Cap 3. Sr. Insomnio.

<<Tip-Tip>> Paro el despertado y me siento en la cama. Respiro hondo y me preparo mentalmente para otro día más en esta "buena" vida.

Me levanto y abro las cortinas. La luz del sol me ciega y cierro los ojos al instante. Abro los ojos y parpadeo muchas veces hasta que mis ojos se acostumbran a la luz.

Mi mirada se centra en la habitación de enfrente. El chico de anoche está en su balcón con la mirada perdida. Tiene una cara de dormido muy adorable. Sonrío inconscientemente.

De repente siento que alguien me abraza la pierna. Bajo la mirada y me encuentro a Dyl abrazándome. Suelto una pequeña risita y lo cojo en brazos.

-Buenos días, bicho- le digo y le doy un beso en la mejilla.

-Hola- dice y suelta un bostezo.

Dyl levanta su manita y saluda en dirección a la ventana. Giro mi cabeza hacia esa dirección y veo al chico saludando también con la mano. Sonrío y él me devuelve el acto. Nuestras miradas se encuentran.

Ninguno de los dos aparta la mirada. Dyl pone una mano en mis ojos y me hace volver a la realidad. Miro a Dyl y se ríe. Yo suelto una risa nerviosa y lo dejo en el suelo.

-Ves yendo a la cocina ahora voy yo- le digo agachándome a su altura.

Él me hace caso y sale corriendo de la habitación. Suelto una risita al verlo correr. Vuelvo mi mirada a la ventana. Ahí sigue, mirándome. Gesticulo un Adiós con los labios y me despido con la mano. Se despide también con la mano. Me giro, cojo mi móvil y salgo de mi habitación.

Al bajar las escaleras y llegar a la entrada veo mi cara en el espejo que hay ahí. Y me doy cuenta de que llevo una estúpida sonrisa. Agito la cabeza y borro cualquier rastro de ella.

Llego a la cocina y está Dyl esperándome con una gran sonrisa.

-¿Qué quieres desayunar?- le pregunto.

-Cerelales- dice pronunciándolo mal.

-Lo que quiera mi chico favorito- digo y le doy un toque a su nariz con mi dedo índice.

Me acerco a la nevera y como siempre... Una nota. Ya ni la leo. No merece la pena, siempre pone lo mismo. La arrugo y la tiro a la papelera.

Abro la nevera y saco el cartón de leche. Dejo el cartón en la encimera y abro el armarito de arriba. Saco dos platos hondos y lo cierro. Abro otro armarito, saco los Chocapic (cereales) y cierro este armarito.

Pongo los cereales en los platos y vierto la leche encima de ellos. Dejo la leche en su lugar y le doy su plato a Dyl.

-Llévalo al comedor- le digo y él asiente.

Cojo mi plato y voy detrás de él. Le abro la puerta de la cocina y sale de esta. Le sigo y cuando está al lado de la mesa me levanta el plato para que se lo deje en la mesa, ya que él no llega. Dejo mi plato y cojo el suyo para dejarlo al lado del mío.

Cojo a Dyl en brazos y lo dejo en la trona. Acerco la trona a la mesa, coge la pequeña cuchara y empieza a comerse los cereales. Yo hago lo mismo.

Cuando acabamos dejo a Dyl en el suelo y se va corriendo a jugar. Siempre hace lo mismo. Creo que debería llevarlo al parque así se despeja un poco. Limpio todo lo del desayuno y salgo de la cocina.

Pasamos toda la mañana jugando y viendo alguna de sus series favorita. Comemos unos sándwiches en el comedor mientras vemos Mickey Mouse. Cuando limpio los platos y vasos que hemos utilizado voy a preguntarle a Dyl si quiere ir al parque.

Cuando llego al lado de Dyl me agacho a su altura y él se gira a mirarme.

-¿Quieres ir al parque?- le pregunto.

-Siii- dice alegre.

-Pues vamos a cambiarte.

Subimos a su habitación y se sienta en su cama. Saco su ropa interior de la cómoda y ropa de su armario. Le he elegido unos pantalones cortos tejanos y una camiseta de manga corta azul celeste.

Le doy la ropa y dejo que se vista él solito para que aprenda. Obviamente, necesita un poco de mi ayuda. Cuando ya está vestido le digo que me espere abajo y sale corriendo.

Me voy a mi habitación y me tiro en la cama boca arriba. Esto de cuidar a un niño de 2 años sola con tan solo 16 años es agotador.

Me levanto y cierro las cortinas. Abro mi armario y rebusco entre mi ropa. Al final eligió un vestido negro que me llega hasta encima de las rodillas. Es apretado hasta la cintura y luego es suelto y con vuelo. Me pongo mis sandalias, del mismo color, que tienen plataforma.

Cuando acabo de vestirme vuelvo a abrir las cortinas. Miro la habitación del chico, pero no hay nadie. Hago una mueca decepcionada y me giro. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras.

Dyl me espera delante de la puerta principal. Se le ve superilusionado y feliz. Es normal, salimos poco, ya que si ya me cuesta cuidarlo dentro de casa no me quiero imaginar fuera. Si le pasará algo no sé qué haría. Por eso prefiero salir poco porque así no podrá pasarle nada.

De camino al parque Dyl va delante dando pequeños saltos y sonriendo. Me pone muy feliz verlo así.

Al llegar al parque Dyl sale corriendo hacia el tobogán. Yo me siento en un banco que está cerca para controlarlo. En menos de 5 minutos Dyl ya ha hecho amigos y está jugando con ellos y con algunos, de los que ya era amigo, de las otras pocas veces que venimos.

Saco mi móvil y me pongo a mirar Instagram. Voy mirando de vez en cuando a Dyl para asegurarme de que no le pasa nada.

Después de un tiempo vuelvo a guardar el móvil. Dyl sigue jugando con los demás niños y parece que se lo está pasando en grande. Me pongo a mirar todo el parque para entretenerme.

A lo lejos veo a un niño que se me hace familiar. Es el niño de la casa de al lado. El que entró a la habitación del chico ayer. Busco con la mirada al chico a ver si ha acompañado al niño al parque, pero no. Vuelvo mi mirada a Dyl y me aseguro de que está bien.

¿Me pregunto por qué no estará el chico de la habitación con el niño? Seguramente es su hermano, debería estar cuidándolo. Ooh, espera un momento. Seguramente sus padres sí que se ocupen del niño. Y él podrá hacer vida normal. Hay gente con suerte.

La verdad es que el chico es guapo y se le veía simpático. A lo mejor podría... Agito mi cabeza y elimino cualquier rastro de lo que estaba pensando.

¿Cómo será su familia? Por lo que sé, sus padres están juntos. Tiene un hermano pequeño, de unos 8 años más o menos. ¿Cuántos años tendrá él? ¿Tendrá más hermanos? No creo, sino ya los hubiera visto. ¿Sus padres serán felices juntos y los tratarán bien? Ojalá, porque no le deseo lo mismo que a mí.

-Tata- Dyl me saca de mis pensamientos y me centro en él.

-¿Qué cariño?- le digo sonriendo. Él bosteza y con eso me hace entender que tiene sueño.- Vamos a casa.

Cojo a Dyl en brazos y apoya su cabeza en mi hombro. Empiezo a caminar a casa y cuando no llevo ni la mitad del camino me doy cuenta de que Dyl se ha quedado dormido en mi hombro. Miro la hora en el reloj de mi muñeca.

9:26 pm

Hemos pasado toda la tarde en el parque y no me he dado cuenta de la hora que era. Cuando llego a casa hago malabares para poder coger la llave del pequeño bolso que he cogido antes de salir. La saco y abro la puerta. Dejo la llave en el mueble de la entrada.

Subo las escaleras a oscuras y voy hasta la habitación de Dyl. Al entrar enciendo la luz y lo dejo en su cama. Cojo su pijama y se lo pongo intentando no despertarlo. Cuando ya está con el pijama puesto lo meto dentro de la cama y le doy un beso en la frente.

-Buenas noches, cariño- le susurro.

Apago la luz y salgo de su habitación. Me voy a la mía y entro sin encender la luz. Me quito la ropa y la dejo en alguna parte de mi habitación. Ya la recogeré mañana. Me pongo mi pijama y me voy hasta la cama. Pero me freno antes de tumbarme. ¿Para qué voy a tumbarme si no me voy a dormir? Me voy directamente al balcón.

Salgo y el aire fresco hace que se me erice la piel. Me abrazo a mí misma para darme calor. Subo mi mirada a las estrellas y me olvido de todo.

-Hola- me dice alguien. Bajo la mirada y lo veo.

-Hola- digo sonriente.

-¿Hoy tampoco puedes dormir?- me pregunta.

-No, hoy ni nunca- digo bajando la mirada.

-A mí me pasa igual- dice y le vuelvo a mirar. Me sonríe de lado y yo hago lo mismo.- ¿Cómo te llamas?

-___ ¿Y tú?- le pregunto.

-¿No lo sabes?- me pregunta y eso me confunde.

-¿Debería saberlo?- pregunto con el ceño fruncido y confundida.

-Aah... No...- dice nervioso.

-Valeee- digo poco convencida.-¿Y bien? ¿Cómo te llamas?

-Sr. Insomnio- dice con una risita que me contagia.

-Va en serio. ¿Cómo te llamas?- le repito.

-Ya te he dicho mi nombre- me dice alegre.

-Vale. Entonces encantada de conocerte Sr. Insomnio- digo riendo.

-Igualmente- dice de la misma manera.- ¿Cuántos años tienes?

-¿Esto es el juego de las preguntas?

-No, es solo que quiero saber de ti- sonrío ante su comentario.

-Tengo 16 años. ¿Y tú? ¿O te lo vas a inventar como el nombre? - le digo bromeando.

-Tengo la misma edad que tú. Recién cumplidos.

-Ooh, pensaba que tenías un año más que yo.

-Pues no- dice riendo.- ¿Sueles tener insomnio?- dice dejando la risa a un lado.

-Sí- digo rendida por todas las noches sin dormir o durmiendo muy poco.

-¿Por qué?- me pregunta.

-No es que mi vida sea un camino de rosas y eso hace que me torture la cabeza por las noches y no me deje dormir- le digo sinceramente.

-Lo siento- me dice.

-No pasa nada, tú no tienes la culpa- digo y miro hacia el cielo.

Nos quedamos en silencio. No aparto la mirada de las estrellas. Respiro hondo y el aire cada vez es más frío. Me froto los brazos con las manos para darme calor.

-Sr. Insomnio- le llamo. Él, que también está mirando las estrellas, baja la mirada hacia mí.

-Dime- me responde.

-¿Cómo... cómo es...?- me da algo de vergüenza preguntar esto.

-Dilo.

-¿Cómo es tu vida?- le pregunto.

-Pues... mmm... Pues yo creo que mi vida es buena. Hago lo que me gusta. Mis padres están juntos y nos cuidan mucho.

-¿A quiénes?- le pregunto aunque ya sabía que se refería a su hermano.

-A mis hermanos y a mí- dice.

-¿Tienes más hermanos?

-¿Más? ¿Acaso sabías qué tenía?- pregunta confundido.

-El niño pequeño que entró el otro día en tu habitación- le digo.

-Oh es verdad. Ese era Paddy mi hermano de 8 años. Tengo dos hermanos más. Tienen tres años menos que yo, ósea 13 años. Son gemelos, se llaman Sam y Harry.

-Cuatro chicos, pobre de tu madre- digo en broma.

-Nos tiene controlados, así que de pobre nada- dice riendo. Yo hago lo mismo.- Esta mañana he visto a tu hermano pequeño. ¿Tienes alguno más?- dice después de la risa.

-No, solo él- le respondo.

-¿Cuántos años tiene?- me pregunta.

-Se llama Dyl, solo tiene 2 años aunque en agosto cumple 3. Es un bicho, no para quieto, pero nunca hace nada malo. Es lo mejor que me ha pasado.

-Se nota que lo quieres- me dice sonriendo.

-Lo amo mucho- digo sonriendo ampliamente.

Nos quedamos mirándonos por lo que parecen minutos. El reloj de mi muñeca pita y aparto la mirada de él para mirarlo.

3:00 am

Ha pitado porque es en punto y siempre pita cuando es en punto. Vuelvo a mirarlo y por su mirada parece que sabe lo que voy a decir.

-Creo que debería irme a dormir- le digo.

-Ya, yo también- me dice.- Buenas noches, ___- me sonríe.

-Buenas noches, Sr. Insomnio- le digo de la misma manera.

Me doy la vuelta y entro de nuevo a mi habitación. Cierro la ventana y antes de cerrar las cortinas nos miramos por última vez. Me sonríe y le devuelvo el acto. Cierro las cortinas y me quedo ahí, quieta. Mi sonrisa no se borra.

Me siento en mi cama y respiro hondo. Agito mi cabeza y la sonrisa desaparece. Me tumbo en mi cama. Y aunque me cuesta, al final, después de bastantes minutos, me consigo dormir.

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