ཋྀ | Capítulo dieciocho.

Las frías calles de Seúl provocaban que sus dientes tiritaran por el frío, y que un entumeciento naciera desde sus pies, reduciendo su caminar. Para JongIn, un amante de los días cálidos y soleados, la sensación congelada en sus manos y nariz lo estresaba. Esa agitación que nacía de su garganta y terminaba siendo expulsada por su boca, era usual en esas épocas frías del año.

Sus pasos se detuvieron frente a las puertas de un gran edificio, con una fachada un tanto descuidada e iluminación pobre. Al entrar el recepcionista les dirigió una mirada disgustada, viendo con especial atención la cercanía de ambos hombres.

Las ganas de tirarle un "¿qué mira?" no faltaron, pero JongIn no tenía ánimos de pelear, no cuando su cuerpo estaba deshechado y un dolor punzante recorría todo su cuerpo.

No tenía ni que mirar el estado de sus manos, como para saber el resultado de golpear sin cansancio el rostro de aquel alfa. Rió al recordar que lo había dejado tirado en el pavimento, casi llorando.

Siguió a BaekHyun, pasando del ascensor que tenía un cartel pegado en ambas puertas que decía "en reparación", con letra grande y roja, para subir por las escaleras hasta llegar al tercer piso.

El tembloroso omega se detuvo frente a la puerta número 18, sacando sus llaves para comenzar a abrir la puerta.

ㅡ Ya llegamos, pasa. ㅡ Con una mirada tímida, BaekHyun apartó su cuerpo de la entrada para darle el paso.

JongIn dio un leve asentimiento de cabeza, para luego adentrarse a la casa de BaekHyun. Con sólo poner un pie dentro, el dulce aroma a vainilla chocó contra su rostro, sintiendo que todo su cuerpo se relajaba al saber que todo aquel lugar gritaba el nombre del omega, porque en esas últimas semanas se había convertido en su fragancia preferida.

Observó con asombro los muebles pulcros y la bonita decoración del lugar, viendo la luz cálida rebotar sobre el cuerpo del pelirrosa, acentuando sus atractivas facciones y causando que el beta enrojeciera. Tenía tantas ganas de estrecharlo entre sus brazos, que era un milagro el sólo echo de que se estuviera conteniendo.

Pero antes de dirigirse hasta él, algo captó su atención. ¿Estaba viendo mal o esas cosas desparramadas por el suelo eran juguetes para niños?

ㅡ Y-yo quería decirte-

Las palabras de BaekHyun fueron interrumpidas cuando un pequeño niño -de no más de 8 años-, corrió a sus brazos en cuanto habló, abrazándolo por la cintura.

ㅡ ¡Papi!

JongIn sintió que su boca caía hasta el primer piso por la sorpresa, pero la cerró rápidamente al ver como la temerosa mirada de BaekHyun se transformaba en una de completo amor, cargando de forma natural al chico entre sus brazos, repartiendo besitos por todo su rostro.

ㅡ ¡Hola bebé! Perdóname la vida por llegar tan tarde, ¿sí? Te prometo que no volverá a ocurrir.

El niño formó un tierno puchero en sus labios.

ㅡ Te extrañé mucho papá, ¡no vuelvas a irte! ㅡ Una risa que nunca había escuchado provenir de BaekHyun, brotó de sus labios, lo que fue música para sus oídos al sentir impregnada en ella el profundo amor que sentía por, lo que supuso ser, su pequeño hijo. Luego de unos segundos, pareció percatarse de la prescencia de (lo que para él era) un completo extraño, y JongIn intentó dar su mejor sonrisa cuando dos pares de ojos recelosos le clavaron la mirada ㅡ. ¿Quién es ese?

ㅡ ¡JungWoo, háblale bien a nuestro invitado!

El chiquitín apretujó con más fuerza a su padre, restregando su cabeza contra el pecho del pelirrosa. Su cara parecía gritar "aléjate de él, porque es mío" en todo el sentido de la palabra, sin quitarle aquella mirada desconfiada.

ㅡ Tranquilo, no te robaré a tu papi. ㅡ JongIn mantuvo su sonrisa relajada, y se fue acercando cautelosamente hasta ellos, tendiéndole su mano a JungWoo ㅡ. Yo soy Kim JongIn, el amigo de tu padre.

El niño miró primero a BaekHyun, quien asintió con una gran sonrisa, y con lentitud dirigió su mano hasta la del beta, agitando sus manos.

ㅡ Yo soy Baek JungWoo...

JongIn quiso saltar de alegría, emocionado por la presentación del niño. Tener ese pequeño acercamiento con el ser más especial para la persona que amaba, no tenía precio alguno.

ㅡ Es un gusto conocerte, JungWoo.

El chico se apartó rápidamente, escondiéndose entre el hombro y cuello de BaekHyun. El pelirrosa le dio un par de golpecitos a su espalda, tarareando una melodía de cuna.

ㅡ Bueno, al parecer alguien ya tiene que ir a dormir.

JungWoo dio un pequeño bostezo.

ㅡ ¿Pero me leerás el cuento del príncipe y el zorro?

ㅡ Lo que quieras mi vida. ㅡ BaekHyun miró en dirección a JongIn, ladeando su cabeza para que lo siguiera. Caminaron por un corto pasillo para entrar en la primera habitación a la derecha, siendo recibidos por la tenue luz que era producida por una lámpara sobre su mesita de noche.

JongIn contempló enternecido las paredes del lugar, donde se hallaban dibujitos de cohetes y estrellas esparcidos aleatoriamente. Luego dirigió su vista hasta la frazada que ya envolvía el cuerpo de JungWoo, la cual tenían plasmada naves espaciales y cosas relacionadas al espacio.

ㅡ ¿Te gustaría ser astronauta? ㅡ En cuanto las palabras de JongIn salieron de su boca, los ojos del niño casi salieron de sus cuencas, apretando con fuerza el borde de su manta por la emoción contenida.

ㅡ ¡¿Cómo lo sabes?! ¡Es mi más grande sueño!

JongIn se sentó en la esquina de su cama, riendo por la gran atención que ahora le prestaba el chico, cuando momentos antes casi parecía incómodo con su presencia.

ㅡ Se nota tu amor, es por eso. ㅡ Miró su habitación nuevamente, viendo pósters informativos sobre la creación del universo, y papeles que hablaban el avistamiento de extraterrestres ㅡ. Creo que serás el mejor astronauta de la historia, pequeñín, así que no te rindas.

La gran sonrisa que le dirigió JungWoo tomó por completo su corazón, porque la felicidad que expresaba con ese simple gesto pudo transmitirle la alegría que significó escuchar sus palabras.

ㅡ ¡Gracias, JongIn!

Por otro lado, BaekHyun se encontraba en silencio recargado sobre el marco de la puerta, sin palabras por el nudo en su garganta que le impedía hablar.

No había palabra que explicara lo que sentía en ese momento, mientras veía a su hijo hablar tan animado sobre los temas que llenaban su corazocito de pasión, a comparación de aquellos días tan tristes que habían tenido que atrevesar, debido a la aparición de su ex en la entrada de su casa.

Cuando finalmente JungWoo quedó dormido, luego de que fuera JongIn el que le leyera "El principito", llevó al beta a la sala de estar, para poder hablar a solas.

ㅡ BaekHyun, espero que no-

Sus palabras quedaron atascadas en su garganta al sentir el débil cuerpo del omega atraparlo en un abrazo, pozando su cabeza en su pecho y respirar con profundidad, aspirando el aroma a chocolates que emanaba el castaño.

ㅡ L-La verdad no sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí, JongIn... ㅡ Le devolvió el abrazo, apretujándolo fuertemente al sentir como BaekHyun sollozaba, y elevaba su mano para arrastrar las lágrimas que nublaban su vista ㅡ. Gracias, en serio gracias.

Besó su coronilla con gran amor, cerrando sus ojos. ¿Cómo haría ahora para tranquilizar los latidos de su corazón, que parecía querer salir de su pecho? Sin duda alguna, BaekHyun se había percatado de ello, pero si era sincero no le importara mucho, porque ya se había acostumbrado a que todo su mundo se descolocara con sólo un toque de él.

ㅡ ¿Lo haces a propósito, no?

BaekHyun salió del escondite que se había transformado el pecho del más alto, mirándolo con suma atención.

ㅡ ¿Qué cosa?

ㅡ Tocarme sabiendo el efecto destructivo que dejas en mi cuerpo.

La timidez que BaekHyun mostró le hizo recordar lo tanto que le gustaba verlo de esa manera; desviando su mirada y mordiendo su labio inferior. Ese tinte rosado en sus mejillas era la mejor parte.

Pero esa atmósfera llena de flirteo indirecto se quebró cuando el pelirrosa miró por debajo y pegó un grito ahogado por sus manos, para no despertar a un JungWoo que ya dormía plácidamente en su cama.

ㅡ ¡Por Dios, JongIn! ¡Tus manos!

Miró en la misma dirección que sus ojos, y se encontró con una escena no tan agradable de ver; la piel magullada y reseca, con restos de sangre seca, poseía pequeños cortes que se extendían de la punta de sus dedos hasta el dorso de su mano, con una coloración morada y rojiza.

Ahora que sus sentidos volvían a la normalidad, era consciente de ello. Hizo una mueca de desagrado por el estado de su piel, pero le causó gracia el hecho de haberse olvidado de la tremenda herida que tenía.

ㅡ Ups...

Se dejó llevar cuando BaekHyun prácticamente lo tiró sobre el sillón granate que estaba junto a ellos, y corría de un lado a otro buscando el botiquín de primeros auxilios.

JongIn supo que todo había valido la pena, al ver la comodidad del más bajo a su alrededor, y darle sermones sobre cuán importante era poner primero la salud y bla bla. La verdad es que no había prestado atención a sus palabras, porque se había quedado embobado viendo su angelical rostro fruncir su ceño por la preocupación que le había invadido, y sus labios esponjosos moverse rápidamente.

No había nada que se comparara con él; BaekHyun era simplemente el sinónimo de perfección.

gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top