Estrés [YoungJae x BamBam]

Advertencia: contenido semi explícito.

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Era una simple y aburrida noche entre semana. Él siempre había pensado que los días más aburridos y molestos eran los domingos, porque se llevaban toda su energía desde que el sol despertaba, pero ese miércoles se le hacía insoportable.

Tuvo un día asqueroso en el trabajo. Como un modelo que iba en ascenso, Kunpimook tenía que aceptar todos los trabajos posibles para acercarse lo más que podía a otros compañeros y fotógrafos que pudieran pensar en él cuando las marcas necesitaran una cara bonita y cuerpo esbelto, era mucho más sencillo obtener un trabajo por medio de recomendaciones, y siendo sincero, a él no le agradaba tener que presentarse a los castings.

Mientras más alejado estuviera de ellos, mejor. Y gracias a Buda, su esfuerzo junto a sus enormes sonrisas habían estado rindiendo frutos. Una fotógrafa con quien había interactuado recientemente habló con la compañía para la que trabajaba, así que él sólo tuvo que ir y posar ante la cámara de manera inmediata.

Sin embargo, no esperó tardar demasiado. La compañía había querido dar por terminado el asunto ese mismo día, así que no le quedó de otra que permanecer ahí hasta la hora de la cena. Al menos tuvo la oportunidad de saquear la mesa de postres que lo había estado llamando desde el comienzo, probablemente se arrepentiría después pero BamBam no podía decirle que no a los pays de fruta y al mousse de chocolate.

Cuando llegó a su departamento se encontró con una agradable sorpresa, YuGyeom había usado la llave de repuesto que le dio. El menor creyó que sería buena idea llevar a unos cuántos amigos, por fortuna los conocía a todos, porque esa noche BamBam no estaba para hacer nuevas amistades.

Es cierto que estaba agotado, pero era más el maldito estrés que le estaba haciendo sentir mal. Casi brincó de alegría cuando Mark prometió que entre todos harían lo posible por subirle el ánimo, el plan consistía en ver una película para calentar motores y después divertirse hasta que el cuerpo aguantara.

—Idiotas— murmuró al verlos desparramados sobre los sofás, todos dormían y roncaban a gusto. Tomó una servilleta, la aplastó para formar una bola de papel y la tiró directamente hacia la nariz de Jae Beom, quien inmediatamente dejó de roncar como un oso y se acomodó sobre el pecho de JinYoung.

Observó la hora en el reloj y soltó un gran suspiro deseando que esa noche acabara pronto.

Apenas eran las 10:42.

—Vaya forma de animar el ambiente—YoungJae regresó de la cocina y tomó asiento a su lado, lugar donde se la pasó desde que la película dio inicio, que por cierto no tuvo nada de entretenida. Normalmente YuGyeom reclamaba el sitio de la zona derecha en el sofá, pero en esta ocasión le cedió el puesto a Choi debido a sus dolores de espalda, en palabras de su amigo ese sofá era el más cómodo que tenía.

BamBam le vio tomar su teléfono y perderse por redes sociales alrededor de unos diez minutos. Durante todo ese tiempo estuvo escudriñándole con la mirada, antes no se había percatado de los adorables lunares que tenía en la sien y el cuello, ni de lo bien parecido que era, con esos tatuajes y el cabello recién teñido de negro lucía más varonil que antes. YoungJae tenía esa vibra que hacía ver atractivo a todo bad boy, aunque bien sabía que su interior era diferente a lo que su aspecto reflejaba. La mayoría de las veces lo vio en un modo serio, pero las carcajadas que soltaba eran demasiado contagiosas como para no reír junto a él, algunas veces se comportaba de manera cínica y su humor sarcástico era algo que le agradaba bastante.

El chico es difícil de descifrar, no se le puede etiquetar fácilmente.

En esos escasos minutos pudo descubrir cosas que jamás había notado en él, como que morder sus labios parecía un hábito, que tenía una nariz bonita, al parecer las dos perforaciones en la oreja izquierda eran nuevas y se veía sexy usando camisetas sin mangas. En realidad, podía verse sexy con cualquier cosa que usara... O sin nada. 

Dejó que sus pensamientos se descarrilaran un poco hasta que por fin decidió hacer algo al respecto.

—Jae Jae, precioso, divino— le llamó con voz melosa. —Hagamos algo. Ahora estoy más aburrido que antes.

—Se me ocurre algo que puedes hacer.

—¿Qué cosa?— preguntó esperanzado.

—Cerrar la boca y dormir.

BamBam frunció el entrecejo y se dio la vuelta, sintiéndose ligeramente herido porque Choi le dijera eso. De acuerdo, podrían no ser los mejores amigos, de hecho nunca se había cuestionado si entraban en esa categoría, pero pasar tiempo con él no debía ser tan malo, ¿o si? Hasta el momento nadie le había dicho lo contrario.

Vio el empaque que tomó antes de llegar al departamento y por su mente asomó la mala idea de comer un poco más, pero poco le importó cuando el postre se diluyó en su boca.

—¿Eso es...

—¿Mousse de chocolate? Sí, pero no te voy a invitar porque fuiste grosero conmigo.

—Vamos, Bam. No fue para tanto— él lo ignoró mientras se llevaba otra cucharadita a la boca. —Está bien, tú ganas. ¿Qué quieres hacer?

No recordaba dónde había guardado sus juegos de mesa.

Poner otra película no era una opción.

¿Qué más le quedaba?

—Hablemos— hasta el momento, ellos no habían tenido conversaciones profundas y BamBam creía que... Oh, YoungJae se veía sexy con esa mirada penetrante y la ceja arqueada.

—De acuerdo— le dijo aún no muy convencido. —¿Sobre qué quieres hablar?

Una sonrisa triunfal apareció en su rostro.

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11: 50 p.m.

YoungJae resultó más gracioso de lo que había pensado. Además de ocurrente, Choi era de esas personas que podían hablar sobre algo serio cuando el momento lo requería, sabía muchas cosas interesantes y dijo muchas otras que lo dejaron sorprendido, ya sea en asuntos triviales o sobre él.

Sabía que era un productor reconocido -a pesar de su corta edad- pero no tenía ni idea de que hubiera trabajado con una de sus artistas favoritas. ¡Y el había sido el genio detrás de la producción de su álbum favorito!

También se enteró de su gusto peculiar por las películas retro.

El mayor tenía la facilidad de transformar temas aburridos en algo atrayente. Su voz endulzaba sus sentidos, especialmente cuando murmuraba y se le podía oír como si la tuviera rasposa.

Sí, muchas de esas cosas hicieron resaltar su atractivo, pero lo que fascinó a BamBam no fue su trabajo o su aspecto de bad boy, sino la manera en que veía el mundo y lo poco que le importaba la opinión de los demás sobre cualquier aspecto suyo, como por ejemplo, los comentarios que le hacían sobre su peso y la supuesta actitud de mierda que tenía.

Quizás no entraba en el estándar coreano, pero ante sus ojos el hombre tenía lo suyo.

Para la media noche, Kunpimook ya se encontraba fantaseando con el pelinegro. No había sido su intención pero ya que estaba en ello...

—¿Por qué te quedaste callado? ¿Por fin tienes sueño?

YoungJae se removió en su lugar y tomó de nuevo su teléfono. BamBam se estiró y se deslizó hasta quedar sobre sus piernas. YoungJae era cálido y cómodo, descubrió que le gustaba acurrucarse con él. Pasó los brazos detrás de su cuello y se aferró como lo haría un bebé koala.

—Bam, no me abraces tan fuerte. Me duele el cuello.

Oh, cómo le gustaba que no fuera quisquilloso en cuanto al asunto de dar y recibir afecto. Ese es otro punto que le encantó.

—¿Por qué? ¿Estás tenso? Pasar tantas horas dentro de tu estudio no es bueno. Deberías relajarte— dijo mientras le daba un ligero masaje en los hombros.

—No soy bueno deshaciéndome del estrés.

—Supongo que has oído que tener sexo es una buena manera de eliminarlo. ¿Lo has intentado?— preguntó en forma de juego.

—¿Crees que tendría la energía suficiente como para hacerlo?— el pelinegro cerró los ojos y dejó que BamBam continuara con lo que estaba haciendo. —¿Qué hay de ti? ¿Lo has intentado?

No supo qué fue lo que le hizo sentir valiente y atrevido en ese momento, no era usual que se comportara de esa manera pero a pesar de tener el pulso acelerado y una pequeña pizca de vergüenza, no se arrepintió de lo que dijo.

—No, pero podemos intentarlo y así descubrir si es cierto— le susurró al oído.

YoungJae se estremeció cuando su aliento chocó contra su piel y BamBam sonrió al ver esa expresión perdida en su rostro.

—¿Esto era lo que querías hacer desde un principio?

—No hubiera sido mala idea.

Cuando cerró la distancia que había entre ellos, BamBam sintió una corriente eléctrica por todo el cuerpo que le hizo retorcerse hasta la punta de los dedos. Choi besaba de maravilla.

Sus labios se deslizaban sin prisa. Con ese sutil sabor a chocolate, cada beso le supo delicioso y embriagante. Él sólo podía pensar más, más, más.

Sus caderas se mecieron de adelante hacia atrás en busca de alivio y YoungJae sonrió con egocentrismo.

—Supongo que esto va en serio.

Esta vez le mordió los labios con cariño y se regocijó al escuchar un ronco gemido.

Las sensaciones dentro de su pecho incrementaron luego de que la punta de la lengua contraria quisiera explorar más allá de los labios. Él no se negó, le permitió más que eso.

Kunpimook descubrió algo más sobre YoungJae.

Dominante.

Todo en él irradiaba esa corriente de dominancia que mantenía bajo cada uno de sus poros.

Sus manos eran suaves y poseía unos dedos habilidosos, las caricias que le otorgaba bajo la ropa... Ah, tan reconfortantes.

Un jadeo diminuto escapó de su boca y se perdió en ese corto espacio trazado entre ellos como una línea muy fina. El trayecto que marcaba con sus dedos ardía de una buena manera, tocaba suave para hacerlo estremecer y vaya que conseguía lo que quería.

—Jae.

Choi lo sorprendió con un fuerte agarre sobre su cintura. BamBam tuvo que contenerse para no ser ruidoso, ya que a pesar de ser los únicos despiertos ellos no estaban solos. Ese perfecto contraste entre lo apacible y su personalidad dominante desapareció cuando sus dedos apretaron intenso para después liberar la piel blanda de esa zona. Estaba seguro que había dejado una marca rojiza, aún podía sentir palpitaciones a cada lado de su cuerpo.

—Súbete la ropa— le ordenó.

No tuvo que decírselo dos veces, él hizo exactamente lo que pidió. Tomó el borde de su camiseta y la sostuvo contra su pecho, dejando su torso al descubierto casi por completo. Debido al cambio repentino en YoungJae, el pecho de BamBam subía y bajaba al presto compás de su respiración.

Le vio inclinarse y sacar la lengua, dejando rastros húmedos por su piel. Cuando llegó a la zona de los pezones se encargó de hacerle desesperar por su toque, cuando lo único que hacía era provocarlo con la lengua alrededor. Era increíble cómo es que podía manipularlo de esa manera, usando sólo la boca. YoungJae era consciente de eso, la mirada pesada junto a sus acciones burlonas tenían a BamBam con ganas de encogerse y ocultar lo mucho que le gustaba.

Justo cuando estuvo a punto de refutar, el pelinegro decidió que sería buena idea presionar fuerte con los dedos, cortándole la respiración de manera momentánea por el repentino dolor que se esfumó así de rápido como había aparecido, sin embargo, aquél ardor que hacía incrementar su deseo permaneció ahí.

YoungJae hizo un par de cosas más con la lengua y después regresó a encontrarse con los labios del menor. Mientras hacía todo por recuperar el aliento, él aprovechó para llevar las manos hasta los jeans del pelinegro y comenzó a bajar la bragueta, pero fue detenido en medio del acto.

—Tal vez no debamos continuar.

—¿Por qué no?

YoungJae se mantuvo callado, únicamente acariciando su cintura con una chispa de deseo y cariño muy bien controlados. Sus ojos marrones adquirieron un color oscuro y Kunpimook se preguntó si podrían oscurecerse aún más, él sólo quería ver las emociones rebosantes que se reflejaban en ellos y sería magnífico hacerlo durante toda la noche.

—No creo que te guste jugar como a mí me gusta.

—¿Eres sádico?— BamBam no obtuvo respuesta, sólo una mirada penetrante que acabó con todas sus defensas. Sí, en realidad lo había sospechado desde un tiempo atrás debido a su manera de actuar, pero ahora casi podía asegurarlo. —Bueno, yo... Nunca lo he intentado y es obvio que no tengo juguetes y esas cosas, pero me gustaría probar. Podemos ir a mi recámara y usar corbatas o...

No pudo terminar de hablar. YoungJae le interrumpió colocando un dedo sobre sus labios.

—Está bien que quieras intentarlo, pero deberías saber que me gusta usar las manos.

El corazón de BamBam golpeó intenso dentro de su pecho al sentir cómo una de las cálidas manos de Choi subió hasta su cuello, donde acarició a lo largo y presionó sutilmente. Kunpimook se estremeció y una ola de calor lo apresó por completo. Los dedos de YoungJae eran fuego sobre su piel, y él amaba esa sensación de picor que le causaba con simples roces gentiles.

—Oh, eso es perfecto.

Si así se sentía sólo con deslizar sus suaves y cálidos dedos, no podía imaginar cómo sería si pusiera un poco de fuerza. Casi podía saborear la sensación orgásmica que comenzaba a nublar su mente y encender su cuerpo.

—¿Estás seguro?

—Sí. Deberías saber que me encanta usar collares— bromeó.

La sonrisa del mayor le hizo anticipar todo eso que se venía, muy prometedor desde su punto de vista, y él no se refería solamente a lo que estaba a punto de ocurrir, también podía percibir algo prometedor sobre ellos dos en el futuro.

—Entonces juguemos.

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Good night~

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