11. Amistades peligrosas VII (50)
Mientras iban a los terrenos de Supervivencia, Nameless miraba mosqueada el sol y hacía cálculos. Cuando corrían al amanecer había más sombras que cuando lo hacían por la tarde, ¿verdad?
Aquel día Max Pain los esperaba en un campo rectangular, lo delimitaban unas líneas blancas pintadas sobre la hierba corta. En los extremos había dos grandes estructuras de madera con forma de H.
–Hoy vais a jugar un partido de rugby –confirmó el profesor para quienes hubiera reconocido el terreno–. No sé si ya sabréis que hay un club. Normalmente sacamos un equipo por cada curso. Los profesores tenemos otro. Es muy divertido, ya os insistiré para que os apuntéis. Ahora... –dio una palmada– venga, dividíos en dos grupos.
Hubo bastante jaleo mientras se organizaban. Roca se plantó y automáticamente creó un equipo y empezó a arremolinarse gente a su alrededor, como Nameless, a la que se le acercaron Ludo y Jeff. Killgore fundó el equipo contrario, exudando rivalidad contra Eisentblut, y se llevó a su apático compañero consigo. Full hubiera querido elegir el bando de las chicas con las que compartía mesa en el sudeste asiático, pero Hedera se negó a estar en el mismo equipo que otro científico, por lo que se fue con el macarra y quiso patear a Évola, pero la ella se le rio en la cara. Hydra se quedó cerca de la masoquista.
–¿Vamos a tener que echar a suertes dónde juega Morilec? –propuso Max Pain cuando los grupos estaban más o menos definidos y Sica no se había decantado todavía por ninguno, aunque tampoco parecía que nadie estuviera dispuesto a hacerle un hueco.
Nameless abrió la boca, pero su Capitana la taladró con una mirada antes de que pudiera decir nada. Se había tomado en serio lo de mantener a Morilec alejada de ella.
–Que se venga con nosotros –intervino Killgore.
–Sí, equilibra la balanza –recomendó Roca con tu malicia e inexistente humildad.
Sica no dijo nada y fue con el grupo del macarra. Nameless se preguntó si sentiría indiferencia o si más bien sufriría cierta desidia de que nadie quisiera tener amistad con ella.
–Bien, bien, pues ya estamos –anunció Max Pain con otra fuerte palmada–. Me gusta el rugby porque hasta los partidos civiles son divertidos, se pegan buenas hostias, y eso que tienen normas más restrictivas que las nuestras –se carcajeó alegre.
Ahí supo Nameless que no le iba a gustar aquella clase.
–Las reglas son simples: hay que llevar el balón a la última zona del equipo rival y plantarlo en el suelo. Haced lo que haga falta para llevarlo. Y haced lo que haga falta para que no llegue a vuestra meta. Podéis hacer placajes, golpear y agarrar, también podéis usar armas no letales. Y no os ensañéis, eh, que la idea es quitar o conservar el balón, no destruir al enemigo –los regañó con ligereza y quedó patente que había jugadores dispuestos a hacerlo. Empezando por Roca.
Eisentblut, autoproclamada Capitana del equipo por unanimidad suya, se apropió del color rojo sangre, por lo que los otros tuvieron que ir de negro.
–Hace días que no voy tan colorida –comentó Nameless mientras se colocaba el dorsal.
–Pues más te vale ser un colorido borrón –le advirtió Roca.
Nameless miró el cielo e hizo una mueca de escepticismo.
El partido empezó y quedó claro que allí ningún equipo había preparado una estrategia. A quien le apetecía correr, perseguía el balón y trataba de llevarlo, a base de pisotones, codazos y algún mordisco, a la meta contraria. Y por el camino el equipo rival le ponía obstáculos, que a veces funcionaban y otras veces no. Nameless intentó hacer un par de carreras, pero ni de lejos llegó a ser borrón y Killgore no perdía oportunidad de derribarla de un placaje o un batazo; aunque luego eso implicara que Roca lo golpeara a él. Si el lanzar a Killgore a la zona de meta hubiera puntuado, Eisentblut hubiera sido la máxima anotadora. Aunque el chaval siempre regresaba escupiendo sangre con chulería y dispuesto a seguir apaleando jugadores con el dorsal rojo.
Nameless terminó por quedarse en la retaguardia, con la orden de no dejar pasar a nadie, pero Ludo hacia más que ella gracias a su miriada de cachivaches. Ella se planteó usar la pistola paralizante, pero Sica sacó un cuchillo y Nameless se apartó de puro miedo. Hubo otros jugadores que también resultaban desastrosos, pero no tenían a Roca gritándoles que movieran el culo. A Eisentblut el equipo le daba igual, pretendía bastarse ella sola, pero su Subcapitana tenía que estar a la altura. Cuando Hedera le lanzó una bomba de gas lacrimógeno, Nameless se dio por vencida.
–Ve a por el balón –le ordenó Roca cuando Full hizo el golpe de castigo tan fuerte que el balón pasó entre los palos de la H y fue a perderse en los árboles circundantes.
Nameless suspiró. Pain tenía balones como para sembrar todo el campo, pero le pareció buena idea que su inútil alumna fuera a buscar el extraviado. Nameless se arrastró hasta el bosque y se sintió algo mejor cuando ya no le podían caer más miradas reprobatorias. Ahora a buscar el balón. Ah, allí estaba. A los pies de... Darkheart. Mierda.
–¿Duro el partido? –preguntó él, recostado contra un grueso tronco, bien mimetizado con las sombras.
–No estoy en forma –murmuró Nameless, acercándose con cautela.
–¿No? Porque juraría que el entrenamiento con Roca está funcionando.
–Todavía me queda –contestó y se agachó a coger el balón, pero él lo hizo más rápido. Se convirtió en un borrón negro para hacerlo.
–¿Seguro que es eso? ¿No será el sol? –preguntó Darkheart jugueteando con el balón.
Nameless, frustrada porque se lo hubiera quitado, echó un vistazo hacia donde estaba el campo, allí había más luz.
–Considéralo como una ayuda para irte entrenando antes de la noche del miércoles –le dijo él endosándole el balón y le guiñó un ojo con picardía mientras un colmillo afilado asomaba por su sonrisa torcida.
Ella frunció el ceño y lo vio marcharse, al menos los dos segundos que tardó en perderse en las sombras del bosque. Nameless regresó mosqueada, preguntándose si se refería al horrible partido o a alguna otra cosa. "Tal vez sólo sea una forma de recordarme lo de la luna y meterme presión", se dijo yendo hacia la mitad del campo, donde la esperaban impacientes.
Sacaron mientras ella se quedaba en la retaguardia y ocurrió la pequeña batalla de siempre. Killgore se hizo con el balón, Roca golpeó a Killgore, Full agarró el balón con manos hábiles y se lo pasó a Hedera, que se defendía con una nube de gas tóxico, pero allí estaba Jeff para fumigarlo con lo que debían de usar para apagar los hornos de las pizzas mutantes, Ludo pilló el balón con uno de sus robots, que fue abatido por la pistola de Sica, Hydra recuperó el balón con desgana y se lo pasó de nuevo a Killgore, que corrió imparable hacia meta... hasta que Nameless lo derribó.
La primera en sorprenderse fue ella misma. No entendía cómo aquella vez sí que había logrado darle alcance. Entonces se fijó en que el terreno estaba bastante más oscuro de repente y, al alzar la vista, se encontró con que el sol había sido engullido por una nube pequeña, pero lo suficientemente compacta como para traer las tinieblas. ¿Sería aquella la verdadera ayuda de Darkheart?
Un grito la alertó de que el equipo rival iba en estampida a recuperar el balón. Y su propio equipo se acercaba con demasiada intensidad para impedirlo. Nameless agarró el balón, se quitó de encima de Killgore de un salto y echó a correr justo en el instante en el que los dos grupos colisionaban. Esquivó otra bomba química de Hedera, a Full, que había hecho un rápido quiebro, y Sica no llegó a alcanzarla. Nameles corrió tan rápido como la inmensa sombra que se extendía por el terreno. No pudo verse siendo un borrón, pero sí que se notó mucho más ligera. Anotó clavando el balón en la meta con un grito de júbilo y catarsis.
Cuando se giró, se encontró con que la gente la miraba de diversas formas. Roca tenía una sonrisilla satisfecha y Jeff aplaudía. Ludo suficiente tenía arreglando a su robot aprovechando el tiempo muerto. Full también parecía complacido a pesar de estar en el equipo contrario. Max Pain levantó el pulgar muy animado. Por otro lado, Killgore la miraba con furia asesina y Morilec, con demasiada intensidad para la maña que tenía con la pistola y las historias de terror que le habían contado respecto a su familia. Y, sobre todos ellos, la compacta nubecilla continuaba su camino, por lo que no tendría más que unos pocos minutos de revitalizante oscuridad.
Nameless regresó corriendo al centro con el balón y se lo devolvió al macarra, no por recochineo, sino porque había visto que siempre se encargaba él del saque. Pero era posible que él lo interpretara como si se regodeara.
–Aprovecha este rato –le ordenó Roca antes de ir a bloquear el primer ataque.
Nameless echó a correr, le arrebató el balón a Hedera antes de que éste pudiera defenderse con armas químicas y simplemente enfiló hacia la meta, a la que llegó sin que nadie la obstaculizara. Aunque tuvo la sensación de que Sica le había andado cerca... Para la tercera carrera le quedó claro que Morilec le estaba pillando el ritmo cuando tuvo que hacer un brusco quiebro derrapando para escapar de ella y sus cuchillos, pero consiguió anotar.
Justo antes de empezar su cuarto sprint, Killgore se le echó encima. A pesar de ir más pendiente de dónde estaba el balón, Nameless pudo esquivarlo bien. Pero después le llegó un batazo en el estómago salido de quién sabría dónde y que la lanzó despedida hacia atrás.
–¡Así se hace, Rav! –celebró Killgore.
Nameless se incorporó rápidamente para evitar un posible ensañamiento. Se encontró al compañero del macarra, siempre tan callado y sereno, empuñando el bate de Killgore. Ella tosió y cayó en la cuenta de que el tal Rav, vistiendo siempre de oscuro y paliducho como estaba, bien podía ser otro al que la oscuridad le sentara bien.
Con un rápido vistazo, localizó el balón, que llevaban rápidamente a su meta en brazos de Sica, a la que sólo Roca estaba dispuesta a detener, que lo haría, pero Full estaba colocado para un pase... Nameless echó a correr justo cuando una bomba de gas de Hedera le caía desde el cielo.
Tal y como había supuesto, Sica le pasó el balón a Full cuando se vio obstaculizada por Roca, pero Nameless se interpuso robándolo. Derrapó para no meterse en su propia zona de meta, se agachó para evitar las cartas que el elegante chaval le lanzó como puñales y emprendió su último sprint, ya que la nube pasaba de largo y el sol barría a su espalda. Rav se le plantó en frente y arremetió con el bate, por lo que Nameless tuvo que rodearlo, lo que la metió en el radio de acción de Sica, por lo que cedió la posesión a Jeff. Morilec no la desestimó como objetivo al momento, así que Nameless se encontró luchando por apartar de sí una pistola, antes de que le entrara la flojera por el miedo. Pero Rav seguía por allí con el bate... aunque podría venirle bien teniendo en cuenta lo que se les acercaba...
Nameless esquivó por los pelos el bate, se lo arrebató a Rav con decisión y lo usó para batear la lata de la bomba de gas que Hedera les había lanzado. La nube lacrimógena estalló justo sobre su dueño.
–¡Que somos de tu equipo! –abroncó Rav al químico desquiciado, que ahora lo estaba pasando un poco mal, y Nameless aprovechó para endosarle el bate y seguir corriendo.
Jeff había defendido el balón con fiereza y una metralleta de guisantes congelados, pero poco había podido avanzar. Roca se abrió paso a puñetazos, pero Killgore los encaba bien y le entorpecía la marcha lo suficiente para que Hydra y los demás la incordiaran. Nameless se coló por en medio, con el sol pisándole los talones, y se deslizó para recuperar el balón. Salió del barullo de gente más o menos indemne y se lanzó a por la meta contraria.
Notó una presencia muy cerca de su espalda y, temiendo que la agarraran en el último instante, saltó hacia adelante. Aterrizó en plancha, con el balón por delante, clavándolo en la zona de meta. Al instante cayó sobre ella la presencia perseguidora, y un cuchillo apuñaló la tierra a escasos centímetros de su cabeza. Sica resopló, no quedó claro si frustrada o cansada, y se apartó sin decir nada.
Nameless se incorporó, ya bajo la luz del sol y resintiéndose por los golpes que se había llevado en sus escasos minutos de juego intenso. No había estado mal, pero empezaba a sospechar que Morilec estaba molesta con ella. Sica no le había dirigido la palabra, pero sí diversas armas.... Se preguntó si le fastidiaría que Roca le impidiera hablar con la única persona dispuesta a ser su amiga, o si su comportamiento se debía más a la frustración de haber perdido a una futura víctima. Ahg, le habían contado demasiadas historias de terror respecto a aquella familia.
–Vamos a ir dando por terminado el partido –anunció Max Pain.
–Ha ganado mi equipo, ¿no? –preguntó Roca, sólo para confirmar lo que ella ya sabía.
–Jah –intervino Killgore.
–Habéis empatado –declaró el profesor.
–¡¿Cómo?! –exclamó Eisentblut–. Eso es imposible, he marcado un montón. Y mi Subcapitana acaba de hacer un puñado.
–¡Nosotros hemos hecho más! –aseguró el macarra.
–La verdad es que he perdido la cuenta a partir del tercero –confesó Pain encogiéndose de hombros–. Sólo quería ver cómo jugabais. Los profes os vamos a barrer –prometió malicioso y se desentendió de ellos.
Nameless vio encenderse a varias almas competitivas. Aunque no se soportaran, Killgore y Roca tenían el mismo objetivo ahora: machacar profesores. Iba a ser de risa cuando se juntaran en el mismo equipo.
Pero Nameless miró en otra dirección, hacia la que Sica estaba tomando para marcharse en su habitual silencio.
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¿Quién quiere apuntarse al equipo de rugby~?
Bueno, pues hemos llegado a las 50 partes publicadas y la próxima será con la que cumpliremos el medio año exacto *tira confeti*
Y, llegada a este punto, me da por preguntar... ¿A dónde creéis que habremos llegado cuando cumplamos un año? (Sí, venga, voy a apostar porque no flojeo y me pillo a mí misma y todo se va al garete)
No os pido que aventuréis trama. Ni lo intentéis, por favor X'''DDDD ¿Pero por qué día creéis que iremos? ¿Llevará Nam al menos un mes allá?
Os comento que estamos en el segundo martes, el 10º día (contando el domingo 31 en el que la secuestraron y tal). De seguir al mismo ritmo, llegaríamos al 20º nada más X'''D Pero quién sabe si aceleraré o me entretendré con la luna llena, el viernes par y todos esos días super épicos...
Así que abro las apuestas, a ver quién acierta o se acerca más (da igual pasarse o no). Decidme un número concreto de días.
A quien gane, no sé, algo le daré, que, dadas mis posibilidades económicas, asumo que podría ser profundizar en su personaje (?)
¿Sí? Venga, animaos a comentar y apostar. Y, si os sentís exuberantes de generosidad, recordad que podéis invitarme a un café en ko-fi.com/cirkadia ~~~
*se pone a recoger el confeti*
EDIT: Qué bien se lo pasa esta gente (?)
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