Bonus• Las memorias de Luka Couffaine
ARTE:valetonvi.tumblr.com
Miraculous Ladybug no es de mi propiedad al igual que el arte aquí utilizada.
Una noches antes
A Chloé Bourgeois:
He vivido desconsolado por mucho tiempo.
Desde que te conocí para ser exactos, aún recuerdo la forma en que te conducías y como meneabas la cabeza ondeando tu cabello perfecto y sedoso.
Extraño el tacto de tu cabello.
Recuerdo también mirarte andar por la orilla del Sena, escuchando la música que yo brindaba para ti, de la cual tú no eras consciente pero yo moría en deseo porque te gustara.
¿Sabes cómo brillaba la luna cuando estabas ausente? Como si intentara de todas las maneras posibles convencerme de que te encontrabas bien, de que todo iba bien, y de que era contigo con quién debía contemplarla la próxima vez.
Mi queridìsima, Chloé, extraño el sonido de tu voz, de tu risa. Extraño la forma tan dulce en qué mirabas mis ojos y me permitías entonces ver tus hermosos cielos despejados y repletos de sueños que en el fondo sabía que yo no iba a poder ayudar a cumplir.
La vida obra de maneras misteriosas, dulce Chloé, y a veces te separa de quien no quieres, otras tantas te junta con quién te tiene 'destinado'. Es curioso que contigo no resultará de ninguna de las dos, es curioso pues para mí tú siempre serás mi destino.
Debí suponer que desde que propusiste que nuestra relación fuera secreta, nada de esto terminaría bien. Y no es porque tú fueras el problema, sino porque al parecer yo no era lo suficiente como para que me amaras ante todo el mundo.
No es tu culpa, debí esforzarme más, debí luchar por esto que me llenaba día con día, que provocaba en mi guitarra las más hermosas melodías.
Aunque lo nuestro era prohibido no implica que no fuera especial, pues fueron los momentos más hermosos de mi vida.
Me culpo a mí mismo por no lograr callarte cuando lloriqueabas porque creías que el resto juzgaría lo que teníamos. Te daba miedo y lo entiendo, yo también lo tendría si fuera tú, porque ¿Qué me aseguraría una buena vida si el hombre al que amo apenas puede sostener a su familia?
Leí tu carta el día de mi boda, tal como tú lo planeaste, siempre fuiste una persona de cartas, alguien que hallaba en ellas todo el alivio del mundo.
Hugo es un buen niño, sería difícil no quererlo y no te preocupes, lo he amado cada día de su vida, durante éstos diez años él y Sophie han sido mi soporte.
Oh, porque sí, tuve una niña. Su nombre es Sophía Couffaine, tiene unos ojos azules como los de mi madre, su cabello se riza como el tuyo lo hacía cuando dormías con él trenzado. Le gusta la danza y la moda, me recuerda mucho a ti.
Es difícil para mí hablar de ésto contigo, he sido cobarde como me lo pediste y creo que más allá. No tuve el valor de invitarte a la boda, no a sabiendas de que mi vida se enlazaría con la de alguien más, alguien que no eras tú. Ha pesado en mi alma tu partida hace diez años, porque parte de mí quería ir tras esa niña mimada que amaba con el alma, la otra parte, tal como tú lo dijiste, estaba muy dispuesta a cumplir la promesa que le había hecho a una vieja amiga, a quien también amaba.
¿Has tenido alguna vez el dilema de los dos amores?
El poema de Jorge Enrique lo retrata perfectamente:
No sé qué hacer, tengo dos amores
El uno me desvela el corazón
Y el otro me desnuda el alma
No importa, las quiero a las dos
Así tenga que perder, lo que nunca he perdido
La tranquilidad de saber, de amar dos a la vez.
Me siento un cretino por todo ésto, porque tus últimos momentos en París fueron tortuosos, porque no tuve el valor para decirte que te amaba más que a ella, porque mi "honor" era primordial para mí.
Y me preguntarás entonces, que si luego de diez años no he dejado de amarte, pues no. Te amo como el primer día, como la primer sonrisa.
Pero hoy me he decidido ha escribirte ésta carta, mi primer carta, porque en mí se alberga la ira, porque ésta noche me he dado cuenta de que no soy el único que ha vivido éste dilema.
Chat Noir a vuelto, es decir, Adrien Agreste ha vuelto y con él aquél cúmulo de emociones que Marinette había resguardado en su interior, intentando convencerse de que estar conmigo era lo mejor.
Ya no sé qué hacer, no sé en quién más confiar.
Chloé, no quiero que pienses que ésta carta es falsa y sin sentido, es sólo que tengo mucho miedo. Noche a noche siento algo poseyendo mi cuerpo, como si mi enojo necesitara salir de la manera más violenta posible, añoro venganza.
Marinette y yo hemos contemplado el divorcio, y yo estoy dispuesto a darlo, incluso si eso implica no volver a ver a mis hijos.
¿Cuán diferente sería la vida si hubiera ido al aeropuerto hace cinco años?
¿Estarías aún enamorada de mí, o viviríamos en un matrimonio monótono y sin calor?
A veces me imagino a Sophie dormitando en tu regazo, mientras peinas su negro cabello, a veces sueño que tú sigues conmigo, que puedo asaltar tu ventanal y recostarme a tu lado en silencio.
Lamento no haber dicho nada esas últimas noches, no haber mencionado mi relación con ella, no platicar contigo de mi decisión. Lamento tanto todo lo que hice, pero lamento más no poder sacarte de mi sistema.
Amada Chloé, la vida no es como uno quiere siempre, si fuera así la tierra sería un caos, los edificios caerían y mi mano que hoy escribe esta carta estaría sosteniendo la tuya con anhelo.
Te amé, Chloé Bourgeois. Te amé como nunca antes lo había hecho. Te amé como esperaba seguir siendo amado.
Y te amo aún al día de hoy, te amo como nunca amaré.
Y esa, inalcanzable reina, será mi razón eterna para vivir en agonía.
Siempre tuyo:
El músico de corazón roto.
Próximo capítulo.
—Final• Las penitencias—
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top