⚡39⚡
Alice Hannah Longbottom
🍃Te odio🍃
En este momento puedo jurar que estoy a un paso de la muerte, pues Albus Potter acaba de aparecer mágicamente en mi habitación. No, debe ser un sueño, si, eso. Me levanto y alargó mi mano hacia el, tocando uno de sus ojos. Al instante el se aleja.
—Merlín, Alice, casi me sacas un ojo— se queja el azabache.
Grito e intento correr a la puerta para escapar como cualquier persona normal haría en esta situación, pero el es más rápido y me sostiene mientras con una de sus manos cubre mi boca. Intento liberarme, lo pateó e incluso muerdo, pero el no me suelta.
—Joder Alice, pareces una salvaje— lo escucho quejarse, suena agitado.
«Obvio que lo está, tonta, está peleando contigo»
Sacudo la cabeza dejando de escuchar mi conciencia, no es momento para ser razonable, tengo que huir e irme a otro pais. Juro que escucho un coro de ángeles cuando alguien toca mi puerta.
—Ali... ¿Estas bien? Escuche un grito— era la voz de Tina.
Intentó gritar, pero por alguna razón mi voz no sale, ni siquiera siento que brote de mi garganta, me giro hacia Albus con ojos suplicantes, pero el no me mira de vuelta, el mira la puerta.
De su boca sale mi voz.
—Si Tina, era solo una araña— explica.
—Oh... Esta bien, no sabía que les tenías miedo— no, no lo hago. Escucho sus pasos alejarse.
Quiero llorar, no le temo a las arañas, pero si a quedarme sin voz.
Cuando era niña teníamos una niñera pues mamá y papá comenzaban con sus trabajos, no teníamos abuelos pues ellos murieron en la guerra, y la abuela de papá murió antes de que yo naciera, solo conoció a Frank.
La pequeña Alice solía hablar mucho, y a Kira William al parecer eso la fastidiaba, al principio me pedía que no hablara mucho, después comenzó a gritarme, y por lo último los hechizos. Así fue durante un año hasta que mis padres se dieron cuanta de lo que sucedía gracias a mi hermano.
Después de eso no volví a hablar mucho, solía quedarme callada, pues a eso me había acostumbrado, mamá y papá me llevaron a terapia pero no funcionó.
—¿Ali? — preguntó Albus en un susurro sacándome de mis recuerdos.
Había comenzado a llorar y ni siquiera me había dado cuenta. El me quito el hechizo.
—Te odio— golpeé su pecho una y otra vez— Te odio, Potter— llore.
—¿Ali, que pasa? — se veía asustado, pero eso no me importaba. El no lo sabía, pero en este momento mi cerebro no entendía de razones, solo repetia una y otra vez el recuerdo de Kira atormentandome.
El aire comenzó a faltarme.
«Alice, controlate, respira, piensa en unicornios, Kira no está, no te hará nada»
🥀
Albus Severus Potter
🍃Ali...🍃
Mierda, mierda, mil veces mierda.
¿Que acabó de hacer? ¿En qué jodido momento se me ocurrió que hacer esto era buena idea?
Me quedo en blanco al ver a Alice tener un ataque de pánico, nunca había visto a nadie así, siento que en cualquier momento ella dejara de respirar. Trato de entrar a su mente pero no puedo, esta bloqueada.
—Alice, Ali, por favor, respira— ella me mira entre asustada y enojada.
«Morgana, Alice, ¿que te hice?»
Nunca había estado tan asustado en mi vida como en este momento y no se me ocurre otra cosa más que abrazarla. Los abrazos tranquilizaban, pero no estaba muy seguro si uno mio la tranquilizara en este momento.
—Alice, pequeña, respira, aquí estoy— murmuro, ella se aferra a mi a pesar de estar enojada conmigo y poco a poco su respiración se normaliza.
Cuando estuvo bien se alejo de mí y se acostó en su cama.
—Ali...
—Largate
—Lo siento.
Ella no dijo más.
—¿Quieres que llame a Frank? — silencio.
«Genial Severus, eres un gran idiota»
Tomo la capa del suelo y camino en dirección a la puerta. Mi cabeza se debate entre irse o quedarse, todo se aclara cuando escucho a Alice empezar a sollozar.
«Tu le hiciste esto, tu lo arreglas»
Las palabras de mi madre vienen a mi, siempre dijo que si yo causaba algo debía arreglarlo, y mi padre, que nunca debía hacer a una chica llorar. Y nunca lo había hecho, hasta ahora.
Es hora de usar todo lo que mis padres me inculcaron, por experiencia con Lily sabía que nadie quería estar solo al llorar aunque a veces las palabras dijeran otra cosa.
Camine de nuevo hacía ella y me sente a la orilla de la cama, estaba seguro de que ella sabía que estaba ahí, pero no me hizo el menor de los casos. Me rompía el corazón verla así, desde siempre Alice había sido una niña sonriente y llena de vida, callada, pero eso no quitaba el hecho de que cuando ella entraba a un lugar todos se alegraban.
Era el sol del grupo. Es, el sol del grupo.
Nunca, en el tiempo que la llevaba conociendo, la había visto llorar y saber que yo era el causante de esto hacía que me sintiera peor.
—No le diré a Narcissa que nos acostamos si es lo que te preocupa, ahora largate— solto fastidiada.
Suspiré— No estaba tan desesperado por hablar contigo por eso, si no por que... Lo que pasó entre nosotros... — Dios, no encontraba las palabras para decirlo.
—¿Que nosotros tuvimos sexo? — se sentó en la cama y me miró directo a los ojos, los cuáles estaban rojos e inflamados.
—Eras virgen— susurre mirando el piso, no soportando su mirada.
—¿Y? — frunci el ceño.
—Se que eso era importante para ti.
—No, no lo era— la mire, ahora era ella la que miraba el piso.
—Mientes, te conozco Alice.
—Crees conocerme pero no lo haces, si, llevamos años siendo amigos pero eso no quita que no sepas cómo soy en verdad— me grito enojada.
—Te equivocas, puedo hacer una lista de cada cosa que odias, de cada cosa que amas, de cada gesto que haces y de cada mania que tienes, como la que estás haciendo en este momento, mueves el pie cuando estás nerviosa o estás en una clase que no entiendes— murmuró, ella me mira sorprendida.
>>Amas los girasoles, tu helado favorito es el de vainilla, odias las espinacas y odias la nieve, no te gusta el frio, prefieres el calor.
Ella rodó los ojos, sonreí de lado. Al notar mi gesto se giro para que no le viera el rostro.
—Esta bien, me conoces, ¿contento? Y si, mi virginidad era importante, pero fue contigo y no con cualquier idiota— la escuche suspirar.
—Se que querías que fue con Louis— confesé.
Ella se giro a mirarme sorprendida.
—Se que estas enamorada de él
—El tiene novia, nunca me metería con... — no termino la frase, pero supe lo que seguía.
—Olvidate de Cissy ahora, por el momento solo me importa saber como estas— tome su mano.
—¡Ella es mi amiga Albus! ¿Sabes que es lo peor? ¡Que sabía que eras tu y aún así no lo detuve! Ni siquiera recuerdo todo— comenzó a llorar de nuevo—Me siento terrible, Cissy nunca me ha hecho nada y aun así la traicione así.
Intente tocarla pero se alejo como si mi tacto la quemara.
—No diremos nada, nadie nos vio ir a las habitaciones, nadie te vio salir, nadie sospecha nada así que debes estar tranquila— murmuró.
—¿Terminaras con ella? —pregunta asustada.
—Tal vez... No, no, no es por lo que pasó, ya había pensado en hacerlo, últimamente las cosas con Narcissa no están bien— suspiro pasando las manos por mi cara.
—En ese caso debes hablar con ella y arreglar las cosas—intenta consolarme— A menos que no lo quieras...
Y tal vez sea eso, la amo, es una de las personas más importantes en mi vida, pero no creo que nos estemos haciendo bien con la relación.
Pero eso no lo quiero admitir en voz alta y Alice capta mi indirecta al no hablar.
—Entonces dicelo, la lastimaras más.
Siento su mano en posarse en mi rodilla, miró su rostro, aun tiene el rastro de las lágrimas, pero porta una bonita sonrisa, la cual me hace sonreír igual.
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