Inside (Hugo's Version)

Miraculous Ladybug no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizada.

Caminar por las calles de París le traía buenos recuerdos, otros tantos más amargos se alojaron en el cajón que había cerrado con llave a lo largo de los años. Pensaba mucho en todo eso, muy a menudo y más de lo que debería, a decir verdad. Sin embargo, intentaba autoconvencerse de que culpa suya jamás sería.

Al soplar las velas de su cumpleaños número 10, con su hermana menor a su lado, y sus padres mareándolo con los flashazos, jamás pensó que sería la última vez en ver así su vida, como la conocía. Dicen que hay un efecto mariposa, que ante lo más mínimo una hecatombe tal arrasa con todo. Quién habría pensado que fuera tan literal.

El funeral de su padre había sido algo tranquilo. Hubo girasoles que le recordaba lo que él había sido y su legado. Sophie tenía 5 años ya, podía comprender que Luka no volvería, por más que su madre hubiese intentado hacerle olvidar el trauma de su pérdida. En el segundo aniversario luctuoso conoció a una chica bastante simpática. Tenía 2 años menos que él, un largo cabello rubio y unos ojos grises impactantes. Aunque no volvió a verla hasta que él cumplió 18.

Quizá era coincidencia, o que en otra vida se debían ese encuentro.

Al enterarse de que aquél era su padre, un poco de tristeza inundó su ser, aunque a decir verdad lo supo desde el primer contacto, aquel día en que sus manos se tocaron y una energía inexplicable le recorrió el cuerpo entero. No hubo disculpas, mucho menos una explicación. Tuvo que dar por sentado que Luka Couffaine nunca fue su padre, y no lo quería. Y que quien era su verdadero progenitor tampoco lo hacía. Tuvo que vivir años intentando encontrarle un sentido a su vida, un areté al cual llegar sin rumbo, sin un guía.

Cuando conoció a Chloé Bourgeois le dijo que tenía sus ojos, y a partir de entonces todos lo declararon igual, pero en su mirada él solamente vio dolor y locura. ¿Era eso a lo que estaba destinado? ¿Quién podía conocer mejor a su verdadero padre? Sino los que le habían guardado tantos secretos por años. Era muy joven cuando decidió abandonar su casa y vivir completamente solo, es que no podía sentirse parte de esa familia nunca más, porque en teoría su propia familia jamás había existido. Su madre era muy insistente, buscaba cualquier oportunidad para verlo, pero en su interior jamás iba a poder perdonarla.

Chloé Bourgeois le dijo otras tantas cosas, como que su padre era bueno tocando el piano y salvando vidas. ¡Cuán irónico!, igual eso explicaba muchas cosas. También que fue concebido con amor, más del que pudiera imaginarse, uno que no se marchitó, uno que era tan fuerte que provocó miseria en unos cuantos.

Nathalie también le habló de un par de cosas.
Contó que sus abuelos se amaron más allá del tiempo. Que enlazaron su vida en un camino sinuoso que después desembocó en locura pura y lastimera. Recuerdos con rosas rojas de un jueves en la playa.
Su abuelo cometió locuras por el amor de su vida, y se envolvió en la tristeza cuando ella se fue para siempre.
Su padre se envició del poder y la melancolía.

Hay males no reconocidos en el mundo, o por lo menos no aceptados como tal. Al contrario, se les ve como bienes recibidos que se deben aceptar y agradecer incondicionalmente. Pero van más allá de nuestra compresión, es necesaria una descomposición tal del pensamiento para poder percibir realmente su naturaleza y las catástrofes que estos pueden ocasionar en el alma de un individuo.

Cuando eres niño conoces a alguien como tú, con quien compartes el almuerzo y las tardes de juego que se sienten como interminables, invencibles al cabo del tiempo. Un equipo que se esconde tras los árboles cuando el enemigo está al acecho. El impulso durante el uso de un sube y baja, el silencio en un armario cuando los monstruos vienen de fuera.

Es inefable aquél sentir que en el otro crece como espuma mientras tú permaneces en sequía. Un apretón de manos que se transforma en un anhelo de un beso.

¿Por qué un juego de 20 preguntas se vuelve una batalla campal? ¿En qué momento se convierte una sonrisa en la peor de las traiciones? Perpetuo dolor. Quizá las sonrisas debieron advertir, porque al paso del tiempo se convierten en cuchilladas en el pecho que le impiden a uno respirar.

Entonces, cuando Dior volvió a su vida, un terror inexplicable se adueñó de su corazón.
¿Cómo iba poder vivir sin ella? ¿Qué destino cruel le esperaría si recibiera tal tentación que era su amor? Hugo era capaz de soportar la caída de las flores al llegar el otoño, pero jamás podría tolerar verla partir.

Su rostro envuelto en sus dorados cabellos, el centelleo de sus ojos y su sonrisa aperlada le atemorizaron.

     —¿Y si tengo aún más defectos que virtudes? ¿Y si dentro de mí, no hay más que cosas malas?¿Te quedarás conmigo, Dior?—preguntó cubierto por el arrebol y una ola cálida.

     —Me quedaría contigo incluso si está mal, y te buscaría esta y las vidas que me hagan falta...

Estar en París le traía tantos recuerdos, unos eran tan amargos que le hacían ser conciente del dolor que puede sentir el ser humano. Pero ahí había comenzado su historia, ahí vivían sus seres queridos y en ese lugar, como toda su ascendencia, había encontrado el amor.

Plagg le previó que ese era su destino.
Después de todo él era un Agreste.
Era Hugo Agreste, hijo de Adrien Agreste, y aquello lo llevaría siempre en su interior.

•••

N.A: acá les traigo un extra de INSIDE, Conmemorando 5 años de su planeación.
en Octubre de 2017 mientras esperaba el bus a La facultad y Luego de ver un cómic, se me ocurrió. tAmBién para CONtarles que voy a estar editando la historia.
y otra razón, no menos importante, es que amo a hugo y Jamás le di un espacio pAra expresarse.
agradeZco a los que leyeron Y siguen leyendo esta historia.(y las que vienen)
haBía decidido 13 de octUbre porque ese día tiene un siGnificado especial, pero no contaba con algunas cosas.

en fin, Gracias nuevamente, de verdad son lo máxImo.

—la playa. 🌊

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