You Know [YuGyeom x JinYoung]

~Advertencia: Contenido explícito.

.

¿Dónde rayos estás?

.

YuGyeom le había enviado un mensaje a BamBam mientras esperaba a que el barman le atendiera. Siendo viernes por la noche el club estaba a reventar, y eso que aún era relativamente temprano.

Habían llegado cerca de las 12:00 y luego de dos horas, continuaba sin estar ebrio, al menos no en exceso. Pudo caminar sin tambalearse, no tenía ganas de vomitar y lo más importante, aún recordaba su nombre.
Su amigo estuvo con él en todo momento pero luego de regresar a su sitio reservado— había tenido que vaciar la vejiga— se encontró solo, sin rastro de BamBam.

Se hubiera levantado con intención de ir a su auto pero el chico se había quedado con las llaves, así que daba por hecho que su querido Audi pasaría la noche en el estacionamiento del club. Se enojó consigo por permitir que su amigo guardara las llaves en su bolsillo, tan despistado como era seguro terminaba perdiendolas.
La frustración comenzó a invadirlo cuando le dijeron que si quería seguir consumiendo más bebidas tendría que ir por ellas a la barra debido a la falta de personal. El colmo era que la cabeza comenzaba a dolerle y entre tanta gente sólo conseguía dar tres pasos antes de ser empujado por desconocidos ebrios y drogados, por lo tanto tomó la decisión de quedarse sentado en la barra en lugar de regresar a la zona V.I.P.

No es que se sintiera incómodo ahí, a YuGyeom le encantaba el ambiente de los clubs, disfrutaba embriagarse y fumar un poco de hierba de vez en cuando, bailar con una linda chica o un guapo chico y luego, si la situación daba para más, tener un poco de acción con su acompañante.
Sí, él era un chico de fiestas.

El teléfono en el bolsillo de su chaqueta vibró tras recibir la respuesta de BamBam.

.
Jae Beom me invitó a su departamento y no pude negarme. Lo siento.

Tus llaves estarán bien guardadas, así que no te preocupes por tu precioso auto, te lo regresaré en la mañana.

.

Pero la fiesta de ese día se había acabado.

Guardó su móvil luego de enviarle un "Más te vale entregarlo sin rayaduras o condones, date por muerto si encuentro sustancias sospechosas", y regresó a lo que estaba haciendo, bebiendo lentamente de su Ron blanco.

Al menos afuera del departamento de Jae Beom su auto no correría ningún riesgo.

Se dio la vuelta con la intención de dar un vistazo rápido antes de decidir si se quedaba por un par de tragos más o se iba a casa, pero en cuanto vio a un maravilloso pelinegro a unos metros, optó por permanecer ahí. Park JinYoung vestía unos increíbles jeans que se aferraban muy bien a sus muslos fuertes y llenos, también llevaba una chaqueta pero a diferencia de la suya, era de mezclilla oscura. ¿Lo mejor de todo? Está solo.

No quería parecer un acosador pero era inevitable posar su mirada en el mayor cada vez que se metía en su campo de visión.

Puede sentir cómo su cuerpo comienza a calentarse con sólo verlo y la boca se le seca.

Ha estado clavado por JinYoung desde que ingresó a la universidad, hacía un año. YuGyeom ha intentado de todo para poder ligarselo pero Park no le ha dado ni una sola oportunidad, así que su pequeña obsesión por él se debe a eso, en cierta parte. Mientras más lo aleja, más lo quiere, y después de un año lleno de bateadas constantes ha llegado a sentir algo más que simple atracción hacia él.

No niega que quiere follarselo como si no hubiera un mañana, pero también desea tenerlo para él, sólo para él. Puede afirmar con certeza que a JinYoung no lo quiere para una noche.

Dispuesto a hablar con él, toma lo que queda en la botella y luego de dejarla en la barra con un golpe seco, se levanta. Sabe que será rechazado— por millonésima vez— pero eso no le impedirá tener una pequeña charla con su platónico, quién sabe, quizá corra con suerte esta vez.

—Hey, JinYoung.

El mayor suelta un suspiro exagerado y voltea a verlo con expresión cansada.

—No estoy de humor para ti, Kim.

—Nunca estás de humor para mí, así que eso no es novedad.— dijo sentándose a su lado.— ¿Por qué estás aquí... Sólo?

—He perdido a Jae Beom.

—¿Lim? Se llevó a BamBam a su departamento hace aproximadamente... Treinta y ocho minutos.— mencionó después de mirar su reloj.

—Estás bromeando, ¿cierto?

—Hablo en serio, BamBam me abandonó por ir tras él igual que un perrito faldero.

—Tu amigo tiene comiendo de la mano a Jae Beom, así que en realidad, el perro faldero es Lim.— JinYoung bebió de golpe lo que en su copa había y YuGyeom no se perdió la vista del movimiento que hacía al tragar.
—No puedo creer que me haya obligo a venir aquí sólo para abandonarme a los quince minutos.

—Una verdadera lástima para ti, suerte para mí.— YuGyeom se acercó para susurrarle al oído.— Bueno, ya que estás solo ¿aceptas bailar conmigo?

—Buen intento.

—Vamos, cariño. Que valga la pena el tiempo que te tomaste en elegir este increíble atuendo.— YuGyeom sonrió al ver que la resistencia de JinYoung flaqueaba.

—De acuerdo, pero sólo serán unos cuántos minutos.

—Me basta con eso.

Sin perder el tiempo, tomó a JinYoung de la mano y lo llevó hasta la pista antes de que pudiera retractarse. A pesar del gentío y las luces cegadoras, toda su atención se la llevó el chico que movía su cuerpo de la misma manera en la que YuGyeom se lo había imaginado muchas veces.

Llevó sus manos hasta su trasero y se apretó contra él. Sorprendido por lo firme que era. Relleno y suave, jugoso... Diablos, quería darle una mordida.

Su lado pervertido quedaba al descubierto cuando JinYoung aparecía frente a él. Siempre lo miraba con intensidad, analizando cada una de las perfectas partes de su cuerpo. Si existía un hombre con todas la proporciones entre buen cuerpo y belleza, ese sin duda era JinYoung.
No le cabía en la cabeza cuán perfecto podía ser, con sus labios rellenos y rosas, las cejas pobladas y ligeramente rectas, las cuales se acentuaban más cuando se percataba de la presencia de YuGyeom.

Era una total mierda que el chico por el que ha estado babeando un año lo viera como uno más del montón. Podrá ser bello e inteligente pero a veces JinYoung se comportaba como un hijo de puta. Y aún así, continúa suspirando por él cada vez que lo ve pasar.

Odia verse y sentirse patético debido a JinYoung, porque tratándose de él, la dignidad es lo último que pasa por su mente. Aunque YuGyeom prefiere llamarse perseverante.

—Manos quietas, Kim.

—Bien, pero no me puedes exigir distancia.

—¿Por qué no? Necesito mi espacio.— el pelinegro lo empujó levemente por el pecho pero YuGyeom volvió a tomarle de las manos, acercandolo mucho más que antes.

—Porque no puedo. Siempre he querido tenerte así de cerca. Estoy seguro que no me dejarás hacerlo otra vez.

—Supones bien. No lo haré.

—Esto era demasiado bueno para ser verdad.— Por la la expresión que el chico tenía, YuGyeom dedujo lo mucho que se divertía a cuestas de él.— Eres malvado, hyung. Te diviertes rechazandome.

—Oh, vamos. Sabemos que esto es pasajero.

—Bueno, ha pasado un año y aún continúas gustandome. Creo que no es tan pasajero como quieres creer.— YuGyeom se acercó hasta que sus respiraciones se mezclaron. No podía explicar la atracción tan fuerte que sentía hacia el pelinegro, era embriagante, demasiado intenso como para ignorarlo. La piel le cosquilleó cuando sus dedos traviesos se colaron por los bordes de su pantalón.— Dame una oportunidad.

—Kim, no empieces.

—Por favor, JinYoung. Sólo una, y si decides que realmente no te gusto, dejaré de insistir.— Park pareció pensarlo pero se estaba demorando demasiado, y él no era una persona paciente. —Vamos, no tienes nada qué perder.

Justo cuando creyó que no diría una sola palabra, casi tropieza al oír su respuesta.

—Bien.

—¿Tú... Aceptaste?

—He dicho que sí. No me hagas cambiar de opinión.

Oh, por todos los Santos. Realmente había dicho "sí". Se quedó sin habla, sólo podía verle con una estúpida sonrisa que prometía diversión y placeres enormes para esa noche.

—Entonces es hora de irnos.

—No tan rápido.— Al ver la expresión de mofa en JinYoung, supo que no se lo iba a dejar tan fácil.— Aún no quiero irme.

El pelinegro parecía divertirse con las miradas de súplica que le lanzaba con la esperanza de que diera fin a la tortura. Iba hacia YuGyeom, se acercaba con sigilo y se alejaba antes de que pudiera tocarlo siquiera. Ya no podía seguir esperando, no cuando su baile de cadera le hacía ver las estrellas, imaginado ese movimiento sobre él.

Era momento de emparejar la situación. YuGyeom también entraría al juego.

Sostuvo con fuerza su cintura y se paró detrás de él, con su erección totalmente despierta, apuntando hacia ese dulce trasero donde quería sumergirse.

—Te gusta jugar con mi mente ¿no es así, Jinnie?— YuGyeom comenzó a morder la oreja del pelinegro, sonriendo con suficiencia al percibir un ligero estremecimiento de su parte.— Te encanta verme sufrir de esa manera.

—Es divertido verte al borde de la locura.

—Ni siquiera estoy cerca, bonito. Me verás al límite cuando me permitas hacer un par de cosas que han estado en mi cabeza .

—¿Qué clase de cosas?— preguntó acomodándose contra él. Podría negarlo después, pero para YuGyeom era evidente que JinYoung quería más de su toque. Así que le dio aquello que buscaba.

—Cosas placenteras, para ti y para mí.— con una mano sostuvo su cadera mientras que con la otra abrió la chaqueta y acarició los pezones del chico sobre la ropa. Un jadeo escapó de la boca de JinYoung y ahí fue cuando YuGyeom supo que no había vuelta atrás, para ninguno de los dos.— ¿Quieres saber lo que haré contigo, amor?

—S-sí.

—Voy a despojarte de todo, estarás desnudo en cuerpo y alma sólo para mí.—dejó de tocar a través de la ropa para hacerlo por debajo, apretando la piel caliente y suave de su cintura, descendiendo hasta sus jeans, comenzando a jugar con el borde y la resistencia del pelinegro que jadeaba con cada caricia.— Con mis manos moldearé cada parte de ti, cubriré tu piel con mis labios y te marcaré como mío.

—Oh, YuGyeom.— movió la pelvis hacia adelante y JinYoung dio un respingo. 

—Voy a saborearte de pies a cabeza, hasta que me llames desesperado por llenarte.— tocó a JinYoung sobre sus pantalones, encontrando una semi erección. — Y luego te follaré duro y rápido, lento y suave... De todas las maneras posibles que puedas imaginarte.— JinYoung gimió y golpeó la entrepierna de YuGyeom con su trasero, queriendo trepar sobre él. Sonrió al descubrir el secreto de JinYoung.— ¿Te gusta esto, cierto? Escuchar la manera en la que voy a follarte, las palabras sucias.

—Sí... Sí. Por favor, dime más.

—No sabes cuántas veces he soñado con verte saltar sobre mi polla hasta que ya no puedas.— JinYoung se estremeció cuando pasó la lengua en la piel descubierta de su cuello.— Así que vas a hacerlo, cariño. Vas a montarme. ¿Te gusta la idea?

—¡Sí, me encanta!

Acarició la entrepierna del pelinegro, que ahora se encontraba tan erecta como la suya. Bien, ya era hora de la verdadera diversión. YuGyeom podía seguir susurrando cosas explícitas a su oído por el resto de la madrugada mientras se sumergía por completo en él.

—Vayamos a un sitio más cómodo, hyung

.

.

.

El trayecto fue de lo más desesperante. Los dos estuvieron demasiado inquietos como para mantenerse en sus respectivos asientos, para YuGyeom fue imposible ignorar a un caliente JinYoung que había comenzado a tocarle sin pudor. Por el bien de ambos, detuvo el auto de Jae Beom a un lado, suerte que JinYoung había tomado control del vehículo desde que fueron al club, pues él fue quien condujo hasta ahí.

Con la calle completamente desolada no tenían que preocuparse porque alguien los viera en los asientos traseros, haciendo...

—Oh, si. — gimiendo entre sus piernas, JinYoung se retorcía mientras se lo follaba con los dedos.—Hazlo otra vez.— la espalda del mayor reposaba contra su pecho y con las manos presionaba fuertemente los muslos de YuGyeom.

—Mírate, tan desesperado. Dime, JinYoung, ¿tanto ansías que te folle?

—Sí, lo quiero. — se sentía embriagado con los gemidos del mayor que rebotaban en las ventanas. Verlo de esa manera, escucharlo y sentirlo, era más excitante de lo que había imaginado. — Por favor, YuGyeom.

—¿Por favor, qué? Si no me dices no puedo hacer nada.

—Más... — la voz del pelinegro se cortó, le había presionado con fuerza la próstata y al parecer, le fascinó.— ¡Sí, Justo así! — Con una sonrisa, bordeó la glándula del chico para después juguetear rudamente con ella. Las caderas de JinYoung empezaron a sacudirse indicando que estaba a punto de acabar.— ¡Ah, YuGyeom!

—Adelante, amor. Puedes correrte. — Cubrió el pene del chico para evitar que su esperma salpicara hacia alguna parte del auto, y al sentir la sustancia caliente entre sus dedos, YuGyeom gimió contento, amando los lloriqueos de placer que JinYoung dejaba salir entre sus labios. — Si esto te gustó, entonces te encantará cuando te folle en serio.— dijo mordiendo la piel sensible de su cuello.

—¿Qué estás esperando?

JinYoung estaba ansioso, pero no tanto como él. Su maldita erección no había bajado desde que salieron del club, y luego de presenciar tal escena digna de una película porno, el dolor aumentó.

Se quedó sin respiración al sentir la lengua de JinYoung retirando las pesadas gotas de semen que quedaron atrapadas en su mano.
"Maldita sea", pensó. Si tan sólo estuviera en su querido Audi, lo tomaría ahí mismo sobre los asientos de cuero.

—Llegaremos en menos de cinco minutos, así que no te pongas los pantalones.

—No planeaba hacerlo.

.

.

.

.

Me inspiré en la canción de YuGyeom, con la cual me he traumado (por milésima vez).

Si hay algún error, lo corregiré más tarde.

Ahora sí, a mimir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top