Cap 63. Te amo.

¡¡HOLIIII!!
Perdón por no actualizar, pero es que esta semana he estado hasta arriba con cosas que hacer. Por desgracia las próximas semanas estaré igual, pero intentaré sacar tiempo para escribir. Como con estos capítulos que vais a leer, que los he escrito entre ayer y hoy.

¡¡¡40K!!! MUCHAS GRACIAS🥰
Sé que ya tenemos 41k, pero no he podido celebrarlo antes. Pero mejor tarde que nunca, ¿no? Pues aquí estamos celebrándolo con un especial doble capítulos.

Muchas gracias y espero que os gusten.

1/2 Especial doble capítulo

Cada vez queda menos para llegar a mi nueva casa, a mi nueva vida. La verdad no estoy preparada, todo ha sucedido muy rápido.

Dyl va tranquilamente a mi lado, no creo que sepa ni lo que está pasando. Lo observo atentamente y parece que se da cuenta de que lo estoy mirando porque me mira para dedicarme una amplia sonrisa.

Esa sonrisa hace que me tranquilice. Él está a salvo y eso es lo que más me importa. Todo va a salir bien, o eso espero.

Llegamos a la casa, a la cual ya había venido veces, pero esta vez la veo distinta. Salimos del coche y me quedo observando la fachada durante unos segundos.

-¿Lista?- me pregunta Tom a mi lado. Me giro a verlo sonriendo para después acercarme hasta unir nuestros labios.- ¿Y eso?- me pregunta cuando nos separamos.

-Gracias a ti Dyl está a salvo y tenemos una segunda oportunidad de tener una familia- le digo sonriendo.- Gracias por todo.

-No me tienes que agradecer nada- dice de la misma forma para después darme otro beso.

-Ajam ajam- se aclara, falsamente, la garganta Nat.- Perdón por interrumpir, pero nos están esperando.

-Perdón- digo avergonzada y me acerco a ella para agarrar mi maleta.

-Yo la llevó- dice Tom pero lo detengo.

-No hace falta, yo puedo- le digo con una leve sonrisa.- ¿Puedes ayudar con las cajas?

-Claro- dice con una sonrisa, me da un casto beso y se va a ayudar en lo que le he pedido.

-Qué monos- dice Nat a mi lado mientras caminamos hasta la puerta de su casa. Yo no digo nada solo suelto una pequeña risa.- Adelante- dice abriendo la puerta de su casa.

Un nudo se forma en mi garganta, pero respiro hondo y decido ignorarlo para entrar a la casa. Está igual que la última vez que viene, unos meses atrás.

-Ven- dice subiendo las escaleras.

Subo las escaleras siguiéndola con la maleta en mis manos. Pesa bastante, pero gracias a dios no son muchas escaleras. La sigo por el pasillo hasta que llegamos a una puerta que está al lado del baño.

Al abrirla aprecio una habitación mediana con una cama de matrimonio y un par de juguetes, como una casa de muñecas o un circuito de coches.

-Está será la habitación de Dyl, ya le hemos traído algo con lo que jugar para que no se aburra. Eran mis juguetes de pequeña- dice con una amplia sonrisa.- Ahora veremos tu habitación- dice sin cerrar la puerta y volviendo a caminar por el pasillo.

Echo un último vistazo a la habitación de Dyl y la sigo. Llegamos hasta la puerta de su habitación, a la cual hace mucho que no entro, pero tampoco lo hacemos ahora, sino que abre la que hay enfrente.

-Y esta es la tuya- dice abriendo la puerta y entrando.- Pasa.

Le hago caso y entro aún con mi maleta. Observo la habitación, es igual de grande que la suya, es decir, más grande que la de Dyl. Tiene una cama de matrimonio, un escritorio, un armario empotrado y una cómoda. Pero me quedo parada cuando lo veo, un balcón.

-¿Te gusta?- me pregunta mientras se sienta en mi nueva cama. Aparto la mirada del balcón y la centro en ella.

-Me encanta- digo y me acerco hasta abrazarla.- Gracias por todo.

-Gracias a ti por ser mi amiga- dice haciendo que me emocione y una lágrima recorra mi mejilla.

-El alma de la fiesta ha llegado- dice Hazza entrando a la habitación con unas cajas. Nos separamos y miramos a la puerta dónde está él seguido de Tom, también con unas cajas.- Uy, creo que hemos interrumpido un bonito momento, lo siento.

-Tranquilo, está bien- digo limpiando las pocas lágrimas que tenía en mis mejillas. Miro a Nat quién también está haciendo eso, ella también ha llorado.

-¿Comenzamos a decorar tu nueva habitación?- pregunta Nat con una sonrisa.

-Síp- digo de la misma manera.

Los chicos dejan las cajas, en total 4, en la cama. Nosotras nos acercamos y las abrimos para ver todo lo que habíamos guardado.

-Dios- dice Nat captando nuestra atención.- ¿Lo guardaste?- dice sacando el colgante que me regaló un día que yo estaba mal.

-Claro, es mi favorito- le digo con una sonrisa.- Por eso lo tengo guardado, no quiero perderlo.

-Te quiero- dice Nat dándome un abrazo, el cual correspondo.

-Y yo a ti- le digo sin separarnos. Hazza y Tom nos miran con una sonrisa.

El colgante consiste en una cadena de plata con dos piezas colgando. Esas piezas tienen forma de plumas, una más grande que la otra. La más grande es de color dorado y la más pequeña es del mismo color que la cadena, plateada.

-Vamos a desempaquetar- dice Hazza frotándose las manos.

Todos nos ponemos a sacar las cosas y las dejamos encima de la cama. Las observo todas y después a la habitación. Les digo dónde voy a poner cada cosa y es entonces cuando vamos cogiendo las cosas de encima de la cama y vamos colocándolas.

Cuando se acaban las 4 primeras cajas, los chicos bajan a por más mientras nosotras acabamos de acomodar un par de cosas. Suben con otras 4 y repetimos el mismo acto que antes.

-¿Y Dyl?- pregunto mientras coloco los marcos con fotos en el escritorio.

-Está en su habitación con Maite, colocando sus cosas- me responde Hazza.

-Okay, gracias- le digo y vuelvo a la cama, pero en vez de coger algo que colocar decido agarrar la maleta y llevarla hasta el armario.

La dejo en el suelo dónde la abro para después abrir las puertas del armario y empezar a colocar mi ropa. Los chicos siguen ordenando todo. Hablamos de cosas aleatorias para que no haya un silencio sepulcral.

Acabamos en menos de dos horas. Hazza, Tom y Nat se van abajo a ver si necesitan ayuda con algo y yo me quedo sola en mi nueva habitación. La observo de arriba abajo intentando acostumbrarme.

Mi mirada se vuelve a parar en el balcón, mi nuevo balcón. Me acerco hacia el ventanal poco a poco, a paso lento. En cuanto llego le quito el pestillo y lentamente la abro. Levanto mi pie derecho para adelantarlo hasta el suelo del balcón, pero paró antes de posar el pie en el suelo.

No puedo. No puedo salir a este balcón, no es mi balcón. No es nuestro balcón. Sería como estar traicionando al nuestro, y a todos los momentos que he vivido ahí.

Cierro el ventanal otra vez, pero me quedo observándolo. Este da a la calle por lo que no tengo ningún otro balcón enfrente. Cierro los ojos, respirando profundamente tratando de tranquilizarme.

De repente siento unos brazos abrazarme por la cintura y cómo apartan el pelo de mi hombro derecho para después recargar la cabeza en este. Ni me inmuto, ya que ya sé de quién se trata.

-¿Estás bien?- me susurra dulcemente.

-Sí, me encanta mi habitación- digo aún sin abrir los ojos.- Pero...- dejo la frase y suelto un suspiro pesado.

-El balcón, ¿no?- dice él haciendo que abra los ojos.

-No es nuestro balcón- susurro.

-___- dice dándome la vuelta para que quedemos cara a cara.- No todo lo material es para siempre. Es solo un balcón.

-¿Crees que nuestro balcón es solo eso, un balcón?- digo ofendida.

-No, claro que no- dice y levanta su mano hasta llegar a mi mejilla para después acaríciala.- A lo que me refiero es, que da igual que balcón o que lugar sea con tal de que esos momentos sean a tu lado.

Esas palabras junto con esos ojos marrones con los que me quedo completamente embobada, hacen que mi corazón lata a mil por hora.

Rápidamente, junto nuestros labios en un beso profundo y romántico. Quiero trasmitirle todo el amor que siento por él, pero por si no le queda claro decido decírselo.

-Te amo, Tom- susurró encima de sus labios, los cuales sonríen ampliamente.

-Te amo, ___- una amplía aparece en mi rostro.

Vuelvo a juntar nuestros labios en un beso largo y profundo como el que estábamos teniendo hace unos segundos. Nos separábamos solo para coger aire y volver a besarnos, con sus manos en mi cintura y las mías jugando con su pelo.

Estamos concentrados en el beso hasta que su teléfono suena y hace que nos separemos. Suelto un quejido a la vez que me aparto de él, por el cual suelta una leve risa.

-Será solo un momento- dice sacando el teléfono del bolsillo de sus pantalones. Mira la pantalla y su semblante pasa de alegre a serio.

-¿Todo bien?- le pregunto con el ceño fruncido.

-Sí, ahora vuelvo- dice yendo hacia la puerta para salir por esta y cerrarla.

Con el ceño fruncido y confundida me siento en mi cama y me pongo a pensar en su comportamiento. Ha pasado de estar alegre a serio con solo ver de quién era la llamada.

¿Quién será para ponerlo así? ¿Será algo malo? ¿O tal vez algo importante? ¿Será algo de trabajo o algo más personal? Sea lo qué sea ha provocado un cambio de actitud muy radical en Tom.

Agito mi cabeza y decido dejar de pensar en eso, seguro que me lo cuenta cuando llegue. Mis pensamientos se van a mi vida a partir de ahora.

Sé que será mejor que la que tenía hasta ahora, eso seguro. No me puedo creer que haya podido salir de eso. Todo gracias a Tom y Nat.

Sé que será difícil acostúmbrame a mi nueva vida, pero es lo mejor que me ha pasado y no pienso desperdiciar la oportunidad. Una nueva y buena vida empieza ahora, tengo que aprovecharla.

Maite me comentó que tendría que testificar en el juicio contra mis padres, algo que no me gusta para nada. Pero después de eso ya no sabré nada más de ellos. Pedí que no hicieran testificar a Dyl y gracias a dios me hicieron caso y no lo harán.

Dyl es muy pequeño y no es como para tener que estar en un juicio. Además, es solo un niño no creo que pueda aportar mucho, pero, aun así, no dejaría que lo hiciera. Él es mi niño y lo alejaré lo máximo que pueda de esas asquerosidades personas, a la cuales un día llamé padres.

Obviamente no lo eran. Tom tenía razón tenía que denunciar y me arrepiento mucho de no haberlo hecho antes. Pero tenía miedo de perder a Dyl por lo cual tampoco me culpo, solo me callé para protegerlo.

Después de años luchando para que no le hicieran nada por fin estaba salvo, pero ahora de verdad, no solo a salvo porque yo me interponía entre él y mis padres. Ahora podrá tener una vida normal y salir a la calle.

También ahora yo podré hacer mi vida, tengo a los padres de Nat que me ayudaran con Dyl. Podré salir con Jack y Nat a dar una vuelta e ir por helado como siempre he querido hacer.

Con Tom y Hazza va a ser más difícil, ya que el hecho de que los conozco sigue siendo secreto, pero, aun así, podré estar en casa con ellos sin estar tan preocupada.

Por fin podré tener la vida que siempre he querido tener y con la que siempre he soñado. Todo gracias a mis dos salvadores, Tom y Nat.

-¿___? ¡___!- grita alguien mientras agita la mano delante de mi cara. Levanto la vista y lo veo con el ceño fruncido, y, aun así, es guapísimo.

-¿Eh?- pregunto confundida.

-¿Estás bien? Estabas embobada- dice agachándose a mi altura, delante mío.

-Sí, sí, solo estaba pensando- digo y acerco mi mano a su rostro para acariciarlo.

Su acción al ver la llamada vuelve a aparecer en mi mente y me invade la intriga por lo que me arriesgo a preguntar.

-¿Quién era? Si es que se puede saber, claro- le pregunto suavemente.

-Oh, no era nada importante, solo era Harry- dice un poco ¿nervioso?

-¿Harry? ¿Y por eso te has puesto serio cuando has visto quién era?- le digo confundida.

-Emm... es que... había interrumpido nuestro momento por eso me he puesto así- dice y me dedica una sonrisa.

-Ya, bueno podemos continuar si quieres- digo acercándome, pero él se pone de pie haciendo que no pueda besarlo.

-Me encantaría, pero Harry me ha dicho que mi madre quiere que vuelva- dice haciendo que me desilusione.- Pero continuaremos mañana.

-Puedes venir mañana por la mañana si quieres. Los padres de Nat trabajan, Nat tiene clase y Dyl igual- le digo con una sonrisa pasando mis brazos por sus hombros.

-Aquí estaré- me dice poniendo sus manos en mi cintura para después besarme.

Un beso lento y profundo donde nuestras lenguas se unen haciendo más intenso el beso. Cuando nos separamos me deja un casto beso y salimos de la habitación.

Bajamos las escaleras y vamos a buscar a Nat y Hazza los cuales están en la sala viendo la televisión. Le decimos a Hazza que se tienen que ir y se ponen de pie para ir hacia la entrada.

-Cómo me alegro de que ya estés bien- me dice Hazza en medio de un abrazo.

-Gracias por ayudarme- le digo aún abrazados.

-Eso díselo a ellos dos- dice al separarnos.

-Tú llamaste a la ambulancia, también te lo debo a ti- le digo y le doy otro abrazo este un poco más corto.

-Adiós, ___.

-Adiós, Hazza.

-Mañana a las 9 estoy aquí- me dice Tom llegando a dónde estoy.

-Genial- digo y apoyo mis manos en su pecho.- Te amo.

-Yo también te amo- me dice y nos damos un corto beso, ya que Hazza tose falsamente.- Hasta mañana.

-Hasta mañana- le digo con una sonrisa.

Nat y yo nos quedamos en la puerta hasta que desaparecen de nuestro campo de visión y volvemos a entrar.

El resto del día me lo paso con Nat hablando y demás. Mañana es lunes por lo que sus padres trabajan, y Nat y Dyl tienen clase.

Maite dijo que si quería se podía quedar mañana conmigo, pero le dije que no hacía falta, que yo estaría bien por lo que irá a trabajar.

Me planteé hacer que Dyl se quedara conmigo las semanas que esté en reposo y que no vaya a clase, pero creo que cuanto antes vuelva a su vida normal mejor. Así que también volver a clase mañana.

Tenía miedo de sentirme sola, ya que nadie estaría en casa, pero al final vendrá Tom así que eso ya no me preocupa.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top