9. Este es mi territorio
Ya frente al hermoso acantilado, jadeando, me acerqué a la orilla apreciando el rio y la vegetación que nos rodeaba, pequeños animales, el sonido del viento, los búhos que comenzaban a despertar, todo aquí era increíblemente irreal, pero sentía que las piezas por fin estaban en su lugar, el rompecabezas que intenté armar por trece años por fin tiene sentido, yo tenía que volver aquí.
– "¿Te gusta la vista preciosa?"
Sentándose a mi lado, ambos aún en nuestra forma animal.
– "Es muy tranquilo aquí, me siento viva otra vez, Jackson... debí quedarme aquí, definitivamente debí quedarme"
– "Pase lo que pase, te prometo que no dejaré que vuelvas a marcharte, tú perteneces aquí, este es tu hogar y la manada es tu familia, te protegeremos como siempre hemos hecho con todos los demás"
Lamí su hocico a modo de agradecimiento.
– "Deberíamos ir con el resto ya"
– "Deberíamos, pero todo lo que quiero ahora es llevarte a casa y follar hasta que se haga el día"
– "No me tientes que la temperatura me sube en segundos"
– "Ustedes dos ¿Qué hacen ahí? Vamos a beber"
– "Ahora sí no sé quien diablos eres gemelo molesto – mirando al lobo negro tras nosotros– ¿Todos en su familia son negros?"
– Así es, mamá y papá también.
Ya en su forma humana otra vez.
– Me gusta mucho tu pelaje Becca.
Las chicas ya estaban vistiéndose.
– Gracias – sonreí siendo humana otra vez caminando hasta ellas– mi madre era así, el pelaje de ustedes también es muy lindo, brilla con la luz de la luna.
Tomando mi ropa comencé a vestirme.
– Ningún comentario, descerebrados.
Golpeó a los gemelos en la cabeza caminando hasta mí, besó mi coronilla y entonces comenzó a vestirse.
– Hacen linda pareja, son como el yin y el yang.
Intercambiamos miradas, podía sentir el calor en mis mejillas.
– S-sí, nuestros pelajes son contrarios completamente.
– Se complementan, a eso voy yo, sus parientes los observan con orgullo, todo el mundo está hablando de ustedes.
– ¿Y eso por qué? Es la primera noche que nos ven juntos.
– Pero hueles a Jackson, él ya pasó la mayoría de edad, puede casarse, todos pensaban que lo haría con Leah y desde que inició su vida sexual, jamás mordió a alguien, por eso se cuestionan que tan importante eres para que lo hiciera contigo.
– En realidad, fue un accidente, lo hizo para protegerme, sino fuera por eso, él jamás me habría mordido, es más, se habría mantenido lo más lejos posible de mí, casi no hablábamos y creo que hasta me odiaba cuando le designaron cuidarme.
– No te evitaba porque te odiase Becca, el problema es que olías demasiado tentador y todo lo que quería era follar contigo, pero prometí que mantendría mis manos lejos de ti así que era una tortura mantenerme cerca de ti, es por eso.
– Vaya... ustedes están echando chispas por los ojos, que hermoso es el calor.
Observando el cielo soñadoras.
– Jackson, Leah también pasó muchos peligros y tú seguías sin morderla ¿Por qué lo hiciste con Becca entonces?
– Además, no te hagas el idiota, bien sabías de quien es hija ¿Por qué te hiciste el sorprendido cuando les mostramos las fotografías? Tú sabías que éramos sus amigas y bien sabías que ella iba a ser tu pareja destinada ¿Estabas ansioso por contarle no? – Clavando su codo en la costilla del chico perplejo a mi lado– di la verdad romeo, estás feliz por esto.
Apretó los puños sin hablar por varios segundos, casi llegué a pensar que estaba enojado, pero el aroma que desprendía su cuerpo era más bien... vergüenza, complejidad, emoción.
– Eso es mentira.
Soltó con rapidez.
– No mientas, puedo oler tus emociones.
Observándolo.
– Demonios... soy muy buen profesor – soltando el aire– lo sabía. Sabía quien eras, sabía con quienes te juntabas cuando eras pequeña, yo te veía casi a diario, compartíamos cuarto en ocasiones, yo sabía muy bien que ibas a ser mi esposa cuando creciéramos, siempre me lo dijeron, lo supe cuando aún estabas en el vientre de tu madre, por eso jamás mordí a Leah, tú tío Sam dijo que volverías a la manada en algún momento y yo quería esperar ese momento, yo me ofrecí para ser tu guardia y le hice prometer a mi padre que nadie sabría sobre eso, quería ser el único que te cuidara, quería que te acostumbraras a mi presencia, que fuera por mí que te sintieras en casa, que te sintieras a gusto conmigo, no quería obligarte a nada porque probablemente no lo recordarías, pero yo quería hacer que... desearas ser mi esposa, esa era mi meta de todo esto, por eso mi padre y Sam nos preguntan cosas, están evaluándote y has pasado la primera prueba.
Tragué grueso pestañeando repetidas veces, esto era bastante que asimilar.
– Todo lo que puedo decir ahora es que en realidad no sé que decir, me engañaste desde el principio y eres muy buen actor.
– Estás molesta, puedo oler que estás molesta.
– ¿Cómo debería estar si descubro que toda mi vida esta pauteada?
Cruzándome de brazos.
– Ven conmigo.
Tomando mi mano.
– Aún no termino de vestirme, deja que termine.
Apenas llevaba la ropa interior encima.
– Yo tampoco, sígueme.
Tan escaso como yo, me cargó sobre su hombro caminando a grandes zancadas hacia el bosque otra vez. Ni siquiera hice el intento de ser bajada, no era competencia con la fuerte preparación de este semental, solo tenía curiosidad sobre lo que podría decir ahora que estábamos solos.
– Escúchame.
Bajándome al piso frente a él.
– Soy toda oídos.
adoptando mi postura defensiva.
– Eres libre de elegir lo que quieras, por eso yo no te iba a decir nada, Katie jodió el momento, después de todo yo estaba casi seguro de que no recordarías nada, no iba a llenarte la cabeza de recuerdos que no tenían importancia en tu realidad actual.
– Es que, si cambia las cosas Jackson, te conocía desde pequeña, conocí a los Hale y conviví con ustedes antes de dejar el lugar, yo tenía una historia aquí, un destino prometedor contigo que probablemente se hubiese cumplido si no me marchara y con este maldito calor de mierda estoy más enojada de haberme ido y no casarme contigo que contigo por no haberme dicho todo esto antes.
Caminando de un lado hacia el otro.
– ¿Así que estás enojada por eso? Yo creí que era conmigo.
Sujetó mi mano acercándome al árbol más cercano, pegando mi espalda a este.
– Tú sigues pensando en mí después de todo, eso es adorable, no podría enojarme por eso.
Mi cuerpo completo comenzó a palpitar, la sangre recorriendo en mis venas cada vez la sentía más caliente, yo estaba caliente.
Acercó sus labios a mi cuello depositando húmedos besos utilizando su lengua para acariciar la zona, sentía mis piernas temblar, la excitación se apoderaba de mis terminaciones nerviosas.
– ¿Qué me dices si hacemos algo rápido y luego volvemos con el resto?
Acariciando mi muslo, deslizó sus caricias hasta mis pechos masajeándolos con la fuerza suficiente para que repercutiera en mi entrepierna, no pude evitar separar los labios emitiendo un pequeño gemido.
– ¿Qué me dices si me quitas ya la ropa?
Llevando mi diestra a su erección acariciándolo sobre el bóxer.
– Demonios... me vuelves loco – mordiendo mi cuello sin llegar a perforar– quítate las bragas bonita, esto será rápido.
– No te veo moviendo las manos perrucho.
Señalando su ropa interior, negó divertido quitándosela en segundos.
– ¿Y bien?
– Date la vuelta princesa, apoya las manos en el tronco.
Mordí mi labio siguiendo su instrucción, todo lo que quería era tenerlo dentro.
– No te hagas de rogar perrucho, nos esperan.
Moviendo el trasero impaciente.
– Quieta preciosa – sostuvo mis caderas con sus fuertes manos manteniéndome quieta– lo mejor viene al final.
– Ya lo decidiré yo cuando consiga mi orgasmo.
Separando los labios al sentir su erección dilatarme con cada centímetro.
– Demonios... esto es... increíble, la mordida me hace malditamente dependiente – acelerando sus movimientos– te deseo todo el tiempo, me vuelve loco, estás en mi cabeza todo el día, toda la maldita noche, hasta cuando como pienso en la perdida de tiempo, podría estar desnudo apreciando tu maravilloso cuerpo.
Repartiendo besos en mi espalda.
– Sigue diciendo eso y terminaré muy rápido – gimiendo del gusto saqué mis garras acariciando la madera del árbol que me sujetaba– así que no te detengas.
– ¿Así te gusta cariño? ¿Así?
Apretando mi cuerpo con la madera sintiéndolo entrar más apretado, más cerca de mi punto G, más grande que antes, podía ver sus garras y ligero vello en sus brazos.
– ¿Quieres cambiar?
Quitándome el sujetador.
– Hazlo, se siente delicioso, cambia conmigo, vamos... cambia...
No dudé en hacerlo, quería el paquete completo, así que en nuestra forma de lobo, me hizo llegar al orgasmo más increíble de mi vida, lo divertido es que solo un polvo fue con otro idiota que no fuera él y casi no lo recordaba, así que estaba metida en un gran lío, este chico me volvía loca.
Regresando con el resto de los chicos aún vestidos en ropa interior, me sorprendí al escucharlos reír mientras bebían, estaban escuchando música mientras los gemelos bailaban, esto era una maldita fiesta.
– ¡Vamos a bailar!
Jackson besó mis labios antes de caminar hasta nuestras ropas, nos vestimos con rapidez recibiendo dos vasos de lo que sea que habían robado para beber hoy, que delicia sentir el alcohol quemar mi garganta otra vez, adoraba beber maldita sea.
– Chicas, juguemos a yo nunca – los gemelos se sentaron en el piso– así conoceremos más de la princesa.
– Y así conoceré más de ustedes también.
Imitando al resto, tomé asiento en el piso bastante emocionada, estos chicos me hacían sentir segura.
– Bien, yo comienzo – emocionada, Alexandra terminó su vaso sirviéndose un poco más– yo nunca he probado pastillitas de acónito para sentirme eufórica.
Los gemelos, Katie y yo bebimos.
– Vaya Becca, no pensé que hubieses hecho algo como eso.
– Yo pensé que ni siquiera las conocerías.
– Me drogaron con esas la noche de mi primera transformación, intentaron matarme, por eso regresé a Raventown.
Encogiéndome de hombros restándole importancia.
– Becca eso es muy grave ¿Te hicieron algo? ¿Qué sentiste?
– No me hicieron nada porque mi tío tenía vigilantes cerca, me sacaron de ahí antes de que alguien me viera y me sentí horrible, mareos, náuseas, perdidas de conciencia momentánea, horrible, no volvería a probarlas a conciencia.
– Para nosotros fue parecido, nunca nos sentimos tan drogados en nuestras vidas, prefiero la sobriedad.
– Yo vomité toda la noche, ni siquiera disfruté esa fiesta, nunca más les hago caso.
– ¿Dónde se supone que probaron eso? Está prohibido en la manada – Jackson se molestó– saben muy bien que todo quien trafique esas porquerías tendrá una sanción.
– Ay hermanito, por favor, no seas aguafiestas, fue solo una vez y te juro que jamás querré volver a probarla, me sentí pésimo.
– Nunca vuelvan a hacerlo joder, es peligroso, si consumían más sin darse cuenta podrían haber muerto, ustedes jamás le toman el peso a las estupideces que hacen.
– Estamos jugando, luego nos regañas.
– ¡Aburrido!
– No lo haremos otra vez, lo juro.
Katie le guiñó un ojo bebiendo de su vaso, casi la miré mal, casi, pero estas chicas eran realmente agradables, no pensaba caer en los estúpidos celos, menos por cosas que existían en mi cabeza.
– Bien, siguiente pregunta, yo nunca he follado en un bosque.
Jackson y yo bebimos, también los gemelos y Alexandra, casi llegué a pensar que aquí había gato encerrado.
– Yo nunca follé hoy en un bosque.
Siguió Mary, lo que nos jodió a Jackson y a mí.
– Si realmente pudiéramos quedar borrachos estaríamos en problemas – reí sirviéndome más– mi turno, yo nunca he hecho un trio.
Jackson, los gemelos y Alexandra bebieron, a lo que comencé a dudar, y sí estaba poniéndome celosa, pero no de ninguna de las presentes, sino de todas las que pudieron haber tenido algo con él, maldito calor, maldita mordida.
– Interesante.
– ¿No te gustan los tríos princesa? Nosotros somos muy buenos en eso.
– Dominique, Dante, basta. Es mi chica.
– Lo sabemos hermanito, pero cuando el calor termine... ella podría experimentar.
– Ella no quiere ningún trío.
– No, no quiero, y no porque tú digas que no, es que me parece repulsivo compartir mi cuerpo con dos idiotas, sin ofender Alexandra.
– No hay problema castaña, cada quien con lo suyo.
Tan feliz como siempre.
– ¿Celosa princesa?
Susurró en mi oído.
– Puede que un poco – susurré de vuelta– Creo que cuando lleguemos a casa deberás recompensarme.
– Yo no tengo problema con eso.
– Ustedes dos, concentración por favor, presten atención al juego, luego follan como dos malditos animales.
– Nono, al juego no amiga – sarcástica– quiero qué me presten atención a mí, supuse que vendrían a este lugar, nuestro lugar.
Vistiéndose.
– No te invitamos porque sabíamos que generaríamos conflicto, nosotros queremos pasarlo bien Leah.
A su lado, Emma también se vestía, tampoco llevaba buen semblante.
– Ustedes son mis amigos, sin embargo, están con esa perra rompe compromisos en vez de con nosotras.
– Recordamos viejos tiempos chicas ¡Por favor! Bien saben que Becca era nuestra compañera de clases, si ella no hubiera salido de aquí seríamos todos amigos.
– Lo dudo, porque si ella se hubiese quedado estaría muerta.
– Hasta ahí – levantándome– ¿Te crees la gran cosa Leah? – caminando hasta ella– porque yo no tengo paciencia jamás, para nada, menos para perras rencorosas.
– Becca...
En tono de advertencia, Jackson se acercó.
– ¿Crees que voy a detenerme? – gruñó– porque estás muy equivocada, yo ya aparté a ese hombre como mío, así que ahora quiero que me lo devuelvas.
Saqué los colmillos, estaba enojándome y eso no era bueno para un Lycan.
– Ese hombre es mi compañero ahora, atrévete a poner un dedo sobre él, o peor, un dedo sobre mí y te desgarro la garganta.
Gruñendo.
– ¿Algo como así? – empujándome– UPS.
Sin tolerarlo más tiempo, salté en mi forma lobuna, lo que para ella fue una directa amenaza convirtiéndose como yo, ambas gruñendo, en posición de ataque esperando a que la contraria hiciera el más mínimo movimiento para justificar los arañazos y las mordidas que ambas prometíamos.
Jamás me sentí así, quería pelea, quería someterla, pero debía controlar mis emociones, un Alfa debía ser un líder, debía pensar en el otro antes que en sí mismo... pero joder... cuantas ganas tenía de demostrar a la fuerza que aquí la dominante era yo, ponerla en su lugar y obligarla a alejarse para siempre de nosotros, este originalmente debía ser mi territorio, mi manada, ella no tenía nada que ver aquí... perra oportunista.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
HOLA NENAS PRECIOSAS! LA SITUACIÓN EN MI PAÍS NO ESTÁ MUY BIEN POR LO QUE NO HE PODIDO ASISTIR A CLASES, LO QUE ME DA DEMASIADO TIEMPO PARA ESCRIBIR, CON ESTO DEL TOQUE DE QUEDA TODO LO QUE HAGO POR LAS TARDES ES ESCRIBIR, ASÍ QUE... ESPERO VERLAS PRONTO POR ESTOS LADOS.
QUE TENGAN UNA LINDA SEMANA.
BESOTES PARA TODAS.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top