22. Labores de un alfa.
Daiana y Tyler estuvieron de acuerdo cuando les propuse buscar aliados, de inmediato prepararon sus cosas y emprendieron el viaje fuera de las fronteras para buscar a los vampiros. Los Nix, jefes de una agrupación vampírica que ellos conocían, parecían tener buena relación y compartían el territorio de caza, estos eran "Vegetarianos" eso quiere decir, que no se alimentan de humanos y tienen formas de emparejamiento muy parecido al nuestro, eran las personas más civilizadas para pedir ayuda. Tyler me contó un poco sobre la historia de ellos para que comprendiera su estilo de vida ya que yo no tuve educación sobre el submundo, decía que los mundanos escribían sobre todos nosotros, diferentes razas, pero nos enfocaríamos sobre los colmilludos. La primera vez que aparecieron en un libro fue el 1689, supuestamente un señor llamado Jure Grando fue el primer vampiro de la historia, muerto y visto posterior a esto por dieciséis años sembrando el terror en su pueblo, golpeando puertas, bebiendo sangre de chicas jóvenes, paseando por las noches y dejándose ver para que los pueblerinos supieran que nadie estaba libre de él y su reinado del terror, no fue hasta muchos años después de su "Renacimiento" que lograron cortarle la cabeza terminando así con su tétrica "Reincorporación al mundo". Pero como dice la historia, Jure dejó descendientes, vampiros sádicos y adictos al sabor metálico de la sangre que convirtieron a cientos de personas para crear una raza diferente y superior a los humanos, harían el mundo suyo... o eso creían, hasta que se encontraron con diferentes seres sobrenaturales que se deshicieron de todos los strigoi, dejando vivos solo a aquellos que decidieron firmar el pacto de paz entre tribus y razas.
Así se creó el pacto entre seres sobrenaturales, y hasta el día de hoy, pleno dos mil veinte, continua intacto.
Durante todo el tiempo que nuestros lideres permanecieran fuera de la manada, Jackson y yo debíamos tomar su lugar, dirigir la manada, organizar las tácticas de ataque y defensa, organizar y rotar a los grupos de apoyo, verificar el estado de la comida y de vez en cuando ir al pueblo por provisiones, este parecía un pueblo fantasma, hemos ido por al menos tres veces estas dos semanas, agradecíamos que aún quedara mucho y no nos encontráramos con inconvenientes en el camino, teníamos buenos compañeros que cuidaron nuestras espaldas en todo momento.
Por otro lado, Thomas estaba feliz con nosotros, viéndonos todos los días, jugando con Jackson, comenzando a comer comida de bebé conmigo, ayudándolo a caminar, observando el rio con él y los demás niños... han sido días tranquilos aquí, pero han llegado bastantes heridos y eso... me preocupa un poco, yo estuve en la línea fronteriza y es algo terrible, si pudiera pondría fin a todo esto ahora mismo, lo haría sin pensarlo.
Pero ahora comenzaba a ver mejor el panorama general, jamás quisieron matar a mi familia, el problema es que quieren la manada. Poner a Leah junto a Jackson sería el camino fácil, pero cómo regresé a Raventown, tuvieron que tomar el camino más difícil de todos, la guerra.
– Becca, necesitamos manos, más bien pies, los niños están aburridos y tenemos muy pocos solteros para jugar a la pelota con ellos.
– Enviaré a los Hale, no se preocupe señora Carolina – levantando la cabeza del plano del bosque que observaba– si necesitan cualquier cosa usted no dude en acercarse a mi esposo o a mí.
– Gracias –sonrió– por cierto, felicitaciones, lo están haciendo de maravilla.
– Muchas gracias, hacemos lo mejor que podemos.
Con el corazón lleno de alegría por el comentario de la mujer mayor, dejé el plano en manos de Jackson y mi tio Tom, que sería nuestro consejero hasta el regreso de los líderes, y salí de la tienda dispuesta a buscar a DIDI que deben estar perdiendo el tiempo en algún lugar y Derek, el menor de los Hale ya estaba completamente recuperado y en ocasiones se iba hacia el río para buscar peces, era un buen chico.
– Que bueno que los encuentro a los tres.
Derek peleaba con los gemelos porque estos jugaban en el agua mientras el menor intentaba pescar, parecía muy enojado.
– ¿Nos buscabas señora líder Alfa?
Burlándose.
– Dante, Dominique y Derek, se requiere su presencia en la cancha de infantes para jugar con los niños a la pelota, ustedes DIDI son especialistas en hacer payasadas, estoy segura de que encontrarán la manera de hacer divertidas las cosas.
– No te preocupes, ahora mismo iremos a jugar con los niños, vamos hermanito.
Tirando de Derek.
– Par de idiotas, no me tironeen así.
Tirando de sus brazos para ser soltado, pero no tuvo mucho éxito, lo que hacía reír mucho a DIDI, ambos estaban locos.
– Bien... – mirando los relojes de piedra que se instalaron por todo el bosque– es hora de la comida de Thomas – secando el sudor en mi frente– cómo pasan las horas aquí...
Estaba un poco cansada. Dormía poco, comía cuando podía, corría por todas partes para solucionar problemas y prever futuros problemas, también debía preocuparme de mi hijo y al mismo tiempo cumplir como líder de la manada, aún estoy aprendiendo, por lo que Tom debía enseñarme muchas cosas, lo que enlentecía el proceso, pero Jackson y yo hacemos las cosas mejor que la primera semana, de a poco vamos aprendiendo.
**
Llegando a la tienda lila, observé a mi niño patalear mientras una de las señoras mayores intentaba cargarlo, al verme, dejó de guerrear y sonrió ampliamente, la mujer lo bajó al piso y este caminó rápidamente hasta mis brazos. Cargándolo, besé su mejilla repetidas veces.
– Hola mi amor ¿Cómo estás? ¿Extrañaste a mami?
Ahora sí que podía entenderle, claramente decía que sí me extrañó en su lenguaje de bebé más grande.
– Yo también te extrañé cariño, pero debes portarte mejor con las señoras porque se preocupan por ti todo el día, mamá regresará más tarde – recibiendo la comida que intentaban darle– gracias y lo siento.
– No se preocupe, hay muchos pequeños que se sienten incómodos con otras personas, Thomas solo quiere estar con su mamá.
Hablando un poco más con ella, me fui hasta la cuna que le correspondía a él, me senté en la silla junto a esta y le di de comer entre mimos y besos. Quisiera pasar más tiempo con él... eso pasaría solo cuando logremos llegar a la paz otra vez, ya sea por la razón o por la fuerza.
**
Luego de cumplir mi labor como madre y dejar a mi pequeño a cargo de las señoras de la tienda lila, corrí hasta las mujeres que se encargaban de la cocina ayudando a preparar kilos y kilos de pan para los lobos fronterizos, éramos cinco lobas en total las que nos encargábamos de distribuirlo entre los lobos que custodiaban las fronteras, así nos preocupábamos de que todos comieran.
A media noche, nos reuníamos todos los que quedábamos en el centro, grandes y pequeños por igual para recitar el mantra, hay tradiciones que mantenemos en pie para que las futuras generaciones pudieran seguir con lo que les inculcamos.
Cerca de las dos de la mañana terminaba mi ajetreado día, tomaba a Thomas y lo llevaba a nuestra tienda donde Jackson nos encontraba cada noche al llegar, ya dentro, esperábamos que el pequeño se durmiera en la cuna que su padre le preparó y nosotros teníamos nuestro pequeño momento de pareja antes de que el sueño nos venciera.
– ¿Estás cansado?
Delineando su nariz, labios y barbilla con mi índice, él tenía sus ojos cerrados.
– Un poco – rodeó mi cintura con sus brazos acercándome a él– pero para ti jamás preciosa ¿Qué pasa?
– Es que tengo hambre...
– ¿Quieres que busque algo de comer?
– No de comida, tengo hambre de ti y eso no me deja dormir.
Acariciando su cuello con mis manos, llevaba las uñas ligeramente largas, hace días que no me alimentaba y ya estaba sintiéndome un poco alterada, mis uñas no volvían a la normalidad hace días.
– Lo siento preciosa... hemos tenido tanto trabajo que te he descuidado – me subí sobre él a horcajadas moviendo mis caderas– ¿Quieres tu sangre favorita?
– La quiero hirviendo, con ese gustito a deseo que me encanta.
Besando sus labios.
– ¿Segura que solo quieres beber?
Quitándome su camiseta, ahora solo mis bragas cubrían mi cuerpo.
– Tienes otras ideas en la cabeza.
Gimiendo del gusto al sentir sus manos aprisionar mis pechos.
– Thomas está dormido ¿Qué me dices?
– Está bien, aprovechemos el momento, recuerda que el próximo mes entramos en calor, si tenemos sexo durante esos días y no nos aguantamos, nos llenaremos de lobos con nuestra sangre.
– ¿Cuál es el problema? – sentándose en la cama conmigo encima– yo lo quiero todo contigo.
Mordisqueando mi cuello sin llegar a perforar, sus uñas estaban tan largas como las mías.
– Bien entonces – acariciando su cabello dejándome querer– esta noche tendremos sexo ¿Sabes qué se me antoja?
– ¿Qué cosa cariño?
Tomando mis pechos con su boca, retorciéndolos, tirando de ellos, lamiendo para deshacer la sensación de picor, era delicioso...
– Quiero que te semitransformes cariño.
– ¿Y eso?
Viéndome curioso.
– Porque te crece la verga y te pones como un animal a toda leche – mi cola y orejas salieron a la luz al igual que mis cuatro bellos y largos caninos– Vamos cariño, muéstrame esos rasgos sexys que me encantan.
No tardó en transformarse para mí gruñendo tan sensual que me vibró hasta la entrepierna, estaba muy caliente.
– Quítate la ropa.
– Lo mismo te iba a decir.
Mordiendo mi labio, salí de encima quitándome las bragas mientras él terminaba de desnudarse, tomó mi mano llevándome hasta él, con sutileza un poco desesperada, recostó mi espalda en el centro de nuestra cómoda cama de paja que debíamos rearmar cada día, se acomodó entre mis piernas rozando mi vagina con esa enorme verga que poseía.
– ¿Quieres morderme ahora o después preciosa?
Penetrándome solo con la punta de su verga ¿Es que no entendía lo necesitada que estaba?
– Cuando esté a punto de correrme, ahora métela Jackson, estas volviéndome loca.
Rió.
– Ssh... no grites que los demás podrían escucharnos...
– He escuchado gemidos cada noche, todo el mundo tiene sexo Jackson, métemela ya, ahora, de inmediato, no estoy pensando así que no se me ocurren otros sinónimos, pero ahora es ahora.
– Que impaciente es mi mujer – besando mis labios– está bien, cómo mi esposa diga.
Deslizándose poco a poco dentro de mí, esperando a que me acostumbrara, callando mis gemidos con sus besos apasionados, mordisqueando mi labio inferior, delineando ambos con su lengua para después invadir mi boca y robarme hasta el aliento.
– Demonios sí... esto es lo que necesitaba – cerrando los ojos del gusto– muévete Jackson, deja que te sienta.
Sin esperar que buscara sinónimos para eso, comenzó a moverse lentamente, pero al pasar los minutos, sin aguantar lo mucho que mi vagina apretaba su descomunal pene, comenzó a moverse con mayor rapidez, ambos intentando callar al contrario para no despertar a Thomas ni a las personas en las tiendas vecinas ¿Saben lo difícil que es gemir bajo cuando lo estás pasando tan bien? Es casi imposible, lo único que pudo callarnos al llegar ambos al clímax, fue beber la deliciosa sangre que nos ofrecía nuestra pareja.
Luego de ese maravilloso sexo, y haber comido bien, ambos nos abrazamos y descansamos hasta el siguiente día, teníamos mucho que hacer.
Y por supuesto, no estábamos preparados mentalmente para lo que vendría.
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