ཋྀ | Capítulo siete.

Este proyecto deberán hacerlo junto con el compañero de al lado. El temario es el que les entregué la anterior clase, y lo presentarán dentro de una semana.

KyungSoo miró con somnolencia a quien tenía a un lado suyo, y quiso desaparecer en el momento en que su mirada chocó con la de ChanYeol. Verlo fue tan espantoso que despertó al instante de su ensoñación, y fue más efectivo que la alarma de su celular

Nos volvemos a ver, Kyunggie. ㅡ Dijo un sonriente ChanYeol, saludándolo con la mano mientras agitaba sus dedos.

Atrévete a llamarme con ese patético sobrenombre de nuevo, y probarás tu propia sangre, imbécil.

Uy, ¡qué miedo! Espero con ansías sentir tus puños. ㅡ Mientras hablaba, fue pegando su banco junto al suyo, y acercó más su silla. KyungSoo pensó que vomitaría al sentir su presencia tan cerca.

Profesor, quiero cambiar de compañero. ㅡ Dijo en voz alta, llamando la atención de todos.

Los murmullos no se hicieron esperar, y era obvio, ¿qué podría esperarse de dos personas que se llevaban como perro y gato? ¡Hasta estuvieron a punto de golpearse! Era una total locura pretender que se llevaran bien.

El profesor Han lo miró a través de sus anteojos, enarcando una ceja.

¿Y desde cuándo eres tú quién manda en la clase? ㅡ Respondió, mientras cerraba el libro de asistencias ㅡ. Todas las parejas ya están formadas, además, esto les servirá para mejorar la convivencia entre ustedes dos.

Pero-

Si no desea dar un ensayo de cinco mil palabras sobre la segunda Guerra Mundial, le recomiendo que deje de insistir, alumno.

Cayó rendido de nuevo en su asiento, queriendo morir y descansar en paz lejos de la molesta presencia de ChanYeol. Lo repelaba como Superman hacía con la kriptonita. Odiaba verlo y tener que aguantarlo todos los días de la semana menos sábado y domingo, ¿por qué debía tener tanta mala suerte? ¿Qué pecado había cometido en su vida pasada?

Sólo... ㅡ Apretó los dientes, intentando calmar la ira que sentía ㅡ. Sólo haz tu parte del trabajo, yo haré la mía.

ChanYeol lo observó atentamente, y en su interior su lobo bailaba de felicidad al ver el efecto que tenía sobre él. Lo desacomodaba por completo, simplemente con mover un dedo ya lo tenía rabioso, y eso le gustaba. No lo domaba en su totalidad aún, pero tenía la certeza que dentro de poco caería rendido a sus pies, y disfrutaría todo el proceso hasta llegar a la cúspide de su objetivo.

Sólo asintió, pensando que presionarlo demás sería demasiado, así que se conformó con ese corto intercambio de palabras, lo cual ya significaba bastante progreso a comparación de días atrás, donde lo ignoraba en absoluto y al más mínimo roce ya estallaba.

El más alto lo miró de reojo, viendo al pelinegro escribir en silencio. Admiró su perfil, sus pobladas cejas negras, a sus sombríos ojos centrados en el papel, su nariz recta y su arco de cupido, hasta llegar a sus abultados labios, rojizos como cerezas y con la apariencia de deliciosos malvadiscos.

KyungSoo gritaba perfección en cada uno de sus poros.

Y ChanYeol no podría sentirse más encantado al tenerlo tan cerca de él, a su alcance.

Lindo.

El timbre del receso sonó, anunciando el final de la primera hora, interrumpiendo aquella atmósfera tranquila que se había creado.

KyungSoo creyó haber escuchado algo provenir de la boca de ChanYeol, pero lo dejó pasar ya que no lo había oído con claridad, y además, el más alto se marchó apresuradamente del salón luego de eso.

Entró al baño rápidamente, y tiró agua a su rostro repetidas veces, intentando así calmar el latido desbocado de su corazón, el cual galopaba sin control. Cerró la canilla, y apretó el borde del lavabo.

¿Estás loco? ¿Cómo pudiste decir eso en voz alta? Le recriminó a su lobo, quien movía su cola de un lado a otro, emocionado.

"Lindo, lindo, lindo." Repetía su lobo.

ChanYeol miró su reflejo, y se dio cuenta de que sus mejillas estaban sonrojadas. Comenzó a rezar para que KyungSoo no se hubiera dado cuenta de lo que había dicho, porque sino cavaría su propia tumba y se iría a dormir en ella.

Suspiró, sus sentidos se habían alocado en un momento de debilidad, y eso sólo significaba un cosa. Una mala y peligrosa cosa.

El receso había terminado y KyungSoo se encontraba volviendo a su salón, caminando tranquilamente, iba pensando en el raro suceso de la mañana.

Por un instante, imaginó ver como en los ojos de ChanYeol, se hallaba un destello carmesí. Tal vez había visto mal, no lo sabía, últimamente veía tan mal que le terminaron por recetar lentes por su astigmatismo.

El pasillo de apoco se iba vaciando, y el resonar de sus pasos se iba escuchando cada vez más. Al pasar por los baños de los alfas, sintió una vibra extraña.

No dio ni cinco pasos, cuando su espalda chocó contra los casilleros bruscamente, un jadeo escapándose de los labios de KyungSoo.

Miró a quien tenía en frente, y todo pareció encajar.

Unos bellos zafiros rojizos le miraban con atención, tan inmensos que parecía perderse en ellos. Ese momento se sintió tan íntimo para KyungSoo, ya que ver a los ojos de alguien significaba ver su alma, y se sintió desnudo bajo la observación de ChanYeol.

Podía ver tantos sentimientos suceder a la vez en ellos, y a la vez nada.

Cerró sus ojos cuando su lobo inesperadamente tomó el control, había bajado sus defensas y ni siquiera se había dado cuenta.

Una batalla silenciosa se formó entre ellos, y el tiempo parecía haberse detenido junto con ellos. Sus verdaderos seres habían salido a flote, para conocer a los autores detrás de tanto desastre en sus mentes.

El interior de KyungSoo era un completo caos, su lobo durante toda la semana en la que ChanYeol había llegado que no hallaba paz, y al contrario, se había vuelto más revoltoso que de costumbre. No pensaba con claridad, pero lo único que sabía era que quería que el calor de su cuerpo desapareciera en ese mismo instante.

¿Qué quieres, Park? ㅡ El cuerpo de KyungSoo estaba acorralado, siendo aprisionado por los brazos de ChanYeol, los cuales no le permitían movilizarse. Sus orejas ardían y respiraba con dificultad.

¿En serio lo preguntas, Kyunggie? ㅡ El más alto esbozó una sonrisa a dientes cerrados, provocándole un escalofrío. Por un instante contempló los hoyuelos que habían aparecido, hipnotizado por aquellas perlas sangrientas ㅡ. Este juego de ignorarme e insultarme ya me está aburriendo, quiero que me prestes atención y estés junto a mí... ㅡ Con el dorso de su mano izquierda, acarició lentamente su mejilla ㅡ. Puedes hacer eso, ¿no?

KyungSoo rió sin un dejo de gracia, y empujándolo con fuerza le dio un puñetazo en la mandíbula.

Eso aturdió bastante a ChanYeol, pero sólo logró intensificar el color de sus ojos. Park pudo saborear el gusto metálico de su propia sangre.

Te dije lo que pasaría si volvías a llamarme así.

ChanYeol sólo pudo ver como KyungSoo se escabullía, perdiéndolo al final del pasillo.

ME ENCANTÓ ESCRIBIR ESTO, OMGNEIJFIA
gracias por leer! <3

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