8. Batalla



Lo más rápido que se pudo Hak consiguió caballos para poder acercarse a donde estaban los soldados enemigos. Hay y Yona fueron juntos, detrás de ellos iban los demás, Zeno los seguía con Amaya, mientras que Kija llevaba a Yoon y Jae-Ha a Shin-Ah cerrando la marcha. La carrera estaba iniciando y los corazones de todos estaban emocionados, aun más los de Yona y Hak, quienes estaban algo tenso con todo lo que sucedía.

Amaya: hace mucho que no voy al castillo Hiryuu- comento con nostalgia la chica, Zeno, detrás de ella asintió dándole la razón- aunque no entremos, me emociona el estar cerca.

Zeno: seguramente volveremos tarde o temprano.

Amaya: ... si, lo aremos- con esa respuesta le confirmo al de rubia cabellera que era muy probable volver a su "hogar" tarde o temprano.

Siguieron cabalgando hasta llegar al campo de batalla, donde ya los dos frentes estaban a la espera del primer movimiento. El cual venía de parte de los soldados del imperio de Kai y sus alrededores y el líder de la tribu de fuego, liderados por el líder de este mismo, quien está sediento de poder y quiere tener el dominio completo de Kouka.

Al llegar, y ser notados por ambas tropas, pusieron al resguardo a los ciudadanos que quedaron en medio del fuego cruzado, Kija y Shin–Ah se encargaban de entretener a los soldados mientras que Amaya y Zeno escoltaban a las mujeres y hombres que estaban tratando de escapar como podían del camino de los soldados.

Jae-Ha se incorporo al grupo momentos después, cuando Yona intento que el jefe de la tribu de fuego entrara en razón y detuviera esa batalla innecesaria. El hombre hizo oídos sordos a la petición de la princesa, era más fuerte su orgullo de sentirse descendiente del primer rey de Kouka que el pensar en lo que estaba haciendo.

Yona: cometiste un crimen muy grande al querer tomar el trono a la fuerza, pese a que eres uno de los generales de Kouka.

General: ... ha, ¿una niña es la que me quiere dar lecciones?- su tono frio congelo a la mayoría de sus soldados, los cuales le tenían miedo, no respeto. Yona suspiro resignada.

Amaya: un buen rey es quien sabe por lo que esta pasando su pueblo, tus ciudadanos están descuidados- dijo igual de fría que el hombre asustando a propios y extraños- eso no te hace un buen prospecto de rey.

Ese comentario también altero a Yona y a Hak quienes recordaron el como empezó esa nueva misión y cambio de vida que tuvieron hace apenas unos meses atrás.

Sin esperar más tiempo el general y líder de la tribu de fuego ordeno el que los atacaran consiguiendo así dos frentes, los que se enfrentaban a Soo-Won y a Yona. Zeno envió una mirada pesada a Amaya, esta negó con sutileza, aun no era el momento de que revelaran sus poderes de dragón, aun faltaba que los chicos maduraran un poco más.

La batalla de ellos empezó, Yona era resguardada por Yoon y Zeno, junto a ella estaba Amaya guiando a los rezagados, Hak y Jae-Ha, quienes estaban cuidando de los que no pelean y de paso, atentos de que nadie se acercara a donde estaban ellos.

Yona levanto su mirada a otro lado después de herir a un soldado enemigo, vio un ave de plumas negras en el cielo, se dio cuenta. Era el ave de Soo-Won, quien estaba a sus espaldas mirándola con sorpresa como había disparado perfectamente hiriendo a un hombre a una distancia media.

Ambos estaban intranquilos mirándose, no apartaban sus miradas en ningún momento. No fue hasta que Hak, llego junto a ella que la princesa desvió la mirada a las personas que estaban junto a el actual rey. Los refuerzos habían llegado, era la hora de la retirada.

La retirada fue demasiado rápida, Kija y Hak encabezaban la marcha noqueando a los soldados que se interponían en su camino, siendo seguidos por Jae-Ha quien cargaba a Yona y Yoon, y después de ellos Zeno, quien llevaba en caballito a Amaya y Shin-Ah cerrando la marcha para que ningún soldado llegara a donde estaban los demás.

Al llegar a donde estaban los caballos los montaron lo más rápido posible, fue allí cuando dieron marcha al terreno de la tribu del agua para seguir con su aventura. Cuando pasaron unos pocos minutos Amaya bajo la cabeza de manera repentina confundiendo a los que vieron el movimiento repentino.

Zeno: qué pasa, Amaya?- él estaba junto a la chica cuando hizo el movimiento y la sostuvo para que no callera del caballo

Amaya: fue un mareo, pasa cuando una de las visiones que he tenido se cumplen- explico para los que no entendían lo que sucedía- el general de la tribu de Fuego... fue asesinado por uno de sus soldados- su voz era fría y los presentes temblaron ante ella.

Yona: en cierto sentido eso es triste- fue lo único que dijo antes de hacer una parada en una zona donde los arboles eran espesos.

Jae-Ah: la compasión es lo que nos separa entre las vestías y los humanos- sentencio el Ryokuryuu con expresión seria al igual que sus hermanos y hermana dragón.

Todos bajaron de los caballos y uno a uno fueron curando sus heridas, los que no tenían ninguna eran Zeno, Yona y Amaya, seguidos por un Hak que pocas heridas en los brazos y ya después el resto con moretones y cortadas. Todos estaban en calma, Amaya y Yona ayudaban a los heridos mientras que Yoon empezaba la comida.

Cerca de allí hay un pueblo, decidieron detenerse para conseguir víveres y cosas que ellos mismos no pueden conseguir. Yoon, al ver que había escases de dinero, les pidió a todos que trajeran, al menos, a una persona cada uno. Los más populares eran Jae-Ah y Hak, quienes trajeron más personas de lo que imaginaron ellos mismo, en el caso de este ultimo.

Para sorpresa de la mayoría Amaya consiguió traer a muchos jóvenes con solo saludar hacia su dirección, estos se mostraban maravillados ante la figura de la chica consiguiendo que no notaran la venda que tapaba sus ojos. Kija, Shin-Ah y Zeno, consiguieron clientes, aunque no tantos como el resto.

Un tiempo después Hak se llevo a Yona a caminar por el pueblo llegando mucho tiempo después a donde estaban el resto. La princesa se acerco a donde estaba Amaya, con quien se a sentido más cerca desde que ella se unió a ellos.

Amaya: debería tomárselo con más calma señorita- le sonrió de pronto, cuando se había instalado un silencio cómodo entre ellas.

Yona: ¿de que hablas Amaya?- pregunto realmente extrañada por esa pregunta.

Amaya: somos un equipo, todos nos ayudamos entre si, y ninguno es menos que el otro- sonrió hacia la dirección de la chica, quien la miraba como quien decía algo sumamente importante- o al menos eso cree Amaya- con esa frase despojo de toda la seriedad del asunto haciendo reir a la princesa y a la misma chica de pelo violeta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top