LeahVenturi: ¡Hey!

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-¡Hey!

-¡Wow! son hermosas- tome el ramo de rosas.

-No más que tú

-Gracias- le sonreí –Ven pasa- lo invite a ingresar a mi departamento.

-También le traje esto al pequeño- levanto un lindo oso panda de peluche que llevaba en la otra mano.

-No debiste molestarte...- le volví a sonreír.

-No es ninguna molestia- hablo mientras caminábamos hasta la sala de estar –Por cierto donde esta muero por conocerlo.

-Está en mi habitación, solo pongo esto en agua y vamos.

-Claro- dejo salir una linda sonrisa, que como buena fan de él adoro y que decir de sus hermosos ojos color azul, deje de mirarlo y camine hasta la cocina a buscar un florero –Tienes un lindo departamento- alago en cuanto regrese a la sala.

-Gracias- respondí con una gran sonrisa parándome frente a él después de acomodar las rosas en la mesa de centro.

Acaricio mi mejilla con su pulgar –Eres hermosa- murmuro, debo confesar que me sonroje y una vez mas no podía dejar de mirarlo ni el a mí –y me sentí extraña con eso-

-Ven, vamos a ver a Ethan...- susurre.

-Te sigo- respondió, comencé a caminar por el pasillo que me llevaba a mi habitación entramos sin hacer ruido ya que hace apenas unos minutos se había quedado dormido, pero me sorprendido verlo despierto.

-Tiene tus ojos- fue lo primero que dijo al verlo –Y es más guapo que en fotos.

Me acosté a un lado de mi bebé, bese su cabecita –Lo es...

-Acabas de sonar como toda una madre orgullosa.

-Lo estoy

-El brillo en tus ojos te delata... ¿Puedo?- pregunto señalando el otro lado de la cama disponible, asentí y se recostó.

Nos mantuvimos bastante tiempo en silencio pero no era incomodo estar así con él.

-¿Leah aun lo quieres?- pregunto de la nada.

-No te voy a mentir- susurre –Si aún hay cariño, pero supongo que es porque solo ha pasado un mes desde que nos divorciamos.

-Supongo- murmuro.

-¿Leah?- volvió a llamar mi atención, levante la mirada y lo encontré mirándome –Sé que será pronto lo que te voy a decir e inesperado pero quiero ayudarte porque mereces comenzar de nuevo, eres hermosa y una mujer maravillosa- acaricio mi mejilla –Me gustaría que nos conociéramos más...

Eso era algo realmente inesperado ¿Cómo habíamos llegado a esto tan rápido? ¿Cómo habíamos adquirido tanta confianza? Lo cual no se sentía incómodo al contrario...

Ahora mi mente comenzaba a divagar sobre lo que debía hacer...