ཋྀ | Capítulo trece.

Contenido altamente sexual, si no te gusta puedes saltarte hasta el final del capítulo.

Dentro del pecho de KyungSoo refulgía un volcán en erupción, uno que prendía fuego su razón y hacía cenizas su auto-control.

Sus manos picaban en necesidad por tocar a ChanYeol, quien manejaba apresurado hasta su hogar. Quería hacer contacto con aquella tersa piel a la que no le sacaba el ojo, y unos apetitosos labios que parecían tentarlo a devorarlos.

Viendo a través de la ventanilla el manto negro que los cubría esa preciosa noche, le dio la sensación de ser la más especial. Los astros parecían haberse alineado, y la luna sobresalía por sobre todo lo demás.

― ¿Ya llegamos? ― Revolviéndose incómodo en su asiento, KyungSoo sacudió su camisa en busca de ventilar el calor de su cuerpo, que lo estaba sofocando. Su frente perlada indicaba su fiebre por la explosión de su celo.

Tantos años reprimiendo un sentimiento que cada vez que no saciaba, lo hundía más en la miseria.

Ahora, sólo quería sentirse bien.

― Sí amor, ya pronto llegaremos.

KyungSoo bufó, cansado de escuchar lo mismo.

― Lo mismo has dicho hace tres minutos. ¡Ya no puedo aguantar!

― Entonces cuenta ovejas.

Soltó una carcajada. Estaban en medio de una situación que ameritaba seriedad, pero ChanYeol no podía vivir sin soltar disparates.

KyungSoo terminó por hacerle caso, cerrando los ojos y respirando lentamente. Hasta que sintió el auto detenerse, llegó a contar 193 ovejitas inocentes saltando por un libre campo.

Ambos corrieron por el lugar, dejando el saludo amistoso de JongDae en segundo plano, y se dispusieron a entrar al departamento con urgencia.

Dos alfas en celo era sinónimo de destrucción, y tanto ChanYeol como KyungSoo comprobaron la veracidad de aquellas palabras.

Sus lobos estaban eufóricos, tan ansioso de poder estar juntos luego de tanto tiempo. Un reencuentro ancestral del que ninguno sabía, pero que estaba concretándose.

La puerta que daba paso a su lugar seguro fue abierta, brindando una gran calidez que hacía un contraste con la frescura que ofrecía la noche.

KyungSoo fue el primero en actuar, abalanzándose sobre el castaño para atraparlo con sus brazos, colgándose de su cuello como haría un koala, y estampando sus labios en los de él en un beso desesperado. ChanYeol lo recibió gustoso, agarrándolo por la cintura, pegando ambas pelvis y aprovechando para toquetear su trasero, relamiendo sus gruesos labios que ahora estaban rojos y húmedos.

― Ten tus manos quietas, Park. ― Advirtió el más bajo, mordisqueando su cuello, para luego lamerlo ―. Pronto dejaré mi marca aquí.

― Eso si antes logras detenerme a mí.

Sin esfuerzo alguno, cargó el cuerpo de KyungSoo hasta su habitación, dejándolo con suavidad en el centro de la cama y posicionándose encima de él. Fue repartiendo besos por sus labios, barbilla, cuello hasta llegar a sus clavículas. ChanYeol vio la lechosa piel bajo su boca, y todos sus pensamientos retorcidos salieron a flote, gritándole que marcara lo que le pertenecía, para dejar en claro al mundo que era de su propiedad. Intentó dejar de lado la voz molestosa que le ordenaba aquellas cosas, y comenzó a succionar y lamer sin ejercer mucha fuerza la extensión de su piel.

Si bien no había clavado sus colmillos, razón por la que su lobo estaba molesto, supo que a la mañana siguiente su pequeño alfa amanecería con algunos regalitos muy notorios en su cuello.

KyungSoo comenzó a desabotonar su camisa veige, dándole más acceso por donde dejar más marcas al más alto, quien sólo podía sonreír con gusto.

― Sabes lo hermoso que eres, ¿no? ― A la vez que decía aquellas palabras, con ambas manos atacaba su pecho, más específicamente a sus pezones, pellizcando levemente ―. Me vuelves loco con tan solo respirar, Soo.

KyungSoo jadeó en respuesta, envuelto en una nube de lujuria y placer cuando ChanYeol comenzó a chupar y lamer sus sensibles pezones, era incapaz de pensar con claridad. Sólo sabía que su erección estaba tan dura como una barra de metal entre sus piernas, limitada por su maldito pantalón de jean, sacándoselos con apuro. Era una completa tortura que con el pasar de los segundos empeoraba más.

Las manos de ChanYeol lo recorrían por completo, tratándolo con tanta delicadeza que KyungSoo creyó ser una pintura de arte. Una reliquia como ninguna otra, sin igual.

Estaba perdido en las sensaciones que le producían su tacto y voz, tan envolventes que caía rendido ante aquel placer desconocido. Podría volverse adicto a ello.

Algo dentro suyo quería explotar, una acumulación de prohibiciones y pesares que estaban dispuestas a estallar en cualquier momento, y su corazón latía desesperado por esa gran liberación.

KyungSoo se acomodó mejor en el acolchado, apoyándose en sus codos mientras sentía los labios húmedos de ChanYeol recorrer cada rincón de su tersa piel, la fascinación y amor que reflejaban sus ojos era indescriptible, se sentía tan seguro y apreciado bajo aquellos zafiros que transmitían su adoración hacia él, que no podía describir la comodidad que sentía.

KyungSoo echó su cabeza hacia atrás, cuando la vibración de la voz de ChanYeol golpeó en su pelvis, junto a un leve suspiro que envió corrientes eléctricas por todo su cuerpo, sacudiéndolo.

Tanto él como su lobo estaban fusionados, algo impensable ya que la mayor parte del tiempo estaban en completo desacuerdo. Pero en esta situación insostenible, debieron crear una "alianza temporal", porque en esos instantes, ambos tenían un mismo objetivo.

ChanYeol sonrió levemente sobre su sensible piel, sacando su lengua para trazar un camino que de a poco fue bajando más y más, hasta llegar a los límites de su bóxer. Lo miró a los ojos, pidiendo junto a esa ennegrecida mirada un silencioso consentimiento, el cual KyungSoo aceptó sin dudar.

Con ambas manos fue bajando su ropa interior, dejando al descubierto de forma inmediata una erección sumamente dolorosa, el líquido pre-seminal goteando de su glande. ChanYeol no podía creer que siendo su primera vez, estuviera durando tanto, aunque podía ver que estaba al borde de llegar a su orgasmo tan esperado.

Pero ChanYeol no quería apresurarse, al contrario, deseaba aprovechar cada segundo junto a su lado, y grabar en su retina la imagen de un desastroso KyungSoo que se deshacía en suaves gemidos y un notorio colorete adornando sus mejillas, el sudor cayendo de su frente haciendo que algunos cabellos se quedaran pegados a esta.

ㅡ ¿Quieres que me detenga?

KyungSoo tardó en procesar la información, quien estaba entretenido en acariciar la nuca del más alto, sobándola con parsimonia. El pudor causaba que un calor se extendiera por su cuello y orejas, estas últimas notoriamente rojas, pero no había vuelta atrás. Estaba desnudo ante su verdadero amor, y más allá de los malos pensamientos o inseguridades que creyó que tendría durante dicho acto, se sentía correcto estar allí a su lado.

No había dezconfianza o temor hacia ello, porque él lo deseaba desde el fondo de su ser, KyungSoo quería hacer el amor con ChanYeol.

ㅡ N-No... por favor, sigue.

No fue necesario seguir hablando, porque simplemente entendían lo que pasaba por la cabeza del otro, era tanta su química, que hasta podrían sincronizar lo que pensaban.

ChanYeol comenzó masturbando su pene, haciendo un vaivén de arriba hacia abajo que obligó a KyungSoo a detener sus caricias y apretar con fuerza los hombros contrarios, abriendo su boca en una perfecta "o". No tenía palabras, su mente había quedado en blanco por el bombardeo de sensaciones que surgieron cuando la traviesa lengua del mayor fue a parar en su necesitado falo, mojando desde el glande hasta la base, como si fuera su helado favorito.

Lentamente fue metiendo la punta en su boca, llenándola con la masculinidad del más bajo, quien gimió con gusto por la calidez que recibió allí abajo, volándo su cabeza por el placer. Sentía que pronto llegaría al clímax, y no hizo falta que ChanYeol se lo preguntara porque los pequeños espasmos le avisaban de ello. Fue apresurando el ritmo de sus mamadas, succionando cada gota de almizcle provenientes del miembro de KyungSoo. Sin piedad, el castaño intensificó sus movimientos, ahora estimulando su tronco con su lengua.

ㅡ ¡Ya voy a llegar C-Chan-

Sus propias palabras fueron interrumpidas por el gemido gutural que brotó desde el fondo de su garganta, acompañado por pequeños espasmos producto del estallido de su tan esperado orgasmo, produciendo que sus caderas se elevaran involuntariamente, hundiendo más su pene en la garganta de ChanYeol, quien iba tragando el semen que salía por montones, gustoso.

El sabor era suave para él, con una salinidad casi imperceptible, siendo opacada por el gusto dulzón que dejó en su paladar al momento de tragarlo. KyungSoo se acercó hasta él para besarlo, lamiendo unas diminutas gotas de semen que habían quedado alrededor de sus abultados labios, degustando su propio sabor.

ㅡ Eso fue... íncreible. ㅡ Ambos alfas estaban perdidos en el placer, pero especialmente por compartir ese momento los dos, por lo que KyungSoo luego de recuperarse, decidió devolverle el grato favor al castaño. Lo guió hasta el centro de la cama, empujándolo contra el respaldo de ésta, subiéndose a horcajadas de ChanYeol ㅡ. Ahora es mi turno de hacerte sentir bien, ¿no?

ChanYeol rió, posando ambas manos en la cadera del azabace, ejerciendo una leve presión hacia abajo para pegarlo más al bulto escondido dentro de su pantalón, el cual creció un poco más por la fricción.

ㅡ No podría estar más feliz de recibir tu ayuda, amor.

KyungSoo se apresuró a desvestirlo, ya que era el único nudista en la habitación, y con rápidez sacó de su camino a la molestosa camisa que reprimía al más alto, dejando ante sus grandes ojos sus preciosos abdominales semi-marcados, y a sus dos pezones erizados. A KyungSoo le encantaba amasar su enorme pecho, pues parecían dos tetas a las cuales ya había reclamado como suyas, y para compensar todas las marcas en su propio cuerpo, también dejó algunas en el de ChanYeol, gustoso por la oportunidad de dejar su huella en aquel descomunal hombre.

También aprovechó para desabrochar su pantalón y para ayudarlo a que se lo retirara por completo. Tocó por encima el gran bulto que aún reprimía su bóxer negro, y ahora KyungSoo se preguntaba por la marca de aquella ropa interior, porque debía ser de diamante la tela como para soportar el gran tamaño de ChanYeol, que a simple vista parecía enorme. No quiso alargar más su sufrimiento, y lo dejó respirar al fin.

Sus ojos casi salen de sus cuencas al ver como su pene casi rebotaba contra su panza, calculándole uno 20cm y un gran grosor. KyungSoo sabía que tenía nulo conocimiento de la variedad de tamaños que hay en cuanto a penes, pero no tenía dos dedos de frente como para no tener idea de que era la mismísima Torre Eiffel entre sus piernas.

ㅡ ¿Te soprende? ㅡ Sonrisa socarrona, sus ojos volvieron a su rostro, viendo sus orbes completamente oscurecidas. El deseo que transmitía a través del contacto visual intimidaban a KyungSoo, quien siendo primerizo en todo esto del sexo, temía equivocarse al hacer algo.

ㅡ La... La verdad que tienes un pene inmenso, Chan. ㅡ KyungSoo sintió sus mejillas enrojecer cuando la honestidad de palabras salió de forma automática, y quiso golpearse la cabeza contra cualquier pared disponible por no pensar antes de hablar ㅡ. Digo... ¿c-cómo lo manejo?

ChanYeol lo miró con ternura, acunando su rostro entre sus manos, para luego tomarlo por la mandíbula y atraerlo hacia su boca para enterrar su lengua dentro, besándolo con gran ímpetu, prendiéndolo más. Su lobo gruñó en advertencia, y de pronto la necesidad de devolverle su intensidad el doble lo embriagó. Sintió su pene reaccionar ante su brusquedad, y esto no pasó desapercibido por el más alto.

ㅡ Dejáme guiarte, cariño. ㅡ Cambió las posiciones en un rápido jalón, quedando arriba de él. Por un corto tiempo tomó distancia, y KyungSoo pudo ver como se dirigía hasta la mesita de noche que estaba a un lado, sacando del primer cajón un bote de lubricante y una tira plástica de preservativos ㅡ. Con éste líquido voy prepararte, porque sino será muy doloroso para ti recibirme.

KyungSoo asintió, un poco temeroso. Sabía un poco del tema, pero nunca lo había puesto en práctica. Al ser los dos alfas, no auto-lubrican como lo harían naturalmente los omegas, por lo que debían hacerlo manualmente. En un principio los botes de lubricante habían sido creados para ser utilizados por y con los betas, pero ellos dos eran una excepción a la regla.

ㅡ ¿Es muy doloroso?

ChanYeol besó su coronilla.

ㅡ Se hace menor el dolor si se hace de la manera correcta. ㅡ Las ardientes manos de ChanYeol recorrieron una vez más su piel desnuda, dando leves toquecitos ㅡ. Abre tus piernas, bonito.

El azabache se encontró obedeciendo sus palabras rápidamente, sorprendido de que su lobo no hubiera hecho un berrinche en el proceso.

"¿Desde cuándo te volviste tan sumiso?"

"- Sólo cállate". Respondió su lobo.

KyungSoo pegó un leve brinquito cuando sintió un líquido frío caer sobre su trasero, enviando varias sensaciones que no supo descifrar.

ㅡ Me encanta que seas un chico muy obediente, Soosie. ㅡ Susurró de pronto sobre su oreja, y cerró sus ojos. Aprovechó para mordisquear su lóbulo, causándole escalofríos al ser una de sus zonas sensibles ㅡ. Esas lindas expresiones tuyas son mi perdición, Soo.

Con ayuda de sus dígitos distribuyó el lubricante por el interior de sus nalgas, tanteando sin irrumpir sobre su ano. Comenzó a introducir el primer dedo lentamente, y KyungSoo se removió incómodo por la extraña intromisión, pero gracias a que ChanYeol se lo tomó con calma, se fue acostumbrando a ese cuerpo extraño. Dio uno breves movimientos circulares, y al paso de un segundo dígito, con mucho cuidado de no lastimarlo fue expandiendo sus paredes, abriendo y cerrando, para luego sacarlos un poco y volver a meterlos profundamente.

KyungSoo abrió más sus piernas, dandole una mejor vista de su culo a ChanYeol, quien mordisqueó sus labios. Esta vez fue un poco más violento, sacando y metiendo sus dedos con ferocidad al ver como KyungSoo ya no hacía muecas de molestia, sino de un exquisito placer que se mezclaba con el dolor que estuviera sintiendo. Cuando un tercer dedo hizo aparición adentro suyo, lo pudo tomar con naturalidad.

ㅡ Creo que ya estás listo, pequeño. ㅡ Retiró sus dedos y ahora tomó los preservativos, abriendo con sus manos el primer paquete. Confirmó que estuviera en buen estado y apretó desde la punta, mientras lo iba colocando en su pene. Al terminar se posicionó entre las piernas del azabache, resfregando su falo entre las nalgas de KyungSoo, hasta dejarlo sobre su ano ㅡ. ¿Lo sientes?

KyungSoo estaba por responder cuando la intromisión del gran pene de ChanYeol le arrancó un sonoro gemido, haciendo que clavara las uñas en las sábañas blancas. Arqueó su espalda al sentir como el miembro del castaño se iba abriendo camino adentro suyo, con lentitud.

Era como sentir un palo atravesarlo tortuosamente desde su cavidad anal, y creyó que pasaron años hasta sintió como su pene se seguía hundiendo dentro suyo. KyungSoo creyó que se detendría, hasta que de una estocada se metió por completo, chocando con su próstata en ese mismo golpe. El más bajo ahora rasguñó la espalda de ChanYeol, poniendo sus ojos en blanco al sentir como su centro latía intensamente, enviándole tantas sensaciones a la vez que no terminaba de procesar una, cuando venían cien detrás.

Los gemidos y jadeos envolvieron la habitación, y los pequeños quejidos de KyungSoo resonaban en la cabeza de ChanYeol, quien estaba tomando de todo su autocontrol para no destruir al pelinegro.

Había soñado tantas veces eso, durante años se visualizó enterrándose por completo dentro de KyungSoo, y de una forma más feroz y brusca que la de ahora, pero haría caso omiso a sus instintos alfas, esos que le gritaban que lo destrozara por completo al alfa abajo suyo, y así demostrar quien es el que manda, sin importarle su comodidad o si estaba bien.

No iba a hacer nada que pudiera lastimar a KyungSoo, por más que su lado más salvaje se lo pidiera a gritos. Porque ese no sería ChanYeol, sólo su forma animal actuando como lo que es: un lobo en celo. Y no por eso actuaría como un imbécil siendo que es su primera vez.

La verdad era que ChanYeol ya había tenido sexo con varias omegas y algunos betas, pero nada podía compararse con los espasmos y estrechez de KyungSoo, la forma de sus besos o aquellos ojos llorosos que le suplicaban por más. Un ser tan precioso que hasta en su forma más primitiva seguía siendo hermosamente imperfecto, y es por esa misma razón que lo amaba tanto, porque KyungSoo era él mismo cuando estaba junto a ChanYeol, y no se amoldaba al pensamiento de nadie.

De todos modos, fueron esas mismas diferencias las que los acercaron desde un principio.

ㅡ ¡M-Maldición...! Así, mételo hasta el fondo.

Sentía el agujero de KyungSoo contraerse con cada penetración, embistiendo directamente a su próstata cuando iba a profundidad. Colocó una de sus piernas sobre su hombro, ayudándose de ella para marcar un ritmo en cada embestida, y KyungSoo no podía formular palabras coherentes, sólo sentir que el pene de ChanYeol llegaba hasta su cerebro, y revolvía todo en su interior.

ㅡ ¿Te gusta así bebé? ¿Lo quieres más profundo?

KyungSoo gimió cuando sintió sus pezones ser atacados, siendo pellizcados sin delicadeza. ChanYeol estaba convertido en una fiera, tan excitado al ver el disfrute palpado en las caras del más bajo. Eso sólo hacía que quisiese darle más violento para hacer trizas todo su mundo.

ㅡ ¡Dios, así! Más, más Chan...

No hicieron faltas más palabras, el ambiente estaba envuelto en una nube de lujuria y deseo que ya había raptado la razón de ambos seres. El primer celo juntos más explosivo que ambos vivirían jamás, iba culminando junto al choque de pieles por parte de la pelvis del castaño y el trasero del azabache, los gritos desesperados de éste mientras masturbaba su pene, y ChanYeol que gimoteaba en busca de su liberación.

El orgasmo tocó a la puerta, y mientras KyungSoo acababa sobre su vientre a la par que asfixiaba el pene de ChanYeol, éste terminaba dentro del condón, gimiendo guturalmente cuando un fuerte orgasmo lo azotó, y de inmediato, enterró sus dientes sobre la piel pura de KyungSoo, creando así un vínculo irrompible entre ambos, y junto el exquisito dolor de su mordida un tercer orgasmo azotó al azabache al sentir el pene del castaño crecer.

KyungSoo comenzó a anudar naturalmente, su erección siendo apresada por su mano sin nada que llenar, mientras que el nudo de ChanYeol se expandía dentro suyo, sintiendo su semen caliente dentro del preservativo bañar su propio miembro.

Era un bendito milagro que ninguno se hubiera desmayado por la intensidad con la que habían hecho el amor, aunque tal vez lo explicaría la resistencia extra que brindaba el ser alfas. ChanYeol se recostó a un costado de KyungSoo, aún con su nudo en el interior de su culo.

ㅡ T-Tranquilo bebé, ya pasará. ㅡ Un tierno beso en su mejilla, saboreando la sal de las lágrimas que caían de los ojos del azabache, quien contestó pegándose más a su pecho, comenzando a sentir un mucho sueño.

Sintió que el castaño se retiraba de su interior cuando bajó el nudo, e iba al baño para tirar el preservativo y limpiarse un poco. Luego, utilizó una toallita higiénica para limpiar el semen seco del vientre de KyungSoo, el pelinegro se hizo bolita en la cama, gruñendo de gusto cuando sintió los brazos de ChanYeol rodearlo.

ㅡ Te amo tanto, Soo.

KyungSoo sonrió con felicidad, exhibiendo su cuello y la marca fresca en ella, donde el más alto lamió los restos de sangre seca.

ㅡ Yo más, Channie.

No soy de escribir smut, mucho menos tan detallado como este, así que me gustaría saber sus opiniones al respecto de éste capítulo 😫

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