Me quedé sin esposo.
POV Sophie
—¡Muy bien!— dijo el chico, y todos nos aplaudieron a Max y a mí— Creo que ya saben de qué se trata esto, el primero que logre berberse todos sus vasos primero gana.— señaló las mesas llenas de vasos.
Ni siquiera me di cuenta en qué momento colocaron vasos nuevos.
—¿Viste a la chica que vomitó hace unos segundos?— le pregunté al insoportable— Temo decirte que así quedarás cuando te gane.
Él rió— Suerte, Sophie...
—La necesitas más que yo, gracias.— dije.
El chico nos miró sorprendidos— Parece que hay una gran rivalidad...— sonrió— Muy bien, ya saben lo que tienen que hacer... y la competencia comienza desde... ¡Ahora!— gritó.
Rápidamente comencé a tomar el interior de los vasos que se encontraban en mi mesa.
—¡Vamos, Soph!— gritó Brigitte.
Créanme, se ve fácil de hacer cuando lo estás viendo desde afuera, pero no lo es...
Todo va bien hasta que llegas como hasta el octavo vaso.
Pensé que en todos los vasos había solo vodka, pero no, hay tequila y millones de cosas más.
Comencé a sentirme mareada, y los gritos de las personas solo hacían que la cosa fuera mas difícil. Volteé a mirar a Max, quien lucía muy tranquilo.
Maldito, lo odio.
Tomé el último vaso y lo bebí rápidamente. Lo levanté— ¡Listo!— dije.
Todos gritaron y me aplaudieron.
Sonreí victoriosa mirando a Max— En tu cara, zopenco...
Brigitte me abrazó.
Estoy un poco mareada pero no importa. Le gané al estúpido de Max Jones.
Salimos del círculo de gente que nos rodeaba junto a Brigitte— ¿Qué se siente que te haya pateado el trasero cuando tú mismo me retaste?— lo miré.
Se encogió de hombros— Tú ya lo has experimentado más... dímelo tú.
—Mientras ustedes pelean yo iré por un trago...— informó Brigitte, yéndose— no pienso aguantarlos.
—Nada de lo que digas cambiará el hecho de que hoy te pateé el trasero.— sonreí contenta.
Que bien se siente volver a derrotar a este imbécil...
Gracias Dios, en serio.
Cassidy y Luke se acercaron hacia nosotros— Vaya, vaya... que raro ustedes compitiendo como animales.— dijo Luke.
—¿No se cansan o qué?...— preguntó Cassidy— Aunque... felicidades, hermanita.— chocamos los cinco.
—Tu primo me retó y yo le gané.— le dije a Luke— En sus caras, Jones...— me burlé de ellos.
Juro que jamás había estado tan feliz en mi vida... ok, exagero. Pero si se siente muy bien cerrarle el pico a este tonto.
Dos autos de policía se estacionaron frente a la casa de Steve, provocando que la mayoría de la gente saliera corriendo.
Demonios.
—No corramos, mantengamos la calma.— dijo Luke comenzando a caminar.
Todos hicimos lo mismo que él y comenzamos a alejarnos de los policías lentamente.
—Jóvenes, alto ahí, por favor.— escuchamos a un policía a nuestras espaldas.
Adiós, linda libertad.
Todos nos dimos la vuelta y miramos al oficial— Buenas noches, oficial.— dijimos todos.
—Buenas noches...— respondió serio. Uno de sus compañeros se posicionó a su lado— Estamos aquí porque unos vecinos nos llamaron quejándose del ruido y nos dijeron que varios menores estaban emborrachándose.
—¿Menores de edad?— lo miré raro— Ay, claro que no...— mentí, ganándome un codazo de mi hermana.
Idiota... después me lo agradecerá.
—Tenemos 21 años.— les aseguró Max, por lo que Luke le dio un codazo también.
—¿Nos permiten sus identificaciones?— preguntó uno de los oficiales.
Demonios y más demonios.
Fuiste una gran amiga, libertad. Siempre vivirás en nuestros corazones.
Los cuatro sacamos nuestras identificaciones y se las dimos a los oficiales.
Los dos las inspeccionaron por unos segundos y nos miraron con desaprobación— Los cuatro tienen 17 años, ¿donde están sus padres?
—Podemos explicarles, señores oficiales...— dijo Luke.
—Si...— les mostré el vaso que tenía en la mano— Esto era sólo agua...
—No tienen nada que explicar, vienen con nosotros y sus padres tienen que buscarlos.
Ok, me despido... fue lindo estar libre mientras duró.
***
¿Saben?
Lo peor de todo no es que nos hayan encerrado.
Lo peor de todo el caso es que nos encerraron a los cuatro en la misma celda.
Estoy con el idiota de Max en la misma maldita celda.
—Todo es tu culpa, Max.— me crucé de brazos.
—¿Mi culpa?... Yo no fui el que dije: "¿Menores de edad?"— me imitó— "...Ay, claro que no, señor oficial..."
—Y yo no fui la que dije: "Tenemos 21 años"— lo imité.
—¿Podrían por favor cerrar el pico por un segundo?— preguntó Cassidy— concentrémonos en que estamos encerrados.
—Por culpa de Sophie.— agregó Max.
Lo fulminé y me senté al igual que todos— Me sentaré porque si te golpeo me irá peor a mí.
Que desagradable.
—¿Qué hora es?— le pregunté a mi hermana por enésima vez.
Ella miró su reloj— Ya relájate, solo han pasado 20 minutos.
¿20 minutos?
Ya ni siquiera recuerdo qué es la libertad.
Ni recuerdo cómo era poder caminar libremente en la calle.
¡Tampoco recuerdo la cara de mi mamá!
Esto es duro... y no, no exagero.
—Luke y Max Jones... vinieron por ustedes...— un oficial se acercó junto al profesor Ian, quien los miró con desaprobación.
No sé si son ideas mias o de verdad el profesor luce más sexy de lo normal...
Dios, tengo que calmarme, no es un buen momento para esos pensamientos.
Luke y Max se levantaron de sus asientos y salieron de la celda. Luke nos miró a nosotras y luego a Max— Pero espera... ¿vamos a dejarlas solas aquí?— preguntó.
Cassie y yo lo miramos con ternura.
¡Es adorable!
—Aww, Luke... no te pareces para nada a tu primo.— dije, ganándome una mala mirada de Max.
La verdad duele, niño.
—Nadie ha venido por ellas aún.— dijo el oficial— No pueden irse.
Nidii hi vinidi pir illis iin. Ni piidin irsi.
—¡Ya llegué, ya llegué!.. soy la tia de las gemelas.— nuestra tia entró corriendo.
Cassidy y yo nos levantamos boquiabiertas— ¡¿Qué haces aquí?!— preguntamos soprendidas.
—Brigitte y yo planeábamos darles una sorpresa pero bueno...
Mi hermana y yo corrimos hacia ella y la abrazamos— Créenos, es la mejor sorpresa, tia Sky.— dijo Cassie.
—Agradézcanme por salvarles la vida.— dijo sonriente.
No bromeo cuando digo que la tia Skyler es la mejor de todas.
Es la mejor consejera, es la mejor amiga y siempre nos saca de muchos apuros.
—¿Y no presentan a su tia?— preguntó Max mirándola pícaro.
Lo miré asqueada— Eww, no.— dije.
—Ehh, disculpe a mi hermano.— dijo el profesor Ian— Soy el profesor de sus sobrinas... Ian Jones.— le ofreció su mano.
Mi tia la aceptó sonriente— Mucho gusto, soy Skyler Miller.
Parece mentira pero la tia Sky y el profesor se quedaron como por un minuto tomados de la mano viéndose como dos tontos.
Me huele a que ya me quitaron al profesor.
Raios.
Me quedé sin esposo.
—¿Primo?— Luke chasqueó los dedos y por fin salieron de su trace.
Ambos se regalaron unas sonrisas y se soltaron— Ehh, tenemos que ir a casa. Adiós. — el profesor se despidió.
Todos nos despedimos y salimos del lugar.
—Oigan... ¿soy yo o su profesor está para morirse?— nos preguntó la tia Sky.
Cassie y yo reímos— Ay, tia... tenemos tantas cosas que contarte...— le dije.
Confirmado, me quedé sin esposo.
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