ཋྀ | Capítulo veinticuatro.

Sentía su cuerpo tan desechado como si fuera que un camión de cien toneladas le hubiera pasado por encima.

Sólo al despedir con una tambaleante sonrisa al último cliente de su jornada laboral, KyungSoo supo lo tanto que sus ya casi treinta años iban cobrando a su cuerpo. El pensamiento de que necesitaba más ejercicio en su día a día era más frecuente aún, pero para eso ya tenía a ChanYeol y a sus 78kg aplastándolo por las mañanas.

Se dirigió hasta el vestuario, sacándose su delantal y guardándolo en su casillero. Vio la hora, 18:30hs en su celular, y se sorprendió por lo temprano que era, a comparación de lo que él se esperaba.

El tiempo en su cabeza se había deformado de tal manera que pensó que terminaría a la anochecer, pero luego lo pensó y se dijo que era imposible, ya que sólo lo habían contratado para cubrir el horario de la mañana hasta la tarde, y de ahí la jornada siguiente era tomada por otro compañero, según suponía.

Terminó de cargar con su bolso se dirigió hasta la oficina de Haerim para hablar con ella sobre la anterior situación que había acontecido, y poder aclararle ciertos límites que veía que no respetaba, cuando su camino fue interceptado por una revoltosa omega que salía apresurada de la cocina, agitando sus manos de un lado a otro para sacarse de encima gotas de agua que empapaban sus manos.

― ¡KyungSoo, espera! ― Gritó una emocionada JiWoo, mientras se acercaba hasta él, palmeando sus hombros con total confianza ―. Lo has hecho genial para ser tu primer día.

Asintió, esbozando una leve sonrisa.

― Gracias, ¿tú turno también termina ahora también?

― Claro, por eso me apuré en terminar los últimos pedidos y limpiar mi lugar... La verdad es que quería hablarte sobre algo.

El azabache elevó una de sus cejas, deteniéndose por completo. El rostro amigable de JiWoo lo hizo sospechar un poco.

― ¿Podría saber sobre qué?

― Sería mejor si lo habláramos en privado.

Hizo énfasis con sus ojos, y miró en su misma dirección, la cual apuntaba a la oficina de Haerim.

KyungSoo supo que ella tendría que ver sobre lo que JiWoo deseaba contarle, y por más que su objetivo fuera hablar con ella directamente, decidió que podría hacerlo en otro momento. Sentía que lo que fuera a decirle JiWoo, debía tener la suficiente importancia como para que se haya tomado el tiempo de acercarse hasta a él con tanto apresuro.

― Está bien, vamos.

Ambos salieron del restaurante, siendo recibidos por un atardecer que se sumaba a frescas brisas. En esos tiempos era normal que anocheciera por ser invierno, pero ese día se notaba más luminoso que otros. A lo lejos divisó un amplio parque donde se hallaban muchas bancas y mesas desocupadas, sólo con algunas personas ejercitándose y familias pasando por ahí. Pensó que sería una buena idea para poder platicar tranquilos.

Estuvo a punto de tomar su celular para fijarse si tenía algún mensaje de ChanYeol o de JongIn y sus chismes en el trabajo, pero la voz de JiWoo lo distrajo, así que terminó guardando el aparato.

― Como creo que ya has supuesto, quería hablarte sobre Haerim. ― La omega tomó asiento frente a él, colocando sobre la mesa ambos brazos, y viéndolo directamente a los ojos ―. Tú... no quiero sobrepasarme y hablarte con tanta confianza pero... siento que tú me entenderías.

KyungSoo no sabía que esperarse.

― No estaría entendiendo a lo que te refi-

― ¿Está mal que ella me guste?

El alfa enmudeció, tratando de procesar lo que oía. Significó una gran sorpresa para él esa confesión, pero en el fondo ya lo sospechaba.

― Oh... ― KyungSoo se acomodó en su asiento, viendo a JiWoo jugar con sus manos en señal de nerviosismo ―. ¿Por qué decidiste contármelo a mí?

La omega miró alrededor, procurando que nadie estuviera lo suficientemente cerca de ellos como para escuchar su conversación.

― Yo no creo que sea un delito, pero todas las personas que conozco tengo muy en claro que me meterían en un loquero con tan sólo decirlo en voz alta. Y tú no te notas tan impactado, así que eres de los míos.

Rió un poco por el término que había utilizado, y ladeó la cabeza hacia un costado.

― ¿Y qué te hace pensar que no lo estoy?

― Tienes la marca de un alfa en tu cuello, estas cosas deben ser normales para ti. O eso supongo... ― Por más que hablara sin titubear, sus mejillas coloradas le hacían ver que no estaba tan familiarizada con esos temas, no tanto como para no avergonzarse de hablarlos en voz alta ―. Yo siento que en cierto punto soy una incomprendida, ¡y he tenido que llegar al extremo de hablar con un extraño! Sin ofender, claro.

― No, está bien, entiendo como puedes llegar a sentirte con esto. ― El nerviosismo que pudo haber llegado a sentir se disipó, y en su lugar, adoptó una actitud más confiada ―. Yo también me sentí así al principio, como si fuera una aberración que iba en contra de las leyes de la naturaleza...

― ¡Yo siento exactamente eso! ― Gritó la omega, sin medir el volumen de su voz, y causando que las personas que pasaban por allí los miraran raro, disculpándose por lo bajo ―. Como decía, me siento sapo de otro pozo con mi propia familia o amigas, ellas siempre hablan sobre lo fascinantes que son los alfas y lo tanto que desean ser marcadas... pero yo no les veo nada de atractivo, sin ofender KyungSoo.

― Ya sabes que entiendo tu punto, Chuu...

― ¡Lo siento!

― Deja de disculparte entonces.

― Pero me hace sentir mal. ― KyungSoo rodó los ojos, soltando una risa por la tontería que hacían, y con un asentimiento de cabeza le dio a entender que continuara hablando ―. El tema aquí es que desde pequeña sentí una fuerte conexión por todo aquello que representara suavidad y delicadeza, y en el momento en que me presenté como omega y pude identificar a otros de mi misma jerarquía por sus feromonas, quedé completamente enamorada de ellos. Fue como la revelación del año para mí, que nací en un hogar llenos de alfas y que su rudeza y juegos brutos me espantaran por completo. Además, siempre sentí que los emparejamientos dictaminados entre alfa y omega eran una tontería. ¿Por qué no puedo elegir con quién estar? ¡Me encantan las omegas!

KyungSoo asintió a todo lo que decía, casi aplaudiéndole en el proceso. A él le pasaba lo mismo, sólo que aplicado a la perspectiva alfa. Para él, siendo una persona que nació en un hogar ausente, debía tener interacciones intensas para poder disfrutarlo verdaderamente (esto aplicado en el ámbito amoroso). La necesidad constante de sentir los sentimientos a flor de piel, una posesividad que le dejaran en claro su importancia en la vida de su pareja, y un contacto físico diario para mantener viva la llama en su relación.

Debido a ello, siempre supo que la general actitud pasiva y sumisa de los omegas no encanjarían con sus estándares rudos.

Claramente tenía en claro el fino límite en el que se encontraba, porque es una obviedad que en un segundo puede rebalsarse y convertirse en algo tóxico. Y realmente agradecía que sus excéntricas necesidades fueran atendidas por Park ChanYeol, ya que se entendían de una forma tan perfecta que lograban una estabilidad única.

― Entonces, ¿piensas decirle tus sentimientos a Haerim?

JiWoo lo miró con los ojos bien abiertos, frunciendo su ceño.

― ¿Estás loco? ¡Me mataría sin dudarlo! Ella no es como yo. ― JiWoo se tiró sobre la mesa, dramatizando un dolor en su pecho ―. Además, desde que la conozco, siempre ha salido con alfas.

― Pero es eso lo que quería hablar con ella, yo tengo una pareja a la cual amo y no dejaría por nada del mundo, y suelo ser muy tranquilo con estas cosas, pero siento que ya es demasiado. Hasta tú lo has visto, y no llevo más de un día trabajando.

― Claro, por eso los interrumpí a propósito, en realidad fue mi loba que se puso como loca, pero bueno. No tengo idea de qué hacer para llamar su atención, sólo me ve como una niña a la que tener que cuidar, y no quiero quedarme con esa etiqueta durante toda mi vida cuando tengo en claro lo que siento por ella. Quiero ayudarte para quw no interfiera en tu relación.

KyungSoo se tomó un momento para pensar las cosas, y de pronto un recuerdo lo iluminó como si fuera la misma mano de Dios brindándole sabiduría. Si bien no era superman, pudo notar ciertos indicios que daban a entender que Haerim sí tenía un cariño (aunque no supiera si romántico) hacia JiWoo, eran posibilidades que no descartaba del todo.

Pero al no tener la verdad absoluta, todo se tornaba abstracto.

― Déjame hablar con ella, capaz pueda hallar una solución.

Hizo una mueca al recibir una punzada en su marca, la cual inspiraba desesperación y necesidad, así que automáticamente se levantó de su lugar.

― Está bien, gracias por tomarte el tiempo de escucharme KyungSoo. ¡Te cocinaré algo muy rico en forma de agradecimiento!

Los anhelantes ojos de JiWoo fueron lo último que vio luego de despedirse de ella con una sonrisa temblorosa y dirigirse hasta su hogar.

Miró su celular mientras esperaba el autobús que lo llevaría a casa, y se quedó helado cuando en la pantalla brillaron más de diez llamadas perdidas de ChanYeol, y sólo dos mensajes en su chat con él. Sólo pudo leer "celo" y "te necesito" para entender lo que estaba sucediendo.

Pero KyungSoo no estaba preparado para lo que le esperaría al llegar a casa.

gracias por leer!
capítulo dedicado a Yamileth199905 ❤️

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