ཋྀ | Capítulo diecinueve.

El recuerdo de su primera entrevista de trabajo era borroso, no más imposible de recordar, pues el malestar y nerviosismo que habían invadido su cuerpo estando bajo la escrutadora mirada de su contratista, no sería capaz de olvidarlos nunca.

Y ahora, parecía que aquellos fantasmas del pasado volvieron a su cuerpo.

Observó el lugar en el que se encontraba; una pequeña oficina con grandes ventanales cuadriculados y una minimalista decoración con plantas. Agradecía que el ambiente fuera pacífico, porque su corazón bombeaba tan fuerte que sentía que se desmayaría.

Miró su celular, viendo su fondo de pantalla; una foto de ChanYeol y él abrazados, mientras KyungSoo dormía plácidamente en su hombro. Claramente fue sacada por el más alto, pero que aunque el azabache no fuera alguien muy cariñoso o que demostrara amor a toda hora (como lo era su novio), le había gustado tanto que dejó de lado su poco romanticismo para verla cada vez que prendiera su teléfono.

ㅡ Esto será pan comido, así que cálmate KyungSoo. ㅡ Se murmuró así mismo, jugando por debajo de la mesa con sus dedos.

Pero ese "buen ánimo" no duró mucho.

Intentó mantener la calma, pero la pequeña silla en la que estaba sentado drenó cada gota de paciencia que tuviera; resultaba ser que era tan estrecha, que su gordo trasero no cabía del todo en ella. Se reacomodó un par de veces con fastidio, maldiciendo internamente.

Y estando a punto de levantarse para cambiar de asiento, la puerta de la oficina fue abierta de par en par por una bonita omega, quedándose tan estático que parecía querer competir con la escultura "El David".

Sus orejas ardiendo por la vergüenza, pero al parecer su patético intento por cambiarse de asiento pasó desapercibido por la mujer. La chica le sonrió con timidez, peinando un mechón rebelde detrás de su oreja.

ㅡ ¡Lamento la tardanza! Nuestro jefe tuvo una salida de urgencia y en su lugar, yo me encargaré de tomar tu postulación. ㅡ Tomó asiento delicadamente frente a él, dejando sobre la mesa algunos documentos oficiales y carpetas celladas ㅡ. Me presento, soy Seo Haerim, la actual supervisora del local.

Se veía tan frágil, a comparación de su gusto fuerte y robusto, que KyungSoo temió que con sólo un suspiro suyo se rompiera en mil pedazos. Su rostro jovial lo miraba con atención, sus pendientes rebotando por sus movimientos.

ㅡ Yo soy Do KyungSoo, un gusto.

ㅡ Comencemos con las preguntas de rutina, ¿qué podrías decirme sobre ti?

Respiró profundamente, mentalizándose para el cuestionario que vendría. Odiaba tener que presentarse, porque no tenía mucho qué decir. ¿Contaba su fanatismo por los videos de terror o documentales de asesinos en serie?

ㅡ Durante un largo tiempo trabajé para la coorporación Technology Industries, pero debido a incumplimientos con el contrato laboral y malos tratos, decidí renunciar. ㅡ Mantuvo su rostro tranquilo, moviendo sus manos a la vez que sus palabras. Una pequeña mentira en cuanto a cómo se había ido de su empresa no haría daño a nadie ㅡ. Mis años de experiencia laboral y expediente intacto pueden certificar mi eficiencia y compromiso al momento de obtener una ocupación formal. Por sobre todas las cosas, procuro no tener conflictos y de por sí suelo ser tranquilo.

Bueno, hubo varias mentirillas, ¡pero no había que hacer un escándalo! En cualquier entrevista de trabajo, cualquiera buscaba dejar la mejor primera impresión.

Haerim asintió, revisando unos papeles desconocidos para el pelinegro, mientras que con un bolígrafo tachaba algunos párrafos.

ㅡ Dime KyungSoo, ¿tienes experiencia trabajando en un ambiente de servicio al cliente?

ㅡ Poseo múltiples habilidades para adaptarme en ambientes sociales y profesionales, por lo que soy capaz de manejar el contacto directo con la clientela.

Tragó con dicultad, tener entrevistas de trabajo era de lo peor. El azabache se dijo que se lo pensaría dos veces antes de volver a perder el trabajo, si es que de casualidad llegaba a obtener éste. De por sí era difícil conseguirlo, pero sus principios se enfrentaron a la humillación que significaba seguir trabajando para aquella empresa, en especial al corrupto y sin neuronas del señor Gao.

ㅡ ¿Qué habilidades crees que son importantes para tener éxito en este trabajo?

ㅡ Saber como tratar al cliente y el conocimiento básico de la manipulación de alimentos. Que agrego, hice un curso gastronómico en mis años de secundaria.

Haerim lo vio sorprendida, parando de escribir.

ㅡ ¿En serio? ¿Estudiaste gastronomía?

ㅡ Fue mi sueño frustado, así que como no pude terminar la carrera por la falta de dinero, me consolé con eso. ㅡ Rió amargamente, rascando su nuca ㅡ. Las cosas salieron así.

ㅡ Ouu, es una pena. Estudiar el arte de la cocina te abre las puertas a un mundo novedos e increíble, y la cultura que tiene detrás cautiva a cualquiera. Sin ella, la felicidad en las personas no existiría. ㅡ La pasión con la que Haerim hablaba llegó hasta el azabache, y cuando ésta notó la sonrisilla que esbozó, cayó en cuenta de que se había dejado llevar, riendo nerviosa ㅡ. L-Lo siento.

ㅡ No te preocupes, comparto totalmente tu amor por la gastronomía.

Los ojos de la castaña brillaron, y sus mejillas se tiñeron de un color rojizo. ¿Cómo puede ser un hombre TAN varonil? Pensó Haerim, tratando de calmar a su omega que se movía de un lado a otro, inquieta.

ㅡ ¿Es... estás dispuesto a trabajar horas flexibles, incluyendo noches y fines de semana?

ㅡ Estoy disponible a cualquier hora.

ㅡ ¿Puedes trabajar bien en equipo y seguir instrucciones?

ㅡ Cualquier cosa que se me ordene la cumpliré, mientras esté entre mis posibilidades.

La omega asintió, sonriendo ampliamente. Si era necesario, obligaría a su padre para que lo aceptara. Deseaba con todas sus fuerzas ver la cara de aquel bonito alfa todos los días.

ㅡ Con eso hemos acabado la entrevista. ㅡ Ordenó el papeleo, guardando aparte su curriculum en una de sus carpetas ㅡ. Por lo que veo, eres el único que encaja perfectamente para el puesto, KyungSoo.

ㅡ ¿Tú dices? Debe haber varios que hayan aplicado. ㅡ El azabache rió, sintiéndose un poco más cómodo con la presencia de la omega.

No te preocupes, yo haré que así sea.

ㅡ ¡Claro! Eres el primero que cumple con todos los requisitos, y si te soy sincera, estamos necesitamos un nuevo empleado cuanto antes, por lo que capaz seas llamado en el correr de la semana por el jefe.

KyungSoo se incorporó lentamente, dirigiéndole una sonrisa sincera.

ㅡ Te tomaré la palabra, entonces. ㅡ Tendió su mano gentilmente hacia la castaña, y ésta con rapidez estrechó sus manos, encantada por la diferencia de tamaño ㅡ. Gracias por todo, Haerim.

La omega le devolvió la sonrisa, poniendo toda su fuerza de voluntad para no caer a los brazos del corpulento alfa.

ㅡ Gracias a ti, KyungSoo. ㅡ Saboreó cada letra de su nombre en sus labios, su omega temblando al mantenerle la mirada a aquellos ojos tan profundos que parecían ver todos sus pecados.

Sin percatarse, el azabache ya se despegado de su lado, despertando de su ensoñación cuando sintió la puerta cerrarse.

Cuando quiso detenerlo para pedirle su número, KyungSoo ya se había marchado rápidamente del lugar. Hizo el amague de seguir sus pasos, pero desistió al percibir un leve aroma a vinagre, el cual había quedado impregnado en el aire por el mismo camino que el alfa había recorrido.

Haerim sólo pudo quedarse en su lugar, apretando con fuerza entre sus manos el resto de curriculums de las personas que se habían presentado, tirándolos al cesto de basura.

"¿Con que eres un delta, uh?"

gracias por leer!

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