Madriguera II Cap. 15

Narra Elizabeth

Aparecí en la madriguera, había mil adornos a mi alrededor, algunos se movían y otros no. Un santa en trineo pasó sobre mi cabeza y yo veía asombrada todo.

-¡ELIZABETH!- me grito Ginny bajando las escaleras.

Se abalanzó sobre mí y me abrazo.

-¿Cómo estás? Tu cabello... tus ojos- me dijo aún abrazándome pero viéndome ya a la cara- se te ve increíble en serio, cuando me lo contaste en las cartas creí que te verías rara.
-Si hola a ti también Ginevra- hablo George detrás de ella.

Hizo una mueca, se separó de mí y volteó con George.

-Hola fotocopias- dijo dirigiéndose a los dos.

Reí. Molly apareció desde la cocina y abrazo a los gemelos para después ir hacia mi.

-¿Cómo estás querida? ¿Estás cansada?- me dijo tomándome la mejilla.
-Hola Molly- reí- Gracias, estoy bien.

Me sonrió maternalmente y desapareció en la cocina. Fred y George se habían ido a sentar a la sala, hablaban en susurros.

-El tienes que enseñarme tus habilidades, por favor- me dijo Ginny haciendo pucheros.
-Mañana, lo prometo- reí.
-Mamá me dijo que mañana iremos al Callejón Diagon a buscar regalos.
-Vale ¿Qué tal te va por aquí? ¿Dónde está Ron?
-En su cuarto, bien, te extraño mucho me aburre estar sola con el- dijo triste.
-¿Sabes por qué vinimos un día antes?- pregunte extrañada mientras caminaba a la sala para que nos sentáramos en un sillón frente a los gemelos.
-Mamá me dijo que mañana papá tenía día libre así que era el día perfecto para que fuéramos al Callejón Diagon por algunos regalos.
-Vale, es perfecto.
-¿Qué tal con George? Está preocupado porque no hablas con él Elizabeth.
-Prefiero que sea feliz con Fred, ellos no se comportan como gemelos cuando estoy presente por mi culpa.
-No le hagas caso a Fred- rodó los ojos- es un tonto, no entiendo porque es malo contigo.
-Chicos-dijo Molly entrando a la sala- ya vayan a dormir, mañana nos levantamos temprano.

Me levante del sillón aún hablando con Ginny y subimos las escaleras con los gemelos detrás de nosotras. Entramos a la habitación y nos pusimos la pijama.

-Buenas noches Ginny- le dije.
-Buenas noches El.

(...)

Desperté por unos repiqueteos en la ventana, estaba lloviendo y casi amanecía. Con cuidado de no despertar a Ginny, entre al baño me di una ducha rápida, me puse unos jeans, una playera negra con una sudadera algo grande encima y unas botas de lluvia.

Tomé mis lápices de colores y el dibujo que aún no había terminado de Nereida. Salí de la habitación, baje las escaleras y me senté en la mesa del comedor.
Estuve un buen rato dibujando y cuando me fijé ya había terminado. Sonreí orgullosa.

-Buenos días querida- me saludo Molly entrando a la cocina.
-Buenos días Molly- dije entrando a la cocina detrás de ella- te ayudo.
-Muchas gracias Elizabeth.

Me dio un delantal y un par de calabazas para cortarlas en rodarlas.

-¿Por qué nunca usas magia para cocinar Molly?
-Siempre he creído que con lo que cocino les demuestro mi amor -río- y cuando es con magia siento que no les transmito eso.
-¿Nunca has usado magia para cocinar?
-Cuando estoy en apuros si uso magia, pero no le digas a los demás.

Reí, tomé el cuchillo y empecé a cortar las calabazas.

-Buenos días querida- hablo Arthur dándole un beso en la mejilla a Molly- Buenos días Elizabeth.
-Buenos días- dijimos las dos al mismo tiempo.

Termine de cortar las calabazas y algunas verduras que Molly me había dado.

-Deberías de ir a levantar a los chicos para desayunar.

Salí de la cocina, subí las escaleras y entre a la habitación de Ron.

-Ron- pero él no se movió- RON...

Lo moví un poco pero siguió sin moverse.

-RONALD.

Lo moví más bruscamente y se levantó agitado.

-¿Qué pasó?- dijo adormilado.
-Baja a desayunar, iremos al callejón.

Salí, entre a la habitación de los gemelos y me acerqué a la cama de George. Me senté en la cama con cuidado y con fuerza lo empujé lo que hizo que callara al suelo.

-FRED ¿QUE... Elizabeth que estás haciendo- me dijo George aún adormilado- es muy temprano.
-Ya levántense- reí- el desayuno ya casi esta e iremos al Callejón Diagon.

Fred se había levantado del grito que había pegado George así que salí de la habitación y antes de abrir la puerta de donde se encontraba Ginny esta salió.

-Baja Ginny ya casi está el desayuno- dije entrando a la habitación.

Cerré la puerta, tomé mi pequeña bolsa donde estaban mi dinero y baje.

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