032

Un disparo, sangre, gritos. John me miraba directo a los ojos, lleno de sangre.

—¡Todo esto es tu culpa! Tú me mataste. —gritaba señalándome y corrió hacia mí

Me levanté sobresaltada y las luces me cegaron por un momento. Miré a mi alrededor y observé a Jimin dormido en la silla con su cabeza en mis piernas.

—Jimin-ah... —susurré acercando mi mano a su cabello pero hice una mueca de dolor ante el esfuerzo

Taehyung entró a la habitación y al verme despierta casi se tropieza por lo que reí un poco.

—¡Chicos, ___ despertó! —exclamó Tae haciendo que Jimin se despertara

—¿Mm..? ¡___! —sonrió Jimin abrazándome inesperadamente

—J-Jimin, me duele... —murmuré y se separó preocupado. —Tranquilo, ya se me pasará.

Observé como Shelly, Jin y Yoongi entraban aliviados.

—Namjoon y Hoseok están afuera. —dijo Jin y me dio un pequeño abrazo

Sonreí y luego recordé el sueño que tuve. Miré a Shelly con semblante preocupado y titubeé.

—¿D-dónde está John? —al preguntar vi como se miraban entre sí completamente serios. —Chicos....

—Él...no....no sobrevivió. El disparo lo mató casi instantáneamente. —explicó Shelly haciendo contacto visual conmigo

Silencio, eso fue lo único que había en la habitación desde la confesión de mi hermana. Todos me miraban preocupados y Jimin tomó mi mano.

—¿_-___? ¿E-Estás bien? —volteé a verlo y exploté

Comencé a gritar y llorar desconsoladamente, soltándome de Jimin. La máquina a mi lado comenzó a pitar un ruido molestoso y me quité los cables. Los chicos intentaron agarrarme pero me solté y salí corriendo de la habitación.

Corrí por los pasillos siendo perseguida por los enfermeros y los chicos junta a mi hermana, pero no me detuve. Seguí corriendo hasta ver como unos enfermeros llevaban a alguien en una camilla. Era él, era John.

—¡John! —grité mientras era sostenida por los enfermeros y pataleé como si mi vida dependiera de ello

Sentí como me inyectaban algo y todo mi ánimo se esfumó. Me sentí cansada y quedé dormida.

John estaba muerto y era mi culpa. Yo lo maté.

Habían pasado las horas, ya me habían dado de alta. Jimin sostenía mi mano y de vez en cuando volteaba a mirarme, como si tuviera miedo de que comenzara a gritar de nuevo.

Todo parecía irreal en este momento. Me sentía fuera de este lugar.

—Yo debí haber muerto, no él. —dije en voz alta cuando llegamos a la casa de Jin, atrayendo la atención de todos

—El que debió haber muerto era Fabián, así que no vuelvas a decir ninguna tontería. —me regañó Shelly dándome un abrazo, llorando en mi hombro

—Mañana te tienes que ir, ¿cierto? —le pregunté a Shelly

—Mi vuelo se adelantó, así que tengo que ir al aeropuerto en tres horas. No quiero dejarte y menos en ese estado. Tal vez pueda cancelar el vuelo y... —la interrumpí

—No. No dañes tu carrera por mi. Yo estaré bien.—le sonreí forzadamente.

—Estaremos al pendiente de ella y te dejaremos al tanto. —dijo Jin como la omma que es

Bostecé de mentira y me despedí de ellos para irme a mi cuarto que compartía con Shelly. Me encerré en el baño y prendí el agua de la bañera para que no me escucharan llorar.

Tocaron la puerta y me sequé rápidamente las lágrimas.

—¿Quién es? —pregunté viendo hacia la puerta

Al no obtener respuesta apagué el agua y abrí la puerta. Pegué un grito al ver a John frente a mí, ensangrentado y con ojos de furia viéndome directamente.

—T-tú..tú estás muerto. —tartamudeé. —No eres real.. —cerré la puerta de un portazo y me acurruqué en la pared

—¿¡___, estas bien?! Escuchamos un grito. —preguntó Tae detrás de la puerta

—Sí, estoy bien. Solo me golpeé en el dedo chiquito del pie. —mentí haciendo una risa fingida

—Oh, vale. Ten cuidado. —rió y se fue, suspiré cubriendo mi rostro

Salí del baño y me tiré en la cama viendo al techo. Seguía sin poder creer que John estaba muerto y Fabián tras las rejas. No era justo.

No era justo que en unos años Fabián saldrá libre y John seguirá muerto. De tanto pensar me quedé dormida por un rato.



El olor a comida me despertó y me levanté en un parpadeo. Salí corriendo de la habitación y me escabullí en la cocina, viendo un delicioso plato que me pedía a gritos que lo comiera. Miré a mi alrededor y al ver que no había nadie sonreí. Justo cuando apenas rocé el plato, recibí un chanclazo en la cabeza que me hizo chillar del susto.

—¡Jin! Casi me matas. —hice un puchero

—Has dormido casi todo el día y me vienes a robar la comida. Así no se puede, respete a su omma. —cogió el plato de comida y se lo llevó a la sala. —El tuyo está en el refrigerador. —sonreí ampliamente y abrí el refrigerador encontrándome con un pequeño plato que solo tenía un pequeño muslo y arroz quemado

Cerré el refrigerador con cara de póker face pidiéndole explicaciones a Jin.

—Los chicos se lo devoraron todo y Jimin te cocinó un poco, aunque se le quemó el arroz. Lo siento. —se encogió de hombros riéndose a carcajadas

—¡¡Jimin-Ah!! —exclamé corriendo a su habitación

Abrí la puerta de golpe y me lancé a Jimin, despertándolo.

—¿¡Q-qué pasa?! ¡Ah no me pegues! ¡¡Soy inocente!! —se defendió pero seguí golpeándolo en modo de broma

No se como ni cuando, pero quedé debajo de Jimin en un instante. Dejé de moverme y al verlo tan cerca de mí me sonrojé. Lo miré a esos hermosos ojos y me perdí en ellos. Su respiración se mezcló con la mía y nuestros rostros se fueron acercando cada vez más causando que nuestros labios se rozaran.

Sin esperar más lo tomé de la nuca cortando cualquier distancia que había entre nosotros. Al principio el beso fue algo torpe y lento pero fue tornándose más apasionado y desesperado. Sus manos agarraban mi cintura y me levantó sentándome en sus piernas.

—J-Jimin...—susurré separándome un poco para tomar aire. Mis mejillas dolían de tan ruborizadas que estaban y las de Jimin eran peor. —Los demás...

—Yoongi y Tae salieron a quien sabe donde, esos pervertidos. El NamJin lo hacen cada 2x3 así que pueden quejarse, Hoseok esta en su casa y Jungkook también. —me sonrió.—He esperado mucho por esto

—¡Cochino! —le di un empujón en modo de broma y reí

Me besó acariciando mi espalda por debajo de la camisa. La alzó hasta quitármela y me tapé instantáneamente.

—Eres hermosa, no tienes porque avergonzarte. —susurró sonriendo y me tomó de los brazos poniéndolos en su cuello

Me recostó en la cama y bajó los besos a mi cuello. Mordí mi labio inferior reteniendo los gemidos que querían salir.

—Quiero que digas mi nombre. —susurró Jimin en mi oreja para después morderla. —Dilo

—Jimin...—gemí su nombre cerrando los ojos

No creo que tenga que narrar más para que adivinen lo que pasó después. Recuerden ir a la iglesia y leer la Biblia señores.













-taegiswag

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