1. La decisión.
No sé cuánto tiempo estuve dormida, probablemente más de diez horas, es el tiempo que me separaba de la civilización mundana y este hermoso pero frío pueblo. Al abrir los ojos, me asusté demasiado, estaba en la misma casa donde mataron a mis padres, pero el agujero enorme en la pared que recuerdo ya no estaba y los muebles parecían nuevos, de hecho la mayor parte de las cosas estaban cubiertas con sábanas blancas, probablemente para preservarlas, el lugar tenía olor ha guardado, estaba segura de que nadie lo habitó en mi ausencia.
– El idiota que me encadenó aquí realmente va a pagármelas – tirando de las cadenas en mi tobillo sin éxito– al menos tuvo la gentileza de que estas fueran lo suficientemente largas para poder ir al baño y a la cocina.
Sentándome en el sofá de mala gana tomando el sobre frente a mis narices que por la sensación de miedo súbito y luego la rabia que me invadió, no lo vi.
– Ahora estoy más relajada. Veamos que idiotez hay escrita aquí.
"Becca, entiendo que tienes miedo por lo que sucedió, sé que... no tienes ni la menor idea de por qué te traje aquí otra vez y me arrepiento mucho de que no continuaras tus clases de la manada allá, probablemente no sabes nada de lo que está pasando y hay un par de reglas de las que necesito hablarte antes de soltarte. Por el momento necesito que te quedes en casa, hay personas vigilándote afuera solo por tu protección. Hay comida en la nevera y me encargué de que limpiaran la casa antes de tu llegada, perdóname linda, pero ya no podrás regresar allá... te quiero, eso no lo olvides.
Tu tío Sam."
– Viejo.... Ah... – suspiré apoyándome en el respaldo del sofá– no puedo enojarme contigo, pero también tengo muchas cosas que reprocharte – presionando el botón rojo del mando, al menos había Smart TV en esta casa– por ejemplo llamarme solo para mi cumpleaños o enviarme con una señora que odia a los de nuestra clase, pensaste muy mal tío Sam... muy mal.
Busque una película al azar por Netflix, agradezco la gentileza de quien sea que dejó su cuenta aquí, estaba aburrida y la idea de estar encadenada y obligada a mantenerme en este lugar me ponía un poco ansiosa, ya me encontraron una vez, podrían volver a hacerlo y no podré escapar.
A pesar de haber dormido demasiado, seguía cansada, los ojos me pesaban... así que solo decidí recostarme en el cómodo sofá de mis recuerdos entregándome a los brazos de Morfeo.
No sé cuánto tiempo después, unas calientes manos acariciaron mi cabello repitiendo "Ya es hora cariño, abre los ojos", mi cuerpo estaba cubierto por algo realmente cálido, despertar se me estaba haciendo difícil, pero la gentileza en su voz y ese aroma se me hacía muy conocido, así que me obligué a mí misma a abrir los ojos para encontrarme con el rostro de mi tío Sam, tan joven como lo recordaba.
Las ventajas de la licantropía supongo.
– Desde aquí puedo oler tu preocupación, pero puedo oler más tu rabia, todo va a estar bien, te traje de vuelta porque desde aquí puedo mantener un ojo sobre ti, quiero que estés a salvo.
– Me enviaste lejos por mucho tiempo tío, olvidé la mayor parte de lo poco que me enseñaron aquí, ni siquiera recordaba que yo también sufro de licantropía.
– No cariño, ese término es incorrecto, la licantropía es una enfermedad en la que los humanos se sienten animales y se comportan como ellos, nosotros somos...
– Hombres lobo, lo sé ¿Al menos sabías con quienes me enviarías?
– Eran personas honestas que sabían lo que éramos, te protegerían.
– Son cazadores tío, vivía peor que Harry Potter en la casa de sus tíos, me hacían sentir jodidamente inferior y no se preocupaban de mí, más bien les alegraba que no regresara por las noches, deseaban que algo me sucediera – levantándome molesta– ahora me hiciste volver y no tengo ni la menor idea de cómo hacer una vida aquí. No recuerdo las tradiciones y hay mucho de lo que no tengo idea – paseándome por la sala– ni siquiera sé cómo transformarme o como controlarlo, no quiero quedarme aquí, pareceré un bicho raro.
Tomó mi mano sin decir una sola palabra sentándome otra vez en el sofá.
– ¿Por qué jamás me contaste que te trataban mal? – ordenando su cabellera con algunas canas en ella– de haberlo sabido habría buscado otra familia, debí investigar mejor. Becca, debes entender que lo mejor para ti ahora es quedarte aquí, pondré un guardia personal contigo para que te cuide estas semanas, se encargará de educarte con lo necesario para las reuniones de la manada.
– ¿Un guardia? ¿Crees que tengo cinco años aún? Puedo cuidarme sola tío, y sí, debiste enviarme con otras personas si no querías hacerte cargo de mí, jamás te lo dije porque siempre me hicieron sentir una carga, no quería ser tu carga también – mirándole dolida– ahora ya soy adulta, tenía un trabajo, tenía un apartamento que compartía con otras personas ¿Dónde están mis cosas? Tengo fotos de mis padres, quiero mis malditas cosas.
– Todo lo que estaba en el piso que era tuyo lo trajeron contigo, está en tu cuarto y ahora te vas a relajar niña que las malas palabras no me gustan, tendrás un maldito guardia porque está comenzando la temporada de apareamiento, pronto comenzarás a sentirte extraña, demasiado... Dios... que vergüenza, no puedo hablar estas cosas con mi sobrina, ven conmigo, te llevaré con alguien que te dará los detalles de por qué necesitas un guardia durante estas semanas.
– ¿Eso quiere decir que me soltaras?
Eso me gustaba un poco más, no tolero estar en espacios cerrados, me volví claustrofóbica en la ciudad. Cuando llegaba a esa casa luego de la escuela, me encerraban en mi cuarto por temor a que cambiara y les hiciera daño, cosa que jamás pasó porque no me crie como los de mi especie, yo era una humana más que tenía miedo de todo y lloraba acurrucándose bajo las frías mantas, mi vida fue una jodida mierda.
– Sí. Ya anocheció, lo que quiere decir que la manada se reunirá, te vendrá bien conocer un par de personas.
– Me vendría bien un trago en realidad, estoy... muy confundida.
– ¿Un trago? Eres menor de edad, qué dices.
Ahora parecía enojado ¿Qué dije?
– Soy mayor de edad tío, tengo dieciocho.
– En la manada la mayoría de edad es a los veintiuno, por lo tanto no te dejarán entrar a ningún bar, tampoco te venderán cigarrillos, olvídate de "Los tragos" señorita.
Rodé los ojos.
– De haber sabido eso jamás lo habría mencionado ¿Vez? Comienzo a aprender cosas – levantándome del sofá– vamos progresando ¿Dónde están las llaves de esto? Ni siquiera he ido al baño y me está urgiendo.
– Ve al baño con eso puesto, te soltaré cuando salgamos de la casa, no sé qué tan descontrolada estás así que debo mantenerte vigilada – observándome bien– ¿Qué llevas puesto? No puedes ir así por las calles, joder Becca... me sacarás todas las canas que no tengo.
– ¿Qué tiene de mal mi ropa?
Observándome bien. Llevaba unas Vans negras, Jeans del mismo color con algunos desgastes en muslos y rodillas que dejaba más piel al descubierto, un crop top negro cruzado en el frente que hacía ver al menos la mitad de mis senos y una camisa a cuadros, roja con negro. Estaba de fiesta cuando fui atacada ¿Qué más me iba a poner? Claro que estaba el detalle de algunos desgarros y sangre manchando mi ropa, ser un hombre lobo tiene sus ventajas, al menos ya estoy curada, pero mi ropa...
– Tienes razón, debería darme un baño y cambiarme, estoy desastrosa.
– Cubre bien cada parte de tu cuerpo, no quiero que te estén observando con otros ojos, te seguirán a casa, te... harán cosas, así que por favor sigue mi consejo.
– Tío, toda mi ropa es así – señalándome– soy joven, mayor de edad en el mundo humano, todo el mundo viste así, no quiero decir así exactamente, yo estaba en una fiesta cuando me... encontraron.
– ¿Te lastimaron demasiado? ¿Pudiste ver algo?
– Me hicieron mucho daño tío, salí al callejón a vomitar porque había bebido mucho, entonces se acercaron cuatro sujetos, tenían garras, hocico alargado, colmillos, eran lobos, estoy segura de eso, se veían como yo cuando... cuando pasó. Estaba muy borracha, casi no pude defenderme, estaba tan asustada... yo no recordaba nada de eso, no sabía lo que pasaba.
– Estas temblando cariño – levantándose rodeó mi cuerpo con sus brazos– te explicaremos todo lo que necesites saber y te juro que no te dejaré sola, el alfa ya está al tanto de esto.
– ¿El alfa sigue siendo el tío Tyler?
– Así es, ahora ve a arreglarte, cambia tu ropa, date una ducha y tranquila, ya estás en casa, no dejaré que nadie vuelva a ponerte una mano encima.
Asentí sintiéndome realmente segura, estar con el tío Sam, una persona que me quiere y sé que ha hecho lo mejor por mí a pesar que no siempre fueron las decisiones correctas, me hacía sentir ese calorcito en el pecho que desde hace años no sentía.
– Deja quitarte el grillete, no podrás hacer tus cosas así – acercándose sacó unas llaves de su bolsillo y me dejó libre– estaré aquí esperándote.
Simplemente subí las escaleras recorriendo el pasillo hasta la que era mi habitación, ahí no había nada mío, solo una simple cama, una mesa de noche, televisor... más bien parecía un cuarto de visitas. Mis cosas estaban en el cuarto de mis padres, ahí estaban todas mis pertenencias, hasta lo habían decorado como lo tenía en la gran ciudad... que lindo detalle.
No tenía intenciones de cabrear a mi tío, ya suficientes problemas tendrá criando a una niña – estaba jodida porque aún me quedaban años para la mayoría de edad aquí– que no era suya, sumemos que no tenía idea de cómo eran las cosas así que después de tomar una buena ducha, sequé mi cabello y tomé la ropa más normal que tenía, unos jeans azules, zapatillas, una camiseta que casi alcanzaba a cubrir todo mi vientre y una chaqueta encima, aquí el clima era frío fuera la estación que fuera. Adiós a mis shorts y vestidos.
– ¿Estoy bien así? Es lo mejor que tengo.
Suspiró poniéndose de pie.
– No hay caso contigo... está bien, solo vamos. Mañana compraremos ropa para ti.
– Puedo trabajar – encogiéndome de hombros– ya soy... Dios... es cierto ¿Qué se supone que hacen las chicas de por aquí a los dieciocho?
– La escuela ya se terminó para ellas también – abriendo la puerta para mí– ahora hacen labores de la manada, cumplen con su posición, pero siempre supervisados por adultos y vuelven a sus casas antes de que se ponga el sol.
– ¿Hablas sobre ser Alfa, Beta, Omega o de Rango medio?
– Exacto ¿Recuerdas lo que eres? A los cuatro años, los niños ya saben en qué posición están.
– Soy una Alfa.
– Exacto, lo eres y por eso tu personalidad fuerte, pero debes aprender a controlar tus arranques, las emociones luego del cambio suelen llevarte al extremo de tu autocontrol, puedes lastimar a alguien si no te controlas.
– Es lo que menos quiero tío – subiendo a su auto– necesito clases, por primera vez digo que quiero aprender para no ser una inadaptada.
– Todo a su tiempo cariño, ahora dime ¿De qué color eres? – animado– siempre soñé en verte convertida en lobo.
El tío Sam era muy rudo y directo la mayor parte del tiempo, era un Beta, el Beta del tío Tyler.
– Soy una loba blanca, así era mamá...
– Tu madre siempre fue intrépida, arriesgada, fuerte y bastante ruda, era una Alfa de tomo y lomo, tu padre fue el único que logró calmar su temperamento, se acomplaron y fueron... muy felices el tiempo que pasaron juntos.
– Recuerdo eso... cuando un Alfa es demasiado agresivo y dominante, se le asigna un Omega que logre calmar esos arranques de emociones.
– Así es, me asombra tu capacidad de recordar esas cosas, eras pequeña ¿Recuerdas que eran las otras posiciones?
– Sí, recuerdo que un Alfa es quien dirige, guía y protege, es más de ejecutar que pensar, son impulsivos pero compasivos, un líder innato. Un Beta cumple con las ordenes de los Alfas, es su mano derecha, se encarga de que se cumpla lo que el Alfa dice y generalmente son los mejores amigos, sellan un pacto juntos, algo que no puede ser disuelto – asintió complacido– un Omega elimina la tensión en la manada, es el bromista, alegre, separa a los lobos si ve que habrá pelea... gracias a estos la manada sigue unida – recordando a papá– y luego están los de rango medio, estos son cazadores, rastreadores, vigilantes y exploradores, sus sentidos están más desarrollados porque son la primera barrera entre el peligro y la manada. Es todo lo que recuerdo de las posiciones.
– Recuerdas lo suficiente, así que como sabrás, probablemente se te asignará un Omega si eres demasiado complicada de tratar, las cosas son así, no es que seas caso especial.
– Y si eso llega a suceder ¿Será algo inmediato? ¿Hoy? ¿En una semana? ¿Un mes? Va a ser un poco extraño...
– Eso sucede cuando alcanzas la mayoría de edad, es casi un compromiso arreglado, se les presenta antes del calor del apareamiento y al llegar la fecha... pues las cosas solo suceden.
– ¿Qué es eso del calor de... cómo era?
– No puedo explicarte eso – ¿Se estaba sonrojando? – alguien más lo hará, es un tema difícil de tratar.
– Está bien.
– ¿Solo así? ¿No harás preguntas?
Sorprendido.
– Te sonrojaste, por lo que debe ser una charla de sexo o algo por el estilo, no quiero ponerte en una posición incómoda.
– Dime al menos que eres virgen... eres demasiado joven para...
– Lo siento tío, pero no lo soy.
– Dios mío... – golpeando su cabeza con el respaldo de su asiento– tu madre me mataría si sabe que permití esto a tan corta edad, definitivamente tendré que reeducarte, la vida aquí será completamente diferente.
– Así lo veo. De donde vengo quien es virgen a los dieciocho es casi una leyenda, es la burla de la clase.
– Nueva York no fue buena idea, definitivamente no volverás a ir.
– Claro que no lo fue. Nueva York es una ciudad que nunca duerme, fiestas cada noche y sin identificación, a nadie le importa si fumas cigarrillos o bebes en las calles, las drogas las ofrecen como dulces, para arrendar un apartamento no les importa la edad o que sean solo un grupo de chicos mientras reciban el pago, en fin, es fácil comenzar una vida ahí, todo importa una mier... todo les vale nada.
Corrigiéndome antes de que me dedicara su mirada de "no groserías frente a mí señorita".
– ¿A qué edad te fuiste de casa?
– Al cumplir los diecisiete, conseguí empleo a la misma edad.
– Ellos siempre me dijeron que estabas bien, que todo iba bien.
– Pues hay que darles un Oscar, son actores increíbles.
Suspiró deteniendo el auto.
– Bueno cariño... no sé qué más decir, lo siento mucho, de haber sabido yo...
– Sé que todo lo que has hecho fue por mí, por eso no te odio ni te lo reprocho, hiciste todo lo que estuvo en tus manos tío y a todos se les escapa más de algo, así que no te preocupes, recuperemos el tiempo perdido y vivamos lo que nos queda por delante, soy una adolescente aun así que puedo seguir sacándote canas con mi comportamiento, no te aburras de mí.
Besando su mejilla.
– Me alegro de que pienses así querida, siempre he tenido ese pensamiento en mi mente, de que me odies por alejarte de tu hogar.
– Lo entiendo, y si tú dices que lo mejor para mí es quedarme aquí, así debe ser – suspiré– ahora... ¿Dónde se supone que se reúne la manada? ¿Por qué detuviste el auto?
– Hay que ir caminando ahora, una camioneta ligera, no más de siete minutos.
– En ese caso vamos ya ¿Qué esperamos?
– No te alejes de mí, los lobos están muy... poco caballeros estos días.
Abriendo la puerta del auto.
– Está bien tío Sam.
Siguiéndolo me puse a su costado.
– Saludaremos a un par de personas, te presentaré y junto a Tyler decidiremos quien es el mejor guardia para ti.
– Al menos solo tendré que verle cuando salga.
Comenzando a caminar entre los árboles, había un poco de barro y charcos pequeños, agradecía a mi inteligencia de venir con zapatillas y no otro tipo de calzado.
– Eso sí que no señorita, tu guardián vivirá contigo un par de semanas, se quedará en el cuarto de invitados hasta que estés fuera de peligro. Luego tendrás vigilantes en el exterior que se encargarán de que nadie se meta a tu casa, a menos de que quieras vivir conmigo, eso sería mejor.
– Tío... no es que me molestes ni nada, pero amo mi independencia. Prefiero soportar al intruso este par de semanas y luego regresar a mi espacio.
– Sabía que dirías eso... pero tenía que preguntarte.
Levanté mi cabeza olisqueando algo extraño.
– ¿Qué es eso?
– Aquí va... – suspiró– te presentaré a alguien que te explicará todo ¿Está bien?
– Cómo digas.
Con ambas manos en mis bolsillos, cruzamos los arboles hasta llegar al borde de un hermoso río, cerca había una enorme fogata donde muchas personas se reunían para calentarse y hablar, un grupo de niños correteando, unas personas mayores cantando en un idioma que jamás escuché. También estaba el tío Tyler, a su lado su mujer Daiana, recordaba muy bien su larga cabellera negra siempre lacia a pesar del espantoso clima.
– Iremos con Tyler primero, estaba ansioso con tu llegada.
– ¿Cómo debo saludarlo?
– Normal cariño, Tyler es un Alfa respetado pero no hace distinciones.
– Está bien...
Cortos pasos nos separaron de la pareja, oculté mis manos en mi espalda para que no notaran mi nerviosismo, seguía estrujando mis dedos, el alfa decidiría si podría unirme a la manada o no, a pesar de que la idea de quedarme no me simpatizara demasiado... no tenía donde más ir.
Estaba asustada.
– Hola... yo...
– ¡Becca! Mira cuanto has crecido – tiró de mi brazo dándome un largo abrazo, lo que me sorprendió mucho– estás muy guapa querida, tu madre estaría muy feliz de verte así, tu padre no mucho, estoy seguro de que era de los celosos.
Rio.
– Déjala respirar querido – él me soltó dándole espacio suficiente a Daiana para abrazarme– es un gusto volver a tenerte entre nosotros, siéntete en confianza de preguntar lo que quieras.
– Muchas gracias... yo... realmente no sabía que pensar sobre esto, todo fue demasiado repentino.
– Yo le dije a Sam que no debía sacarte de aquí pero jamás hace caso, ahora vamos a hacer las cosas a mi manera para que estés segura.
– Hay muchas cosas que debo aprender aún y no sé por dónde comenzar – suspiré– el tío Sam me dijo que alguien hablaría conmigo sobre unas cosas que debía saber, el calor de no sé qué y las chicas de mi edad... en realidad no entendí mucho.
– Claro, ven conmigo querida, yo te presentaré a la hija de una buena amiga, tiene tu edad y es un completo amor – me hizo seguirla en lo que ellos se quedaban hablando– ¿Habló Sam contigo la decisión de un guardián?
– Así es, no es lo que yo habría elegido, pero entiendo que tiene sus razones.
– Ahora mismo deben estar hablando sobre quien será el mejor candidato, tienen muchas opciones, el problema es que no debe sentirse atraído por ti o en serio estará en problemas.
– ¿Por qué?
– Porque si te toca un solo cabello le cortarán las pelotas.
– Aush... no creo que sea necesaria tanta violencia ¿Qué podría pasar? Ni siquiera pienso compartir el mismo espacio que él.
– Ya veremos linda. Ya veremos.
Caminamos por la orilla del lago hasta que una fogata un tanto más... diferente se nos presentó, en esta había solo chicos de mi edad y al verme, muchos pares de ojos voltearon a vernos.
– El que la toque se muere. Así de sencillo.
Dijo Daiana caminando seria hasta una chica rubia bastante atractiva.
– Te dejo con Emma, es una alfa como tú y podrá poner un poco de control en caso de que las cosas no salgan muy bien, tu tío te llamará cuando debas regresar.
– Está bien, gracias Daiana.
– No hay de qué cariño.
Di media vuelta para enfrentar a la chica que debía explicarme un par de cosas, sonreí de la mejor manera que pude, odiaba que obligaran a las personas a hablar con otras, si no fuera necesario no habría accedido a esto.
– Hola, mi nombre es Becca, gracias por explicarme lo que sea que me expliques... sé que debe ser un dolor en el culo, no te quitaré demasiado tiempo.
– Tranquila, tengo bastante tiempo y me gusta ayudar, ahora sentémonos, hay mucho que tengo que explicarte Becca.
Sentándonos en un tronco, uno junto a la otra, Emma arregló sus ropas y me observó.
– Mira, lo más importante que debes saber es sobre el calor del apareamiento, es alrededor de dos a cuatro semanas dependiendo de con qué clase de lobo te metas ¿Sabes lo de los rangos?
– Eso sí, recuerdo lo que son cada uno.
– Bien, entonces ¿En qué iba? – golpeteó su barbilla un par de veces– ah, sí. La cosa es que si ya iniciaste vida sexual, eres elegible para tener sexo con cualquier lobo al que le parezcas tentativa, en estas semanas los lobos no son capaces de controlar su apetito sexual, el calor del apareamiento es la fecha en la que buscan una pareja para acoplarse, o sea, hacerla su Mate, ya sabes, como matrimonio humano, o si estás soltero, disfrutar del sexo sin límites, aquí lo más importante es el aroma, eso te delata.
– O sea... ¿Cuál es mi peligro en todo eso? Porque dijeron que no podía salir sola en el calor del apareamiento, peligro, bla bla.
– Tu peligro es que hueles exquisitamente bien, debo ser sincera, todos los solteros van a querer hacerlo contigo y tú aún no sabes cómo transformarte, no sabes nada sobre control, no tienes la resistencia de cualquiera de nosotros que hemos sido entrenados desde siempre, aquí las clases de acondicionamiento físico se quedan pequeñas, créeme, yo soy muy mala para el cardio, así que... si llegas a tener relaciones con un lobo en esta fecha y todos sabemos que no va a moderarse ni controlarse contigo que eres... sin ofender, casi una humana, te va a hacer daño y si resultas lo suficientemente tentadora y eyacula dentro de ti, sumando que te muerda... estás jodida, van a acoplarse para el resto de sus vidas y eso sin amor, es un completo desastre.
Conté hasta mil para no golpearme por no ser virgen, podría haber evitado todo esto, pero no, la mocosa quería jugar a cosas de adultos con sexys chicos que conoció en un sucio bar.
– Entonces creo que sí necesito un guardián, quiero evitar todo tipo de peligro – estremeciéndome, no quería más situaciones como la que me trajo aquí– que complicado es todo aquí... en el mundo humano era más fácil, casi no hay reglas y eres mayor de edad a los dieciocho, aquí sigo siendo una niña, allá podía hacer lo que quisiera.
– Sí... sé que hay muchas reglas, pero de no seguirlas podrías matar a alguien, un hombre lobo posee mucha fuerza, todos sus sentidos están exagerados – hablando orgullosa– si sabes ocuparlos bien puedes ser de mucha ayuda, además, es lindo pertenecer a algo. La manada es una gran familia y todos cumplimos con una posición en particular, cada quien es necesario para que esto funcione.
– Parece gustarte mucho vivir aquí... que envidia.
– No hay nada que envidiar, pronto te pondrás al día con todo, además, si estás aburrida o algo siempre puedes llamarme, vendrás con mis amigos, de hecho creo que deberías conocerlos.
– No... gracias... yo...
– Vamos Becca, no siempre llega una chica nueva a la manada, eres un completo misterio.
– ¿Nadie sabe quién soy yo?
Pensé que quizás Daiana le había comentado algo a esta chica.
– Ni la menor idea, la Alfa me dijo que integraron a una chica huérfana a la manada y que necesitaba que alguien le explicara todo sobre cómo son las cosas aquí, mencionó que estuviste en el mundo humano hasta ahora y que jamás te habías transformado, lo que hace las cosas complicadas para ti, hace unos años deberías haber iniciado con los cambios.
– Yo... no pensé que fuera a sucederme, vivía como una mundana más...
Agradecía que nadie supiera quien era mi tío, así no habría tratos especiales.
– No pienses más en eso, te ayudaremos a hacerte parte de todo esto, ahora deja que te presente unas personas, ellos son, Katie, Mary, Alexandra, Derek, Dante, Dominique y Jackson – señalando a cada uno– somos amigos de la infancia, así que nos criamos casi como hermanos, pero estos cuatro si lo son, ellos son hijos del Alfa, Jackson es el próximo líder de la manada por ser el mayor.
– H-hola... – me sentía intimidada por la intensa mirada de esos chicos– mi nombre es Becca, acabo de llegar, es un gusto.
– No está marcada... no huele a nadie...
– ¿Tienes pareja o algún acompañante preciosa?
Uno de los gemelos dio un paso hasta mí, el parecido entre ellos era impresionante.
– Y-Yo...
– Olvidé ese detalle – se excusó Emma– si quieres librarte del tema del acoplamiento, alguien debe morderte, lo que les dará exclusividad, solo podrán tener sexo entre ustedes y se generará una dependencia al menos hasta que el calor del apareamiento termine.
– Mierda y más mierda... estoy jodida.
– ¿Eso es un no?
El otro empujó a su hermano acercándose a mí.
– Nuestra madre acaba de decir que si alguien la toca se muere y no creo que extrañe a alguno de ustedes, después de todo tiene dos.
El tal Jackson empujó a sus dos hermanos tras él, que ojos más hermosos tenía, y ese aroma... ahora entendía a lo que se referían todos, me sentía un tanto excitada.
– Perdónalos, les falla un poco la cabeza – habló quien parecía ser el más joven– ellos son un peligro en esta fecha.
– Está bien... yo... creo que debería irme ya, deben estar esperándome.
– ¿Quieres que te acompañe Becca? No creo que sea buena idea que vayas sola.
– Está bien, gracias Emma.
– Adiós chicos, ya regreso.
– No tardes nena, tenemos que hablar sobre los detalles de tu iniciación.
– No voy a tener sexo contigo Dominique, desiste.
Este hizo un mohín bastante adorable que me hizo reír, su hermano gemelo me dedicó una sonrisa sincera, me despedí con un movimiento de manos de todos y entonces hice mi recorrido con esta chica directo a la fogata de adultos y niños.
– No los tomes en cuenta, ellos no son tan... invasores del espacio personal normalmente, suelen ser muy divertidos, jamás te aburres con ellos.
– ¿Son Omegas?
– Así es, los otros dos, Derek y Jackson son Alfas.
– Vaya... ya estoy entendiendo.
Acercándonos a mis tíos y Daiana.
– Que rápido regresaste, creí decir que te llamaría.
– Sí... las cosas se pusieron un poco intensa con dos gemelos que me presentaron.
– Descartados, totalmente descartados.
Les dijo el tío Sam a su amigo.
– Lo sabía – suspiró– ¿Entonces comenzamos ya?
– Los llamaré, cada quien sabe cuál es su obligación.
Aulló de manera tan... hermosa que casi me tenté en imitarlo, pocos minutos después, cuatro chicos estaban parados frente a nosotros.
– No me digas que Sam es algo tuyo.
Temerosa.
– Es mi tío...
– Dios mío – cubriendo su boca con ambas manos– Becca... de haberlo sabido yo...
– ¿Tú qué?
– Leah me va a matar.
Alejándose.
¿Quién joder era Leah?
– Bien, como sabrán, mi sobrina regresó a la manada luego de mucho tiempo lejos, necesitamos a un lobo que sea leal y la respete durante estas semanas, así que...
– Lo siento papá, tío Sam – saludó el pelinegro de hermosos ojos– Los gemelos me retrasaron.
Su padre carraspeó un tanto molesto.
– Cómo decía, necesito que uno de ustedes pase las veinticuatro horas con ella, Becca, quítate la chaqueta y ven aquí.
No muy segura, hice lo que me pidió, Daiana sostuvo amablemente mi chaqueta en lo que me posicionaba junto a mi tío sintiendo la mirada intensa de esos chicos, la sensación de pánico estaba abordando mi cuerpo.
– Nadie la ha reclamado aún, la cuidaré bien Sam lo juro.
Uno de ellos en un rápido y desesperado movimiento sostuvo mi brazo con mayor fuerza de lo necesaria, salté de la impresión soltando un grito de pánico.
– Cálmate Jack – sostuvo el brazo del sujeto doblándolo en un ángulo casi imposible– te he dicho que no tienes que obligar a nadie joder ¿Qué parte de sexo consentido no entiendes? – soltándolo provocando que cayera de bruces al piso– no vuelvas a tocar a alguien sin su permiso.
Mi pecho subía y bajaba realmente asustada ¿Esto sería así toda la temporada?
– Creo que tomamos nuestra decisión.
El tío Tyler caminó hasta la fila de muchachos viendo molesto a los otros tres que seguían mirándome hambrientos.
– Jackson, serás su guardia hasta que termine la temporada, asegúrate de que nadie le ponga una mano encima, ella es importante para la familia.
– Sí padre.
– Es hora de que te vayas a casa con el Becca, Jackson pasará por sus cosas a casa y luego podrán ir a la tuya, no le hagas las cosas difíciles, no intentes escapar y por favor obedécele, él te mantendrá a salvo.
– ¿A-Ahora?
– Becca...
En tono de advertencia.
– Está bien...
Sintiéndome regañada, seguí al chico que con sus manos en los bolsillos comenzó a caminar hacia el bosque.
– Vamos, tengo mil cosas que hacer y por intentar ser un caballero terminé con el puto premio mayor que no quería.
No era agradable para nada.
– ¿Crees que yo si quiero esto? No me hace nada de gracia tener que convivir con un perro rabioso, agradezco que sea por un par de semanas nada más.
– No vuelvas a llamarme perro – señalándome molesto– además de ser tu puto guardián también tengo que ser tu profesor ¿Entiendes todo el tiempo que desperdiciaré en ti?
Rodé los ojos deteniéndome frente al jeep negro que pitó en cuanto presionó el mando en sus llaves.
– Haz tu vida y yo la mía, solo hay que saber fingir bien.
– No puedo hacer eso ¿Sabes por qué? Estamos en pleno calor del apareamiento, te sientes jodidamente caliente todo el puto día y ahora mismo las pelotas me van a reventar porque llevas muy poca ropa puesta – quitándose su polo de mala gana me lo lanzó– póntelo e intenta no hacer nada indebido, no sabes dónde te viniste a meter mocosa, llegaste en la época equivocada, eres una tonta.
Metiéndose en su auto de mala gala, dio un portazo y tocó la bocina esperando que me metiera a este.
– De todos los candidatos tenía que tocarme el lunático – colocándome su maldito polo que me iba enorme y me metí en su jeep– quiero que sepas que todo es tu culpa, de no haber salido prácticamente corriendo de ahí, podría haber tomado mi chaqueta, esto no nos hace feliz ni a ti ni a mí, así que tendremos que aprender a convivir sin arrancarnos la cabeza.
– Lo dudo mucho mocosa, en estos momentos estoy metiéndome en muchos problemas por la decisión de mi padre y tu tío, yo tenía una Omega que habían destinado para mí, se supone que debía pasar este calor con ella hasta que decidiera que realmente la quería hacer mi mate, pero viendo que me jodiste la fiesta, tendré que conformarme con una paja y eso es muy molesto.
Cruzándome de brazos le di la espalda todo lo que el asiento me permitió. De agradable este chico no tenía nada ¿Cómo es que no entiende que yo tampoco elegí? Maldita sea... serán semanas muy largas.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
LAS TENTACIONES SON BUENAS SIEMPRE Y CUANDO NO PIERDAS LA CABEZA EN ELLAS... ¿CREEN PODER CONTROLARSE EN PLENO CALOR DEL APAREAMIENTO CON SEMEJANTE BOMBÓN DE JACKSON? MUCHA SUERTE CON ESO.
NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES.
UN BESOTE.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top