Paso#11: Elige tu bando
Amer: :3 los quiero. Comenten mucho :*
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RLkinn: *mira con sonrisa de Gato de Cheshire a todos los lectores* Sabía que desobedecerían, Gracias por seguir leyendo. Disfruten el segundo Capitulazo como recompensa por esperarnos durante tanto tiempo, y sernos fieles.
Amer: ¡Disfruten la lectura! ¡Oh y nada es gratis nenas, quiero ver esos comentarios!
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Giraba y giraba alrededor de mí cama, tenía tanto calor y tenía tanta sed. El aire acondicionado de nuestra habitación hacía un ruido zumbante muy extraño desde hace horas y cuando tiraba el aire frío en realidad era como si lo estuviera escupiendo o vomitando encima de nosotros. No podía dejar de pensar en muchas cosas, mi mente giraba y volvía y comenzaba siempre en el mismo lugar.
De aquella noche en aquel callejón, de aquel día con aquellos uniformados. De aquellos rumores y ellos creyendo todo lo que decían de mí aún cuando días anteriores proclamaban ser mis amigos y conocerme absolutamente.
Frank Zhang dormía en la litera de arriba de la de Nico, recuerdo el primer día de clases, Frank aseguraba que el lugar menos peligroso era en la litera de arriba, donde según él, podría percibir a Nico Di Angelo si intentaba subir por las escaleras. Sin embargo, viéndolo desde mi posición. El chico canadiense estaba tan dormido como un oso hibernando.
Nico Di Angelo también se veía como un no muerto al dormirse, de no ser por el ligero vaivén de su pecho respirando desde hace días de intenso acoso por las noches ya había entrado en pánico.
Tenía ganas de orinar, así que me levanté de mí cama y fui al baño. Cuando volví a la habitación, me senté en la orilla de mí cama y me di cuenta que el sueño se había disipado completamente.
Excepto la sed, la sed no se iba. Por un momento de delirio (por la sed ¿tal vez?) Pensé que me había convertido en un vampiro y ahora tendría que sobrevivir mediante la sangre de mis enemigos...
Miré hacia mí izquierda, Nico di Angelo dormía plácidamente y su cuello terso y pálido me incitaba a morderlo y sabore... Detuve mis salvajes pensamientos. Mejor me tomo una coca cola. Sí, eso es bueno. Dándole una última mirada a Nico Di Angelo, abrí la puerta sigilosamente para ir de caza por una Coca Cola.
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Amer: Eskiusmi? PERDÓNAME? SIS sis, que... De rodillas por ti, es mi frase célebre :'v @mapuma
RLKin: *mira la pantalla seria* yo no diría algo así... Lo haría mas cursi... Y... Estúpida mi sarcasmo, idiota. El tono sarcástico de Will me pertenece jajajajaja.
Amer: Khe, sin comentarios... No espera, en que mundo me ves a mi pasiva? >:V FerniDessu
RLKinn: *absorta* no se que me preocupa más... Si lo de que lo leyó como yaoi Amerkinn, si lo de que lo leyó asi incluso cuando saben que Amer y yo somos chicas... O lo de yo siendo activa... WTF?? Jajaja en que mundo we? No han visto mis uñas *muestra sus largas y hermosas uñas pintadas con esmalte Ships-Candentes* soy mas pasiva que Afrodita we
Amer: Además, no perviertas nuestro sismance >:v Nuestro sismance puro e inocente. Es demasiado para sus morbosas mentes
RLKinn: Exacto... Nuestras conversaciones son completamente no-gays... Como las de Jercy
Amer: *mira por todos lados*
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Dejé caer la tapa del refrigerador para que se cerrará con un golpe seco, mientras buscaba de paso en la oscuridad de la cocina de la cafetería algún aperitivo para matar el antojo. ¿Por qué hasta tenían que ponerle candados a los refrigeradores? ¿Acaso piensan que somos unos delincuentes? No contesten esa pregunta, si no quieren una Jeringa en los ojos.
Eran las dos de la madrugada según el extraño reloj de delfín que brillaba en la oscuridad, en el camino había reflexionado que lo más sano sería tomarme un vaso de agua, no obstante, me dije a mi mismo. "Mi mismo, no puedes desaprovechar la oportunidad de probar, después de tanto tiempo, una fría Coca Cola". Y entonces, aquí estaba, saliendo de la cocina con nada más que mis livianas pantuflas de algodón y mi pijama, cuidando cada mínimo paso que daba en la oscuridad para evitarme una amputación de mis dedos chiquitos en caso de que los golpeara con alguna silla o por las patas de la mesa.
- ¡Ya abre la maldita lata de coca cola y satisface nuestro vicio! - Me gritó el angelito de la izquierda, rodé los ojos. - ¡Danos la estúpida cocaína!
- La Coca no tiene cocaína. - Refuté frunciendo el ceño.
- Claro que sí, ¿por qué crees entonces que es tan deliciosa y pareciera que nunca tienes suficiente de ella? Simple, dro-ga. - Corrobora el otro pensamiento disfrazado de Ángel. - Y presta atención por amor a nuestros dedos meñiques del pie. ¿Por qué no has prendido la luz? Toda esta oscuridad es tan terrorífica. No me gusta, repito, no nos gusta la oscuridad.
- ¡Exigimos Luz, Luz, luz. - Corearon los dos al mismo tiempo.
Me detuve en medio del comedor al oír el susurro de pisadas sobre el suelo, ¿lo había imaginado? Hasta el último pelo de mí cuerpo se erizó con eso y me quedé muy quieto en mi lugar ojeando estúpidamente en la oscuridad de a mi alrededor como si de la nada hubiera adquirido poderes de visión nocturna. ¿Era Cherry? Ay, por todos los soles del universo bendito, que no sea él, por favor.
- No encontré el interruptor de... - Empecé y antes de que siguiera la palabrería sin sentido de mis pensamientos...
Escucho un pequeño clic y toda la habitación se ilumina inmediatamente de forma tan repentina, que tengo que pestañear unos momentos y esperar unos segundos para que mis ojos se acostumbren, el miedo no tarda en hacer aparición incrustando sus garras en mi débil corazón propenso a ataques cardíacos.
- Bien, cambie de opinión. - Gimoteo nerviosamente mi angelito derecho. - ¡Qué alguien rompa los focos!
- Mierda, ¡debe ser el señor D! - Gritó mi subconsciente izquierdo. - ¡Hay que escapar pronto! Seguro está de nuevo con ese loco acosador negro-viola-Wills. ¡No hay nadie peor que ese tipo!
Abrí los ojos y lo vi parado allí, detrás de una larga y rectangular mesa, mirándome fijamente como si hubiera sabido desde un principio en la oscuridad, donde mismo estaba parado. No era Cherry... aun así seguía sin poder soltar un suspiro de alivio porque tal vez la persona delante de mí era diez veces más peligroso que él.
No solamente estaba Dimitri delante de mí, sino que también lo acompañaba dos de sus feos esbirros y, Chris Rodríguez unos pasos más alejados de ellos con un rostro carente de expresividad, flanqueando la puerta detrás de él para que evitará mi salida de escape.
- Will Solace. - Pronunció mi nombre con su ridículo acento ruso, aunque tuve que contenerme para tragar saliva ya que siendo sincero conmigo mismo, si me había perturbado un poco. - Vamos a ahorrarnos la parte introductoria en la que te explicamos porque estamos aquí y que queremos, saltaremos a la parte en donde tú directamente nos das lo que pedimos.
Sabía que este día llegaría tarde o temprano, e ingenuamente yo estaba esperando que llegara más tarde que temprano. Dimitri indudablemente me había visto ayer en la cafetería cargando las bolsas (y varias bolsas) llenas de medicinas mientras esquivaba toda la comida y destrucción de los estudiantes. Ahora sí que sabía que estaba de nuevo totalmente abastecido y solo porque me había puesto a esconderme debajo de las mesas no me las había confiscado ese mismo día.
- ¡Dimitri! ¡Chris! - Saludo efusivamente al ser lo mejor que se me ha ocurrido en la improvisación. - ¡Y chicos terceros de atrás que no conozco ni me importa!
- ¡Basura! - Contestó uno de ellos tirándome un escupitajo que cualquier pirata envidiaría.
- ¿De qué están hablando muchachos? - Fingí demencia mientras ponía una pose pensativa y hacía como que estuviera tratando de imaginar a qué se referían. En realidad estaba intentando encontrar una forma de escaparme lo antes posible y de la manera menos dañina para mi cuerpecillo.
Ellos estaban tapando la única puerta con salida a la libertad que primero daba al patio, luego con una corrida infernal de cinco minutos estaría llegando a los dormitorios masculinos, y estaba casi el 98% seguro que si llegaba iban a retirarse pues no creía que tuvieran las agallas de enfrentarse a Nico Di Angelo. ¿O tal vez sí?
-¡Vamos, Solace!- insistió Dimitri- Tenemos negocios pendientes. ¿Recuerdas?- la forma en que su acento remarca cada "r" nunca me había parecido tan tenebrosa antes- Te ofreceré algo a lo que no podrás negarte.
Algo en esa última frase, me hizo saber que realmente yo "no podría negarme". Si lo hacía me metería en problemas, estaba completamente seguro. Mi mente intentaba maquinar un plan de escape lo más rápido posible.
De repente el frío atacó todo mi cuerpo, ¿cómo es que terminé en este lugar? ¿En esta situación? Mi corazón martillea en mi pecho. ¿Será siempre así esto? Tendré que huir día y noche, fingir ser alguien que no soy solo para mantenerme a salvo. A veces me arrepiento demasiado de lo que hice. Pero era la codicia del ser humano la que me tenía aquí. Le inmunda codicia que siempre obliga al hombre a realizar actos estúpidos solo para acumular más y más dinero. Pero esa absurda codicia me había privado de mi libertad. ¿Había valido la pena?
- ¿Ah sí?- continué con la distracción- Escucho... Te lo dije antes, mi lenguaje es el de los negocios.
-Un puesto en mi pandilla- dijo él, sin más rodeos- A cambio de las pequeñas pastillitas de Clonex que te pedí. Incluso compartiremos las cervezas contigo. ¿Te gustaría eso?- continuó con toda su voz cargada de falsa amabilidad- ¿Una buena noche de libertad mental? ¿Un viaje fuera del planeta, por unas cuantas horas? Y es solo el principio.
-¿Solo el principio?- pregunté, siguiéndole la conversación, necesitaba todo el tiempo posible. Mis angelitos estaban ambos en mi hombro derecho, con pizarras y computadoras, haciendo gráficos y realizando formulas físico-matemáticas para sacarnos de esta con vida.
-Habrá mucho más- continuó Dimitri- Puedes ser mi mano derecha. Observé como a sus dos gorilas feos se mostraban bastante ofendidos con esa oferta. - Todo tipo de comodidad que quieras será sencillo de conseguir. ¿Ya te hablé del poder de mi padre? Créeme, no hay nada imposible para mí y quienes estén de mi lado.
- Sí, sí. Suena realmente asombroso. - Me reía limpiamente, mientras jugaba con la lata de gaseosa en mis manos. - Yo siendo el nuevo esclavo o "compañero" de la fabulosa pandilla Dimitri.
- Serías uno más de nosotros. - Explicó sonriendo sin calidez y manteniendo una mirada cautelosa. - Solo piensa en todos los privilegios que obtendrás a nuestro lado.
Solté un silbido impresionado.
- Vaya, sí, pienso en las posibilidades que me da eso... - Me encogí de hombros y le di una enorme sonrisa. - Sí bueno, también tengo muchos privilegios y pros estando al lado de Di Angelo.
- Sí no es lo que quieres da igual, dummkopf- Rezongo Dimitri, y no era necesario que supiera ruso para adivinar que su disque lado amable y caritativo, ya estaba empezando a caérsele a pedazos velozmente de tal forma como veía que se le caía la caspa en su sudadera. Y además, no parecía haberle agradado mucho que comparara su poder con el de di Angelo. ¿Existía algún conflicto entre rusos e italianos? Ni idea, nunca he sido bueno en historia, entonces la voz exaltada de Dimitri vuelve a sacarme de mis cavilaciones. - La droga, danos la puta droga. AHORA.
Y porque soy un hombre muy rebelde, bien estúpido, pero muy valiente. Pruebo de nuevo con otra pregunta.
- O sea que si me voy con ustedes... - Inicié lentamente en tono estúpido. Una última distracción más, hacerle pensar que compartía ciertos de sus desdenes. Mis angelitos ya habían culminado su plan y se estaban colocando un uniforme del ejército, con casco y protectores de rodillas- ¿Quiere decir que me cambian del cuarto de Nico di Angelo?
Una vez más Dimitri intenta con una sonrisa amigable, los dos tipos se acercan hasta estar al lado de él, pero Chris no se aparta de la puerta en ningún momento.
- Exactamente. Tendrás la suerte de alejarte de ese lunático. Todo lo que quieres en una sola oferta será tuyo. Solo yo puedo dar tales oportunidades sin casi nada a cambio, Solace.- Dice en tono condescendiente y alza una mano en mi dirección, esperando a que se la estrechara, miré esa mano y luego miré a Dimitri sonriendo de oreja a oreja. - Una oportunidad única.
- Todo esto es tan genial. Privilegios en el Instituto, como buena comida, buena habitación, un MP3 nuevo y televisión plasma. - Solté una risa incrédula llena de alivio aparente. Empecé a agitar la coca cola que tenía en mi mano. - Solo un tonto rechaza algo así.
Y vaya que yo debía ser el tonto más estúpido sobre la faz de la tierra, porque entonces, tomé impulso de toda la fuerza que era capaz de obtener mi pierna, y le di una poderosa patada a la mesa, que salió disparada hasta chocar contra Dimitri y sus dos amigos con tanta fuerza que incluso se tropezaron y cayeron al suelo momentáneamente. El ruso echo un grito escalofriante, que casi convirtió mis pies en gelatina, la mesa los había golpeado en la rodilla o en sus piernas a cada uno de ellos con demasiada fuerza, con eso me había ganado valiosos minutos de oro para escapar.
Salí pitando en dirección a la puerta donde la flanqueaba Chris, este me miró con el ceño fruncido y un semblante aburrido como si esperara derribarme fácilmente mientras me acercaba, pero yo ya había formulado un plan especialmente para él.
- Lo siento, viejo. - Dijo él encaminándose para detenerme - No es nada personal.
- Está bien, amigo. - Contesté con voz entrecortada. - Esto tampoco es personal para mí.
Abrí la lata de Coca Cola repleta de gas, y el líquido gracias a que lo había agitado por un buen rato, salió disparado en su cara y como si eso no bastará le tiré la dura lata la cual se estrelló de lleno en su rostro y soltó un grito estridente en respuesta, sosteniendo su ojo izquierdo, ignorando la sangre que brotaba de un corte en su mejilla.
- Limpia antes de salir. - Solté echando una risa temblorosa y cuando salí a través de la puerta oliendo el aire fresco y oyendo los grillos de alrededor con las maldiciones y órdenes de Dimitri detrás de mí. Ahora no había duda, mi supervivencia dependía de la velocidad con la cual mis pies me sacaran de ahí.
Salí corriendo, corrí como nunca antes lo había hecho, atravesando velozmente el patio de la cafetería, con el césped amortiguando mis pisadas y las de los colegas de Dimitri que venían siguiéndome como perros bien entrenados intentando atrapar a su presa.
Pronto, mis pulmones empezaron a escocer, el aire empezó a faltarme, pero no me detuve. Podía escuchar claramente, como mis angelitos me daban ánimos y me instaban a correr más rápido.
-Vamos Willy- decía uno de ellos- Los estamos dejando atrás. Tenemos una oportunidad de sobrevivir.
-No es cierto, no los estamos dejando atrás- probaba el otro con una estrategia distinta- Corre más rápido que nos atrapan. Corre como si Cherry en tanga viniera por nosotros. ¡Corre, joder!
Definitivamente lo último sirvió para que redoblara mi velocidad, esquivando las mesas del patio, los arbustos y ramas bajas de los árboles que algunos se habían estrellado en mi cara como dedos delgados y afilados.
La puerta del edificio de los hombres estaba adelante a pocos pasos, por suerte para mí, al salir hace unos minutos atrás la había dejado entreabierta. La empujé con mis dos manos y me preparé mentalmente y a mis piernas para que dieran todo de sí para subir por las escaleras.
Pero antes de eso agarro la puerta para poder cerrarla, al menos para darme algo de tiempo, y cuando giro para mirar detrás de mí lo hago justo a tiempo para ver que la mano de Dimitri se estira y agarra la tela de mi camiseta, sus uñas rasguñando mi pecho.
- Ven aquí, hijo de puta. - Me escupe en la cara al gritarme, e intenta jalarme de nuevo al exterior.
Antes de que los demás de sus compañeros llegarán, aprieto la manija y cierro la puerta con todo y su brazo en medio. Dimitri grita encolerizado una vez más, incluso su pierna ha sufrido el golpe y cuando retira sus dedos de mi camisa, vuelvo a intentar cerrar la puerta velozmente para magullar sus dedos en el camino. Con esto me había ganado una tortura clase vip con Dimitri para toda la eternidad.
- Te voy a matar. ¿Oíste? - Me grita detrás de la puerta, apenas oigo sus palabras mientras me dirijo hacia las escaleras. - Te voy a cortar los dedos uno por uno y te los meteré en el ano.
Hay momentos en la vida, en la que la adrenalina es tal, que el cuerpo se adapta a las circunstancias, y entonces, lo que hasta hace unos segundos dolía demasiado, al momento siguiente deja de sentirse en absoluto. Eso me sucedió. De pronto mis piernas no dolían, solo corrían y avanzaban a velocidad máxima. Ya no escuchaba ruidos, aunque sabía que tanto mis pisadas como las de mis perseguidores debían estar haciendo música en percusión por todos los pasillos.
¿Estaba respirando? No tenía la más mínima idea, mi cuerpo estaba en modo automático. De lo único que era realmente consiente, era que mi corazón estaba intentando salirse de mi pecho. Con cada latido sentía una presión en la garganta, que pronto fue evolucionando hasta empezar a convertirse en náuseas. Aun así no me detuve. Y corrí como el viento de otoño.
Cuando llegué al segundo piso, encontré que había dos figuras en el pasillo, teniendo una tranquila conversación, probablemente planeando su nueva estrategia para pasar el tiempo sin aburrirse en este lugar. O quizá a conciencia los carcomía tanto como a mí y no podían dormir de noche. Como fuera, no podía dejar que ellos sufrieran las consecuencias de mis actos de rebeldía en contra de Dimitri. Sobre todo después de su ayuda para conseguir mis suministros. Tenía que advertirles.
-Corran. Corran...- Grité hacia Percy y Jason.
Al principio, se sobresaltaron, probablemente no esperaban escuchar una alarma como esa en medio de la noche, me miraron automáticamente y seguramente también habían divisado a los dos idiotas que me seguían por atrás.
Esperaba que ellos se girarán y escaparan, pero en cambio, tal y como si fueran mentes gemelas malvadas, ambos se miraron divertidos, compartieron dos palabras que no pude identificar, Percy Jackson sonrió a su amigo y el susodicho le bufó de vuelta con burla, ¿por qué no retrocedían?
Los pasos de los dos chicos que me seguían sonaban cada vez más cerca, pero no miré atrás en ningún momento, y solo por eso, pude ver el momento exacto en que ambos chicos delante de mí empezaron a trotar casi al mismo tiempo como si uno fuera el reflejo del otro, y luego estaban corriendo a gran velocidad en mi dirección como dos misiles apunto de estrellarse.
- ¡Vuélvanse! - Chillé casi deteniéndome pero cuando sentí el roce de una mano en mi espalda, volví a correr imaginándome el impacto que tendríamos los cuatro. - ¡¿QUÉ HACEN?!
Justo en el preciso instante en que Percy y Jason iban a impactar contra mí, ambos se abrieron del camino pegándose contra la respectiva pared que tenían a lado, dejándome pasar primeramente en medio de ellos a salvo.
Por la sorpresa inicial, me sentí a mi mismo cayendo al suelo estrepitosamente mientras mi cabeza se torció para mirar hacia atrás y poder verlos actuar a ambos casi como en cámara lenta al unísono con una mirada fría y cruel puesta en sus atractivos rostros.
Y en este pequeño intervalo de tiempo, en estos insignificantes segundos que a la vez lo significó todo. Recordé algo muy importante... Percy Jackson y Jason Grace podrían fingir ser todos los días como los idiotas más grandes del mundo, podrían mostrarse de lo más graciosos y simpáticos y atolondrados. Pero déjenme decirle, que eran ellos unos excelentes actores y nada más, y nosotros unos estúpidos espectadores. Porque unos "idiotas", (como todos decían que eran ellos) jamás hubiesen podido haber hecho lo que hicieron con tanta frialdad y normalidad.
Qué ingenuo aquel que piense que estos son simples chicos idiotas que no tienen idea de nada. Los compadezco en verdad. No tienen idea.
Jason agarró con una sola mano el costado de la cabeza de uno de esos chicos, y Percy agarró un puñado de pelo largo del costado del chico que tenía a su lado, ambos esbirros de Dimitri sólo tuvieron tiempo de mostrar una expresión de absoluto sobresalto... Antes de que Percy y Jason empujaran sus cabezas en la dirección del otro.
Como si lo anterior hubiera sido una profecía, caí al suelo sobre mi trasero, sin dejar de ver al momento en que las dos cabezas impactaron la una con la otra y se oyó un asqueroso y crujiente "crac", como dos sandías chocando con una fuerza demoledora y abriéndose en consecuencia. Percy sonrió mirando a su primo fascinado por la sincronía de sus actos.
¡Rayos! Por un momento me encontré deseando que sus cráneos no se hubieran roto, porque yo no tenía como curar eso. Luego recordé que aunque pudiera curarlo, no lo haría. No volvería a acercarme a esos sujetos en lo que me quedaba de vida. Y para bien o mi desgracia, parecía que ese tiempo no sería mucho, después de esto.
Pero ellos no eran los únicos que me seguían. A pesar de que los dos iniciales quedaron casi fuera de juego, Dimitri apareció tras ellos y observé como el ruso cargaba contra el que supuso que era enemigo más formidable para él. Dimitri le dio una patada en el estómago a Percy y éste trastrabilla hacia atrás echando un bufido. Uno de los esbirros de Dimitri que había sido atrapado por Jason anteriormente, se levantó del suelo liberándose de su aturdimiento y fue a por Jason, ambos se saludan al mismo tiempo con puñetazos en sus mandíbulas.
Percy se recuperó rápidamente fijando sus ojos verde mar y calculadores en Dimitri, al encontrar la oportunidad, le dio un puñetazo directamente contra su barbilla que consiguió lanzarlo hacia atrás un par de pasos. Entonces fue como si estuviera leyendo su ficha de nuevo, y conocí de primera mano el verdadero poder del Huracán del Mar. Jackson estaba aquí por causar severos daños en la anatomía de sus compañeros de su antigua institución. Bueno, ahora ya sé cómo lo hizo.
El ojiverde parecía un verdadero Kraken del mar. Era como si sus brazos se multiplicaran hasta alcanzar la cantidad de tentáculos de esa bestia, y cada uno de ellos, fuera empleado con la mayor fuerza posible para destrozar el rostro del pandillero ruso. Incluso me parecía ver destellos verdes irradiando de su cuerpo, dándole un aura imponente y adornando su sonrisa burlona mientras realizaba su defensa.
Percy agarró a Dimitri de la tela de su camiseta y luego con toda la fuerza de la que es capaz, azota a Dimitri contra la pared tantas veces como le fue posible antes de que Dimitri se deshiciera de su agarre e intentara sujetar el rostro de Percy (de forma para nada romántica) para poder golpearlo contra la pared también. Sabía que esto iba a ser más duro de lo que pensé cuando vi que aún con los codazos que Dimitri recibía al costado de su cabeza por parte de Percy, apenas y se inmutaba ignorando la sangre que se resbalaba por su rostro y arrebatando una y otra vez contra el azabache.
Al poco rato, Jason ya no estaba peleando solo con uno de los esbirros, el segundo pronto se había recuperado y ahora lo sujetaba por detrás para que el otro pudiera insertarle golpes en la cara de Jason. No obstante, con una patada a lo espartano envío lejos al que le daba puñetazos y fue a por el que lo sujetaba.
Más rápido de lo que era posible para mi incorporarme, se desató una guerra de golpes, patadas y mordiscos. Entonces cuando Chris Rodríguez iba a sumarse al combate, con todo su rostro aún completamente manchado de sangre, al fin pude ponerme de pie. Ambos estábamos a segundos de saltar en medio del caos, para ayudar cada uno a nuestros aliados, pero entonces...
Una pequeña pelotita plástica pasó volando por en medio de todos, y se estrelló directamente contra la pared, y de pronto, una explosión emergió cual botón convirtiéndose en flor, cual Margarita brotando de la tierra. Y la malvada risa de Leo Valdez se escuchó como música tétrica en un teatro abandonado.
-¡Conozcan mis preciadas bombas de humo!- dijo su voz burlona, como presentando un gran artefacto que salvaría al mundo de todas las enfermedades, epidemias y hambruna. - ¡TOTALMENTE HECHAS EN CASA!
Podía imaginar claramente su cara de orgullo ante esto, sin embargo, yo ya no podía ver nada en absoluto, en medio de ese espeso humo mientras tosía y pequeñas lágrimas se escapan de mis ojos.
-¡Percy! ¡Jason! - Los llamé desesperado, estaba completamente desorientado lo único que había encontrado era una pared y algunos gritos que iban en aumento provenientes de cada habitación del pasillo, como claro símbolo de que los estudiantes habían escuchado todo nuestro espectáculo y estaban levantándose de sus cálidas camas y saliendo para encontrar el motivo de su sueño perturbado, y, tal vez, unirse al complot.
Entrecierro los ojos entre el humo, en ese momento veo como dos figuras vienen corriendo en mi dirección, mierda, esos podrían ser Dimitri o Chris. Retrocedí un paso como para salir huyendo pero el pensamiento de abandonar a Jason y Percy, luego de que me ayudaran, me retiene en mi lugar.
Entonces las figuras se hicieron visibles, me encontraron y los dos al mismo tiempo sin decírselo al otro agarraron cada uno, uno de mis brazos y me llevaron a rastras apenas sintiendo el suelo debajo de mí.
- ¿Qué haces aún aquí, idiota? - Me regaña Jason sin sonar ni un poco agitado. - ¡No es momento para inhalar humo!
- ¡Mucho menos este! - Corrobora Percy soltando una carcajada divertida.
-Me ofendes, Jackson- la voz de Leo se sumó, saliendo de quien sabe dónde, como solo un chico elfo como él podría lograrlo- Cualquiera que inhale mis bombas de humo debería considerarse honrado.
En medio de todo el desastre una vez más, las sirenas de la alarma de incendios se activan y poco después las boquillas de agua se abren para caernos como llovizna fresca, empezando a empaparnos y enfriando nuestros cuerpos después del calor de la guerra.
- ¡NO, otra vez no! - Escuché gritar a alguien entre el gentío que había salido en el pasillo para ver y ahora se metían rápidamente de nuevo en sus habitaciones. - ¿Es en serio?
Los cuatro corremos en dirección a las escaleras para llegar a la habitación, aunque yo soy más bien llevado a rastras de espaldas por Jason y Percy. Solo por eso lo veo.
Entre todo ese gentío, solo unos ojos cafés inyectados en sangre y odio me siguieron hasta que giramos hacia una esquina. Los ojos de Dimitri me miraron intensamente, prometiendo un saludo más tarde o días después.
Y deseaba, desesperadamente, que no tuviera también una despedida definitiva para mí.
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Amer: Primero que nada brendagleek22 estuve a punto de contestarte.
Amer: "como para no diferenciar tu escritura". Solo tengo está reacción cariño. Ajá. JA. JAJAJAJJAJJAAJAJAJAJAJJAJAJAJAJJAJA *muere y el fantasma de Amer sale de su cuerpo y sigue riendo* No te ofendas. jajjajajajajjajjajajaJAJa
Rlkinn: Ya sis, jajaja no te rías de ella que es de mis lectoras estrella. Aunque... Brenda, pensé que sí lo lograrías we jajaja es decir, es cierto, has leído todas mis historias, hasta los Oneshots jajaja deberías saber que amo tanto a Nico que, si tengo la oportunidad de ser un personaje, obviamente seré el único que es capaz de acostarse con él jajajajajaja
Amer: Pero te perdono, porque no lees mis historias, así que estás en desventaja. Así que realmente nunca creíste que RLkinn y yo escribimos igual. IGUAL. Y ahora ven que no es mentira. Siempre les dijimos que varias veces hasta las dos olvidabamos quién hizo lo otro.
Amer: ¡AQUÍ ESTÁN LAS PRUEBAS!
(N RL:...) *Aparece Amer y hace un garabato sobre el parentesis* *RLkinn la mira con desdén pero decide seguirle la corriente* (N RL+Amer: Nenas, todos nuestros comentarios son puro show, diseñados para hacerlas reír, y nuestra intención no es ofender a ninguna de ustedes, por el contrario. Tal y como lo dice Amer arriba, escribimos de una forma extremadamente similar y es dificil diferenciar cual es cual, incluso para nosotras. Repetiremos esta dinámica. :) Esperen el Percabeth)
RLkinn: Esperamos que lo hayan disfrutado. Consultas y quejas dejenlas aquí,
Amer: Las que acertaron contactennos por privado para retirar su premio. Los Percys en tanga esperan.
RLkinn: Besitos, nos leemos pronto.
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