Capítulo 38




Leah

-¿Ya va a venir papá?

-No se cariño- miro el reloj digital en mi muñeca. -Ya debería estar aquí- murmuró para mi misma. -Mientras esperas ven a desayunar...

-Quiero esperar a papá.

-Mi amor no se cuanto tarde tu papá y debes desayunar, ya es tarde.

-Quiero esperar a papá- gritó.

-Amelie ven a desayunar- digo más sería.

-Debes respetar mi decisión- me dice sería con el ceño fruncido.

En que momento mi hija parece una adolescente de quince años. No lo sé pero no quiero pensar en lo que me espera y me arrepiento de todo lo que hice en mi adolescencia y juventud.

-Al menos usa zapatos o te dará un resfriado.

-No quiero...- vuelve a gritar.

-De acuerdo vete olvidando del scooter que quieres que tu papá te comprara.

-Mamá- se quejó gritando.

Debo hablar con su psicóloga al respecto de este tipo de berrinches.

-Mamá yo si quiero desayunar- Ethan se acercó desde el sofá donde estaba acostado.

-Vamos mi amor- Ethan tomó mi mano y fue conmigo hacia la cocina comedor.

Deje que Amelie hiciera su berrinche.

-Quiero Waffles y fruta y leche...

-Claro cariño.

Ethan me hizo sentarlo en uno de los muebles de la cocina mientras preparaba su desayuno.

Solo espero que Harry no tarde mucho. Debía llegar hace una hora.


Harry

-Le informaré a la señora- me dice el de seguridad del edificio.

-Gracias- respondo.

Toma su teléfono y me alejo a esperar a que Leah me dé acceso. Sacó mi móvil para confirmar que los paparazzis y fans que me seguían se quedaron varias cuadras atrás gracias a Jeff y Paddy.

Escucho a alguien hablar en español al no entender no prestó atención hasta que nombran a Leah, y miró hacia la recepción del edificio. Hay un tipo con un arreglo floral frente a los guardias. Habla con el otro guardia y parecen conocerse bien pues ríen y bromean.

-Señor- me llama el guardia que llamó a Leah. -Acompáñeme...

-¿Es para Leah?- le preguntó al mensajero en inglés, me mira con el ceño fruncido y dudoso.

-Yo me encargo- interviene el guardia que me va a dar acceso. El mensajero más confiado le da el ramo de flores.

-Nos venos la próxima semana- se despidió el mensajero igual en español lo que hace que no entienda.

Sigo al guardia al ascensor que comienza a tararear una canción mientras llegamos a nuestro piso de destino acomoda un poco las flores que sostiene.

-¿Así que este tipo de detalles son muy común para la señora?

-No puedo hablar sobre la privacidad de los inquilinos.

-Pero prácticamente soy familiar ella es la mamá de mis hijos mi ex esposa.

-Usted lo dijo ex- responde astuto el guardia. -Si fueran amigos o familia pasaría sin problemas como los verdaderos amigos y familiares de la señora..

Iba a responderle pero la puerta se abrió.

Lo primero que veo es a Amelie tirada en medio del recibidor llorando, no me ve, en ese momento Leah sale por el pasillo que lleva a su cocina hablando por teléfono.

Me es inevitable no mirarla de arriba a bajo, se ve hermosa.

-No hay problema- se queda callada escuchando a la otra persona. -Mándale a Henry las fotos para que vea el lugar y si él dice que si confírmales y dile a Ethan que vaya organizando todo por favor- se queda un momento callada. -Será la de él, la otra la programaremos para finales de mes, gracias- finalizo la llamada y deja su móvil en una mesa auxiliar de la sala.

-Hola Mike- saluda Leah.

Me sorprende que ignore la rabieta que está haciendo Amelie.

-Señora...- saluda el guardia.

-¿Que te he dicho?- le dice ella con una gran sonrisa.

-Leah- responde el guardia con una pequeña sonrisa. -Le - te llegó esto- le entrega las flores.

-Gracias- su sonrisa se ensancha las huele y ve la nota y sonríe más.

Me sigue ignorando algo ya normal en ella y algo a lo que ya me estoy acostumbrado.

-Me retiró- dice el guardia que ahora se que se llama Mike.

Me mira un momento.

-Hola- digo.

-Hola- responde mi saludo, y por primera vez en mucho tiempo me regala una media sonrisa. -Amelie llegó tu papá...

Mi hija automáticamente deja de hacer su berrinche se levanta y corre hacia mi.

-Papá...

Me agacho a tomarla en brazos.

Leah se ríe. Parece que es un chiste local.

-Tráela a desayunar- dice divertida. Da media vuelta y se va directo a la cocina.

También siento que ya no hay hostilidad de su parte.

-¿Que pasa mi amor?- le preguntó a mi hija.

-Mamá me gritó- solloza.

-Y debe haber un motivo- le digo.

Camino hacia la gran cocina, al entrar veo como Leah acomoda sus flores y no puedo evitar recordar que la vi a ella y a su novio casi teniendo sexo sobre esa misma barra. Ethan está desayunando ajeno a mi como siempre.

-Ethan, cariño tu papá llegó- le dice Leah.

Ethan me mira y medio sonríe, regresa su atención a su desayuno.

Me acercó a revolver su cabello y darle un beso en lo alto de la cabeza. -Hola, amigo-

Siento a Amelie en la silla junto a su hermano y yo me siento en la que sigue.

-Hay café- me dice Leah. -Por si quieres y por favor sírvele el desayuno a Amelie, haré una llamada rápido- dice antes de salir rápidamente.

-Quiero cereal y panqueques- me dice Amelie.

-Claro- murmuró.

Me pongo del otro lado de la barra y me quedo pensando y tratando de pensar en donde están los tazones... hay unas gavetas sobre la estufa las abro y hay especies y otras cosas que no son los tazones... giro y solo veo la cafetera y tazas sobre esa repisa sigo pensando en donde puede estar.

-Abajo- dice Ethan, lo miró y lo veo sonreír pero en realidad siento que se está burlando de mi. -Claro- trato de jalar pero no abre.

De pronto Ethan ya está a mi lado -empuja...- me dice mientras lo hace y la gaveta abre.

-Oh vaya esto es...

-Es fácil- murmura y regresa a sentarse en la mesa.

Leah regresa en ese momento.

-Me costó trabajo encontrar esto- alzo el tazón. -Ethan tuvo que ayudarme...

-Lo siento olvide decirte donde estaban las cosas...

-No importa- le respondo.

Se acerca a sacar dos tazas y servir café.

-Amelie ya te dijo el berrinche que hizo- me dice bajito.

-Me dijo que le gritaste- le respondo igual.

-Arriba está el cereal- dice cuando ve que me vuelvo a quedar parado. -Pero pregunta cuál quiere si el de colores o el de chocolate...

-Mamá ya acabé- Ethan se para detrás de nosotros. Trae su recipiente lo pone en el lavaplatos. -Voy a jugar...

-Si mi amor...-

-¿Cuando creció tanto?- digo para mí mismo pero Leah logra escuchar.

-Ya hace citas para jugar en el parque con compañeros del colegio-

-Vaya- digo simplemente.

Pero solo me doy cuenta de lo mucho que me estoy perdiendo y que seguramente ahora comparten mucho con Henry.

-Y la pequeña adolescente que está allá me dijo que debía respetar su decisión sobre no desayunar hasta que ella quiera.

-Recuerdas que me contaste de las cosas que le hiciste a tu mamá- bromeó.

-Ya se- bufa.

La miró mientras se recarga sobre la barra toma su taza con sus dos manos le sopla un poco antes de darle un sorbo, sus manías. Sonrió y se percata que la miró, desvía la mirada con el ceño un poco fruncido.

-Princesa que cereal quieres- le preguntó a Amelie para que no se cree un ambiente tenso entre nosotros.

-Las bolitas de colores- grita.

Sirvo los cereales.

-Ya no quiero este quiero el de chocolate...- me dice cuando dejo el tazón frente a ella.

-Princesa ya serví el de colores.

-Pero ahora quiero el de chocolate- frunce el ceño me mira enojada y se cruza de manitas.

Leah se ríe.

-De acuerdo el de chocolate- murmuró. Sacó otro tazón para servir el cereal le agregó leche y lo pongo frente a Amelie.

-Pero yo quiero el tazón del otro papá- me reclama.

Miró a Leah en busca de ayuda.

-Amelie ese está sucio- le dice su mamá.

Es así como Amelie empieza a desayunar.

-¿Mamá papá Henry ya va a llegar?- pregunta Amelie.

-No cariño.

-Podemos hablarle.

-Está ocupado- le dice para que supongo que no continúe insistiendo. -No tengo leche de la que tomas- me dice para cambiar de tema.

-Está bien así.

-¿Mis panqueques con fruta?- pide Amelie.

-Ya están cariño- le responde Leah. -Ven por ellos, por favor.

La niña se baja de la silla y viene hacia donde su mamá y yo estamos parados, Leah le da un plato.

-¿Quieres miel?

-No mami... te amo...- dice cantando. Sonrió.

-También te amo- Leah sonríe -Y esa es la razón por la cual no puedo estar enfadada con ella- suspira Leah.

-Es difícil- digo.

-Si, por cierto la psicóloga dijo que si puedes acudir a una cita con ellos para ver la convivencia.

-Estaré una semana aquí ¿Podemos agendar una cita?

-Le preguntaré y te confirmó.

-Claro.

Terminó su café mordió la manzana que tenía a lado pero le hizo un gesto de desagrado y la dejo a un lado.

Tenía que dejar de mirarla parecía un maldito acosador. Pero era inevitable se veía hermosa y a decir verdad la extraño extraño nuestra rutina matutina extraño todo.

-¿Quieres algo más?- me preguntó.

-No gracias desayune en casa.

No respondió, el silencio se estaba haciendo incómodo.

-Ya acabe- Amelie rompió ese silencio. -Papá vamos a jugar- dice antes de salir corriendo.

-Ire antes de que...

-Espera- me detiene Leah. -Iremos el verano a Londres, No se cómo está tu calendario

-Estaré en Europa puedo organizarme y sin problema a los veré...

-Que bueno- sonríe.

-Si- sonrió como un tonto. -Bueno yo...

-Si ve antes que arme una guerra mundial, ah y si quiere un scooter dile que no.

-Claro- sonrió.

-Lo digo en serio Harry...

-Si- hago un ademán de militar recibiendo una orden. Leah se ríe y algo dentro de mi se renueve, mierda.

Salgo lo más rápido de ahí, y una punzada de celos nace cuando lo primero que veo es el arreglo de flores.

¿Desde cuando Leah es este tipo de mujer que le gustan detalles?

Me olvidó de eso y voy a donde están mis hijos Amelie esta atenta a lo que Ethan lee en su libro. Me ofrezco en leerles y aceptan, Amelie se aburre un rato después y pide que juguemos al té y Leah se une a nosotros y todo parece como antes.

Pero no lo era, Leah está incómoda a mi lado.

Pero aún así disfruto este día con mis hijos con mi familia -la que destruí- me dice una vocecita en mi cabeza. Aún así es un respiro de toda mi ajetreada agenda de los últimos meses y lo que viene con el lanzamiento de mi nuevo disco.

-Quiero que escuchen mi nuevo disco- les digo.

-Me gusta la música de papá- salta Amelie.

-Esto te va a encantar- sacó mi teléfono para buscar mis archivos.

Con los dos primeros discos ellos fueron los primeros en escucharlos con este no son los primeros pero no íbamos a dejar de hacer esto solo porque ya no seamos una familia.


Leah

Es el mismo que se olvidó de su familia, el mismo que falto a sus promesas, el que me engañó. Llevo repitiendo eso en mi cabeza desde que lo vi entrar a mi casa, todo el día a sido el antiguo Harry del que alguna vez estuve enamorada el que fue antes de alejarse poco a poco, verlo junto a nuestro hijos me a traído muchos de recuerdos de cuando éramos una familia feliz.

-Creo que es momento que me vaya- me dice en voz baja, nuestros hijos siguen escuchando las nuevas canciones de Harry.

-¿Quieres ayudarme a bañarlos y acostarlos?

-Claro- responde muy emocionado.

-Niño vayan preparando su pijamada ahorita subimos papá y yo a bañarlos.

-Yo me puedo bañar solo- dice Ethan.

-Yo también- protesta Amelie.

-Lo se, su papá y yo solo vamos a cuidarlos.

-Le voy a enseñar a mi papá mis juguetes de baño- dice Amelie.

-Suban con cuidado- les dijo cuando los veo empezar a subir la escalera.

-Están creciendo- murmura Harry mirándolos.

-Vamos...- le digo para que subamos.

-Quiero levantar esto- señala los juguetes.

-Yo bajo después.

-¿Segura?

-Si- medio sonrió, mientras más rápido terminemos con la rutina de los niños antes de dormir más rápido se va. Me arrepentí de haberlo invitado en cuanto terminé de decirlo.

-¿Y esto?- me pregunta acomodando uno de los cojines de decoración del sofá -No es nada de tu estilo.

-Los otro tuvieron un accidente con vino y Henry los compró queriendo reponerlos...- me rió.

-¿Y después cambiara toda tu decoración a su gusto?- dice en forma de burla.

Y entonces me decepciona porque es  otra vez el nuevo Harry.

-No, ya elegí otros pero aún ... no se porque te tengo que dar explicaciones- murmuró.

-En nuestra casa están los de Gucci qué tanto te gustan podría mandártelos.

-No es nuestra casa y no quiero nada no los necesito. ¿Vamos a ver a los niños o te vas?- digo un tanto molesta.

Murmura un perdón y me sigue hacia las habitaciones de nuestros hijos. Él se dedica a Amelie mientras yo estoy con Ethan.

-¿Ya se va papá?- me pregunta Ethan.

-Si cariño está terminando de arropar a tu hermana.

-¿No va regresar a vivir aquí verdad?

-No mi amor-

-Que bueno porque ya tenemos a papá Henry...

-Amelie quiere que le lea un libro- Harry nos interrumpe. -Pero quiere el de su hermano de Supermán...

-Está sobre el escritorio- le digo sin mirarlo. -Duerme cariño- habló cuando escuchó a Harry salir de la habitación de Ethan. -Nada de historietas, te conozco- le doy un beso en la frente y salgo de la habitación.

No iba a reprender ser por decir lo que piensa está en su derecho.

Escucho la voz de Harry leyendo y dudo en entrar pero cambio de inmediato de opinión y paso de largo y bajo. Voy a la cocina me sirvo una copa de vino y la bebo de un solo trago.

-No es suficiente- murmuró y me sirvo otra vez pero esta vez voy hacia la sala a sentarme en el sofá y llamar a Henry, quizá esta vez si me responda.

Hago tres intentos y nada. -Son las dos de la mañana- bufo al darme cuenta de la diferencia de horario. -Aún así te odio por no responderme esta tarde- le digo a la pantalla donde está su nombre de contacto.

Bebo un par de tragos y suelto un suspiro lleno de frustración.

¿Cuanto puede tardar en leer un libro para que se duerma Amelie?

¿Por qué lo invite a quedarse más de lo debido?

El timbre del ascensor me sacó de mis pensamientos y me hace mirar hacia el pasillo.

-He...Henry...- corro hacia él y saltó para rodearlo con mis piernas y besarlo. -Te extrañe- murmuró

-Te daré sorpresas más a menudo. Yo también ya te extrañaba por eso...- no lo deje terminar lo volví a besar él me tenía abrazada de la cintura y me recargó en la pared más próxima a nosotros. -Te amo...

-Perdón...- Harry nos interrumpió.

-Oh Harry sigues aquí...- dice Henry.

-Si el..- digo nerviosa tratando de bajarme y soltarme de los brazos de Henry pero él no me deja.

-Ayude con su rutina de noche ya están dormidos ya me voy- dice mirándome.

Toma sus cosas del sofá. -Adiós. Murmura pasando a nuestro lado.

-El...- digo cuando las puertas del ascensor se cierran.

-Entiendo - me besa la frente. -Vengó muy cansado ¿Vamos a dormir?

-¿Estás enojado?

-No- me da un corto beso. -¿Tengo un email de tu asistente con fotos del lugar para la sesión si a ti te gusta por mi está bien- cambia de tema.

-Henry...

-Vamos a dormir bonita...



Doble porque estamos felices y celebrando.

Voten y comenten.

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