18. Invitada de honor (4ª parte)



 –Lo siento mucho –repitió Veda mientras se afanaba en arreglar el teléfono de Mantis en su dormitorio.

–Que no pasa nada –le contestó Mantis mientras ojeaba Jóvenes Científicos Chalados–. Me puedo comprar otro de todas formas.

–Soy tan manazas... No estoy segura de si podré...

–Y luego sólo tendré que ir al Instituto a buscar a Full y pedirle otra vez el número –añadió como si nada, pero sobresaltó a la inventora.

–Ni se te ocurra –ordenó Furia, que estaba con ellas pese a que ya hubiera sonado el toque de queda.

–Podrías venirte conmigo a buscar a esa Eisentblut –propuso Mantis dándole un codazo cómplice–. Seguro que allí nadie te pone pegas a que os peléeis –sugirió enarcando las cejas varias veces de manera tentadora.

–Cállate, pirada –gruñó su amiga.

–Puede... Puede que funcione –murmuró Veda.

–¿Sí? ¿Lo vas a arreglar y me vas a dejar sin excusa para ir al Instituto? –lamentó Mantis teatralmente.

–Eso espero –refunfuñó Furia, aunque seguramente estaría encantada de encontrarse de nuevo con Eisentblut, pero necesitaría una excusa más legítima que simplemente buscar gresca.

Veda le tendió el móvil, que ahora tenía una nueva placa trasera, como un pequeño Frankenstein.

–Toma, al menos se enciende. Mete la clave y a ver si está todo.

Mantis se lo cambió por la revista, que Veda cogió con cierta vergüenza, como si existiera la posibilidad de que alguna de ellas se lo reprochara.

–Sí, el número de Full sigue aquí –confirmó, sonriéndose al ver que, en aquel tiempo, él le había escrito un mensaje preguntando cuánto se habían cabreado por la llamada. No se había arrastrado disculpándose, pero se había interesado. Mantis se dijo que ya vería cómo de liante era el chaval.

–¿En serio te gusta un villano? –inquirió Furia.

–Está buenísimo, no ha dicho ninguna memez y folla de vicio. ¡Que se ha preocupado porque yo también me corra! –exclamó dejando claro que aquello daba muchísimos puntos y su amiga dudó, aquel argumento era complicado de rebatir–. Es majísimo, monísimo, gracioso, educado y elegante. ¿Te crees que no estoy alerta buscando dónde está la trampa?

–¡La trampa es que es villano!

–¿Y? Es como decirme que el punto fuerte de los memos con los que vamos a clase es que son héroes –señaló desdeñosa y volvió a desarmar a Furia–. Mira, ya me enteraré de lo que hace y, si es muy terrible, pues que le den, pero al menos me habré llevado el polvazo del año. Si algún día tengo nietos, se lo contaré.

–¡Mantis! –se escandalizó Veda.

–Cuando sean mayores de edad, jopé.

–Prométeme que si es algo más que un granujilla, cortarás con él –ordenó Furia.

–Oye, no me tienes que dar consejos sobre relaciones tóxicas –contestó muy seria–. Pero gracias por preocuparte –añadió animándose, dándole un breve abrazo con un solo brazo–. Toma, tu revista –remató endosándole la de TA3.

–¿Y qué hay de tu revista? –inquirió Furia.

–¿Quieres mirarla también? –ofreció endosándosela mientras con la otra mano escribía a Full diciéndole que su móvil había tenido un pequeño accidente y que ya verían si se enfadaban, en función de lo que hicieran por saber un par de apellidos.

–¡No! Esta revista es... es pura... villanería.

–¿A qué te refieres? A mí me parece que sólo tiene cosas buenas –dijo dejando el móvil y abriendo la Diavolical.

–¡¿Qué dices?! Si habla de... conquistas y... corrupción –contestó no muy segura, no la había mirado lo suficiente como para criticarla con propiedad.

–Mira, un apartado sobre cómo hacerse las cejas. ¡Oh, qué terrible! –sobreactuó Mantis–. ¿O se considera "malvada" por dar consejos de belleza tanto si las quieres finas como frondosas? Ey, si hasta sale esta chica tan mona como muestra entrecejo bonito –indicó y casi le puso la Diavolical contra la cara–. Esta revista no muestra un tipo de belleza, sino mil –proclamó, convertida en una firme defensora de la publicación con sólo haberla ojeado–. No busca acomplejarme por estar plana y fibrada, y sugiere vestidos en los que me veré estupenda así, sin disimular nada. De la misma forma que si eres baja y musculada como tú, o un poco gorda como Veda. ¡Eh! Sabes que no es insulto. Eres como eres y eres preciosa tal cual –le soltó a la inventora, que se había encogido ante el adjetivo–. Vale, sí –añadió volviendo a Furia–, en portada sale esta señora diciendo que va a conquistar un lugar y puede ser que algún día tuviera que enfrentarme a ella como heroína, pero me gustaría poder hacerlo molando tanto como ella –deseó enseñándole las fotos de la señora de piel negra, vestido rojo y trono dorado–. Que ya molo, pero quiero hacerlo más. El caso es que esta revista será "mala" porque la gente habla sin pudor de sus villanerías, pero la prefiero un millón de veces a las que se supone que hablan de cosas "buenas", pero lo que transmiten es que te mates de hambre, odies tu cuerpo y busques la aprobación masculina –remató dejando la Diavolical sobre la cama como si fuera el martillo de una jueza.

–V-Vale –balbuceó Furia, aturrullada por el repentino y vehemente discurso–. Pero vas a meterte en un problema serio si te la encuentran.

–Tampoco me extraña, es una revista que les dice a las mujeres que se quieran tal como son –respondió socarrona–. Bueno, y a los hombres. Mmmh, tengo que preguntarle a Full qué opina de la revista. Y de los tacones.

Iba a escribirle cuando llamaron a la puerta. Furia se levantó de inmediato, sabedora de que estar fuera de su cuarto a esas horas también la metería en problemas. Volvieron a llamar al poco, por lo que Mantis fue a averiguar quién era y Furia se escondió rápidamente en el armario. El llamador nocturno era uno de los delegados de tercero, un tipo alto, cachas y con la piel mayormente morena; mayormente porque tenía unas franjas alargadas de piel despigmentada. Por ello lo llamaban Tigre.

–¿Qué hay, gatito? –preguntó Mantis, siempre tan irreverente.

–¿Puedo hablar con vosotras?

–¿Ahora?

–Sí, sólo será un momento y juro que vengo en son de paz. ¿Puedo entrar?

–¿Y qué dirá la gente si se entera de que vienes a nuestro cuarto a esta hora? –planteó jocosa.

–No me digas que ahora te importa tu reputación, Mantis.

–Obviamente lo digo por tu reputación, chicarrón.

–No te preocupes por eso –desdeñó–. De todas formas, como tú dirías, soy un tío y mi reputación no empeoraría mucho porque la gente pensase mal –añadió con acidez.

–Oh, veo que te has informado de lo que yo diría. Pase usted.

Veda observó con temor entrar a Tigre, escondiendo su revista de científicas chaladas y seguramente esperándose una bronca por cualquier cosa.

–Me he enterado de que habéis conocido a gente en el pueblo –empezó él en cuanto Mantis cerró la puerta.

–Ajá –dijo la luchadora al ver que él olfateaba la habitación y no continuaba–. ¿Hueles mis calcetines sucios?

–No... no es eso. Lionheart, sé que estás ahí, sal del armario.

La puerta del armario de Mantis se abrió y Furia salió con desgana. También esperaba bronca.

–Pues ya que lo dices, sí también me gustan las tías –se soltó aparentemente seria y Mantis se carcajeó.

–Muy ocurrente –apreció Tigre–. Pues ya que estás aquí, podemos tener una sola conversación al respecto.

–¿Es porque no deberíamos estar con gente de Instituto? –se adelantó Mantis–. Porque Neutralia diría que está justamente para eso.

–Es más por qué gente en concreto. Sentaos si queréis –indicó.

Furia fue a coger la Diavolical para guardarla en un cajón. Tigre hizo como que no la había visto y continuó.

–Me ha llegado el aviso de que ha habido una pelea en las recreativas.

–Ha empezado ella –se defendió automáticamente Furia.

–Cuando he sabido que tú estabas involucrada, me he interesado por quién sería la otra parte. Y me ha preocupado que sea Eisentblut.

–Tampoco pega tan fuerte como dicen –desdeñó la jugadora de TA3.

–Es Eisentblut con ascendencia Darkheart. De hecho, su abuela paterna es la jefa del clan.

–¿Los vampiros que tienen ese pedazo de castillo? –se preocupó Veda.

–Sí, esos Darkheart. Y son famosos por abducir gente –informó Tigre.

–¿Como los aliens? –preguntó Mantis, no tomándoselo muy en serio.

–Secuestran gente, y no sólo de una forma física. Les encanta corromper moralmente y tener esclavos. Si tienes una deuda con ellos, estás sentenciado.

–Bueno, bueno, a mí Behemoth no me ha parecido vampira, sólo una mala perdedora queriendo chulearse –opinó Furia.

–Se llama "Roca" y no será vampira de momento. Lo que tarde su abuela en meterla en el clan.

–Mucho sabes tú, ¿no? –señaló Mantis.

A Tigre le llevó un par de serios y lúgubres segundos el responder.

–Regina Darkheart está ahora en tercero, me he encontrado unas cuantas veces con ella –informó grave.

–Uuuuh, ¿vampiresa sexy y malvada? –se interesó Mantis.

–Mucho peor que eso.

–Menuda familia tiene tu nueva amiga –le canturreó a Furia.

–No es mi amiga –le siseó al instante.

–Lionheart, por favor, ándate con cuidado con ella –pidió Tigre–. Puede que a primera vista parezca que sólo tiene de Eisentblut y que lo único que le interesa son las peleas, pero tiene sangre Darkheart, y ésa es de la peor sangre que se puede tener dentro –terminó agorero.

–Vale... –murmuró Furia–. Pero no es mi amiga –insistió.

–En cuanto a las demás... Mantis, ¿en serio? ¿Te metes al baño con el primero que pillas?

–¿Por qué sabes eso? El encargado se pensaba que soy del Instituto –contestó sin ningún pudor.

–Pues habrá pensado eso porque no habrá creído capaz a una heroína.

–Pues que revise sus ideas.

–Pero se lo ha pensado mejor cuando ha visto que te ibas con los héroes.

Mantis hizo una mueca de fastidio.

–Bueno, vale, ¿y? Tengo buen ojo, un ojo buenísimo, porque el chico es monísimo. ¿Ahora vas a decirme que su familia es peligrosa y malvada?

–Por supuesto que es peligrosa y malvada. Roban y timan.

–¿Pero matan o secuestran?

–Mantis, no te lo tomes a risa, por favor, que ese chico tiene una tía que es prácticamente Morilec.

–¿Ajá?

–Asesinos a sueldo terribles –le chivó Veda.

–Ah, bueno, pero mientras no sea él... –Mantis se encogió de hombros.

–No va a salir nada bueno de que te mezcles con villanos.

–Oh, sí, ya me ha salido un polvo bastante bueno en su brevedad y la promesa de una repetición mejor. Y espero que no intentes chafármelo –remató volviéndose hostil como el insecto carnívoro que le daba nombre.

–Sólo intento manteneros a salvo.

–Ya nos mantenemos a salvo nosotras. Somos heroínas, salvamos nosotras –declaró sacando pecho.

–Vale, vale, pero me alegro de que Ångström no se haya topado con nadie del Instituto –agradeció Tigre, aunque al momento estaba dudando, porque Mantis soltó una carcajada, Furia resopló y Veda desvió la mirada–. ¿A quién has conocido? –preguntó con temor.

–Se ha acercado él a hablar de las consolas de Total Annihilation... –musitó la inventora.

–¿Algún científico chalado?

–Khaos...

Tigre se llevó una mano a la cara y se masajeó los ojos.

–Creo que no hace falta que te advierta de esa familia –dijo con tono agotado.

Veda negó mientras se retorcía las manos.

–¿Cómo de peligrosos son en esa familia? –quiso saber Mantis–. ¿También matan?

–Pues, que yo sepa, son más de resucitar cadáveres, crear armas espantosas y recoser a los villanos que salen mal parados contra héroes u otros villanos.

–Médicos todoterreno –opinó Mantis encantada.

–Y la otra parte es Dementia y son más de analizarte el cerebro –Tigre se estremeció.

–¿También hay Dementia en tercero? –planteó Mantis divertida al ver su miedo.

–Sí, pero cuando yo estaba en primero, así que ya no está. Supongo que será la hermana mayor del que has conocido. Por lo menos éste no tendrá esos ojos que parece que te traspasan, diseccionan, analizan y clasifican, ¿no?

–Pues no lo sé, porque llevaba gafas de soldador y todos los pelos por la cara...

–Uf, mala señal. Algo le pasa en los ojos, seguro, si no está ciego, tiene ojos raros también.

–Bueno, aunque tuviera tres no nos daría miedo –aseguró Mantis–. Lo importante es si hace cosas horribles, no si tiene un cuerpo atípico.

–Sí, ya, ya, pero, igualmente, por muy inofensivo que os parezca...

–Sí, nos andaremos con cuidado –se adelantó Mantis para que dejara de darles la plasta.

–Pueden hacer armas terribles.

–Veda también pueAU! –se quejó cuando su compañera de cuarto le clavó un codazo.

–Sí, nos andaremos con cuidado –prometió Veda.

–¿Eres buena haciendo armas, Ångström?

–Nada del otro mundo –contestó ella de inmediato con semejante tono que se echó en falta un marcial "señor" al final.

–De acuerdo... –aceptó Tigre, aunque no se lo veía muy convencido–. Vamos, Lionheart, te acompaño a tu cuarto y así no te metes en problemas.

Furia gruñó, pero cogió la revista de TA3 y se dispuso a salir con él.

–Oye, Tigre –habló Mantis antes de que salieran–, que si necesitas ayuda con esa Regina Darkheart, también podemos ayudar –ofreció y, a no ser que se pensara mal a propósito, no pareció haber socarronería en su voz.

–No os acerquéis, lo último que necesitamos es que ese monstruo se encapriche de alguna de vosotras –contestó muy serio y salió al pasillo.

Furia lo siguió en silencio y respondió al "Buenas noches" con un apático "Mmh". El Consejo de la Academia la había considerado "demasiado temperamental" y había dictaminado que era mejor que durmiera sola, para no exponer a ninguna de sus compañeras a sus cabreos. Furia había señalado a Veda, alegando que se conocían desde pequeñas y que ella no se asustaría y que, además, sus cabreos no eran para tanto. Pero habían respondido que a Veda ya la habían emparejado con una nueva heroína venida de lejos y que le vendría bien hacer nuevas amistades para "corregir ese carácter tan retraído suyo". El único consuelo de Furia, sentada en la soledad de su cuarto, era lo mucho que estaría lamentando el Consejo al no aislar a Mantis, que era el verdadero peligro allí con sus ideas temerarias, su desprecio a la autoridad y sus arengas incendiarias.

Se echó en su cama, sin ninguna gana de dormir. Le gustaría jugar un par de partidas al TA3, como en casa, pero allí tendría que conformarse con leer la revista. Lo primero que hizo fue un acto de vanidad: buscarse en el ranking mundial de los mil mejores avatares. Después buscó a Ragestorm, que estaba entre los diez primeros puestos, un buen trecho más arriba que ella. Behemoth, en cambio, ni aparecía. Intentó no regodearse, porque Hart tampoco estaba. Después fue a por el póster central y se quedó un buen rato mirando a Ragestorm con una sonrisilla, hasta que se decidió a sacarlo de la revista y colgarlo, aunque lo hizo en la parte interior de una de las puertas de su armario. Antes de cerrar, le echó un vistazo al pequeño bazooka, invención de Veda lunática, que mantenía oculto bajo su ropa de deporte. "Nada del otro mundo", había dicho la pobre para evitarse problemas con Tigre. Pues, por lo que sabía, aquello podría enviar al otro mundo a la tal Regina Darkheart.

Cerró el armario con una sonrisilla y se tiró de nuevo en su cama para leerse la revista de cabo a rabo.

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¿Queríais saber más de la heroína loca? Sorry not sorry, tocaba ponerse al día con nuestras queridas heroínas.

Los discursos de Mantis me maravillan, son como una fuerza de la naturaleza. Quiero que sea mi espíritu guía, con eso de importarle todo tres mierdas y buscar diversión, pero siempre cuidando de sus compis.

Respecto a Furia, quería oficializar su orientación sexual. No, no lo ha dicho a coña ni mucho menos, sólo ha aprovechado el momento para hacer la gracieta seria. Las gacietas serias son cosa seria (???) Por cierto, ¿alguien puede dibujar ese póster de Ragestorm, plis? *ojitos grandes*

Veda... Veda es muy yo. Con toda esa mierda interiorizada y ese miedo y esa baja autoestima. Pero Mantis le va a hacer bien. Seguro. O le va a hacer construir cacharras peligrosas al menos, muajaja.

Tigre es como un tigre pero con las manchas en negativo, ya que las líneas son claras. También tiene un olfato sobrehumano. Pero, para seros sincera, no sé si es medio tigre o qué leches es. Pero sí que tengo otras cosas pensadas para él. *sonríe perversa* *Regi viene a sonreír perversa también*

Y, nada, lo de siempre, que los comentarios y favs son bien recibidos y me animan a publicar más (porque escribir, siempre voy a escribir); que compartiendo puede que atraigáis al Lado Oscuro a más peña y eso siempre es bien; y que si me dais apoyo económico con un café [https://ko-fi.com/A6031PUM] o pillando mis obras en Libreteka [http://libreteka.es/es/] pues muy chachi, porque la vida de artista pobre es dura y tengo deudas (esto es cierto, tengo alguna deuda por ahí de salones frikis e__e;;)

En la próxima parte seguimos con Las Aventuras de Nameless y Sus Peligrosas Amistades, palabra.

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