Capítulo 27 ☠️

Alexia

Camino detrás de Iván con mi bolsita de paños. No puedo creer que estemos tan cerca y no sepa quién soy. Tampoco me imaginaba que Hunter estaba disfrazado de vocero y yo no me di cuenta. Me siento muy extraña o son las hormonas de la menstruación. Como sea, tengo que encontrar un lugar para cambiarme sin que lo noten. Pude meter el disfraz en la bolsa, ya que estábamos en mi habitación, así que debería ser pan comido separarme un poco de mis acompañantes.

―¿Te la vas a llevar también? ―acota el castaño grandote atrás de mí e incluso me señala.

―Alex se enojaría si no lo hago ―responde Iván.

¡¡No seas tan buena gente!!

―Yo... ―Me río, nerviosa―. No hace falta, volveré a mi cabaña en el bosque encantado y...

―¿De qué hablas, mujer? Deja de decir disparates y cállate.

Lo odio, o sea, me gusta más cuando está enamorado. Me trata mejor cuando soy hombre. ¡Un segundo! ¿Es su actitud con todo el mundo o realmente es gay? Entonces, si le digo que soy mujer, ya no me amará.

Ay, me siento estúpida.

Aunque cabe la posibilidad de que sea bisexual o cualquiera de las otras sexualidades que existen. El punto es que no importa lo que a él le guste, seguro me va a matar cuando se entere de que le mentí todo este tiempo. No obstante, es entendible que yo me haya disfrazado, ¿o no? Sin embargo, ¡yo no fui! O sea, ya llegué vestida así. Maldita sea, me estoy comiendo la cabeza.

Bajo la mirada, triste, luego observo un pasillo. Parece una buena oportunidad, así que corro hasta allí y cierro la puerta con traba.

―¡¡Mujer, sal de ahí en este instante!! ―me reprende Iván.

―¡¡Alex se enfadará mucho cuando le diga que me secuestraste!!

Se forma un silencio bien largo mientras me estoy cambiando, pero al fin decide responder después de esa pausa eterna.

―Yo... yo no hice eso, te ayudé, así que asegúrate de mencionárselo, ¿entendido?

Santísimo, lo tiene hipnotizado mi disfraz de hombre. Podríamos conquistar el mundo juntos, pero, soy mujer y tengo un hijo que salvar, así que esa fantasía no existe.

¡Terminé!

―¡¡Oh, cielos, mi amiga la bruja!! ―Finjo hablar conmigo misma como si me hubiera encontrado―. ¡Vete por ahí! ―Hago una pausa―. Gracias, encantador caballero, adiós. ―Luego me respondo―. Un placer, bella dama.

―¿Alex? ―declara Iván al yo jugar con mi voz.

Abro la puerta.

―¡Hola, teniente! ―digo en alto.

Enarca una ceja al verme con la bolsita.

―¿Por qué te quedaste con los paños de la mujer?

―Bree debe necesitar, seguro ―murmuro, nerviosa.

Hunter se aproxima a nosotros y agarra la bolsa.

―Yo se los doy ―aclara el castaño―. ¿Conseguiste la información?

―¡¡Sí!! ―declaro, contenta―. ¡¡Tengo un mapa!!

―Vámonos antes de que se den cuenta. ―Asiente Iván.

Comenzamos a correr mientras me lamento porque el pirata grandote se lleva mis pañitos, no obstante, igual luego se los puedo pedir a Bree, pero me genera desconcierto no ser yo la que los tenga.

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