Capitulo 20

Creí que todo sería color de rosa siempre, creí que podría mantener a todos a salvo, mantener la situación bajo control, por meses fue así, meses tranquilos, con ciertos problemas totalmente solucionables, pero una noche pacifica en la que todos nos reuníamos como es costumbre para recitar nuestro mantra, apreciar la luna y disfrutar la compañía del resto, aparecieron los forasteros. Completamente rodeados... esa noche perdimos muchos lobos, niños, ancianos, jóvenes y adultos por igual, estos malditos forasteros no tenían respeto ni siquiera por la edad de sus víctimas, por la misma razón, nos vimos en la obligación de dejar el pueblo y acampar en el bosque todos los que sobrevivimos, debíamos salvar la manada, aún éramos cientos de nosotros, pero eso no significaba que las bajas no dolieran o no importaran, cada uno de ellos recibió la sepultura que merecían, siempre los llevaríamos en nuestros corazones.

– "Becca, hay avistamientos en el sector norte"

Casi no recordaba lo que es ser humana, mis días y noches se resumían en vigilar, cuidar, matar, contener y ayudar a mi gente, por lo que casi no tenía tiempo de ir hasta el centro del bosque donde todos se ocultaban.

– "¿Qué esperamos? Necesitamos ir"

– "Están muy cerca del mundo humano, necesitamos tener cuidado"

– Se aprovechan de las circunstancias, fomentan el pánico entre nosotros – irguiéndome– No importa que estén cerca del mundo humano, recorreremos todo nuestro territorio, mataremos a todo forastero que se nos cruce, esa es la orden.

– Si señora.

Aullando para dar la señal, todos comenzamos a correr hasta los limites del norte, mi territorio de vigilancia.

Tan y cómo decía Lucy, tres forasteros estaban acechando nuestro territorio, olían a sangre, podría reconocer el aroma de mis hombres en ellos, los habían matado, más bajas maldita sea.

Sin piedad y bajo mucho esfuerzo, terminamos por matarlos, agradecía que fuéramos mayores en número, ya estaba cansada de pelear, estaba herida, no nos daban tregua, casi no lográbamos dormir.

¿Cuándo terminaría todo esto?

– "Nena, te traje de comer"

Cómo cada día, tres veces al menos, Jackson me buscaba en el extenso bosque para llevarme algo de comer, hoy era pan y también agua, llevábamos meses así, pronto no sabría que les daríamos a todos, son demasiadas bocas que alimentar.

– "Gracias cariño" "Lograste comer algo" "¿Ya comieron todos?"

– "Todos ya comieron preciosa, así que por favor hazlo tú también y evita quedarte sola, me preocupa que algo te pase"

Acariciando mi rostro con el suyo, su mirada parecía triste, perdida.

– "No puede pasarme nada, tengo muchas personas que dependen de que yo esté atenta, tranquilo"

Lamiendo su mejilla.

– ¿Te quedarás aquí hoy también? – Asentí mascando un trozo de pan, olía delicioso– "Me quedaré contigo entonces, estás sola y herida, necesitas curar y no te has alimentado de mí hace días ¿Por qué? ¿Es que ya no te gusta mi sangre?"

Levanté la cabeza como si hubiese dicho lo más loco del mundo.

– "Eres tonto" – ladeando la cabeza– "No bebo de ti porque necesitas energías ¿Cómo te las voy a quitar bebiendo de tu sangre?"

– "Si mi sangre no curas rápido, se sientes débil y cansada, hambrienta todo el tiempo ¿No has pensado en que yo siento lo mismo que tú porque tampoco me he alimentado? No quise decirlo antes para no molestar, pero me preocupas, ya no te ves bien"

– "Lo siento... te he descuidado, eso no está bien"

– "Estoy hablando de ti ahora, tú salud es la que me importa, necesito que te alimentes de mí"

Dejando el pan y el agua de lado, me acerqué a él lamiendo su cuello, en segundos estaba bebiendo de a pequeños sorbos sintiendo como mis heridas comenzaban a picar, es lo que necesitaba para que comenzaran a cicatrizar, mi pelaje en estos momentos tiene más rojo que blanco y no estaba segura de cuanta sangre era mía y cuanta de las personas que maté hoy, no he tenido tiempo de ir al rio para bañarme... esto es terrible.

– "Ahora es tu turno"

Asintió acariciando mi nariz con la suya, luego de eso se alimentó, ambos necesitábamos comer, ambos estábamos exhaustos.

**

Muy tarde por la noche, sentí un fuerte aullido desgarrador, luego muchos ladridos, gruñidos, alguien estaba peleando. Jackson y yo corrimos como si la vida dependiera de ello, y claro que era así, la vida de un camarada era la propia. Mi ira creció cuando vi quien era la persona a quien dañaban, era Derek, el menor de los Hale estaba solo, cinco lobos forasteros a su alrededor, uno de ellos yo lo conocía muy bien.

– "Maldita seas Leah – gruñendo me puse en posición de ataque, estaba muy enérgica ahora que fui bien alimentada– yo sabía que estabas involucrada en todo esto"

La marca que recorría su rostro completo me lo confirmó, era ella, la mismísima perra de pelaje gris que huele a basura.

Sin pensarlo, me lancé hacia ella sintiendo las mordidas de sus camaradas que intentaban hacer que la soltara, Jackson comprobó que su hermano siquiera respirando, el alivio fue palpable en su aroma, luego vino en mi ayuda, eran demasiados para nosotros, aullé llamando a mi gente, pidiendo ayuda desesperada antes de que esta historia tuviera un final trágico, imploré a todos los dioses que conocía hasta que Emily, Mary, Cat y Celinda aparecieron entre los arbustos poniendo fin al asunto, la mala noticia de todo esto es que Leah logró escapar, dejó a sus camaradas heridos atrás y siguió su camino, a la distancia podía oler a su tía, la muy perra fue liberada por los suyos, ahora ambas podrían planear la siguiente estrategia, todos estábamos agotados.

A duras penas, Jackson, Derek y yo fuimos al centro con el resto de la manada mientras los vigilantes ampliaban los sectores de búsqueda sin posibilidad de puntos ciegos, prácticamente fui obligada a dejar mi puesto, no me sentía en condiciones de seguir peleando, las patas me temblaban, mi pelaje blanco estaba completamente rojo, tenía heridas nuevas y otras más viejas que sangran otra vez ¿Cómo hago para dejar de sentir este dolor tanto corporal como en mi corazón?

– ¡Mis hijos! ¡Demonios chicos! Vengan por aquí.

Daiana conservaba su forma humana, nos ayudó a llegar a una de las tiendas de campaña en la que nos pidieron amablemente que tomáramos nuestra forma original, algo que nos costó un par de segundos, hace tiempo no lo hacíamos, tanto, que terminé por perder el equilibrio y desmayarme en los brazos de una de las mujeres que trabajaba en la enfermería de la manada, me sentía segura aquí.

Desperté vendada y calentita en una cama hecha con paja, cubierta con gruesas mantas, a mi alrededor, los hermanos Hale descansaban, todos heridos, todos más delgados y exhaustos.

– Despiertas primero que el resto.

Daiana se acercó acariciando mi cabello, yo olía bien, al parecer alguien se tomó el tiempo de darme un baño.

– ¿Por qué están todos aquí?

La cabeza me retumbaba, estaba agotada.

– El ataque de anoche fue dirigido a todos mis hijos, tú incluida cariño, quieren eliminar el linaje Hale, saben que si uno cae, continuará el siguiente en la línea de sucesión, por suerte todos pudieron llegar aquí ilesos – parecía aliviada– desde hoy ninguno volverá a las fronteras, necesito a todos vivos, mi nuera y mis hijos.

– Pero Daiana, mi deber es estar con el grupo de rastreo.

No podía dejarlos.

– Todos ya fueron notificados con la nueva orden, además, tú olfato servirá mucho más aquí, con todas estas personas indefensas, necesito lobos fuertes que puedan protegerlos en caso de que fallen todas nuestras otras barreras, además, hay bebés en juego, niños pequeños, también necesitamos ayuda para alimentarlos ya que sus padres arriesgan la vida por todos, las mujeres mayores no dan abasto, este fue un año muy fértil.

– ¿Quieres que cuide bebés mientras los demás pelean? Daiana perdón por lo que diré, pero estás loca.

No entendía cómo esa idea sonó razonable en su cabeza.

– Necesito que estés viva ¿Lo entiendes? Tyler y yo estamos cansados, estamos exhaustos y heridos así cómo tú, si algo llega a pasar, Jackson y tú deberán cuidar, dirigir y llevar a la manada a un lugar seguro ¿Entiendes ahora lo que digo? Debemos cuidar a los próximos en la línea de sucesión, los necesitamos aquí.

En parte entendía su preocupación, yo haría exactamente lo mismo, nos salvamos por los pelos anoche de una muerte segura.

– Lo entiendo Daiana, entiendo lo que dices, haré todo lo que esté en mis manos para ser de utilidad aquí, también me necesitan.

– Así es hija, aquí también te necesitamos, así que no menosprecies tu nueva tarea, está en tus manos que las nuevas generaciones puedan ver la luz del sol luego de las tinieblas que estamos enfrentando, hay muchos pequeños huérfanos ahora, ya verás a lo que me refiero, ahora – acomodando las mantas a mi alrededor– descansa un poco más, lo necesitas para recuperarte, estás curando muy lento.

– Es que estoy muy cansada...

– Jackson me comentó que no has comido bien, tampoco te alimentas con frecuencia de él, esto está muy mal, en cuanto abras un ojo otra vez, harás ambas, así estarás al cien nuevamente, y recuerda, si tú caes, todos caerán contigo, eres su líder, así como yo.

– Gracias Daiana, haré un buen trabajo, te lo prometo.

– Lo sé cariño, sé que lo harás estupendo.

Cerrando los ojos otra vez, dejé que sus caricias en mi cabello me transportaran al mundo de los sueños, esta vez, me permití descansar correctamente, espantando los malos pensamientos y las preocupaciones, debía recuperarme, eso es todo lo que importaba ahora, si yo estaba bien podría defender más personas, dejaría el resto a mis lobos, somos un equipo, debo confiar más en ellos y sus capacidades.

Catorce horas después, abrí los ojos, ya no tenía ese molesto dolor de cabeza, más bien, muchas heridas superficiales ya no existían, las más profundas aún las conservaba, pero al menos ya no estaba sangrando, las camas a mi alrededor estaban ocupadas únicamente por Derek, el pobre estaba muy lastimado, necesitaba más tiempo para componerse.

Saliendo de la improvisada tienda, vestida y descalza, caminé hasta Daiana para preguntarle por donde debía comenzar, señaló sonriente la tienda de color lila, muchos bebés y niños de no más de dos años estaban ahí, diez mujeres adultas corrían de un lugar para el otro intentando alimentarlos a todos, pero no tenían las suficientes manos, así que tomando un delantal blanco como el de ellas, sujeté mi cabello con una pañoleta del mismo color, saludé, tomé dos biberones y me dispuse a cargar a las criaturas que a mis odios, eran los que más lloraban.

– Vaya... veo que te ganaste a Thomas.

Una de ellas se acercó, los niños bajo su cuidado estaban tranquilos, dormidos o bebiendo su leche, por lo que tenía algo de tiempo.

– ¿Cuál de los dos es Thomas?

– Este pequeño revoltoso de aquí – acariciando el cabello del menor– él tiene un año con seis meses, es huérfano, sabe decir un par de palabras y no deja de preguntar por su mamá, se pone de mal genio con facilidad.

Y vaya que tenía razón, el pequeño intentó morderla, al parecer no le gustaban las caricias.

– Vaya... pobre niño, perder a sus padres a una edad tan temprana...

Observando al pequeño, su cabello era castaño y ondulado, ojos cafés, de tez clara, era un niño precioso.

– Este de aquí – señalando al bebé en mi brazo izquierdo– es Trevor, tiene seis meses, sus padres pertenecen a logística, vienen cada ciertos días para que Samanta, su madre, se extraiga leche, toda la que pueda, así nos mantenemos aquí, todas las madres dejan su leche para alimentar a todos los niños.

– Que bondadoso de su parte que se ayuden entre sí, cada vez me enamoro más de esta manada, los humanos no son como nosotros, no se ponen en el lugar de la persona a su lado.

– Todos somos uno, eso es lo que no entienden los humanos, aquí todos debemos surgir y remar en la misma dirección.

Cargó a Trevor en sus brazos viendo que el pequeño se había dormido, lo dejó en su cuna cubriéndolo bien con las mantas, los pequeños no regulaban su temperatura cómo los adultos, por lo que debíamos protegerlos del frío.

– ¿Qué pasará con todos los niños huérfanos?

Thomas jugaba con el borde de mi camiseta mientras bebía su leche, su mirada estaba directamente clavada en la mía, algo se removió dentro de mí cuando lo hizo.

– Serán cuidados por la manada por supuesto, criados de la mejor forma posible, no perderemos a ningún niño.

– Yo podría hacerme cargo de Thomas, adoptarlo – levanté la cabeza viendo a la mujer– sentí... una conexión especial con este niño, la forma en la que me mira hace que mi corazón se sienta cálido, que mis heridas dejen de doler, me hace pensar que... haría todo para que él no sufriera otra perdida – viendo al niño otra vez, estaba estirando los brazos, quería levantarse– ¿Es posible eso? ¿Hacerse cargo?

– Por supuesto que sí señorita Becca – Ya no me sorprendía que todo el mundo supiera mi nombre– claro que puede y eso sería muy beneficioso para el niño, así tendría el amor y el calor de una familia ¿Su esposo estará de acuerdo con esto?

– Jackson estará muy feliz, por cierto ¿Lo ha visto? – levantándome de la silla con el pequeño en brazos– le contaré la noticia ahora mismo.

– ¿Qué? ¿Ahora? ¿No cree que debería preparar el camino primero? Puede que el próximo Alfa no piense en hijos aún.

– Jackson adora la manada, adora a los niños y me adora a mí, jamás diría que no a esta decisión. Thomas desde este momento es un Hale – besando la mejilla del diablillo que tiró del cabello de la mujer frente a mí, como si quisiera alejarla – Mi hijo.

Mi instinto me decía que era lo correcto y hasta el momento jamás se ha equivocado. Algo me decía que el destino puso a este niño en mi camino, definitivamente no ignoraría este presentimiento, este niño estaba destinado a ser mi hijo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top