II

Los besos de Niki eran repartidos en todo el rostro de Sunoo para poder llegar a sus labios.

-Abre la boca- Niki ordenó acariciando su cintura, estaban acostados en la cama.

Sunoo tan solo pudo hacer caso y en medio del beso abrió su boca lentamente sin esperarse lo que pasaría a continuación.

Sus lenguas se encontraron en medio del beso, creando así un baile entre estas, una pequeña lucha para ver quién tenía el mando en ese beso.

Y el pequeño rubio tan sólo podía preguntarse cómo su menor aprendió a besar así.

El beso se rompió cuando Niki empezó a bajar sus besos por su barbilla y mentón, ahora estaba besando su blanco cuello, la zona más sensible en su cuerpo.

-Ah~...- salió de los labios del mayor cuando su menor mordió su cuello levemente, inmediatamente tapó su boca con su mano sorprendido del sonido que acababa de salir de sus labios.

-No hagas eso... quiero escucharte- tomó su muñeca alejándola de su boca para que no pueda cubrirse.

-Yo... mgh~- otro agudo gemido se escapó de sus labios cuando Niki volvió a morder su cuello.

Ese sonido deleitaba a Niki, tanto que podía escucharlo todo un día sin cansarse.

Alejó su mano de su cintura para ir desabotonando su pijama dándole paso a su blanco pecho y rosados pezones.

-Tu piel es muy suave- lamió su cuello haciéndole estremecer a su mayor -también es muy blanca... ¿Será que se marca rápido?- y en el lugar donde besaba mordió y succiono creando así un chupetón -Se ve muy bien en tu blanca piel- se separó admirando aquella marca en el cuello de su mayor.

-Ven, ven- sus mejillas estaban rojas y aparentemente el sueño se fue completamente en ambos cuerpos -Quiero un beso... - lo sostuvo de la nuca y lo atrajo hacia él besando sus labios con algo de timidez pero con deseo.

En medio del beso, Niki sonrió guiando sus manos al blanco pecho de su mayor, acariciando su plano vientre sacándole un jadeo en medio del beso.

-E-espera, ahí es ¡Ah!- un agudo y algo fuerte gemido escapó de sus labios de nueva cuenta cuando su pezón izquierdo fue acariciado por aquellas grandes y frías manos.

-¿Te gusta?- y al no recibir más respuesta que una apenada mirada bajó sus labios a aquella tan erógena zona, besó ese pequeño y rosado botón derecho, lamió y mordió, cuando miró a Sunoo, este tapaba sus labios con ambas manos sin dejar escapar algún sonido -Hey, no hagas eso.

Al ver que su mayor no parecía querer alejar sus manos de su boca, sostuvo ambas muñecas con una mano y las posicionó encima de su cabeza impidiéndole moverse.

-N-no, espera, yo quiero-- sus palabras se cortaron al sentir una mordida en su rosado botón derecho -¡Agh!- su voz salió aguda y su espalda se arqueó, se sentía increíble y necesitaba más, pero era demasiado tímido como para decirlo.

-¿Puedo seguir?- su mano libre jugaba con el elástico del buzo de pijama.

-¡Ya no preguntes y hazlo!- Sunoo se sentía nervioso cada vez que le daba permiso para hacer algo.

-¿Puedo hacer cualquier cosa entonces?- miró sus ojos.

-Puedes...- tragó grueso al imaginarse de lo que su menor era capaz.

Niki sonrió ya con el permiso concedido tomó una corbata que anteriormente estaba tirada en el suelo y ató las manos contrarias para poder utilizar sus dos manos.

Niki tan solo soltó una suave risa al ver la expresión confundida de su mayor.

-Tú me diste permiso para hacer lo que quisiera- bajó su pantalón de un solo tirón dejándolo solo con su ropa interior puesta y su pijama superior a medio quitar.

Se separó admirando aquel hermoso cuerpo y con sus manos empezó a acariciar sus piernas llegando a sus rodillas para separarlas y hacerse paso entre estas.

Se posicionó en medio y empezó a sacarse la pijama superior e inferior, una excelente vista para Sunoo, Niki se veía tan sexy quitándose la ropa y al parecer Niki se dio cuenta de esa mirada.

-¿Te gusta? Por esto es que hago ejercicio- su abdomen marcado hablaba por él.

La tímida mirada de Sunoo expresaba lo mucho que le estaba gustando esa vista.

Niki volvió a agacharse, esta vez en medio de las piernas de Sunoo, este rodeó la cadera contraria con sus piernas intentando tener algo de contacto en su zona baja.

El menor besaba los labios del rubio, sus lenguas se encontraban formando un baile hambriento.

Pronto Niki tomó la estrecha cintura de Sunoo creando un vaivén que deleitaba a ambos, formando así falsas embestidas.

-Por favor... por favor, apresúrate- Sunoo habló con su voz temblorosa y un gran sonrojo en sus mejillas.

-No conocía este lado tuyo, Hyung- sin aviso metió su mano en la ropa interior contraria masajeando su trasero, él también quería, ambos lo anhelaban y estaban desesperados por continuar.

El peli plateado se dio cuenta de la erección dentro de la ropa interior contraria así que en un solo movimiento bajó sus boxers y los sacó tirándolos por algún lado al igual que las demás ropas.

Sunoo de inmediato cerró sus piernas, nadie lo había visto así y se sentía muy avergonzado de mostrarse así ante su menor.

-No, mantenlas abiertas- lamió sus labios volviendo a hacerse paso entre aquellas delgadas y torneadas piernas blancas que Sunoo poseía.

-No puedo...- se cubrió el rostro con su antebrazo -Desátame, por favor desátame- pidió con sus labios temblorosos.

-Lo haré, pero no debes taparte o volveré a atarte- y como pidió su mayor, soltó sus muñecas dejando sus manos libres de hacer todo.

Niki sabía que no podía entrar así de repente, no quería hacerle daño así que tenía que prepararlo, pero no es como si tuvieran lubricante o un condón en ese momento.

Así que en la boca abierta de Sunoo que buscaba oxígeno, ahí metió tres de sus dedos, Sunoo de alguna manera sabía qué tenía que hacer, así que lamió esos tres dedos como si de una paleta se tratase.

-Empezaré- Niki avisó, no quería ser violento, no quería hacerle daño.

Bajó su mano con esos tres dedos llenos de saliva y rodeó la rosada y estrecha entrada de su mayor, sin algún aviso previo metió un dedo.

-¡Ah!- como prometió, no cubrió su boca, pero si abrazaba la espalda de Niki y sin querer enterró sus uñas en su espalda.

El segundo dedo entró sin aviso al igual que el primero haciéndole soltar un gemido ahogado a Sunoo, con dos dedos ya dentro, hizo movimientos de tijera para poder dilatarlo y que no duela tanto cuando por fin entre en él.

-S-se siente raro~- sus pensamientos se nublaron y ya no podía razonar con claridad -Pero... pero se siente bien- entre sus manos apretó la blanca sábana debajo de él.

-Sostente de aquí- volvió a poner los brazo de Sunoo en su espalda, de alguna manera, le gustaba que todo en Sunoo esté centrado en él.

Estuvieron así por algunos minutos hasta que Sunoo sintió que era suficiente.

-Niki, por-por favor, te necesito.- lo miró a los ojos, sabía que cuando hacía eso, su menor no podía decirle que no.

-Lo hago para que no te haga daño.

-Ya es suficiente... te necesito ahora- él era el único desnudo, Niki seguía con su ropa interior y una erección dentro de esta.

-Es que no quiero dañarte, podría dolerte- sin sacar sus dedos se acercó a su rostro plantando un beso en sus labios.

-Hasta el dolor se siente bien si es contigo- susurró en su oído.

-Estoy tratando de contenerme y no me estás ayudando ¿sabías?- tan solo quería entrar y profanar ese pequeño cuerpecito.

-No te contengas, no lo hagas- besó su nariz sabiendo lo que pasaría a continuación.

Niki gruñó bajo, se separó un poco para sacarse su última prenda, bajó sus propios boxers liberando su gran erección ante la atenta mirada de Sunoo, este solo jadeó cuando vio el miembro contrario.

-Dolerá un poco- Niki sujetó la estrecha cintura de Sunoo y su propia erección alinéandola con la rosada y virgen entrada de Sunoo.

Empujó un poco entrando sólamente la punta, pero se sentía como el paraíso para Niki.

Mientras con Sunoo su boca permanecía abierta pero salían gemidos ahogados de esta, dolía, sí, pero de igual manera se sentía bien.

-A-ah.. Niki~- salió de sus labios aunque su menor ni se había movido.

Y con un rápido movimiento, Niki se enterró completamente en ese pequeño cuerpo que parecía de muñeca.

-¡Ah!- agudo y fuerte, salió ese gemido de los rosados labios de Sunoo.

-Lo siento ¿duele?- en verdad se estaba conteniendo para no dañar ese cuerpecito, su interior era caliente y suave, era el paraíso.

-Y-yo, yo no sé- las lágrimas se juntaron en sus ojos -Due-duele... pe-pero se siente bien- las lágrimas eran resultado de una peligrosa mezcla de placer, lujuria, deseo, dolor y confusión. -Muévete, p-por favor muévete- no podía pronunciar las palabras con claridad, su mente estaba completamente nublada, pero otro húmedo beso fue lo que tuvo a cambio, sus lenguas se movían como si de un baile se tratase. -¿Dónde aprendiste a besar así?

-En una película- con ambas manos sujetó la cintura contraria indicando que pronto se movería.

-¿Q-qué clase de películas miras?- sus manos se aferraron a la espalda contraria.

No tuvo respuesta, en vez de eso, Niki movió sus caderas de atrás hacia adelante no tan fuerte, pero moría por hacerlo como él quiere.

-¡Ah!...

-Dios mío... esto se siente tan bien- lamió su cuello mordiendo nuevamente.

Las embestidas constantes comenzaron, Niki empujaba sus caderas a un ritmo controlado y sin querer golpeó la próstata de Sunoo.

-¡Ah!- las lágrimas bajaban por sus ojos -¡A-ahí! S-se siente bien- no podía pensar con claridad y cuando su menor volvió a golpear ese sensible y dulce punto sus ojos se abrieron a la par mientras que en su boca se formaba una perfecta "o" y sus uñas se enterraron en la espalda contraria rasguñando a total gusto.

-Lo siento... pero ya no puedo más y aunque digas que pare, yo no voy a parar, lo siento- un dulce beso se plantó en la esponjosa y sonrosada mejilla de Sunoo antes de que tomara sus caderas y se metiera fuertemente en su interior.

-¡E-espera!- sus gemidos eran fuertes y agudos, no ayudaban a que Niki quisiera parar.

Las embestidas eran rápidas y fuertes, enterrándose en lo más profundo de Sunoo, el miembro de Niki sobresalía en el blanco y plano vientre de Sunoo.

Lo siento... no creo poder olvidar esto.

De pronto, las embestidas eran más rápidas y aún más fuertes, la pelvis del menor chocaba fuertemente en el blanquecino trasero contrario.

Toda la habitación estaba llena de lascivos sonidos de sus pieles chocando y gemidos incomprensibles que salían de los labios de Sunoo.

-Ya casi...- Niki susurró sabiendo que pronto acabaría.

-S-se siente, ah.., m-muy bien- sus ojos estaban perdidos, por su espalda corría una corriente eléctrica que le indicaba que pronto se vendría.

Tres embestidas más bastaron para que ambos se corrieran al mismo tiempo, Sunoo en medio de sus abdómenes y Niki llenando el interior de su adorable Hyung.

Pero Niki no estaba satisfecho con una sola vez, volteó a su mayor dejándolo apoyado en sus brazos y rodillas, y volvió a meter su miembro en aquella ya no tan virgen entrada.

-E-espera, acabo de co-- una fuerte embestida calló sus palabras.

-Perdón, solo una vez más- tomando sus caderas volvió a embestir fuertemente en su interior.

Los brazos del rubio estaban débiles y una embestida más bastó para que perdiera total fuerza, su rostro chocó contra el suave colchón y sus manos apretaban las sábanas bajo él.

-¡Sí!- una lasciva sonrisa se posó en sus rosados labios -Ahí ¡Ahí! ¡No pares!

-Mierda, realmente eres...- sus embestidas aumentaron de velocidad.

-D-demasiado rápido- Sunoo habló entrecortadamente.

-¿Muy rápido?- sus embestidas pararon en seco, volvió a darlo la vuelta y los hizo cambiar de posición, Sunoo estaba sentado en el miembro de Niki -Puedes ir a tu ritmo- era una excelente vista.

-N-no, así no, yo...- de nueva cuenta los ojos de Niki lo hicieron sentir tan pequeño y no tuvo opción que hacerle caso, colocó sus manos en su abdomen para poder impulsarse y subir sus caderas, cayó llegando aún más al fondo, haciéndole soltar un gran y agudo gemido -Y-yo no puedo, hazlo a tu manera, a-así es muy difícil.

-¿A mi manera?- acarició sus piernas -Pensé que querías ir a tu ritmo.

-No... me gusta cómo tú lo haces- su apenada mirada demostraba lo nervioso que estaba al decir esas palabras.

-¿Ah si?- sujetó su cintura sin cambiar de posición -entonces déjame ayudarte- embistió dentro de su lindo Hyung aún en esa posición una y otra vez.

-¡Sí!- otra vez esa lasciva sonrisa se posó en sus labios, demostrando lo mucho que le gustaba el cómo Niki se enterraba en él así de fuerte.

Unas cuantas embestidas más para que ambos vuelvan a correrse, Sunoo estaba agotado y Niki quería continuar, pero sabía que no podía sobreexigir a su mayor.

Salió de su interior, tomó sus ropas, vistió a Sunoo con un boxer y la parte superior de su pijama y él se puso la parte inferior, ya que no encontró el pijama verdadero de Sunoo.

Realmente no creo poder olvidar esto...

-Buenas noches, Hyung- besó su frente y su nariz.

-Buenas noches, Niki- se dejó abrazar y besar hasta que ambos quedaron dormidos.

Aquellas cintas, ya no estaban en sus muñecas, tal vez se desataron en medio de la movida noche que tuvieron.

.

.

-Buen día, Hyung- Niki apareció en la habitación de su mayor con el desayuno ya listo.

-Niki, buenos días, déjame ayu-- quiso pararse y ayudarlo con el desayuno, pero al poner un pie en el suelo, su cuerpo cayó y chocó contra este, ni podía levantarse del suelo, sus brazos estaban completamente débiles, sus piernas de igual forma y sus caderas dolían demasiado.

-¡Sunoo!- dejó el desayuno a un lado y fue a socorrer a su mayor, lo levantó y lo sentó en la cama.

-Mis caderas... me duelen mucho- dolía apoyarse en estas.

-Yo haré todo, tu solo siéntate y traeré el desayuno- besó su mejilla y como dijo, trajo el desayuno en una bandeja de cama, Sunoo no tomaba café, así que le trajo leche de fresa.

Pero cuando Niki se dio la vuelta, se podían ver los claros rasguños que estaban en su espalda, Sunoo se sonrojó y apenó mirando el piso ¡¿Cómo podría olvidar eso?!

-¿Sabes?... lo de ayer...- Sunoo habló mirando hacia el suelo.

-Sí, lo sé... pero perdóname, yo no podré olvidarlo- tomó su mano -Tal vez tú sí puedas, pero yo no... lo siento.

-No tengo la cinta ¿verdad? Y tampoco la tenía cuando nos acostamos para dormir, eso significa que tampoco podré olvidar lo que pasó- se apoyó en su hombro -Pero, mantengamos esto en secreto.

-Soy una ventana sellada- cerró sus labios con su dedo como si le pusiera un candado y tiró la llave invisible a algún lado de la habitación.

Se sonrieron y desayunaron mientras veían televisión.

Quiero que se vuelva a repetir.











Cami~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top