Cap 62. Lo siento.
¡¡¡¡¡HE ACABADO LOS TRIMESTRALES!!!!!
MIS 2 MOODS:
¡¡¡ENCIMA ME HAN SALIDO MUY BIEN TODOS, EXCEPTO CATALÁN. INCLUSO INGLÉS ME HA SALIDO BIEN. AHORA SOLO HAY QUE ESPERAR A VER LAS NOTAS!!!
Bueno, después de mi momento fiesta total, vengo a daros lo que os prometí. Hoy en cuanto he llegado a casa me he puesto a escribir y aquí lo tenéis. Esta vez lo he cumplido.
Así que no me enrollo más que ya os he hecho esperar muchos días. Aquí tenéis el capítulo nuevo, espero que os guste.
Os quiero 3❤️❤️❤️
-¿Qué?- pregunta confundido subiendo las escaleras del porche. Voy a decir algo, pero él me corta.- Espera, ¿has leído mis mensajes?- dice frenando en el último escalón.
-Yo... es que... lo siento- digo bajando la mirada hacia nuestros pies.
-No me lo puedo creer, ___- dice y noto molestia en su voz, pero no me atrevo a mirarlo.
-¿Pasa algo chicos?- pregunta Nat apareciendo en la puerta con Hazza a su lado.
-Ir entrando, ahora vamos nosotros- les dice Tom sin cambiar su tono.
Nat frunce el ceño, al igual que Hazza, y después me mira. Asiento sin sonreír y ella entiende que algo no va bien, pero que le haga caso a Tom. Sin decir nada se giran y entran a la casa dejando la puerta un poco abierta para que después podamos entrar.
-Lo siento- digo aún con la mirada en mis pies, los cuales se mueven nerviosamente.
Obviamente que lo estoy, he hecho algo que no debía. Era su móvil y sus mensajes, no tenía ningún derecho a mirar su conversación. Sé que me espera una bronca, pero no pienso negarme, me la merezco.
-___, es mi teléfono- dice aún con el tono molesto.
-Lo sé- me limito a decir.
-¿Entonces por qué coño lo has hecho?- agradecía que no estuviera gritando.
-Yo... es que... cuando volvía de la habitación del hospital con tu móvil, sonó y no pude evitar mirar- digo flojo, pero que me pudiera escuchar.
-¿Qué no lo pudiste evitar?- suelta una pequeña risa irónica.- Simplemente era no mirar.
-Lo sé, pero fue un impulso- levanto mi mirada encontrándome la suya intensamente clavada en mí, juraría que se podía ver la furia en ellos.- Perdón no debí hacerlo.
-Eso ya lo sé- dice enfadado.- No me puedo creer que me tengas tan poca confianza.
-¿Qué? No, no, no- digo rápidamente.- Nada de eso, no los he leído por eso.
-Ya, claro- dice irónico y aparta la mirada de mí.
-Va en serio Tom, confío en ti- digo sincera.
-Pues no lo parece- dice frío, sin mirarme.
-Es verdad- insisto.
-¿De verdad que no se te pasó por la mente que el mensaje fuera de alguna chica con la que "supuestamente" te estuviera engañando?- me preguntó volviéndome a ver intensamente.
-No- dije firme.
Eso se me pasó por la mente después- pienso, pero decido callármelo, ya la he cagado mucho como para meter aún más la pata.
Sin decir ni una palabra se va dirección a la puerta. Yo me giro mirando hacia la calle mientras suelto un suspiro pesado.
-No puedo decirte quién es J. Russo, ni lo que hablo con él- escucho que dice detrás mío, por lo que me giro y lo veo en el umbral de la puerta.- Todavía no- dice serenamente.
Asiento con la cabeza y le dedico una leve sonrisa que espero que me devuelva, pero no sucede. Simplemente, se gira y entra en mi casa. Bueno, ahora ex casa.
Suelto otro suspiro y me adentro en la casa. Veo a todos armando las cajas en dónde meteremos todo lo que me vaya a llevar a casa de Nat. Obviamente, habrá cosas que me llevaré, pero no me cabrán, pero las mantendré de recuerdo.
Nos dividimos las habitaciones por grupos. A Paddy y Dyl los mandamos a la habitación del último nombrado; Harry y Sam se encargan de la cocina, de ahí solo me llevaré los imanes, fotos y alguna que otra cosa más; Hazza y Tom se quedan en la sala a guardar todo lo que haya ahí; Jack e Ily se encargan de los baños; y por último Nat y yo que recogemos mi habitación.
Nat y yo nos llevamos dos cajas medianas y mi maleta a mi habitación. Al entrar dejamos la puerta abierta por si alguien nos llama o necesita ayuda. Nat se va directa a mi armario y se encarga de guardar mi ropa en la maleta.
Yo mientras tanto recojo mi escritorio, guardo el cuadro que tenía en la pared enfrente del escritorio, que consistía en un fondo blanco con letras negras en cursiva que pone "Be yourself"; también marcos de fotos las cuales miro antes de guardar. Tengo tres ahí, en una salgo con Nat y Jack al mes de conocernos; en la segunda salgo solo con Nat, es la foto de Nueva York; y por último, la tercera, que es con Tom, salimos besándonos mientras él me mantenía cerca agarrándome de la cintura y yo pasaba mis brazos por su cuello, esa foto nos la hizo Harry sin nosotros saberlo.
Del corcho, que había al lado del cuadro en la pared, saco las demás fotos que tengo puestas junto con cartas de cumpleaños y más cosas que tengo ahí. Por último guardo las pequeñas decoraciones que tenía encima de la mesa, como una planta artificial y una vela blanca entre otras cosas.
Cuando acabo me giro y veo que Nat está acabando de recoger la ropa de mi armario. Me voy hacia las mesitas de noche para recoger lo que tengo ahí. Escucho el sonido de la puerta de mi habitación cerrarse por lo que levanto la vista encontrándome a Nat ahí.
-¿Qué ha pasado?- me pregunta volviendo a su tarea. Ha cerrado la puerta para que no escuchen nuestra conversación.
-Se ha enfadado conmigo- digo sacando varios papeles y objetos de una de las mesitas de noche.
-¿Por qué?- preguntó ella sin mirarme.
-Porque miré sus WhatsApps- le digo también sin mirarla.
-¡¿Qué hiciste qué?!- grita poniéndose de pie, ya que estaba agachada guardando las cosas del último cajón de la cómoda.
-Ya, ya lo sé, he hecho mal- digo cerrando el cajón de la mesita.
-¿Le has pedido perdón, verdad?- dice volviendo a recoger la ropa de la cómoda.
-Sí, pero no sé si me ha perdonado o no, simplemente se ha enfadado y ha entrado en casa- digo mientras rodeó la cama hasta llegar a la otra mesita de noche.
-Normal, tiene derecho a enfadarse- dice a modo de regaño.
Yo no digo nada más simplemente me dedico a lo mío. Ya sé que he hecho mal y que no debería haber mirado sus mensajes. Si esto hubiese pasado al revés obviamente yo me hubiese enfadado como él lo ha hecho.
Por otra parte, ya le he pedido perdón, no puedo hacer nada más. Solo espero que se le pase pronto, no quiero que esté enfadado conmigo.
Agito la cabeza eliminando todo rastro de pensamientos y me centro en lo que estaba haciendo. Abro el cajón de la otra mesita de noche y me quedo parada por lo que veo.
Con una de mis manos agarró los dos papelitos que hay dentro. Los observo atentamente y me es inevitable no sonreír. Son las dos notas que me escribió Tom. La primera es la que me pasó por debajo de la puerta disculpándose y dándome su número de teléfono; y la segunda es la que me dejó a la mañana siguiente de hacerlo por primera vez.
Releo ambas notas, es tan tierno. Siempre ha sido tierno. Con una sonrisa guardo ambos papeles en la caja y sigo guardando todo. Cada cosa que guardo me hace ver que esto cada vez es más real, que me iré de mi casa.
Cuando acabamos de guardar todo lo de mi habitación la tristeza ya está totalmente implantada en mí. Nat baja para dejar las cajas en la entrada, dejándome sola en mi habitación. Habitación totalmente vacía, solo queda los muebles.
Camino por la habitación observando cada parte de ella. Me es inevitable que los recuerdos vengan a mi mente. Una lágrima recorre mi mejilla.
Mi mirada se para en un lugar en concreto. El balcón. Me acerco hasta el ventanal y me quedo observando mi balcón. Después levantó la vista hasta el de Tom y a su habitación. El recuerdo de cuando lo vi por primera vez sentado en su cama viene a mi mente.
-Quién diría que acabaría con ese chico- murmuro para mí misma.
Abro el ventanal poco a poco para luego salir al balcón. Apoyo mis brazos en la barandilla y observo ambos balcones. Sonrío recordando cuando acepté ser la novia de Tom y saltó para besarme.
Muerdo mi labio con los ojos cerrados mientras lágrimas salen de mis ojos. De repente unas manos me envuelven por la cintura, pero no me asusto, sé que quién es. Tom apoya su cabeza en mi hombro.
-¿Estás bien?- me susurra en el oído.
-No- le digo de la misma forma, pero mi voz se quiebra.
No dice nada más simplemente me abraza más fuerte y me da un suave beso en la mejilla. Después de unos segundos me giro en sus brazos haciendo que se enderece.
-Lo siento mucho- le digo entre sollozos.
-Tranquila, ya no estoy enfadado- me dice con una sonrisa.
-Tengo que decirte algo- digo pasando mis brazos por su cuello.
-Dime- dice colocando sus manos en mi cintura.
-Sí que pensé que me engañabas, pero después de ver el mensaje no antes- me sincero.
-Nunca te haría eso, te quiero demasiado- dice tiernamente haciendo que se me derrita el corazón.
-Yo también te quiero mucho- le digo dulcemente.
Acercamos nuestros rostros hasta que nuestros labios se rozan. Nos quedamos un par de segundos rozando nuestros labios hasta que por fin los unimos. Es un beso lento y dulce en el que nuestros labios encajan a la perfección. Nuestras lenguas se tocan haciendo que una corriente eléctrica recorra todo cuerpo y volviendo el beso más especial.
-Voy a echarlo de menos- susurré encima de sus labios al separarnos.
-¿El qué?- dice alejando su rostro del mío para verme.
-Verte cada día, saludarte a través de la ventana, hablar en los balcones y...- hice una pausa para coger aire.- pasar las noches de insomnio en el balcón contigo.
-Yo también lo echaré de menos, te echaré de menos- dice con una sonrisa melancólica.
Sé que solo está sonriendo para darme apoyo, lo conozco lo suficiente como para saber que en realidad no tiene ganas de sonreír.
Me acerco a él y dejo un corto, pero dulce beso en sus labios para luego volverlo a abrazar. Nos quedamos ahí durante unos minutos.
-Chicos- dice alguien desde el ventanal. Nos separamos levemente para girar a ver quién es.- Tenemos que irnos- dice Hazza con una leve sonrisa.
-Claro- digo yo secándome las lágrimas de mis mejillas mientras cojo aire profundamente.
Volvemos a entrar y reviso cada habitación para asegurarme de que hayamos guardado todo. También aprovecho y me despido mentalmente de cada una de ellas.
Cuando ya he revisado todo voy hacia la entrada dónde están todos esperándome con algunas cajas. Las demás están en una pequeña camioneta que la familia de Nat ha contratado para poner todas las cajas.
-¿Está todo?- me pregunta Jack a lo que asiento.- Pues vámonos- dice abriendo la puerta para que todos empiecen a salir.
Todos salen dejándome a mí sola en la entrada. Giro sobre mí misma y observo la sala y el comedor, también las escaleras que dan al piso de arriba. Aquí he vivido toda mi vida y aunque he vivido muchos momentos dolorosos, también he vivido muchos buenos. La echaré mucho de menos.
-Adiós- le susurró a la casa.
-___- me llama detrás mío por lo que me giro a verlo.- ¿Lista?- me dice con una sonrisa mientras me extiende la mano.
Yo asiento con la cabeza y acepto su mano. Salgo de casa junto a él y cierro la puerta con llave. Tom y yo entrelazamos nuestras manos mientras nos acercamos a los demás.
Le devuelvo la llave a Nat quién se la da a unos hombres que acaban de llegar, son policías. Supongo que son los que han sacado a mis padres de casa durante este tiempo.
Maite llega para buscarnos. Pero solo iremos a su casa Hazza, Nat (obviamente), Dyl, Tom y yo, los demás se quedan o se van a su casa caminando.
-Adiós, cuñada- dice Sam mientras me abraza.- Todo saldrá bien.
-Adiós, Samsito- le digo al separarnos con una sonrisa.
-Adiós, ___- dice ahora Harry.- Se echará de menos verte casi todos los días- dice mientras me abraza.
-Nos veremos menos, pero no creas que nos dejaremos de ver, al fin y al cabo somos amigos- le digo con una sonrisa.
-Y la novia de Tom- añade él.
-También- le digo yo para después abrazarlo.- Adiós, Harry- Paddy viene corriendo hacia mí para darme un fuerte abrazo el cual correspondo.
-¿Vendrás a visitarnos, verdad?- dice sin dejar de abrazarme fuerte.
-Pues claro que sí, no os libraréis de mí tan fácilmente- digo haciendo que todos riamos.-Nos veremos pronto, pequeño.
-Adiós- dice soltándose del agarre.
De Jack e Ily me despido de ellos con un abrazo y un adiós. A ellos los veré dentro de una semana cuando vuelva al instituto.
Tom, Hazza, Nat, Dyl y yo entramos en el coche de Maite, quién nos estaba esperando en el asiento de conductor. Nat va de copiloto, Tom y yo en los asientos de en medio, y Hazza y Dyl en los de atrás.
Maite arranca en cuantos todos tenemos los cinturones puestos. Comienza a conducir rumbo a casa de Nat, rumbo a mi nueva casa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top