Dos

Hoy hace un mes desde aquella tensa conversación con Jungkook, y todo ha cambiado tanto.

Ahora se podría decir que somos amigos.

Hablamos siempre en clase, nos reinos escondidos tras los libros, y aprovechamos los descansos para comentar, sentados en el alféizar de la ventana, que después de todo, somos unos privilegiados por poder ver como reluce todo por la noche, mientras el resto de la ciudad duerme.

Tal y como estamos haciendo ahora.

-Si lo piensas, somos tan pequeños comparados con el resto del universo-reflexiono.

-Imagina como debe sentirse una hormiga entonces-se ríe.

-¡Y una mota de polvo!-añado.

-Las motas de polvo no tienen sentimientos, Sherlock-se burla bromeando.

-¿Quién lo dice?

-La ciencia-se encoge de hombros divertido.

-Hasta que se demuestre lo contrario, tiempo al tiempo-sonrío para más tarde reirme.

Nos quedamos en silencio, y entonces Jungkook levanta su brazo para extenderlo, y luego cerrar sus dedos hasta formar un puño, dejando como excepción el pulgar.

-Quizá somos insignificantes en el universo, pero yo puedo apagar la luna con un solo dedo.

-¿Cómo?-me río-¿de qué hablas?

El chico insinúa que adopte la misma posición de su mano con la mía, insistiendo con la cabeza divertido, y yo le hago caso sonriendo.

-Pero...-frunzo el ceño-yo no veo nada-niego mirándolo-¿cómo que apagar la luna?-vuelvo a mirar a mi dedo intentando hacer lo que mi compañero ha hecho-¿cómo lo haces?

-Ah-suspira dejando caer el brazo sobre su pierna mientras me mira-es que no lo estás haciendo bien-niega.

El moreno se acerca a mí con una pequeña sonrisa, y tras pasar su brazo izquierdo por mi espalda, para apoyar su mano en el borde de la ventana, con la derecha, agarra mi brazo del mismo lado, y pone cuidadosamente mis dedos en la misma posición de antes, para más tarde, alzar nuestras manos en dirección al brillante círculo que nos alumbra.

-Y ahora...-susurra tiernamente mientras yo le miro sintiendo que mi corazón va a dar un salto para salir de mi pecho en cualquier momento-el truco final.

Observo como Jungkook guiña un ojo, para más tarde sonreír sin despegar su mirada del cielo, y yo, contagiado de su sonrisa, y sintiendo como miles de estrellas nacen de repente en mi pecho, imito su acción, viendo por fin como mi dedo se hace del tamaño de la luna.

-¡Ahora! ¡lo veo! ¡he apagado la luna!-me río entusiasmado.

-¿Ves?-me sonríe contento-¡te lo dije!

Nos reímos mirándonos muy cerca hasta que todo queda en un par de suspiros, y cuando la distancia es mínima, y estoy apunto de dejarme llevar, el profesor aparece, haciéndonos bajar de las nubes con la misma rapidez que pasa una estrella fugaz en el firmamento.

***

-¿Y si le he hecho sentir incómodo?-me lamento mientras ando de camino a la salida del instituto.

Suspiro fuertemente, y sintiendo como el calor de mis mejillas empieza a subir, recuerdo lo que ha pasado antes en clase, mientras mis labios se curvan en una sonrisa inconsciente.

Al principio pensaba que la alegría que sentía al hablar con Jungkook o intercambiar alguna mirada, era simplemente producto de la ilusión que me hacía entablar una amistad con él, pero ahora...

Me he dado cuenta de que quizá, no sé, es posible que...que Jungkook...me...me gus...

-¡Jimin!

Me giro sobresaltado al escuchar mi nombre cuando estoy a punto de confesar en mis pensamientos lo que siento por mi amigo, y él, apareciendo como si supiera que sería oportuno, se acerca a mi corriendo, para luego pararse a mi lado intentando recuperar la respiración con sus manos apoyadas en las rodillas.

-¿Te importa si hacemos el camino de vuelta hoy juntos?-pregunta incorporándose y mirándome finalmente tras soltar un sonoro suspiro.

-E-eh, yo...

Nos miramos en silencio.

-Claro-asiento enrojecido intentando esconder mi sonrisa.

Entonces, empezamos a andar sin hablar mucho, y cuando estamos en la mitad del recorrido, de repente el chico se para, obligandome a mi a hacer lo mismo, mientras me agarra del brazo.

Me giro para mirarle y entender así que pasa, y obteniendo el silencio como respuesta, observo como Jungkook mira al suelo.

-Tú eres como el sol, Jimin.

-¿Q-qué?

-Y...-levanta la cabeza algo frustrado y me mira mientras su pecho se llena de aire intermitentemente-y...y yo soy la luna. ¿Sabes lo qué significa eso?

Le miro confuso.

-Que el sol y la luna nunca podrían estar juntos por mucho que ambos quisieran.

De repente siento como mi corazón se dispara, y ambos guardamos un silencio que él no tarda en cortar.

-Pero...-suspira acercandose a mi-pero a pesar de todo, los eclipses existen.

Marco mi nuez nervioso a escasos centímetros de él intentando recordar cómo se respira.

-Y por una noche podemos pretender que somos uno.

Y sin decir nada más, acto seguido y tiernamente, agarra mi cuello y me besa, haciéndome sentir como si un millón galaxias residieran en sus labios, y al rozarlos, la gravedad de la tierra se hubiera reducido, hasta el punto de elevarme dos palmos del suelo.

Y cuando el oxígeno se acaba, nos separamos, y sin saber muy bien qué decir, le sonrío ampliamente sin poder contener mi alegría, a lo que él parece que va a contestarme, pero de repente algo llama su atención, y tras mirar hacia arriba, dirige sus ojos hacia a mi con una clara tensión cayendo sobre sus hombros, que le hace dejar de agarrarme.

-Tengo que irme-susurra dando pequeños pasos hacia atrás.

-¿Qué? ¿a-a dónde?

-¡Lo siento!-grita antes de desaparecer entre las sombras de la calle.

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