-Mamá podemos ir al parque hoy- fue lo primero que me dijo Ethan cuando llego a mi desde la puerta del colegio.

-¿No le darás un beso a mamá?

-aaah si- se alzó de puntitas por lo que me agache para recibir mi beso.

Tomo mi mano y caminamos al auto.

-Entonces vamos a ir al parque a las cinco...

-¿Que va a pasar en el parque a las cinco?- le preguntó mientras veo cómo se acomoda en su silla del auto y se asegura con los cinturones

-Nada, solo quiero ir...

Me subo a mi asiento. -Si terminas los deberes a tiempo podemos ir...

-Mamá hoy es viernes puedo hacerlos mañana.

-Vaya ¿cuándo creciste tanto?

-La abuela Ann dice que soy un niño grande

-Ya lo noté...- murmuró para mi.

Ethan se distrajo mirando por la ventana por lo que me dediqué a escribir un email con instrucciones para el resto del día a mi asistente. Después de que en los últimos dos días pase casi todo el día en la oficina y no pude hacerme un espacio para estar con ellos es justo que me tomaré el fin de semana.

Además Amelie está resfriada.

-Mamá...-

-¿Que pasa cariño?- bloqué mi celular y centro mi atención en mi hijo.

-¿Que significa mal educados?

-Que persona es grosero con otra... ¿Por qué preguntas?

-La señora dijo que mi hermana y yo éramos mal educados.

-¿Cual señora, cariño?

-La que vive en casa de papá...

Más le vale a esa mujer no haberse atrevido a tanto.

-¿Soy mal educado mamá?

-No cariño- acarició su mejilla. -Eres el niño más lindo del mundo...

-¿Entonces porque esa señora dijo cosas así?...- se veía triste.

-Cariño, hablare con tu papá más tarde de acuerdo...- dije sería.

-¿Estás enojada, mamá?

-No mi amor- le doy un beso en su frente.

-Llegamos- me aviso Owen.

Ethan tomó mi mano una vez que bajamos del auto, Owen camina detrás de nosotros, vamos hacia la entrada que nos lleva desde el estacionamiento del edificio a la recepción.

-Señora tiene unos paquetes- me dice el vigilante. Owen se adelanta para recibir los paquetes.

-¿Que es?- le preguntó a mi chofer.

-Uno viene de Italia y el otro tiene dirección de aquí de los Estados Unido...

-Me acercó a leer los remitentes.

Alessandro Michele

Pleasing

Idiota.

-Owen podrías devolverlos al remitente por favor.

-Si Leah...

Espero que entiendan mi indirecta.

Una vez en nuestro piso Ethan corrió a su habitación mientras yo iba a la de Amelie.

-¿Como está?- le preguntó a la niñera.

-Ya le a bajando la fiebre y se durmió hace una media hora-. me dice.

-Gracias, necesito hacer una llamada asegúrate que Ethan no entre a mi habitación por favor.

-Claro.

Salgo de la habitación de mi hija menor directo a la mía, saco mi móvil y marco el número de Harry.

Uno, dos tonos y nada, vuelvo a marcarlo y esta vez atienden al primer tono.

-Hola..- responde ella alegre.

Su tono de voz me molesta y que bueno que no la tengo frente a mí porque no respondería a mis actos.

-Puedes comunicarme con Harry.

-¿Leah?

-Si...- redondo sin pizca de interés.

-Esta indispuesto...

-Bueno podrías decirle que se comunique conmigo cuando pueda...- cuelgo sin darle oportunidad a que hable.

Harry tiene que saber que no voy a tolerar que su novia diga algo sobre mis hijos.

-Mamá...

-Dime cariño.

-Cuando va a volver a venir supermán.

-¿Quieres volver a verlo?

-Siii... quiero que me enseñe a pelear como el...

-¿No crees que eres muy joven para eso?

-No mamá- dijo como si fuera obvio.

Me reí. -Un día... cariño...- dije tranquila.

No dijo más al menos por un rato, y seguimos caminando hacia el
Parque. C

-Mamá ¿Tu vas a tener un novio como papá?

Acorde con Henry que esperaríamos para hablar con mis hijos y para que los conociera formalmente, quiero esperar a que lo que tenemos fluya.

-En algún momento si cariño.

-Él si me va a caer bien mami...

Sonreí.

-Allá mamá...-Ethan me llevo casi arrastrando hacia una banca junto a los juegos infantiles. -Hola... saludo de un abrazo a una niña que estaba ahí.

-Vamos a jugar- le dijo el niño a Ethan.

Y sin mirarme o decirme algo se fue junto al niña a los juegos.

Me dio un pinchazo en el corazón.

-Ahora entiendo porque Ava insistió tanto en venir- suspiró la mujer que estaba sentada en la banca.

-Creó que nuestros hijos hicieron una cita para jugar...- le dije.

-Lo hicieron...- suspiró.

Mi hijo de cinco años ya hace planes.

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