Paso 13: Encuentra tu puesto jerárquico

RLkinn mira a los lectores con alegría.

-OH, Hola lectores. ¿Han esperado mucho tiempo? - Se encoge de hombros. - Sí bueno, culpen a la vida real. Es una perra que roba mucho tiempo.

Mientras tanto en una esquina, Amer esta picando con un dedo el cachete de Here_4_U llamada Magda. Quien está frunciendo el ceño adorablemente y poniendo los ojos en blanco. Tiene pelo rubio y ojos azules de un oscuro cielo anocheciendo.

-Ya, we. Ya. - Trata de alejarla espantándola con sus manos.
Amer sonrió y sus ojos brillan de tanta ternura contenida en un solo ser.

-Ay mira que bonita. Se ve tan tierna esta cosita. - Mira a sus lectores fugazmente y saluda con gesto vago. - Oigan chicos una pregunta, ¿ya están siguiendo la cuenta? Miren que nos siguen y nosotros a ustedes. En otras noticias, vieron que linda es Está bebé?

-NO SOY TIERNA. - Refuta firmemente, rodando los ojos. - Cuántas veces tengo que decírtelo, ¿eh?

-Sis, creo que deberías alejarte un poco de ella...

-Oh mira, piensa que es aterradora mirándome de esa forma. - Amer apachurra sus mejillas. - Ay cosita, tierna. Bebé de Amer ay si tú lo eres tú lo eres... ¡AHHHHH!

Sin previo aviso, Magda ataca a Amer subiéndose en su espalda y tratando de arrancar su pelo azabache. norlacorrea aparece detrás de la puerta y empieza a grabar para subirlo más tarde a YouTube.

- Uhhh, un trozo de piel menos. - Susurra la hija de Ares con regocijo.

-AH, ¡quítenmela! ¡Quítenmela! - Amer Aúlla suplicante y cayendo al suelo con la bestia mordiendo su oreja. - ¡Ahhhh! Sis, Ayúdame quítamela.

-Ya weee, afloja. - Demanda Rlk poniendo mucha fuerza en su estirón. - NORLAAAA, AYÚDAME PON ALGO DE TU FUERZA DE ARES AQUÍ JODER.

-VOY A ARRANCARTE LAS MANOS PARA QUE NUNCA MÁS ESCRIBAS QUE SOY TIERNA. - Grita Magda sin piedad.

-NOOOOO. Entonces jamás volveré a escribir con mi sis. - Llora Rlk.- Vamos lectores, todos juntos ayúdenme a salvar a Amer. 1, 2, JALEEEEN

-Ahhhhhhhh. - Amer siente como le están quitando la mitad de su pelo. - Traigan la burbuja. ¡Encierrenla!

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Es primera hora de la mañana, con el ambiente caluroso del desierto tratando de sofocarnos cariñosamente. Finalmente salgo del baño después de tomar una larga ducha, sin embargo ni siquiera toda el agua y jabón del mundo sería capaz de hacerme sentir menos asquerosamente inmundo de lo que ya me siento ahora.

Ni siquiera me sequé con la toalla. Algunas gotas de agua se deslizan aun por encima de mi pecho desnudo cuando tomo la camisa anaranjada que el Instituto nos exige utilizar como uniforme. Al ponérmela, se pega a mi cuerpo por estar húmedo, pero da igual, de todas formas con este calor terminaré secándome pronto.

-¿Percy te contagió su amor por el agua?- me pregunta Leo mientras ajusta los tornillos del aire acondicionado, que ahora reposa sobre su cama.

-No... solo hace calor- me limito a contestar, aunque sé que ninguno de los dos me cree. - Hace más calor dentro del baño que afuera... - Termino de decir, intentando una vaga broma.

Ambos saben que no me encuentro bien, ambos me conocen demasiado bien. Pero, tal como en aquella ocasión, Leo se limita a guardar silencio, no hace preguntas, no presiona. Solo asiente y se concentra en lo que es bueno.

Percy me toca el hombro y está a punto de decir algo, pero luego cambia de idea.

-¿Vamos a desayunar?- se decide por preguntar al final, para luego darme un golpe suave en el hombro a la vez que hace un gesto con su mentón hacia Leo. - Vámonos a rapiñar el comedor, elfo latino.

Leo pone los ojos en blanco, y se levanta de un salto de la cama. Se guarda el desatornillador en el bolsillo trasero, camina hacia mí y coloca un brazo sobre mis hombros para instarme a caminar tras Percy. Una vez fuera de la habitación, el brazo del latino va a reposarse también sobre los hombros del ojiverde.

La sombra de lo que pasó anoche aún se muestra en el segundo piso. Los azulejos se mantienen húmedos y hay que caminar con cuidado para no resbalar. No obstante, las bombas de humo de Leo no dejaron ni una sola marca en las paredes: estamos a salvo. No hay evidencia que nos incrimine.

- No hay que separarnos en ningún momento hoy... - Nos murmura Leo con mirada distraída mientras pasamos cerca de otros chicos del piso. - Estén bien alerta mis amigos, Dimitri y sus secuaces estarán buscando su oportunidad para el contraataque.

- Siempre estamos preparados para todo, Valdez. - La sonrisa ladina de Percy se extiende por sus labios al contestarle. - Ese orangután ruso puede venir cuando quiera, yo podría acabarlo con solo un bolígrafo en mis manos e insertándolo en su nariz...

- No nos separamos... - Coincido con Leo, mirando fijamente a Percy para convencerle de que no haga otra de sus tonterías. - Juntos en todo momento Jackson, no estoy jugando.

- Ni yo. - Refuta Percy devolviéndome la mirada. - Sé en lo que nos hemos metido compañero. Lo sé...

- Bueno. Dejando ese tema a un lado. ¿No les parece genial que ya haya salido el sol? - Exclamó Leo con voz alegre.

- No. - Contesté. - Se siente como un sauna aquí. ¿Qué tendría de bueno?

- Que puedo restregarle en la cara que brillo más que él. - Leo alzó su pequeña barbilla con alta autoestima rezumbando por toda su piel.

●●●●

Apenas llegamos y abrí la puerta del comedor para ingresar, tuve que esquivar inmediatamente una banana-misil que pasó rozando cerca de mí nariz para impactarse en el cabello de Katie Gardener. La chica ahogó un grito indignado mientras llevaba una mano hacia su pelo viscoso de puré de banana, sus ojos verdes e iracundos inspeccionaron la sala para encontrar al responsable.

Travis Stoll estaba tan solo a una mesa alejado de ella, y por la risa que trataba de contener él y sus amigos alrededor, estaba más que claro de donde había provenido la banana.

- ¡ERES UNA RATA! - Katie se levantó de su silla de un tirón, y corrió detrás de un asustado Travis que se carcajeaba al mismo tiempo con las mejillas sonrojadas alrededor de la cocina.

- ¡Ahhhh! - Leo echó un largo suspiro, observando, encantado, la persecución de aquellos jóvenes. - Amor joven, amor problemático, ¡Qué hermoso!

-¡Chicos! ¡Chicos!- Hazel apareció frente a nosotros como si hubiera salido de un túnel bajo tierra, y de paso arrastrando a Calipso de la mano. - ¿Han visto a mi hermano? Vimos que la luz de su habitación se encendió varias veces anoche. Ahora no lo encuentro, y tampoco a Will ni a Frank.

- Oh, miren amigos míos, que día más grato. ¡Llueven ángeles del cielo!- exclamó Leo acercándose a ella apresurado. - ¿Será esta la respuesta a mis oraciones? - Su mirada adoptó un aire seductor y sus manos estuvieron a punto de posarse en los hombros de su víctima de no ser porque Calipso estaba en medio.

- No tocar mi oro. Tú irse allá. Alejarse del oro elfo-de-mano-sucia. - Calipso lo apartó, nuevamente hablando como cavernícola, al parecer, para ella, Leo no era lo suficientemente inteligente como para entender el lenguaje normal. Se giró hacia su amiga y habló de nuevo- ¿Por qué tu hermano no mata a este idiota en lugar de a mi solecito? Will es la única persona en este maldito lugar que aún tolero, además de ti, claro... Si aún está vivo, no le digas que dije eso, o se le subirán los humos a la cabeza.

-Sí, sabemos qué pasó- interrumpió Percy, para luego arrastrarnos a todos hasta una mesa en un rincón alejado de todos y comenzar a contarle a las chicas la historia. Hazel de inmediato se colocó una mano sobre sus labios, y sus ojos se abrieron como platos, lo cual no era ninguna novedad, así parecía comportarse cada vez que algo la impresionaba o la asustaba. Pero esta vez, también Calipso estaba completamente concentrada en el relato.

Desvié mi mirada buscando a alguien en específico. Ya no soportaba por más tiempo este peso sobre los hombros. Sí, me comporté mal, lo admito. La lastimé y soy un idiota por eso. Necesitaba disculparme lo antes posible, o de lo contrario, estaría convirtiéndome en alguien como "él". Alguien que daña a los demás sin importarle ni por un segundo si lastimó sus sentimientos o no.

Y yo no quiero ser como él. No puedo convertirme en él. Tenía que ser diferente, (o de lo contrario preferiría morir). Normalmente Piper no era difícil de encontrar, siempre aparecía cerca de mí como si tuviera una especie de brújula que le informase acerca de mi posición actual, pero esta vez, no la encontré a simple vista. Tampoco estaba en alguna mesa cercana. Por un momento pensé que ni siquiera estaba en el comedor... Pero entonces la vislumbre.

- Y entonces, aparecí yo, sin camisa, con mis pectorales brillando por mi sudor de macho, cabalgando un semental blanco y...- interrumpió Leo a Percy.

- Enano... - Lo cortó Calipso con mirada hastiada. - No hay caballos en este instituto, ni siquiera podrías guardar uno en tu habitación...

- Solo quería ponerle más emoción al relato. - el susodicho rodó los ojos. - Como sea. Continúa relatando el fanfic de nosotros, Percy...

- ¿Por qué un fanfic? - Pregunta apresuradamente Hazel antes de que Percy volviera a hablar.

- Está narrando una historia con nuestros nombres, es obvio que es un Fanfic. Como los Harrys y tú y todas esas cosas raras de fanáticas obsesionadas de sus ídolos... - Antes de que Leo empezará a divagarse peor de lo que ya lo hacía, Percy le dio una patada a la silla donde se sentaba, y el latino cayó desparramado en el suelo con un quejido. Todos volvieron a mirar a Percy con seriedad.

-Voy por nuestras bandejas- anuncié en voz alta, al tiempo que me levantaba de mi asiento.

-Voy contigo- dijo Leo desde el suelo, lo cual me pareció ligeramente extraño. ¿Por qué se alejaba de Hazel? Me sentí irremediablemente vigilado por un par de segundos, hasta que añadió- Me muero de hambre y tú no sabes elegir los buenos tacos.

De acuerdo. Con o sin Leo, yo iba a disculparme con Piper. Actué mal, y soy un hombre hecho y derecho que asume sus errores. Sí, yo no quería ese beso, y sí, si por mí fuera devolvería el tiempo para evitar que sucediera. Pero esto tampoco fue culpa de ella. Fue culpa de las circunstancias y yo no tenía derecho a desquitarme insultándola. Independientemente de si se quiere acostar con el instituto entero. Eso no me incumbe en lo más mínimo.

Camino en su dirección. Leo se desvía para tomar las bandejas que procederemos a llenar con comida. Continúo caminando pensando en el saludo que le daría. Ya estoy cerca de ella, lo suficientemente cerca como para observar... que no se encuentra sola. Y lo suficientemente cerca como para escuchar su conversación con Jesse.

- Todos los días, tres horas, cada mañana. - Decía Jesse flexionando distraídamente los músculos de su brazo izquierdo en frente de Piper, pero por favor. Piper tenía que notar que era un completo idiota...

- ¿Ah sí? - Asentía Piper con ojos seductores en su dirección, su mano se dirige a su brazo y empieza a girar su dedo en pequeños círculos sobre su piel. - Cariño, tienes que venir a mi habitación más tarde para enseñarme a ejercitarme como tú. ¿De acuerdo?

El rostro de Jesse se sonrojó ligeramente ante la clara insinuación de McLean. Sus labios titubearon un segundo, pero pronto estaban extendiéndose en una sonrisa lasciva.
Sentí un extraño ardor en el centro de mi pecho que rápidamente se iba extendiendo hasta cerrar mi garganta. Me quedé allí parado, ella sin darse cuenta de mi presencia mientras veía como tan fácilmente coqueteaba con Jesse. Exactamente, de la misma forma en que coqueteaba conmigo siempre.

- No es necesario que tengamos que encontrarnos en tu habitación para... - continuo Jesse, acercándose hasta ella para posar una mano en su cintura y ella dejándose tocar totalmente por esa basura. - Para que pueda enseñarte y... ayudarte un poco con ejercitarte, nena.

Piper echa una risilla, y sus ojos brillantes le envían mil mensajes sugerentes en un nanosegundo que parece eterno para mí.

- Me encanta como piensas, cariño...

Y toda mi culpa instantáneamente se reduce a cenizas tal y como los muebles de mi antigua escuela hace un año. No me malentiendan, aun sé que actué mal, aun sé que no debí portarme así, y me voy a disculpar por mi comportamiento. Pero no ahora, sino que lo haré cuando la señorita "ligadora" este menos ocupada buscando los galanteos de cualquier hombre que se le pase por el frente, si es que en algún momento deja de hacerlo.

¡Ja! ¡Qué bueno que me amaba! ¡Y que rápido que es olvidarme!

Doy media vuelta y camino de vuelta en dirección a Leo, lo ayudo a llenar la bandeja con varios platos y muchos Pancakes, jugos en cajita y cubiertos. Tomamos varias bolsitas de miel, en los empaques individuales "económicos" del señor D, y regresamos a la mesa con Calipso, Hazel y Percy, quien está terminando de contar la historia de lo ocurrido anoche.

-De acuerdo- dice Calipso inmediatamente al enterarse de todo, mira a Hazel y le dice con convicción.- Tendremos que ayudar a Sunshine. No es broma, si ellos le ponen una mano encima después de lo que pasó... Esos hombres son peligrosos...

-¿Qué tanto? ¿En la escala de criminales que me explicaste...- empezó a preguntar la morena pero luego se interrumpió abruptamente cuando percibió a alguien moverse detrás suyo. Entonces, estiró su brazo hacia atrás y arrastró algo hacia nuestra mesa, o más bien a alguien hasta forzarlo a sentarse en una silla al lado suyo.

-¡Auch!- se quejó di Angelo, cayendo sentado junto a su hermana- Ma che cazzata stai facendo? (Pero que coño estás haciendo?)

- No me intimidan tus improperios groseros en italiano porque no los entiendo, hermano. Ahora, no seas amargado y come conmigo tranquilamente como la gente civilizada que simulan ser las personas de aquí.

- Qué raro. ¿Padre nunca te enseñó el italiano? - Pregunta en tono aburrido el azabache a su hermana, mientras ignora olímpicamente al resto de nosotros.

- Unas que otras palabras y ya...- le contestó ella distraídamente, al tiempo que tomaba uno de los platos y le ponía un pancake al frente para que comiera. Di Angelo se quedó observándolo durante unos segundos, como si pudiera destruirlo tan solo con su mirada, entonces Hazel siguió hablando- No desaparece por más que lo mires con odio. Si no lo quieres ver, entonces cómetelo- dijo la morena con el tono que utilizaría cualquier madre- Y agradece al cielo que no son cereales.

-Malditos cereales- se quejó Nico haciendo una mueca, pero la mención de ellos provocó que mirara el pancake con otros ojos, mucho menos despectivos- ¿Tus amigos también desaparecen si los mato?

-¿Alguna vez has pensado en tener una asistente?- dijo Calipso mirándolo fijamente- Porque si vas a matar a los tres idiotas, me ofrezco voluntaria para ayudar.

-No aceptes- intervino Leo esta vez- Si lo haces, terminará clavándote un cuchillo en la espalda. Cuatro hombres menos en el mundo. Sus amigas feminazis le harán una estatua y la adorarán como a una diosa.

Calipso estuvo a punto de lanzarse sobre la mesa. Armada con su tenedor desechable, se veía mucho más peligrosa que cualquier criminal en la cárcel. Puse una mano en el pecho de Leo para alejarlo de ella, Hazel sujetó a Calipso para calmarla también, antes de que la guerra empezara.

- Nadie va a matar a nadie- dijo la morena, lanzándonos una mirada significativa a todos los que estabamos a su al rededor, luego miró de nuevo a su hermano y sonrío- Además, Dimitri debe estar también tras ellos ahora, y si ellos mueren no te pagan el favor que te deben, así que...

-¿Pretendes que actúe como su guardaespaldas personal?- Nico bufó indignado, sin embargo, se mantuvo en su asiento, al parecer, sí se quedaría a desayunar con nosotros. Tomó una cajita de jugo de uva de la mesa y se dispuso a abrirla con enojo.

-De acuerdo, este es el plan- Annabeth apareció junto a mí, con su propia bandeja y se sentó, le dedicó una mirada examinadora a Nico y luego sonrió satisfecha.- Perfecto, esto lo volverá más sencillo.

Me pregunté distraídamente, ¿desde cuándo teníamos, nosotros, los tres idiotas, tantas personas a nuestro alrededor compartiendo nuestra mesa? ¿Desde cuándo todos nos comportábamos como si fuéramos grandes amigos? Mirando mi entorno, parecía ser que solo yo me daba cuenta. Nadie más se veía sorprendido, ni siquiera Di Angelo.

Algo había pasado en ese día en que todos colaboramos para robar las medicinas de la enfermería. Algo que misteriosamente nos había unido sin darnos cuenta.

- Miren quién ha llegado... - Percy pronunció arrastrando las palabras. - La señorita siempre-tengo-un-plan-de-escape.

- Siempre hay una salida para esos suficientemente listos para encontrarla. - Contrarrestó Annabeth con un tinte de arrogancia, luego, su mirada grisácea le dio un repaso al cuerpo de Jackson. Quien ante tal gesto, respondió con una sonrisa torcida y provocativa. La rubia continuo hablando, ignorante de lo que había provocado. - Lástima que los tontos como tú, tan limitados, solo puedan usar a su favor el galanteo de la belleza para salir de sus situaciones problemáticas.

Bueno, a algunos nos había unido más que a otros.

- Disculpa, mi cerebro es un poco lento para captar ciertas informaciones, pero, ¿acaso estás confesando que soy atractivo para ti? - Interrogó Percy, jugando con su tenedor en sus manos. Sus ojos lanzaban olas juguetonas queriendo atrapar a Annabeth en su juego.

- ¿Qué? - Inquirió la rubia, abriendo los ojos de par en par y un ligero rubor pasando por sus pómulos. - No... Yo, es decir...

Percy echó una carcajada sin más, sus hombros se movieron y su nariz se arrugó suavemente al reír. Todos los de la mesa, incluyéndome, ocultaron sus sonrisas divertidas tras sus manos o sus almuerzos, ante el espectáculo. Nadie soltó siquiera un monosílabo por no querer interrumpir a la futura pareja que parecía más que obvia últimamente. No obstante, ellos no parecían recordar que tenían público en fin.

-¿De qué te ríes- Demandó Annabeth con voz imperiosa.

-De ti. - Le contestó con todo descaro el azabache. - De lo adorable que te vez cuando alguien te deja sin respuesta... - Agarró una manzana del plato de Hazel, y le dio un mordisco con ojos caídos, como si estuviera dándole un beso. - Supongo que no soy tan tonto como parezco...

Silencio en la mesa.

-Que intenso. - Musitó Leo, moviendo sus ojos por cada integrante de la mesa.

Cuando se calló, el silencio de nuevo nos capturó,  sin saber que diríamos a continuación. Annabeth aún se veía algo sonrojada pero también indignada, mientras parecía estar inmersa en su mente con un montón de pensamientos de seguro. Leo carraspeo incómodo, empezando a silbar mientras se rascaba despreocupadamente la tetilla izquierda como un gorila, Calipso lo vigilaba con los ojos entrecerrados y sus labios arrugados con disgusto.

-Sobre el plan... - Inició Percy relajado. - No es que me oponga ni nada por el estilo- continuó, recostando su barbilla sobre su puño izquierdo y llevándose la manzana de vuelta a la boca.- Pero ¿de qué plan estamos hablando, exactamente? ¿Y por qué crees que te ayudaremos, de todas formas?

-Es muy fácil- contestó Annabeth mostrando una sonrisa autosuficiente en su rostro, luciendo segura nuevamente de sí misma- A todos nos interesa. Nos enteramos de lo que ocurrió anoche, en este lugar los chismes corren más rápido que el río Amazonas.

-Ese "nos enteramos" incluye a... ¿Quién?- pregunté. Detalle importante que debes tomar en cuenta antes de aceptar cualquier tipo de alianza: "¿Con quién estás negociando?"

La respuesta llega a mi antes de que Annabeth tenga tiempo siquiera de mirarme. Sus plumas de colores llegan balanceándose al ritmo de sus correteos juguetones y coquetos. Su risa divertida y empalagosa me hace fruncir el ceño. Mi conciencia me torturó toda la noche por esa minúscula lágrima. ¡Y ella está, hoy, así de tranquila! No es que yo quiera que ella esté mal, pero... Bah ¡¿Quién la entiende?!

Y entonces, actúa de lo más liberadora. Se sienta sobre el regazo de Leo y entrelaza sus dedos detrás de su nuca. Su tintineante risita hace que mis oídos lloren de irritación.

- ¡¿Cómo estás mi querido y muy adorado mejor amigo?! - Inquirió la morena a centímetros de su rostro. - ¿Sabes? Me he enterado por una página hace mucho, que dicen que las mejores parejas son formadas por los mejores amigos por su alto índice de compatibilidad.

Miré a mi amigo inspeccionado su reacción, como esperaba, él se veía sumamente estupefacto por la situación, su sonrisa salió temblorosa de sus labios pero, sin embargo, le siguió el juego posando una mano sobre su cintura en el mismo lugar donde Jesse la había tocado minutos antes. Como reclamando su cuerpo, como él mismo lo hacía también ahora.

-Vaya, al parecer te has cansado de rondar alrededor de Jesse, ¿no? - Se me escapó antes de que pudiera detenerme.

Ella apenas y me dirigió una mirada de soslayo, movió su cabello detrás de su hombro y volvió a cruzar sus dedos tras la nuca de Leo.

-Ah, ¿me estabas espiando? - Se jacta, al mismo tiempo que cruzaba sus largas y torneadas piernas para que estuvieran a la vista de todos, mediante la falda corta que utilizaba. - Perdón, los músculos de Jesse captaban toda mi atención.

-Y ahora supongo que los rizos de Leo roban toda tu atención. - Leo me envió una mirada recriminatoria ante eso, lo ignoré, Piper bufó levantándose finalmente del regazo de Leo y sentándose a su lado, clavando sus fríos ojos con los míos dijo.

- Ya sabes lo que dicen de los morenos, son los más dotados en muchos aspectos... En cambio los rubios...

No terminó su frase, pero no hacia falta. Estaba más que claro el mensaje que había querido enviar. Aparté mi vista dando por finalizada la extraña y hostil conversación con Piper. Iba a disculparme, no lo olvidaba. Pero primero tenía que volver a encontrar el minúsculo nivel de serenidad que me quedaba en mi interior para hacerlo honestamente. Después de todo, sería en vano disculparme con aversión pintando mis palabras.

-¡Fraaank!- Piper llamó con todas sus fuerzas apenas lo observó entrar en el comedor- Ven guapo, siéntate a mi lado, no creo que todas las horas que estaremos sentados juntos en clase, vayan a ser suficientes para todo lo que me gustaría hablar contigo.

Frank, como siempre, obedeció lo que le decían y se sentó junto a ella, aunque de inmediato su mirada se posó en Hazel. Ella sonrió con timidez y él la saludó con un movimiento discreto de mano.

-Te dije que había empezado una cuenta, Zhang- di Angelo interrumpió el momento, sin ninguna compasión ¿se refería a la cuenta para matarlo por "coquetear" con su hermana? ¿O a algún otro tipo de cuenta?- Ya van más de cinco...

-Y la cuenta llega hasta trece- interrumpió Hazel- El trece es nuestro número de la suerte ¿Cierto, hermanito? Y se reinicia desde cero cada día- le dio un beso en la mejilla.

- Noo, Hazel. - Se alejó de ella al instante con atosigo. - Que me vas a dejar baba en la cara.

- Eres un bebé llorón. - Su hermana contestó simplemente, comiendo de su plato contenta.

Nico rodó los ojos pero no dijo nada más, y Frank seguía con vida. Estábamos empezando a domesticar a la bestia... Sin previo aviso, Nico gruñó con enojo como un animal receloso, cuando Hazel estuvo a punto de robarse su jugo de uvas de sus propias manos. Bueno, no del todo.

-Mío. - Le retó frunciéndole el ceño.

-¡Hola chicos!- Will llegó hasta nuestra mesa, con su habitual sonrisa, tal y como si nada hubiera pasado el día anterior, tarareaba alguna canción pop famosa tan despreocupadamente que cualquiera habría creído que todo estaba absolutamente bien. Pero, muy disimuladamente, el rubio miraba hacia su alrededor, probablemente buscando posibles amenazas, entonces se tensó al posar la vista en la mesa del personal administrativo.

-¡Will!- Piper prácticamente saltó de su asiento, mostrando su encantadora sonrisa- ¿Te había mencionado lo mucho que me gustan tus ojos azules?

Yo tengo ojos azules, pensé resentido. Los míos son más peculiares que los simples celestes de Will... Bueno, también los suyos son bonitos pero..., pff, no importa. El caso era, ¿existirá un chico a salvo de los coqueteos de Piper? ¿A nadie más le parecía que estaba exagerando? Su amiga parecía más aburrida que interesada en McLean. Seguro porque debía saber algo importante, o simplemente porque no le importaba en lo más mínimo.

Solace la miró, desvió la mirada hacia la mesa administrativa, y luego volvió hacia Piper de nuevo. Seguía de pie, así que se posicionó en un gesto relajado y le lanzó un guiño a la chica.

-Gracias, son herencia por parte de mi padre- contestó.

-Tu sensual padre- corrigió Piper. Ok, esto ya era demasiado. Coquetear con los estudiantes era una cosa ¿pero hablar así de los padres? Eso era completamente asqueroso. Esperé pacientemente a que Will respondiera, probablemente corrigiéndola de nuevo amablemente, o algo así, pero lo que dijo fue muy diferente a lo que yo esperaba.

-Ya sabes que tengo buenos genes- mencionó el doctor sin diploma encogiéndose de hombros, completamente despreocupado y extendiendo su sonrisa por todo su rostro. Dirigió otra mirada a la mesa administrativa, y su expresión cambió, su alegría usual se notó titubeante. Entonces sus ojos se movieron por todo el comedor, parecía estar buscando algo.

-Tal vez deberíamos salir... tú y yo... - inició Piper mientras enrollaba y desenrollaba un mechón de su cabello y sonreía seductoramente- Nuestros padres estarían encantados y...

-Buenos días...- una voz grave y ronca nos saludó al caminar lentamente al lado de nuestra mesa, justo a la espalda de Solace. Sunshine dio un tremendo salto por la impresión, que luego intentó disimular al cruzarse de brazos.

-Sí, claro, por supuesto. ¿Viernes en la noche? ¿Tu recamará o la mía?- empezó a decir rápidamente, mirando directamente a Piper- Podemos formalizar la relación incluso... ¿Quieres ser mi novia? Sí, claro que quieres, haremos una pareja estupenda. ¡Oh! ¡Hola estimado guardián de seguridad nuevo de la institución! No lo había visto. ¿Ese fue el señor D? Creo que te está llamando, escuche claramente a alguien gritar "Cherry" Tal vez deberías ir a ver.

-Puede que sea el sonido de tu corazón llamándome- contestó el hombre negro en un tono al menos tres veces más seductor que el de Piper.

Todos los hombres de la mesa sufrimos un fuerte estremecimiento de terror al escuchar ese bajo tono de voz conquistador. Incluso creí oír un sonoro trago de saliva por parte de Percy.

-Ehhhhh... nop- dijo Will alejándose de él. - Estoy seguro que fue el señor D. Frank hazme espacio ahí, quiero sentarme junto a mi futura novia "Piper". ¿Ves? Ella también quiere, hazte para allá- se hizo espacio prácticamente a la fuerza y quedó completamente apretado contra Piper. Ella no parecía muy molesta al respecto.

Cherry visiblemente desilusionado pero no desesperanzado, nos lanzó un guiño y se alejó. Caminando lentamente, por cada paso que él se distanciaba, Will Solace se relajaba un tanto. Al final cuando estuvo fuera de la vista, ocultó su rostro con las palmas de sus manos y comenzó a susurrar algo parecido a "¿Qué hice para merecer esto?"

-Todo es por culpa de tu cabello. - Soltó Nico repentinamente con un tono burlón en la voz. - Es tan rubio. Como un bandera amarilla que causa que lo vea medio instituto para llamar la atención de pervertidos como Cherry. Es como si gritara: "Eh, ven a acosarme".

-Siendo sinceros. Así es. - Corrobora Piper, pasando deliberadamente una mano por sus mechones dorados. - Es tan lindo, tan rubio y dorado. Me pregunto si en todos lados será así de rubio... - Susurró sensualmente, mordiendo su labio. - ¿No te gustaría mostrarme, eh, Will?

- ¡Qué sutil! - Lancé en su dirección, ella solo me ignoró alzando fugazmente una de sus cejas castañas.

A pesar de que sus palabras me habían causado un gran sobresalto, Will se encontraba más distraído y concentrado en fisgonear a Nico Di Angelo que molesto por la osadía de Piper. Se veía bastante pasmado y maravillado en partes iguales.

-No te había visto- exclama Solace con sus ojos muy abiertos, como si intentara estar pendiente de todo lo que pasaba a su al rededor, luego comenzó a balbucear y susurrar cosas para sí mismo- ¿Cómo no lo ví? No, no estoy perdiendo nada... - se tapó los oídos y negó irritado. - ¿Pueden callarse alguna vez ustedes dos?

Calipso se masajeo el puente de su nariz con fastidio. Will movió su mano al aire como espantando mosquitos, y luego finalmente se recompuso y ya no pareció un chico teniendo alucinaciones.

-Eeeeen fin... ¿Decías que nos ibas a hablar de un plan?- Percy aun miraba a Annabeth expectante, con los ojos muy brillantes y completamente patético en mi opinión. ¿Qué pasó hermano? ¿Tan fácil caes por un lindo cabello rubio? Bueno, al menos Annabeth mostraba más cerebro que belleza. Aunque ninguna de las dos cosas le faltaba.

-Sí- contestó ella- Y es mucho mejor ahora que estamos todos...

-Podemos excluir a Nico di Angelo de ese "todos"- dijo el italiano, e hizo amago de levantarse de la mesa.

-NOOO- Annabeth, Will y Hazel exclamaron al mismo tiempo, la última lo obligó a sentarse de nuevo. Los estudiantes de las mesas que estaban alrededor, nos miraron durante unos segundos, pero con un solo gesto tosco de di Angelo, volvieron sus rostros y comenzaron a susurrar rumores acerca de él.

-Dicen que le lavó el cerebro a Solace y a Zhang, por eso aún siguen con vida- dijo un chico de la mesa de la izquierda- y que utilizó acido de batería y lágrimas de perritos para hacerlo.

-Yo me enteré de que su familia está metida en el alto mundo de la mafia italiana- dijo una chica en otra mesa, un poco más distante- y que di Angelo mató con sus propias manos al hijo del Padrino.

-Yo escuché, de buena fuente, que di Angelo y Hazel son parte de una secta satánica- fingió susurrar Will a Piper, sin embargo, todos los que estábamos cerca escuchamos.

Esta era la primera vez que yo escuchaba a Solace decir un rumor acerca de di Angelo. Lo hacía con él al frente? ¿En serio? ¿No podría ser un poco más cuidadoso por su salud? Hazel se puso una mano contra el pecho, miró a Will con mirada acusadora y ofendida, con una expresión de total desconcierto. Parpadeo varias veces, como intentando asimilar lo que el rubio acababa de decir, a su lado, Nico ¿sonreía? Sí, eso parecía una sonrisa. Entonces, Hazel se volteó hacia su hermano y le propinó un golpe con el puño cerrado contra su brazo.

-No se suponía que les contaras- reclamó, muy seria y con el ceño fruncido. Casi le creímos por un momento, hasta que Solace comenzó a reír a carcajadas (lo cual no era extraño en él), pero contagió a Hazel y después de un rato Nico tuvo que pasarse una mano por los labios para no terminar riendo él también.

-De acuerdo, volviendo al tema principal...- interrumpió Annabeth, mirando a di Angelo fijamente- No puedes quitarle piezas a mi juego de ajedrez- Nico levantó una ceja, pero parecía más intrigado que desconcertado- Al menos no innecesariamente. Sé que muchos de ustedes no se soportan ni ver, pero todo esto es una jerarquía, y les guste o no, pertenecemos a ella. Podemos unir fuerzas y tener éxito, o mantenernos separados y morir lentamente.

-¿Jerarquía?- Hazel fue la primera en preguntar, miró a Calipso a su lado- ¿Es como la escala de criminal que me explicaste?

-Algo así- contestó la rubia sin esperar por las palabras de Belladona- Denme papel y lápiz- Leo extendió, sobre la mesa, lo que ella solicitaba, y entonces la chica comenzó a explicarnos su supuesto plan- Imaginemos, para hacerlo más práctico, una monarquía.- empezó a dibujar- Aquí abajo, en el último eslabón, tenemos a los esclavos, o en otras palabras los perdedores del Instituto, aquellos que sufren el peor bullying y están destinados a ser víctimas de Clarisse.

-Como Andrew- apoyó Calipso- Chicos nerd que nadie sabe cómo demonios llegaron aquí. Tu estarías ahí también- dijo mirando a Hazel y levantando un dedo de su mano por cada punto que enumeraba- si no fuera porque tienes un hermano de alto rango, porque eres rápida haciendo amigos y porque solo tu entraste como chica en esta ocasión, lo cual te convirtió en la sensación del momento.

-De acuerdo... me salvé milagrosamente de estar entre los esclavos- la morena trago saliva visiblemente- Comprendo, sigamos.

-Andrew es un hacker- intervino Leo- entró en los documentos secretos más importantes de su antiguo instituto, sin dificultad alguna- chasqueo la lengua- Si tan solo no fuera tan... llorón. No estaría tan jodido aquí dentro.

-Bueno, ahora, eso explica por qué te agrada- intervine, al fin comprendiendo. En un principio pensé que Leo simplemente tenía cierta debilidad hacia las personas sin amigos, así se acercó a mí después de todo. Pero, ahora entiendo que se debe a los conocimientos en tecnología del pobre chico. Leo no se puede resistir ante ese tipo de temas.

-En el segundo eslabón- continuó Annabeth- tenemos a los plebeyos. O como a mí me gusta llamarlos, los normales. Criminales menores que están aquí por cometer algún tipo de error lo suficientemente caótico como para llamar la atención de sus padres. No son víctimas directas, ni tampoco realmente relevantes a menos que sepan hacer algo específico.

-Como los Stoll- intervino Frank- Nadie se mete con ellos porque consiguen mercancía de quién sabe dónde. Tambien Silena, Nancy Bobofit, Kelly.

-Ninguno especialmente malo, ni especialmente bueno- apoyó Percy.

-Luego tenemos a la "baja nobleza"- Annabeth dibujó un escalón más en la pirámide- y es ahí donde nos encontramos muchos de nosotros. Son chicos que consiguieron llamar la atención, no solo de sus padres, sino también de la policía. Gente que además, tiene aliados fuertes aquí dentro.

-Como tú- señalé- y Frank, Will, Hazel, Jesse y cualquiera de los hombres de Dimitri, incluso yo mismo también. Ninguno es especialmente peligroso, pero sabe subsistir y mantener cierto rango a los ojos del señor D.

-Exacto- aprobó la rubia- Y lo más importante, nos relacionamos con gente de la siguiente casilla. La "Alta Nobleza" o... los poderosos. Gente cuyo delito va más allá de ser "cómplices" o meterse a las bibliotecas en la noche, o robar cosas sin importancia.

-Gente como sexy Leo Valdez- intervino el latino- Que incendió el instituto.

-Si tu padre te trajo aquí solo por incendiar el Instituto- dije, mostrando una sonrisa tétrica al recordar ese día- Entonces yo no destruí la estatua del mío con un bate.

Leo sonríe de forma burlona pero aun así no dice nada al respecto. Su mirada lanza un mensaje secreto: "No ahora, hermano".

-Y también está Percy- continuó el latino- Cuyos enemigos aún están en el hospital, apuesto.

-Mi hermana- intervino Frank nuevamente.

-Chris también se incluye en esos- dijo Piper- Es peligrosamente ardiente, ese chico. ¡Por todos los dioses!

-Basta Piper- la reprende Annabeth de inmediato y le lanza una mirada significativa- En lo más alto de la pirámide. Lo más alto de la monarquía...

-Debería estar el Rey- dijo Hazel mordiéndose el labio durante unos segundos, pero luego sonrío- Y sería la persona más "Peligrosa" del Instituto... ¿Cierto?

-Cierto.... El problema es, que tenemos varios candidatos- dijo Annabeth- Yo clasificaría este último eslabón, como "Las Grandes Potencias".

-Rusia... Italia... ¿Cómo en la Segunda Guerra Mundial?- exclamó, más que preguntar Will, llevándose una mano a la frente, como si recién comprendiera algo- Ahora recuerdo... Ese era el conflicto.

-Si no reino sobre fantasmas, me importa un cereal la corona- interrumpió Nico esta vez- Pueden hacer lo que quieran con ella.

Rlk: Créditos a mi misma por la hermosa pirámide que nos facilita mostrarles toda la jerarquía del instituto.

Amer: Eres fantástica, sis. Tú si haces esto más serio e intenso. Grr.

Rlk: Shh, aquí no sis, aquí no. - Le guiña un ojo.

~~~~~~

-¿Estás demente?- exclamo yo esta vez. Al fin comprendiendo el punto al que Annabeth quería llegar con toda esta explicación. Ella tenía razón, mucha razón. Esto estaba a punto de convertirse en una guerra y era hora de que cada quien eligiera su bando. - Existen dos Grandes Potencias, como dice Will. En este caso, Rusia e Italia. Dimitri y Nico.

-Dije que no me importa...- insistió di Angelo.

-A ti no... pero a nosotros sí- interrumpió esta vez Calipso- Sunshine está ahora en la lista negra de Dimitri, y según lo que dice Percy, el trío de idiotas también.

-Trío Tormenta Marítima de Fuego- corrigió Leo- Apréndete el nombre, muñeca.

-Así es... y todos sabemos que si Dimitri lanza un ataque- continuó Annabeth- Ustedes lo devolverán en igual magnitud. Empezará una guerra, y pronto, todos empezaran a elegir su propio bando. Pero Dimitri es poderoso... muy poderoso.

-Los que se dejan llevar por su instinto de supervivencia y no por la amistad- dijo Percy esta vez- Nos van a traicionar y se marcharán al lado de Dimitri, antes de lo que canta una sirena para devorarte.

-A menos de que crean...- complementé yo, pero luego corregí mis palabras- A menos de que sepan... que nosotros tenemos a alguien del mismo nivel que Dimitri.

-Sí, sí...- intervino di Angelo- Muy lindo cuento de hadas, pero el punto es... Que sigue sin importarme en lo más mínimo lo que le pase o no le pase a cualquiera de ustedes, con excepción de mi hermana, así que...

-De acuerdo, déjenmelo a mí- lo interrumpió Piper, para luego inclinarse sobre la mesa en una posición sensual- Puedo recompensarte... ¡Ahg!

Will Solace la jaló de vuelta a su lugar y la miró con gesto acusador. Al parecer el rubio se había creído lo de empezar a salir con ella. De lo contrario, no encuentro ningún motivo para que se molestara, tomando en cuenta que la chica ya había coqueteado con absolutamente todos los chicos en la mesa.

-Ni siquiera pierdas el tiempo con eso- dijo Nico mirandola sin inmutarse en lo más mínimo- Ninguno de ustedes debería perder el tiempo. Mi respuesta es "No"- añadió, para luego tomar su cajita con jugo y retirarse de la mesa. 

- Y allí va nuestra póliza de seguros... - Dice Leo en un suspiro, observando a Nico alejarse con añoranza. - Madre santísima. Estamos jodidos chicos.

- Aún no estamos jodidos completamente, Valdez... Aún podemos... - Otra voz corta a Annabeth en seco, proveniente de los altavoces puestos alrededor de las paredes.

- Atención, atención zánganos de esta institución. - La voz del señor D reverbera por estos parlantes, se oye alegre y a la vez mosqueado por alguna razón. - Solo quería recordarles, la importancia de su buen comportamiento para toda esta semana...

- Tengo un mal presentimiento... - Murmura Piper con los ojos abiertos de par en par con temor.

Mis ojos otean hacia ella de reojo, y me sorprende el cambio de ánimo tan drástico que ha sufrido repentinamente con el anuncio del señor D.

- La otra semana, el miércoles, día intermedio de este mes. Tendremos nuestra muy conocida reunión de padres mensual.

Un quejido lastimero se levanta por toda la cafetería, nadie está muy emocionado particularmente por ver de nuevo a sus padres en un largo tiempo. Tampoco yo, un ligero escalofrío había dejado mis pelos de puntas al imaginarme estar de frente de mí padre nuevamente, mirándome con esos duros y tormentosos ojos azul eléctrico.

- Así que ya saben... - siguió hablando el señor D más animoso, probablemente satisfecho con nuestro sufrimiento. - Pórtense muy mal, para darme el gusto de desquitarme de ustedes con sus amados y atentos padres. Eso es todo, que tengan una pésima semana escolar.

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La cafetería apestaba a delincuentes asustados. Un gran tumulto agitado empezó a levantarse de sus asientos e irse a otro lado aunque no supieran a donde se suponía que huían, ya que no había escapatoria en este instituto. Todos iban a correr la misma suerte tarde o temprano. Encontrarse cara a cara con sus padres, y sufrir de vuelta el abandono de ellos.

- Bueno chicos, yo, debería... - empezó Piper, levantándose de su asiento y mirando a cualquier parte menos a nosotros. - Iré a ordenar todos mis cosméticos...

- Y yo ordenaré mis medicinas en orden alfabético. - Saltó a decir Will, también incorporándose de su asiento.

- Sí bueno, yo iré a hacer...  Ehh, cosas de delincuentes. -  Titubeo Percy a su vez, buscando inspiración en el tenedor de su mano. - Eso. - Dicho eso, se largo acompañado de Jason y Frank que parecían hacer una carrera por quién llegaba primero a sus habitaciones.

Al cabo de un momento, Hazel también se disculpó y fue a otro lado con la mirada perdida. Quedándose Leo y Calipso solos, sentados uno a cada extremo de la mesa. Calipso estaba inmersa en sus pensamientos, por ello no se había dado cuenta de con quién se había quedado sola.

Leo carraspeo, Calipso pestañeo un par de veces y viró su rostro mirando al latino de manera neutral.

- Entonces, nos hemos quedado solos tú y yo... ¿eh, muñequita? - Subió y bajo las cejas sugerente, jugando con uno de sus rizos castaños como una colegiala. - Qué te parece si, me ayudas con mis herramientas en mi habitación, nena.

Un pequeño lapso de tensión en el aire, poco a poco Calipso empezó a fruncir el ceño más duramente. Leo sintió el pánico inundado su cuerpo, pero mantuvo su coqueta sonrisa esperando como un hombre valiente la explosión de la supuesta criminal.

- Cuando los cerdos vuelen. O cuando me rescates de una isla mágica en tu dragón dorado... - Respondió con voz suave. - Hasta ese día, piérdete.

Sentenciando aquello, se levantó de la mesa y se fue en la misma dirección que Hazel. Dejando solo a un muy desilusionado y encantado, Leo Valdez.

Chasqueo los labios.

- Tú te lo pierdes, cariño. Tú te lo pierdes...


Paso 13. Encuentra tu puesto jerárquico, o muere de bullying por Clarisse: Establecido, pero con probabilidades de variabilidad en cualquier momento

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RLk: Los dejamos con esta sensual imagen de Will prácticando yoga, cortesía de Ainita2004 

Amer: ¡Oh! Y adivinen que, hemos ganado un puesto de segundo lugar en los Premios #BubbleGum2017 Estamos más que encantadas con este premio EN HORA BUENA.

Rlk: ¡Oh! Y el primer puesto en los Premios Watubber Jackson 2017. ¡Cuántos premios! Qué cool.

Amer: Nos vemos pronto delincuentes.

Rlk: Sueñen con nosotras ;) Pero nada de cochinadas 7w7

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