ཋྀ | Capítulo veintitrés.

Un nuevo comienzo de semana conllevaba a un reintegro en el trabajo, o por lo menos eso aplicaba a la situación de KyungSoo, quien se encontraba deseando que en un futuro no muy lejano se pudiera vivir del aire, pero eso era igual a pedir peras al olmo, y como era claro que eso nunca sucedería, decidió cambiar su actitud pesimista a una más positiva, despavilándose del sueño restante que tenía para así poder levantarse de la cama.

Por lo que sabía, en aquella ocasión lo capacitarían y asignarían un rol (según las palabras de Haerim), así que luego de prepararse mentalmente y vestirse con su mejor conjunto, se dirgió hasta el restaurante, enviándose en el trayecto mensajes con ChanYeol, quien le daba ánimos en su nuevo comienzo laboral y le deseaba la mejor de las suertes.

Suspiró un tanto ansioso al ver que sólo le quedaban dos cuadras para llegar a su trabajo. Para alguien que relacionaba lo novedoso con cosas negativas, era un completo martirio tener que acostumbrarse a un nuevo empleo y rutina, e imploraba a Dios que todo fuera de la mejor manera. Pero decidió sacarse aquellas ideas de la cabeza, en algún momento debía salir de su zona de confort para, lo que él esperaba, poder seguir avanzando hacia logros cada vez más grandes.

Nada estaba escrito, y sabía muy bien que si se rendía, las adversidades de la vida lo tragarían por completo, estancándolo en un pozo del que no había salida. Ya bastante había pasado como para bajar los brazos en aquel punto de su vida, donde había encontrado con quien compartirla hasta el final de sus días y encontrar un amor que nunca había conocido, así que no estaba en sus planes arruinar esa oportunidad que se le presentaba.

KyungSoo abrió la puerta del lugar con cuidado, y al entrar por completo fue recibido por una bajita omega que no recordaba haberse cruzado antes. Su potente aroma a frutillas le atravesó el alma, y una sonrisa se asomó por sus labios al verla saltar emocionada al verlo.

― ¡Hola chico nuevo! ― Saludó la omega sonriente, sacudiendo sus manos rápidamente frente a él ―. Cuando supe que tendríamos a un nuevo integrante en el equipo casi no pude dormir. ¡Ya necesitaba ayuda!

KyungSoo estaba algo confundido por su casi eufórico recibimiento, y al observar a Haerim salir apresurada de su oficina, le envió una mirada que expresaba "ayuda" en todo el sentido de la palabra.

― ¡Dios mío, Chuu, ya te dije que no actúes como una niña enfrente de otros! ― La castaña se acercó rápidamente hacia ambos, pegándole con suavidad en la cabeza a la mujer más bajita, posicionándose cerca de ella.

― ¡Pero noona, yo sólo quería presentarme! ― Al compás de sus palabras abrazó a la castaña, con una actitud juguetona, y con un asentimiento de cabeza se dirigió a KyungSoo ―. Soy Kim JiWoo. Un gusto, chico nuevo.

Era impresionante la ternura que despedía un cuerpo tan pequeño, pero intentó salir de su trance. KyungSoo le devolvió la reverencia, aún sin comprender nada.

― Yo... me llamo Do KyungSoo, también es un gusto. ― Frunció su ceño al ver a Haerim con sus mejillas sonrojadas, y trató de dar su mejor sonrisa hacia ambas omegas.

― B-Bueno niña, ya te presentaste, ahora ve a terminar tus quehaceres.

JiWoo le rogó con sus ojitos de cachorro abandonado, en un intento de ablandar el frío corazón de la más alta, sin lograr su objetivo al ver lo distante que se había puesto la mayor

― Está bien noona, ya me voy...

Solo cuando se fue KyungSoo pudo respirar con normalidad, era demasiado para él los olores dulces de los omegas (no por nada tenía de pareja a un alfa), pero igual tenía que admitir que era demasiado delicado con los aromas en general. ¿Qué podría decir? Era exquisito con cualquier cosa.

― Bueno... ¿qué fue ese recibimiento?

Haerim suspiró un tanto cansada, sentándose en una de las mesas del restaurante. Habían abierto un rato antes del horario al público para que KyungSoo pudiera conocer su lugar de trabajo y saber cuales serían sus deberes.

― Sólo es... una chica inmadura. No es un problema diagnosticado ni nada parecido, pero tiene ciertas actitudes infantiles. Espero que eso no te incomode.

― Oh, entiendo. No tendré problemas con ello, sólo que me sorprendió un poco porque no la conozco.

Haerim asintió, aún observando el lugar por donde se había ido la pequeña saltamontes.

― Suele ser una bomba ni bien te ve... ¡Pero bueno! Hoy estás para tu capacitación y tu primer día como nuestro trabajador, así que te deseo un buen comienzo en nuestro restaurante, KyungSoo. Ven, te mostraré las cocinas y en donde se encuentra el vestidor.

El pelinegro asintió, aún pensando en la extraña mirada que Haerim le dirigía a JiWoo, sin poder descifrar si era fastidio o cariño lo que reflejaban sus ojos.

( ...♡ )

― Entonces, éste es el uniforme que debo usar aquí.

KyungSoo miró detenidamente la ropa entre sus manos, en la cual predominaban los colores café y detalles en un pálido amarillo. Encajaba muy bien con su gusto personal, y eso ya era un plus.

― Claro, y como bien pudiste ver, las instalaciones no son tan amplias, por lo que no te costará mucho tiempo acostumbrarte al lugar. ― Haerim tomó una pequeña placa del mostrador, tomándola con mucho cuidado ―. Personalmente me tomé el tiempo de mandar a hacer ésta placa con tu nombre, para poder darte una bonita bienvenida a nuestro equipo.

KyungSoo observó con asombro el accesorio que Haerim sostenía entre sus manos; los detalles luminos de un color dorado eran un total espectáculo, y se sintió muy contento de que sus contratadores tuvieran ese tipo de consideración con sus empleados.

― Es tan bonito... ¿lo hacen con todos? Es un gran detalle para quienes trabajan aquí.

― C-Claro, lo hemos hecho con todos. ― Haerim acercó su mano hasta tocar el pecho del alfa, pozando en sobre el la placa dorada. KyungSoo por un momento se congeló, mirando confundido a la omega que lo miraba apenada, junto a varias feromonas brotar de su pequeño cuerpo ―. ¿Me dejarías ponértelo?

― Creo que no deber-

El pelinegro no pudo terminar de hablar cuando de pronto un estruendo lo interrumpió, el cual fue producido desde la cocina, y ambos dirigieron su vista hasta la causante del ruido, viendo a JiWoo sonreír a dientes cerrados en dirección a ellos.

― ¡Mi error, disculpen!

KyungSoo realmente sentía que las cosas eran cada vez más extrañas. Primero la chica frutilla y ahora su prácticamente jefa tenía acercamientos hacia él muy notorios.

Muchas cosas en tan poco tiempo como para procesarlas.

― No hace falta Haerim, puedo hacerlo yo mismo. ― Tomó distancia de la omega con una expresión seria, que también se alejó varios pasos de él con una expresión de susto ―. Iré a cambiarme.

― Y-Yo... lo siento.

Escuchó de lejos sus titutebeos, pero ya era tarde al ya haberse marchado con apresuro hasta los vestidores. KyungSoo no se percató hasta que estuvo completamente solo, que su habitual aroma que se mezclaba con la viril fragancia de ChanYeol, había sido opacada por el olor a vainilla de Haerim, y no se sintió mal al deformar su rostro en una mueca asqueada, sintiendo a su lobo exigir un baño en los brazos del más alto cuanto antes.

Su marca punzó, y sintió a ChanYeol preguntar que sucedía de forma silenciosa.

¿Podrías abrazarme cuando llegue a casa?

Revolvió sus cabellos desesperado, no le gustaba para nada no sentir la presencia del más alto cuando las cosas se le iban de las manos. Tal vez dependía un poco de ChanYeol, pero no se molestaría en negarlo, porque era una total verdad.

"Las veces que quieras, amor."

Sólo él sabía entenderlo, por eso y muchas cosas más lo amaba desde lo más profundo de su alma.

gracias por leer!
ya queda muy poco para terminar 😭

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