26. Ryan
Tal y como pensaba, Jackson se puso como loco cuando se enteró de la noticia de los bebés, ya de eso, ha pasado una semana, está tan emocionado que prácticamente eliminó una pared de la casa y comenzó a agrandar los cuartos, agregando uno más, uno bastante grande para que cayeran todas las cosas de los bebés.
Thomas y yo, lo acompañábamos mientras reconstruía nuestro hogar, dormíamos en mi vieja casa durante las noches para que Thomas no pasara frío, y aprovechábamos cuando el dormía de día para poder ayudarle. Yo sé que no me necesitaba, sin mí avanzaba lo bastante rápido, pero sé que también el gustaba que estuviera con él, riéramos juntos, le entregara los clavos o hiciera la comida de ambos, o solo que estuviera a su lado, acompañándolo, él no quería que hiciera fuerzas de ningún tipo, debía cuidar a nuestros bebés que crecerían con una velocidad impresionante.
– ¿Vas por Thomas preciosa?
Bajando de la escalera, secando su sudor, recibió la gaseosa que le entregaba.
– Así es ¿Necesitas algo de la tienda? Se nos acabaron algunas verduras para la cena de Thomas.
– ¿No tienes antojos de nada?
Ladeando la cabeza.
– Nada – negando– Tampoco nauseas matutinas, ni esos síntomas mundanos, de hecho – tomando mi bolso– no siento nada, pero solo llevo una semana así que no llames los malos síntomas – besando su mejilla– regreso pronto ¿Seguro no quieres nada de la tienda?
Alzando una ceja.
– Yo no sé por qué el de los antojos soy yo – sonriendo– pero tengo muchas ganas de comer arándanos o frutillas, también servirían las frambuesas, lo que sea rojo, todo sirve.
Sonreí con él.
– Está bien papá embarazado, traeré lo que encuentre, nos vemos.
– Nos vemos preciosa, maneja con cuidado – acercándose a mi vientre, lo acarició con delicadeza– adiós bebés, nos vemos.
Sonriendo como una boba, tomé las llaves de su jeep y salí del bosque conduciendo cuidadosa hasta el pueblo, primero hasta el jardín de niños donde Thomas ya estaba preparado con su mochila sobre los hombros, peinado y bien perfumado, así me lo entregaban sus profesores cada día, muy feliz y con conocimientos nuevos sobre lo que él es, preparando su camino, enseñándole a amarse tal y como es, como a todos los otros niños.
– ¿Dio muchos problemas mi pequeño revoltoso? – tomé su mochila colgándola en uno de mis hombros, luego lo cargué a él– yo sé que es un poco complicado.
– De hecho, cada vez va mejor, al comienzo usted podía ver que nos mordía o golpeaba, tampoco hacía sus actividades, pensaba que usted lo dejaría aquí, pero ya comienza a acostumbrarse, él sabe que vendrá usted a por él cada día, es un buen chico.
Acariciando su cabello, a lo que mi niño sonrió, ya no apartaba a las personas ni intentaba morderlas, ese es un buen avance.
– Eso es bueno, me preocupaba que fuera un poco esquivo y que no quisiera estar cerca de las personas.
– Al parecer fueron las circunstancias que lo hicieron ser así, estuvo solo mucho tiempo extrañando a sus padres hasta que llegaron ustedes, Thomas es un buen chico, como todos los demás.
Me quedé un poco más hablando con sus profesoras, viendo a mi pequeño jugar con otros niños, interactuar con las personas, reír y compartir, el pueblo es lo que mi pequeño necesitaba, aquí la vida de todos era diferente, vivíamos y convivíamos, ya no me imagino una vida fuera de estos territorios, lo encontré todo aquí, comenzando por mí misma.
**
Paseando con Thomas en el carro de supermercado, compre bastante comida chatarra, a Jackson le decía que no, pero la verdad es que se me antojaba todo lo que veía, me controlaba porque no es sano comer comida basura, lo peor de todo es que es la más deliciosa ¿Por qué una lechuga no tiene el mismo sabor que una patata frita? ¿Por qué un apio no sabe mejor que un cheeto? Es muy injusto, así no se puede cuidar la línea.
De camino al auto, recibí un mensaje de mi flamante esposo, tiene un par de cosas que firmar en su bar, por lo que no volvería a nuestra casa del bosque, lo que quiere decir que Thomas y yo iríamos a casa de los Hale para jugar con DIDI y Derek, no nos quedaríamos a aburrirnos como ostras en casa.
Lo primero que hice al llegar, luego de saludar a los hermanos, ya que sus padres no se encontraban en casa, fue ir al patio trasero donde todos nuestros recuerdos comenzaron, extensas áreas verdes, árboles frutales y normales, arbustos, flores y juegos, los mismos que solíamos ocupar en nuestra infancia, mis hijos jugarían aquí también.
– ¿Cómo va esa panza Becca? ¿Qué se siente ser la madre más joven de la manada?
Riendo, Dante cargó a Thomas haciéndolo girar mientras el pequeño reía a carcajadas.
– Supongo que sigo acumulando récords – sentándome junto a Derek y Dominique– También soy la novia más joven de la manada.
– Tienes razón, no olvides que también eres la Alfa más joven de la manada.
Señaló Derek.
– Pero eso fue por un mes.
– Pero lo fuiste, y lo hiciste increíble, mis padres quedaron sorprendidos de tus capacidades.
– También guiaste al equipo de exploradores, mataste muchos lobos – enumeró Dominique– ahora que lo pienso, has hecho bastantes cosas.
– Cosas que una loba normal no hubiese hecho, aquí, todas las labores peligrosas comienzan a los veintiún años.
Complementó su gemelo.
– Soy superdotada que puedo decir – sonriendo– además, viene incluido en el paquete de ser yo, no olviden que nací siendo la prometida de Jackson, yo no iba a ser una loba normal.
– Si hubieses vuelto unos años después, probablemente Jackson estaría casado con Leah, la mal nacida lo controlaba como se le daba la gana, agradezco que llegaras y que la mataras.
– Recibimos mucha ayuda, sin el clan Nix no sé qué habríamos hecho.
– Probablemente todos estaríamos muertos.
Caminando hasta el resbalín, lo deslizó por él lentamente sin soltar su cuerpo, Dominique y Dante adoran los niños, se ofrecían todos los días para jugar con los pequeños cuando vivíamos en el campamento.
– ¿Extrañan la acción?
Pregunté observándolos a todos.
– ¿Qué tipo de acción?
– Las rondas, las peleas, jugar con los niños... extraño el campamento, extraño hasta levantarme temprano para hacer el pan, aquí estoy demasiado tranquila, no sé que hacer con mi vida.
– Pero puedes ir a trabajar a hacer tus rondas como de costumbre, salir a tomar aire como lobo, correr un poco por el bosque, no está tan mal... es aburrido, lo sé, pero mejor una vida tranquila.
Derek siempre tan centrado.
– Prefiero la paz a estar en guerra, estoy de acuerdo, pero antes hacía muchas cosas y ahora nada. Jackson cree que puedo poner en peligro a los bebés si regreso al trabajo, él es partidario de que me quede en casa, pero no estoy hecha para eso, me vuelvo loca.
– Apuesto a que pone de excusa la remodelación de la casa.
– Puedo apostar mi cabeza de que pasas todo el día viéndolo trabajar.
Como siempre DIDI me entendía a la perfección.
– Así es, ambas cosas – suspirando– le gusta que esté con él, que estemos en familia, pero me gustaría hacer mis rondas al menos hasta la salida de Thomas, puedo ir por él y acompañar a Jackson en la tarde, así, todos felices.
– Hazlo entonces joder ¿Cuándo has hecho caso a alguien cuando te dice que hacer? Tú no eres de las chicas que acata.
– Nuestra Becca lo hubiese mandado a la mierda.
– Estoy de acuerdo con el par de tarados ¿Qué estás esperando para hacer lo que tú quieres?
– ¿Saben? Tienen toda la razón ¿Qué joder estaba pensando? Estuve tanto tiempo preocupada del resto que olvidé hacer lo que yo quiero, antes hacía todo pensando en el resto, ya no más, desde mañana volveré a mi trabajo, hablaré con sus padres después para que pongan un escuadrón a mi cargo.
– Esta si es nuestra chica, ahora ¿Qué dices si vamos dentro? Tengo un hambre que te encargo ¿Patatas fritas con salchichas pulpo?
– Nosotros cocinamos, somos expertos en menús infantiles y chatarra.
Guiñándome un ojo.
– Me comería una vaca ahora, jamás le diría que no a las patatas fritas, si las hacen ustedes, mejor.
– Nuestra cuñada viene a jugar con nosotros ¿Cómo vamos a hacer que cocine? – entrando todos juntos a la cocina– ¿Comes por tres o qué?
– ¿Tienes el agujero negro de mamá ya?
– Lo tengo, así que preparen suficiente para calmar a la bestia.
Siguiéndolos con mi pequeño entre los brazos, saqué el móvil del bolsillo trasero de mis jeans, estaba vibrando con insistencia, era Lucas, uno de los chicos que trabajan en el bar.
– Lucas, no me digas ¿A Jackson se le perdió el móvil otra vez?
– No Becca, no es eso, hay un chico preguntando por ti con insistencia aquí, tiene un cuchillo en la mano y huele a humano, Jackson está intentando calmar las cosas pero no está resultando, tiene que venir por favor.
– Mierda... – mordisqueando mi pulgar– ¿Sabes al menos cual es su nombre?
– Dijo que se llama Ryan ¿Sabes quién es?
Solo conocía un Ryan y si es quien creo... tendré bastantes problemas.
Por supuesto que él los tendrá también, más que yo probablemente.
– Lo conozco, voy para allá, no dejen que se vaya.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top