Aquel pequeño pelirosa era abrazado desde hace un tiempo en la sala de práctica, su cuerpo era apresado por esos brazos fuertes que lo sostuvieron muchas veces.

Hace más de 3 meses que habían empezado a salir como pareja, los padres de Sunoo ya conocían a Ni-ki y hace mas o menos un mes lo presentó como su novio.

Los padres de Ni-ki conocieron a Sunoo por videollamada, solo los vio una vez cuando Ni-ki llevó a los chicos a Japón para conocer su casa en su segundo año después del debut.

Los únicos que no sabían eran los jefes de compañía, el staff personal era obvio que lo sabía y se lo recalcaban todos los días.

-Debemos ir con los chicos- Sunoo ni trataba de pararse, Ni-ki no aflojaría ni un poco el agarre.

-Seguro ya se fueron- Sunoo era como una almohadita suave, blandita y calentita.

Sunoo no pudo decir que no, sabía que esos desgraciados lo dejarían a solas con Ni-ki si es que no se apresuraba e iba con ellos.

Solo pudo tratar de zafarse del agarre de Ni-ki, forcejeando sin poder soltarse ni un poco, pero cuando su cuello se hizo a un lado, dejando ver su clavícula junto a su piel blanca que tenía en esa zona.

-Vamos, mañana tenemos día libre y quiero dormir más, estoy cansa-- la piel que estaba a la vista fue mordida.

Hace casi dos meses que no lo hacían, estaban en promociones y Sunoo colocó a Ni-ki en abstinencia hasta que las promociones acabasen, pero estas ya habían terminado hace algunos días, 4 para ser exactos.

-Mañana es viernes, puedes descansar sábado y domingo también- su mano derecha se adentró a la remera gris que Sunoo traía.

-P-pero los chicos no saben dónde estamos...- sus mejillas enrojecieron.

-Seguro que lo saben- besó su cuello.

-¿Y si alguien entra?

Ni-ki se paró aún con Sunoo en brazos y cerró la puerta con seguro.

-¿Esos son todos tus pedidos?

Sunoo sabía que, otra vez, no tenía escapatoria, si tan solo los demás chicos no se hubieran ido tan pronto...

¡¿Qué fue lo que les hice?!

Cami~