cosa es mas grande que tú, Valdez- intervino Annabeth- Y ustedes son una bola de idiotas. Eso no se le hace a una chica, maricas de cuarta. Me alegro de que Clarisse haya tomado venganza contra ustedes.
-¿Alguien escuchó esa mosca haciendo ruido?- preguntó Percy fingiendo demencia. - Es como un chillido irritante queriendo llamar la atención.
- Eres un imbécil- lo interrumpió Chase perdiendo su habitual serenidad. - Todo esta mal con tu supuesto insulto. Primero: el "ruidito" que hacen las moscas se llama zumbido y segundo si estás preguntando si alguien lo escuchó es porque tú lo escuchaste en primer lugar, no pued...
- Oh gracias por la corrección, gran Diosa sabelotodo, hija de la sabiduría. - Contraataca, ahogue un suspiro agotado mientras los observaba reñirse el uno al otro. - Lo tomare en cuenta la próxima vez que busqué molestarte.
-Error- volvió a criticar Annabeth- No me estabas molestando, para mí eres insignificante y tonto...
-En fin...- intervino Jason mirándome e intentando acabar con la discusión. - Es un placer conocerte, Hazel. ¿Cual es tu ficha? No vale la pena que la mantengas en secreto, la averiguaremos de todas formas.
- Si y ¿quien es tu supuesto novio?- preguntó Leo indignado. ¿Como es que recién llegas y ya estás tomada? ¡Eso es injusto! ¿Por qué nadie me pidió permiso? ¡Exijo una explicación!
-Tal vez porque eres un idiota con olor a mierda- contestó Calipso, aún manteniendo la distancia y Will aún sujetándola de la cintura.
- Es cierto, no nos has dicho por qué estás aquí- dijo Solace. Al parecer él si podía ignorar a Calipso sin salir lastimado.
-Yo...- inicie a decir, sin embargo, por enésima vez en el día me interrumpieron. Sin embargo, esta voz estaba muy lejos de sonar amistosa, todos en la mesa enmudecieron.
Nombre: Hazel Levesque
Edad: 16 años
Alias: Diamond
Crimen: Hurto y vandalismo
Hazel Levesque, calmada y una chica respetuosa hasta las uña de los pies. A pesar de poseer un salario rico de parte de su padre, de un día para otro comenzó a practicar el vandalismo como si fuera un divertido hobby, hasta que al final del día era atrapada por los oficiales. Sin embargo, nada se pudo hacer por la insistencia de su padre que afirmaba que su hija era un alma noble.
Hasta que finalmente su extremada ambición cruzó la línea y la llevó a robar los barrotes de oro de su abuela. La señora Demeter, no tuvo ningún tipo de consideración o clemencia por su nieta y se encargó ella misma para que acabará en el instituto de Delincuentes Juveniles.
Todos miramos hacia la dirección de donde la voz provenía y descubrimos al mismísimo director del instituto. En sus manos se encontraba una carpeta, de donde, claramente, acababa de leer la información.
- Una joven amable pero ambiciosa. - Habla en tono burlón, sus ojos impactan con los míos, y soy incapaz de articular alguna palabra. - Pero estás aquí, y yo personalmente me encargaré de convertirte en unaaa...!
Entonces el Señor D, se resbaló por el césped mojado que habían dejado los chicos, todo su peso cayó súbitamente hacia un lado y terminó en el suelo desparramado en una pose completamente ridícula con una pierna doblada y soltando un bufido.
Sus ojos lanzaron llamas de locura y estudio la expresión de cada uno de nosotros buscando algún signo de burla en ellos.
Hubo un silencio aplastante entre nosotros, sabíamos muy bien que cualquier paso en falso y la cosa se pondría fea para nosotros.
Y luego, Leo dejó escapar por accidente la mezcla de un resoplido y una risa, nos miro con nerviosismo. Todos giramos hacia él esperando la explosión.
Paso #2: Consigue aliados = Logrado. En un 50%
Probabilidad de enemigos subiendo a 70%
- A LA DIRECCIÓN, CUCARACHAS DESGRACIADAS. - Bramo aun desde el suelo- ESTÁN CASTIGADOS. -
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RL: Hola hola corazones, esperamos que les haya gustado el cap. Dejen sus comentarios, yo me alimento de ellos, mientras más comenten más nos inspiramos y más rápido actualizamos.
Amer: De verdad esperamos que les guste y voten y comenten, si no lo hacen :) IRÉ A SUS CASAS las encontraré pinches lectoras, voy a agarrar sus haraganes dedos y haré que PRESIONEN LA JODIDA ESTRELLA mientras las quemo con una cuchara ardiente. ☺ Y UTILIZARE SU LAGRIMAS PARA SACIAR MI SED DE MATANZA Y SEGUIR ESCRIBIENDO. Pero si votan no lo haré. Las quiero, 😍
RL: Amer, ¿cual es la amenaza de muerte más divertida que haz recibido? La semana pasada me amenazaron con una cuchara...
Amer: Una vez me dijeron que iban a arrancarme los pelos con un tenedor *se encoge de hombros* Hay personas realmente psicópatas, RLKINN espero que te mantengas alejadas de ellas. Porque de verdad me caes bien.😄
RL: Nos leemos luego, besitos.
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