Capítulo 61
Llevo casi media hora aquí afuera armándome de valor tocar el timbre de la casa, cada que estoy cerca de ellos me siento como un maldito intruso. Pero maldita sea son mis hijos los que están ahí adentro y la que llame mi esposa, mi mujer, mi todo...
-¿Quieres que baje yo?- me pregunto mi mamá apoyando su mano en mi pierna en forma de apoyo moral.
-Está bien- murmure. -Lo haré yo- solté un gran suspiro antes de bajar del auto.
Mientras camino hacia la casa en mi cabeza no dejaba de repetirse la escena de hace unos días, la bonita familia que alguna vez fue mía.
Sin más preámbulos presionó el botón del timbre pero no abren al momento.
Pareció una eternidad a que alguien abriera la puerta, me recibe una señora mayor con una sonrisa pero no del todo sincera.
-Oh el papá de los niños- dice entre afirmación y forma de pregunta. -Pasa, no tardan en bajar- la señora me dice dudo porque lo único que quiero es a mis hijos e irme, pasar el menos tiempo posible aquí es lo que quiero pero mis pies actúan antes de negarme pues en menos de tres pasos ya estoy adentro de la casa.
Cierra la puerta tras de mí y espero a que ella avance primero, no parece ser ser personal -¿Quiere algo de tomar?- sé que está tratando de ser amable.
-Gracias estoy bien- respondo.
Llegamos al final del pasillo de la entrada, es la primera vez que entro del todo a esta casa y no quiero prestar atención a los detalles, es incómodo, parece no haber nadie pero de inmediato los murmuros de Leah maldiciendo llaman mi atención y giro la cabeza hacia la derecha, está en la cocina y al ser un espacio abierto está ahí del otro lado de la barra... no alza la mirada sigue acodando las tazas que tiene frente a ella.
La señora llegó hasta donde está ella y centra si atención en lo que sea que prepara.
-Odio a su hijo...- le dice y maldice una vez más, se gira sube un banco junto a ella baja otro par de tazas y las coloca en la barra.
Asi que es la mamá de Henry, su hostilidad tiene más sentido.
-Estará así al menos hasta que...
Leah la da un leve golpe en el hombro y la hace callar.
Y me miró. -Hola- me saluda con una pequeña sonrisa.
-Hola- respondo pero ella ya no me mira.
-Que lo haga el...- grita levanta las manos.
No está molesta realmente son sus arranques de niña mimada. No puedo evitar sonreír para mí mismo recordando.
Es adorable...
¿Qué estoy diciendo?
Toma una taza se acerca a la cafetera y se sirve pero la señora la detiene y le tiende un vaso con un batido que se ve un tanto asqueroso y le quita la taza de las manos.
-Cariño.. debes recuperar fuerzas...
Pero si Leah salió hace casi una semana del hospital y ¿sigue enferma?
Leah frunció el ceño y miró el contenido no dijo nada y caminó hacia la sala de estar, al parecer soy invisible pues no me mira yo por lo contrario me es inevitable no mirarla, seguirla con la mirada, no cabe duda que se ve increíble.
Se recuerda en el sofá y el perro que estaba recostado frente a el levanta la cabeza se acerca a ella a que le haga cariños se recuesta en su vientre mientras ella le acaricia la cabeza. Leah tiene su iPad en su mano izquierda, está viendo cosas de trabajo lo sé porque, frunce el ceño también se muerde el labio inferior o entrecierra los ojos...
-Papá Henry cuando regrese de la casa de mi papá real me llevas con los caballos?-
-Y yo quiero ir a la tienda de cómics-
Las voces de mis hijos me hacen desviar la mirada de su mamá.
-Iremos a donde quieran- les respondió Henry.
Los veo bajando el último tramo de escaleras, Henry carga las mochilas mientras sostiene la mano de Amelie que viene dando saltitos, Ethan viene detrás.
-¡Papá!- Amelie es la primera en verme.
Pero a diferencia de otras ocasiones no correo a abrazarme.
-Mi princesa...- me agacho y abro los brazos para que venga.
Pero duda hasta que Henry la incita a que venga.
Me abraza por el cuello, ha crecido mucho, los dos lo han hecho me he perdido ya un año y medio de sus vidas verlos ocasionalmente no es lo mismo que estar con ellos y tener lo que sea que ahora tienen con Henry.
-¿Papá hoy no van a ir los otros niños?- me pregunta solo después de deshacer nuestro abrazo.
La miró un segundo para después desviar la mirada a Leah, Henry y Ethan. Leah nos presta atención y tiene el ceño ligeramente fruncido ya está sentada en el sofá Ethan se sentó entre sus piernas y Henry está parado a un lado de ellos. Vuelvo a mirar a mi hija.
-No princesa- respondo.
-Si quiero ir contigo entonces- dice feliz.
Regresa a donde está Henry para que le ayude con su mochila. Intercambiar unas palabras en susurros ella se ríe y besa su mejilla después el le devolvió el beso.
-Nanny...- Amelie corre y abraza a la mamá de Henry.
-Hola mi niña linda- la señora la abraza.
-Voy a ir con mi papá de verdad...
Dejo de escuchar cuando vuelvo a escuchar eso de papá de verdad, ¿cuando me empezó a llamar así?
-Ethan, nany nos hizo tortitas ven- Amelie llama a su hermano y suelta a su mamá para correr hacia donde está.
-Nosotros debemos irnos- digo.
No aguanto un minuto más en esta casa con esa escena de familiar feliz.
-Yo me encargo- dice Henry.
-Ethan tuvo un poco de fiebre ayer- dice Leah. -En la mochila lleva el medicamento por si regresa la fiebre una cucharadita basta cada 6 hrs y muchos líquidos.
Solo asiento no puedo dejar de mirar sus labios, hasta que alguien se aclara la garganta.
Henry está parado con mis hijos a un lado mío, Leah vienen hacia ellos para despedirse, ambos niños la abrazan y le dan un beso en la mejilla.
-Adiós y gracias- digo mirando a Leah.
Pues acepto que los niños estuvieran conmigo dos días para dos de los conciertos más importantes que tengo aquí en Londres y antes de la fecha que me toca estar con ellos, no los veré en casi dos meses debido a la gira por Europa.
No responde solo sonríe o trata de hacerlo mientras se acerca mas hacia Henry, mis hijos corren hacia la puerta yo los sigo muy de cerca necesito salir de aquí lo más rápido que pueda, los niños no abren la puerta hasta que Henry ingresa un código en un panel junto a ella que la abre. Corren hacia el auto parado frente a la casa, Paddy está ahí para recibirlos.
-Adiós- me despido de ambos.
-Adiós- murmura Henry no sé quién de los dos es el menos feliz en que yo esté dentro de esa casa. Pero sé muy bien que está siendo lo más corte que puede por Leah y por mis hijos.
Llego al auto, mis hijos hablan con mi mamá sobre algo que Amelie trae en un recipiente.
Me subo al auto y miro una vez más hacia la casa Leah y Henry siguen ahí pero ahora están frente a frente Leah tiene sus brazos alrededor de su cuello o trata de acercó pues se tiene que levantar un puntas, el abrió el suéter largo que usa y tiene sus manos en la cintura.
La canción que se a repetido en mi cabeza desde que la vi ahora se escucha más fuerte.
Y... la sigo mirando insistentemente porque, conozco a esa mujer mejor que a mí mismo hablando físicamente y...
-No puede ser posible- murmuró para mi mismo.
Alejo el estúpido pensamiento de que Leah puede estar embarazada.
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