6. Sobrevivir un día más III (19)
–...por tanto, los discursos maléficos son esenciales para el desarrollo, la apariencia y los fines de un excelente villano o villana...
Elner llevaba media hora hablando sin cesar, las palabras brotaban de su boca como un torrente. Se notaba por qué era la profesora de aquella asignatura. Por suerte, había dicho que no tomaran apuntes, que tan sólo prestaran atención. Por desgracia, Jeff tenía razón y era prácticamente imposible no dormirse.
Nameless echó disimulados vistazos a sus compañeros, era extraño verlos formales. La parlanchina mujer, de cuerpo flaco y seco, fracciones angulosas y pelo gris recogido en un apretado moño, les imponía respeto.
–Tenéis una hora para redactar una presentación en sociedad –indicó al terminar, repartiéndoles unos folios blancos.
Nameless se quedó sin saber qué hacer y esperó a que la profesora le diera la espalda para asomarse a lo que había empezado a escribir su Capitana.
"Yo, Roca Eisentblut, proclamo este territorio como el primero de una gran conquista..."
Nameless prefirió mirar hacia otro lado, las ansias imperialistas de Roca le producían escalofríos.
–¿También necesitas motivación para esto? –le preguntó Jeff, girándose hacia ella.
–Inspiración, más bien.
–No me digas que no te has imaginado un millón de veces tu primera aparición por todo lo alto.
–Jeff Xanthidae, céntrese en su trabajo –lo regañó la profesora Elner.
Nameless optó por trasladarse mentalmente a una película. ¿Cómo se presentaría un personaje misterioso? Finalmente tuvo una idea descabellada, pero, al ver que el tiempo corría en su contra, decidió arriesgarse. Comenzó a escribir cuando muchos ya habían terminado y necesitó hasta el último segundo que les concedió la seca profesora.
–¿Se puede saber qué has escrito, tu testamento? –le inquirió Eisentblut cuando Elner recogió los folios.
–Eso me hubiera llevado menos.
–Quedaos en vuestros asientos mientras corrijo. No levantéis la voz –les ordenó la profesora antes de enfrascarse en los escritos.
Los alumnos se dedicaron a comprobar sus respuestas entre murmullos. Nameless se giró hacia el ventanal y observó cómo los rayos de sol matutinos no conseguían atravesar la cúpula del oscuro bosque que rodeaba el Instituto. A cada respuesta que escuchaba, sentía que la suya había sido estúpida y exagerada. Si no se dejó llevar por su abatimiento y no se derrumbó sobre el pupitre, fue porque no le apetecía que Roca le recordara la prohibición de mostrar debilidad.
Según iba corrigiendo las presentaciones, la profesora llamaba quienes las habían escrito para comentarles sus impresiones con susurros. A veces se alcanzaba a oír alguna recomendación, regañina o felicitación. Nameless empezó a temerse lo peor cuando todos sus conocidos hubieron sido corregidos y sus sospechas quedaron confirmadas al comprobar que la había dejado deliberadamente para el final.
–Nameless.
Se acercó al escritorio de Elner adelantándose a la bronca, seguramente le echaría en cara el haberse pasado.
–Es usted una villana de primera generación, ¿verdad?
–Sí –respondió con el corazón en un puño.
–¿Se ha procurado algún tipo de entrenamiento o enseñanza en el ámbito de la maldad?
La joven ya no se sorprendió por lo surrealista de la pregunta.
–Películas, libros...
–Así que cuenta con cierta base autodidacta –la cortó con sequedad.
–Supongo.
Elner le tendió el folio, que aún no estaba tachado en rojo ni nada parecido.
–¿Podría leer la presentación para toda la clase?
A Nameless se le cayó el alma a los pies al escuchar aquello, ¿tan mal lo había hecho que la sometía a semejante humillación y tortura? No se quejó, cogió la hoja y, sin ser capaz de mirar a sus compañeros, se dispuso a leer.
–Yo... lo primero que haría sería preparar el encuentro –la voz le temblaba casi más que las manos–. Compraría legalmente un piso discreto para instalarme con lo básico. Después me haría con una mansión más ostentosa, que sería el escenario de mi primer teatro –inspiró hondo, notaba cómo se ahogaba por el miedo escénico–. Cuando estuviera todo preparado, c-cometería misteriosos actos delictivos que alertarían a los agentes de la ley y a los héroes, c-como robos de joyas o sabotajes –se sentía muy estúpida mientras leía–. Dejaría pistas que llevaran a los héroes a mi mansión. Allí les esperarían trampas y pruebas de todo tipo, supervisadas por cientos de cámaras. Quizás, en un pasillo cualquiera, se encontraran con una desorientada sirvienta rubia y con gafas. Ella les diría que su jefe es un excéntrico millonario al que nunca habría visto y que esa noche está asustada por los extraños sucesos de los que no había sido advertida. Lo más probable es que algún héroe se preste a acompañarla a la salida, mientras que los demás continuarían buscando al misterioso criminal –Nameless procuro leer del tirón, tenía ganas de terminar cuanto antes–. La sirvienta se marcharía sin decir su nombre con una perfecta interpretación de muchacha desvalida, mientras que el grueso del grupo de héroes habría dado con el despacho donde supuestamente estaría el jefe. Allí habría una pantalla que se activaría al notar su presencia y que escribiría "Buenas noches. Soy nuevo en el barrio y quería conocer a mis vecinos. Perdonadme por no haberme quedado a saludaros, estoy ocupado preparando una fiesta para agradeceros vuestra hospitalidad. Os tendré vigilados. Nameless." Lejos ya de allí, en el piso discreto, despojada de la peluca rubia y las gafas de pega, la falsa sirvienta, es decir, yo, revisaría las cámaras de la mansión para estudiar los estilos, estrategias y armas de los héroes, a fin de partir con ventaja.
Silencio al terminar. Nameless esperaba abucheos o risas despectivas, pero lo que obtuvo fue un mutismo generalizado. Los ojos se le escaparon de folio y se atrevieron a observar la clase. Se encontró muchas caras sorprendidas, la misma que debió quedársele a ella cuando Jeff y Full comenzaron a aplaudir con entusiasmo, seguidos por Roca, Ludo y Hedera. A los pocos segundos se les añadió buena parte de la clase.
–Muy bien, Nameless –felicitó la profesora–. Aunque tiene que practicar sus discursos, le ha temblado la voz.
Ella asintió, acababa de quitarse un buen peso de encima.
–¿Alguna pregunta? –continuó Elner.
Una joven levantó la mano para tener la palabra, era la masoquista con vestido híbrido entre victoriano y kimono: Ébola, si no se equivocaba.
–¿Por qué te has presentado como hombre?
–Porque... Para despistar –le respondió Nameless, deseando que no hubiera más cuestiones, quería volver a su mesa–. Si buscan un hombre, un millonario excéntrico, no prestarán atención a las sirvientas rubias.
Tanto Ébola como Elner quedaron satisfechas con la respuesta. Cuando Nameless ya creía que podría dejar de ser el centro de atención, Killgore, el macarra al que su Capitana había echado de Vietnam, levantó la mano.
–Nos has dado una chapada, pero la presentación de verdad no ha sido más que desde "Buenas noches" hasta "Nameless" –le echó en cara con chulería.
–No, no sólo eso –contestó con la seguridad que le otorgaba que Elner la respaldara–. Los misteriosos actos delictivos, la mansión llena de trampas y cámaras y el disfrazarme de sirvienta son una presentación más completa de mi estilo y mis intenciones. Lo de la pantalla no es más que una tomadura de pelo, ya que no dice nada interesante, excepto lo de la fiesta, que los tendrá en ascuas por cuál será mi próximo movimiento.
–Pues a mí me ha parecido un bodrio.
–Eso es porque tenemos estilos diferentes. Estoy segura de que a mí tu presentación también me parecería un asco.
Hubo algunas risitas. El macarra mandó miradas fulminantes para todos, empezando por Nameless, pero se lo pensó mejor cuando se dio cuenta de que Roca lo asesinaba con la suya.
–Puede regresar a su mesa, Nameless. La seguridad de su voz en la segunda respuesta ha sido mucho mejor, siga así. Me quedaré con su presentación para enseñársela al director, se la devolveré en la próxima clase.
"¿Enseñársela a Satán?". Se imaginó al inquietante hombre celebrando que el Instituto del Mal la estuviera absorbiendo. Suspiró resignada.
–En la próxima clase continuaremos con la importancia de una buena presentación y sus partes –anunció Elner levantándose de su escritorio para salir del aula.
Los alumnos se pusieron en pie y empezaron a salir de forma desordenada.
–Eso ha sido alucinante –exclamó Jeff–. Te prepararé algo para celebrarlo –añadió dirigiéndose a la siguiente clase.
–Creo que a mi madre le caerías bien –dijo Full con unas de sus encantadoras sonrisas.
Nameless le correspondió el gesto y se acercó a Roca.
–Capitana, no entiendo nada –le cuchicheó mientras salían al pasillo.
–Significa que yo tenía razón al suponer que esta clase se te daría bien. A ver su triunfas igual en "Supervivencia básica".
–Por el nombre... apostaría que se te dará mejor a ti.
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Diana ha propuesto que se hagan dos rankings: uno de alumnes y otro del profesorado. ¿Qué os parece? ¿O sólo uno porque todavía no conocéis muchos personajes?
La votación empezaría dentro de dos semanas, cuando haya publicado todo este capítulo y conozcáis al menos a todes les profesores que van a tratar con Nam.
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EDIT: Ay, Elner, se te termina cogiendo cariño ^^
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