9. Vecinas VIII (39)
–Ah, una heroína pierde su juguete y tú te cabreas y se lo devuelves –resumió Roca y la incrustó un poco más contra la estantería, que crujió.
–Sí –logró responder Nameless con voz estrangulada–. ¿No has.. oído el... resto de... la historia?
–Eisentblut –intervino Ludo–, si no te importa, me gustaría que terminara de contar lo sucedido. Está interesante.
Roca gruñó como una loba iracunda, lo que, irónicamente, a Nameless le recordó a Furia.
–Intenta arreglarlo, amiga de los héroes –concedió finalmente, dejándola libre con un empujón.
Nameless se tomó un instante para recuperar el aire, recolocarse la ropa y comprobar si su psicópata Capitana le había roto algo.
–Furia se ha puesto a buscar el congelador –retomó antes de que Roca se pusiera más hostil–, y entonces ha aparecido el macarra.
–¿La que se ha enfrentado a los héroes musculitos y ha cruzado el río a nado se llama "Furia"? –quiso asegurarse Jeff, encantado.
–Sí, y le pega. Se ha peleado a puñetazos con Killgore.
–¿Y qué hacía la otra de mientras? –quiso saber Ludo.
–¿Veda? Pues ha saltado el río con unas zapatillas especiales cuando ha visto que llegaba el compañero de Killgore.
Él asintió, conforme con la forma de proceder.
–Así que hemos tenido dos heroínas en nuestra orilla y no nos hemos enterado –se quejó Jeff, pero sonaba más divertido que frustrado.
–¿Y qué han hecho en su visita? –preguntó Roca.
–Furia, pelearse con el macarra, su compañero no se ha metido. Veda, buscar su invento, más o menos.
–¿Cómo que "más o menos"? –se extrañó Ludo.
–Bueno... parece que me vio, o más bien vio una sombra, y daba por hecho que... un villano la tenía. Pero Furia le ha insistido, mientras seguía peleándose con Killgore.
–Ese tío pega flojo, no admires tanto a esa heroína –le ordenó Roca.
–No sé, alguien a quien le sangra la nariz porque le han pegado un puñetazo en la cara y, aun así, se lo pasa bien...
–¿Qué tiene eso de raro? –cuestionó su Capitana.
–Que... ¿hablamos de una heroína? –improvisó Nameless.
Roca hizo una mueca aceptándolo.
–Veda insistía en que era culpa suya y que se fueran sin el congelador.
–¿Culpa suya por haber dejado que se lo quitaran? –planteó Jeff, intentando comprender la psicología heroica.
–No, creo que se refería a haber querido usar el congelador, era como si considerara que estuviera mal.
–En serio, ¿qué les pasa a los científicos del otro lado?
–No sé, pero a Furia no le ha parecido nada bien que se rindiera y casi se come a Veda cuando le ha dicho que ella podía usar sus inventos.
–¿No quiere usarlos? –preguntó Jeff, cada vez más perdido.
–Creo que no quiere usarlos si Veda no los usa.
Y entonces Ludo sonrió y fue como ver una estrella fugaz. Parecía que le había gustado que el modelo forzudo de héroe tuviera el propósito de que el modelo científico se quisiera un poco.
–Pre-cio-so. Tanto que me dan ganas de vomitar –masculló Roca asqueada–. ¿También te ha dado ganas a ti y por eso te has cabreado? –inquirió hostil.
–No, ha sido por ver a Veda diciendo que era culpa suya. Ludo dice que todos los héroes científicos son unos blandengues.
–Lo son –confirmó su Capitana.
–Alguno hay decente –puntualizó Jeff.
–Sin superpoderes, sólo con ingenio y sus inventos... algún que otro tío millonario y excéntrico –respondió Ludo muy serio.
–¿Y aquella mujer, a la que le explotó el laboratorio?
–A día de hoy, está considerada como villana.
–Mierda, tío, molamos demasiado.
–He pensado que no puede ser natural, no me lo creo –continuó Nameless–. A Veda la están reprimiendo y, de seguir así, si los abusones siempre ganan, ella se acabará rindiendo y terminará siendo otra inventora que no pueda hacer nada fuera de su laboratorio. Y que tampoco sabrá qué hacer si un villano va a visitarla allí.
–Así que quieres que sea una buena heroína.
–Pues sí, Capitana. Primero, porque querer enemigos blandengues es de blandengues –acusó y luchó por permanecer estoica ante el furioso amago de Roca de volver a estamparla–. Y, segundo, porque me parece muy optimista por tu parte creer que lo va a conseguir.
Aquello descolocó a Eisentblut.
–Nuestra teoría es que hay un... una especie de sistema que cohíbe a los científicos. Si es así, ¿crees que ella va a poder seguir adelante y convertirse en una gran científica?
–Sí, ¿por qué no?
–Si le quitan los inventos, los lanzan a nuestro lado y ella dice que ha sido su culpa...
–Qué forma de actuar más tonta –murmuró Ludo negando con la cabeza.
–...seguro que le hacen otras cosas. Insultos, menosprecios... –continuó Nameless.
–¿Y qué? Que les golpee. Tiene a esa Furia, ¿no? Si le quitan los trastos, que los recupere. Aunque la próxima vez puede que se encuentren conmigo –auguró frotándose un puño.
Nameless suspiró.
–No creo que funcione así.
–Podemos apostar –propuso Jeff.
–A mí me gustaría que lo consiguiera –deseó Ludo–. Estaría bien tener una archienemiga decente. Y si le va mal... que le vaya mal a lo grande.
–¿En plan... accidente de laboratorio? –se preocupó Nameless.
–Sí, por qué no. Es lo que convierte en villanos a la mayoría de científicos heroicos. Eso y el rechazo, así que está fácil en este caso.
Nameless contuvo la mueca de disgusto. ¿Acabaría de crearle problemas muy gordos a Veda?
–Oye, tío, que si te interesa, podemos secuestrarla –propuso Jeff–. A ver qué hace.
–No, quita, quita. Primero tengo que estudiarla a distancia, a ella, a Furia y a cualquier otra persona que pueda acudir al rescate. Me niego a perder mis avances con el Rayo por una trifulca.
–Vaya, no esperaba eso de un Khaos –reconoció el cocinero.
–¿Qué? ¿Cuidar de mis proyectos? –preguntó regresando a su proyecto de Rayo.
–No, pensar tan fríamente.
–Yo qué sé, será por mi parte Dementia, que algo habré sacado, digo yo –respondió encogiéndose de hombros.
–Bueno, cerebritos, yo me marcho –se despidió Roca, mucho más relajada de lo que había estado al entrar.
–Haz muchas pesas –le canturreó Jeff a cambio.
–Por cierto, Subcapitana, eres más retorcida de lo que esperaba –reconoció Eisentblut con maldad–. Das ánimos a una heroína para que se estrelle contra un muro. Ya veo tu estilo.
–Te recuerdo que cuando Kill nos preguntó por nuestro propósito, yo le respondí "vivir como me dé la gana". Y eso también lo defiendo para la heroína –dijo en su defensa, pero se dio cuenta de que había sonado demasiado... bien–. Tiene derecho a ser una gran científica heroica... o una gran villana chalada a causa de un accidente de laboratorio –añadió contra su voluntad.
–Así se habla –apoyó Ludo sin levantar los ojos de su nuevo experimento.
–Me parece bien –aceptó Roca con una sonrisilla inquietante y cogió la diadema de percepción extrasensorial–. La libertad no tiene por qué ser algo bueno. Te espero con el toque de queda –dijo, coronando a su Subcapitana.
Nameless no tenía claro si Roca estaba tan enfadada que prefería apuñalarla en la intimidad de su habitación o si le había gustado tanto el plan que le estaba dando carta blanca. Tampoco sabía cuál de las dos opciones la incomodaba más. Aunque, de todas formas, no pudo darle muchas vueltas, porque el amasijo de cables empezó a electrocutarla y tuvo que luchar por quitárselo primero y lo siguiente fue apagar su pelo.
–Creo que me pasé con el voltaje –opinó Ludo–. Empieza por eso.
Nameless, con el pelo cardado, vio cómo su Capitana salía del laboratorio sin mirar atrás. Después tuvo que ponerse a averiguar cómo cambiarle el voltaje a aquel trasto de tortura. En mala hora había comentado que le gustarían unas gafas de visión nocturna. ¡En mala hora le había dado una idea a Ludo! Si el chaval estaba loco...
–Oye, Ludo... –empezó a hablar, mientras trasteaba con la diadema, pensando vagamente que cómo no le iba a freír las neuronas si tenía una batería que alimentaría una pistola fulminante. Vaya, ¿cómo sabía aquello?–. Perdón si es una pregunta estúpida, pero... ¿qué es eso de tu "lado Dementia"?
–Es la rama de mi padre. Él es un Dementia. Mi madre es Khaos. Tengo el apellido de mi madre porque está claro que he salido a ella. Puede que eso os sorprenda a los de primera generación.
–Tu hermana mayor se apellida Dementia, ¿no? –aportó Jeff.
–Sí, está claro que ha salido a nuestro padre.
–Y... ¿cómo es esa parte? –quiso saber Nameless. Si Ludo tenía un poco de aquello, mejor estar prevenida.
–Les gusta analizar más que experimentar.
–También saben vestirse –chivo el cocinero con socarronería.
–Sí, por lo visto pueden perder el tiempo con eso –concedió Ludo con desdén.
–Pero no son tan graciosos.
–¿Soy gracioso? –se extrañó Ludo.
–Debería haber dicho "entretenido", perdón. Con tus ideas locas a todas horas, no puedo aburrime, ni despistarme, que anoche entró un perro en nuestro cuarto por tu culpa –le reprochó–. Pero, claro, si fueses Dementia, me estarías analizando el comportamiento con mirada fija y juzgadora y ya me habrías diagnosticado mi grado de psicopatía y otros trastornos mentales.
–Oh, sí, lo hacen todo el rato –suspiró el científico.
Nameless siguió toquiteando la diadema infernal, asumiendo la idea de que las familias villanas fueran como razas que se mezclaran y crearan vástagos con unas características aterradoras. Se preguntó cuál sería el otro apellido de Eisentblut, también se preguntó qué demonios hacía una toma de tierra en un trasto que se suponía que iba en la cabeza. Posiblemente Ludo había creado algo con lo que podía llegar a ver hasta la Academia de los Héroes, pero que requería una toma a tierra, un protector para la boca y reanimación posterior. Nameless resopló y luchó por hacer de aquello algo que no tostara sus meninges.
–¿Cómo va? –se interesó Ludo cuando ella se atrevió a ponerse la diadema sobre la frente otra vez. ¿Cuál sería la probabilidad de que lo hubiera empeorado?
–Creo que... bien. Sí, parece que bien –contestó Nameless, al no sentir más que un inofensivo cosquilleo.
Ludo se quedó mirándola fijamente y a Jeff se le escapó una risita estupefacta.
–¿Qué pasa? –se extrañó ella. ¿La diadema tenía antenas graciosas o qué?
–¿Seguro que estás bien? –insistió el científico acercándose.
–Sí –asintió Nameless. De acuerdo, el cosquilleo empezaba a resultar bastante raro, pero no era tan grave como las chispas y calambres.
A Jeff le entró una carcajada que casi lo derribó.
–Parece que la diadema está interfiriendo con la zona del habla de tu cerebro –explicó Ludo–. Y, aunque parece que nos entiendes, estás diciendo cosas como "Cabrá tomate pirulí".
Nameless se arrancó la diadema del susto, mientras el cocinero seguía convulsionándose de la risa.
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Yyyy con esto termina el capítulo 9. ¿Os ha molado? ¿Os habéis quedado con ganas de más heroínas?
Aviso: El siguiente capítulo es cortito, 4 partes nada más. Va a ser especial, ya veréis, jurjur èwe El caso es que al terminar habrá otra encuesta de popularidad. ¿Habrán cambiado vuestres favorites~? ¿En qué categoría meto a las dos heroínas? e__e
Pero vayamos con las preguntas que me habéis hecho. Empezamos por una tanda de Dianapusca:
Es obvio que algunos profesores saben que Nam es civil, ¿pero solo algunos o todos lo saben? Si es lo primero, ¿lo han averiguado por su cuenta o Satán les ha confiado el secreto? Si es lo segundo, ¿como es posible que Kill no se haya cargado a Nam todavía?
Interesante pregunta, sep. Algunos lo averiguaron por sus medios, a otros se lo dijo Satán y hay quien no sabe nada. Desglosemos.
Mister Kërmill es el único que no tiene ni idea. Es bastante cerrado de mente, así que Satán optó por decirle que Nam es de primera generación y ya. Si le hubiera dicho que es una civil secuestrada, no la hubiera creído capaz y le hubiera puesto mil pegas a Nam. Y mira que su clase es la que menos potencial villanesco requiere X'D
Pérfida Bohém y Max Pain lo saben. Ella se entera siempre de todo, y se lo contó a él durante la hora del café. Ambos tienen el mismo punto de vista sobre civiles, villanos y héroes: cada cual puede ser prácticamente cualquier cosa, todo depende de las circunstancias. ¿Qué diferencia a Nam de un villano de rancio abolengo? Que su familia no es villanesca, pero eso no es algo suyo. Esto dos profesores no ven problema en que un hijo de villanos no quiera ser villano, de la misma forma que ven que un hijo de civiles puede resultar un villano muy interesante. Les da un poco de pena cuando la balanza se inclina hacia la heroicidad, pero qué se le va a hacer, en esta vida tiene que haber de todo. ¿Y qué diferencia a Nam de un villano de primera generación? Que no hizo nada tope chungo que llamara la atención de Satán. Pero, ¿de haberla dejado a su aire, lo hubiera hecho? Puede que sí, puede que no. El caso es que las circunstancias han cambiado, Nam está en el Instituto y ellos le ven potencial. De modo que para ellos es una villana de primera generación sin ningún suceso en concreto que marque el rumbo de su villanía.
Kill lo sabe porque se lo dijo Satán. Y ha prometido no matarla. Ni mutilarla de gravedad. Kill está rabiando, considera a Nam escoria civil. Hay un villana de primera generación que llegó allí después de haber reventado a un montón de capullos. Y Hedera reventó un laboratorio porque un compañero le dijo que iba a hacer la práctica mejor que él. Ésos son los villanos de primera generación que le gustan a Kill. Nam no ha hecho nada, excepto ser idiota al firmar un contrato por internet y después dejarse secuestrar. Kill tiene ganas de que el experimento le salga mal a Satán y así poder entretenerse con Nam durante unas horas.
Elner lo sabe porque el segundo día de clase, después de haber conocido a Nam y haber leído su presentación, lo comentó con Bohém y Pain. Les preguntó si sabían cuál había sido su villanería, porque había quedado muy impresionada y quería saber si tenía algo que ver con dar discursos o engañar gente. Obviamente, Pérfida no tardó en compartir el cotilleo. Elner se limitó a decir "Oh" y ahora sigue con más atención la evolución de Nam. Para colmo, ahora Nam enseña a un Khaos, eso es mucho para una civil secuestrada. Elner es de primera generación y tampoco es que hiciera nada muy espectacular para que le dieran su carnet de villana, así que siente simpatía por Nam.
Wolfenstein lo sabe porque estaba junto a Satán viendo jugar a Nam. No sólo la parte de los villanos, también cuando Nam estaba con los héroes. Las risas de Satán cuando el personaje de Nam le estampó el mando de control remoto al personaje de Wolfenstein se escucharon por todo el Instituto. Kërmil lo escuchó y pensó que el jefe estaba planeando alguna maldad. Bohém lo escuchó y por eso se acercó a curiosear. Wolfenstein no se lo tomó nada mal e hizo que su personaje prestara ayuda a Nam en la revancha.
Y ahí está todo el profesorado *resopla*
Y vamos a por la pregunta de EloySuru~
¿Habrá escenas subidas de tono, o queda totalmente injustificado en esta historia? (por saber el tono que tomarán las cosas, e ir prevenidos, o que se quede todo en fantasías mentales xD)
Habrá escenas subidas de tono. Porque hay personajes subidos de tono. De la misma forma que hay personajes asexuales o simplemente menos "salidorros" que no se prestarán. Pero es que hay algunos que sería ir contra su naturaleza que no ocurriera nada. Mi duda, en realidad, es... ¿cuánto voltaje os mola? X'D
No me gusta ponerme súper explícita y que sea esto una fiesta de carne y fluidos. Pero me gusta que haya pasión y morbo. ¿Habéis leído Una Terapia Peligrosa? Pues ése es mi límite de escenitas. Sólo que en IEvsHA tenemos a peña bastante más salvaje y habrá como más parafilias. ¿Preparades?
Advierto que en esta historia quiero que haya de todo, así que si me pongo explícita con un tipo de relación sexual, espero que no haya pegas para el resto de modalidades. Aquí el mismo rasero para todes. (No estoy pensando en zoofilia. Bueno, si tienen forma antropomorfa y razonan a nivel humano, ya es otra cosa XD)
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Y si os mola mucho cómo va la historia, podéis "invitarme a un café"~
ko-fi.com/cirkadia
EDIT: Sep, Roca, aprenderás a entender a tu Subcapitana ^^
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