Capítulo 19
Narra Elizabeth
Las vacaciones de Navidad ya habían terminado y estábamos de vuelta en Hogwarts, los días que habían quedado de vacaciones después de navidad los gemelos se dedicaron a enseñarme las reglas de Quidditch y había descubierto que era una perfecta cazadora.
Era el primer día y ya iba tarde al desayuno porque Mafalda no me había despertado a tiempo.
-Mafalda debiste despertarme- dije cepillando rápidamente mi cabello, el cual ya estaba casi la mitad de él blanco.
-Lo siento -río.
Tomé mi mochila y salimos de la habitación corriendo por el castillo para llegar al desayuno. Tomamos asiento en el gran comedor el cual estaba ya casi vacío.
-Gracias por el regalo El.
-De nafa- dije con la boca llena.
-Hola chicas ¿Qué tal navidad?- dijo Katherine sentándose junto a mi, ganándose algunas miradas de molestia de los Slytherin.
-Hola Kate- dijo Mafalda- súper, pero moría por regresar aquí, amo la comida de Hogwarts.
-¿Cómo estás Kate?
-Muy bien -sonrió- oigan tenemos encantamientos juntas y vamos tarde deberíamos de irnos.
Metí un último bocado a mi boca, tomé dos panqués y una manzana, las metí a mi capa y me levante.
Caminando para salir del gran comedor con Kate y Mafalda los gemelos me saludaron con las manos, a lo que yo les devolví el gesto con una media sonrisa.
-Desde que fue a hablarte en la biblioteca me encantan esos chicos- dijo Kate con voz soñadora.
-George es mío- le advirtió Mafalda.
-Entonces yo quiero al otro, que se llama...
-Fred- le informe.
-Fred- repitió- El nos ayudarás a salir con ellos ¿verdad?- me preguntó Kate haciendo pucheros.
-Kate, tienes once años deja de pensar en esas cosas- rodé los ojos.
-¿Por favor?- preguntó ahora Mafalda.
-Bien- bufé- Lo intentaré.
Llegamos a clase, me senté con Mafalda y a un lado Kate. Pasaron toda la clase parloteando sobre qué debería de hacer para que los gemelos las invitaran a salir, apenas me dejaron prestar atención al profesor Flitwick. Me contaron todo el plan que tenían, querían que les organizara una cita doble en el lago negro.
-Ya cállense- dije cansada- quiero prestar atención.
Me miraron dos segundos y volvieron a hablar sobre Fred y George, a decir verdad hacían que me sintiera ¿celosa?... pero desde antes a Mafalda le gustaba George así que no tenía ningún sentido ¿Por qué ahora era diferente?
La clase termino y yo había salido con un dolor de cabeza incontrolable.
-Vamos, en un rato tenemos Transformaciones- me dijo Mafalda.
-Yo tengo Herbología, adiós chicas- dijo Kate despidiéndose.
-Ve tú Mafalda- dije agarrando mi cabeza- necesito ir a la enfermería.
-¿Qué tienes?
-Solo me siento un poco mal, te veo luego.
Le di la espalda a Mafalda y comencé a caminar hacia la enfermería, algo molesta. Me punzaba la cabeza cada segundo más fuerte y comenzaba a marearme.
-Hey Elizabeth- escuché que me llamaron.
-¿Qué te pasa?- me preguntó Fred llegando junto con George a mi lado.
-Me duele la cabeza, estoy yendo a la enfermería.
-Te acompañamos- dijeron al unísono.
-No gracias chicos de verdad.
-¿Estas llorando?- preguntó George.
-¿Eh?- toque mis mejillas y me habían empezado a salir lágrimas involuntarias.
-El vamos- dijo Fred tomando mi brazo con cuidado- Tenemos que llevarte a la enfermería.
Una punzada muy fuerte azoto mi cabeza y solté un pequeño grito, tomé mi cabeza entre mis manos.
-¡Elizabeth!
Sentí como tomaron mis brazos y todo se volvió negro.
(...)
Abrí mis ojos con pesar, estaba en una cama de la enfermería.
-Elizabeth, despertaste.
Los gemelos estaban frente a mi.
-¿Me desmaye?
-Así es, no sabía que podía causar esa reacción en ti Elizabeth- me dijo Fred guiñando un ojo.
-Por dios comadreja, cállate- reí- ¿Cuánto llevo desmayada?
-Unos diez minutos-contestó George.
-Señorita Jones- dijo Madame Pomfrey saliendo de su despacho- despertó.
-¿Por qué me desmaye?
-Beba esto- me dio un frasco con un líquido negro.
Lo agarre dudosa y lo tomé de un trago, tenía un sabor horrible y además era espeso.
-Tuvo una sobrecarga señorita Jones.
-¿De qué? Acabamos de regresar de vacaciones- dije dudosa.
-Exactamente, al no usar sus... habilidades especiales generó una sobrecarga de magia.
-¿Cómo una máquina?- preguntó George.
-Digamos que si usted no usa sus habilidades seguido causa una sobrecarga, por eso se desmayó. Deberá usar sus habilidades de forma regular.
-¿Ya puedo irme?
-Claro, vayan a clase.
Me paré de la cama y salí de la enfermería con los gemelos detrás de mi.
-Vamos, aún llegamos a Transformaciones.
-Empezó hace unos diez minutos, mejor vamos al lago negro- me dijo George.
-Esta bien, solo porque McGonagall no nos dejará entrar.
Llegamos al lago negro y sin pensarlo me tire en el pasto.
-Entonces ahora tendrás que usar tus habilidades todo el tiempo- empezó George.
-Seguro eso vendría bien para un par de bromas- completo Fred sentándose en el pasto junto con su gemelo.
-Estoy segura de que Pomfrey no se refería a eso cuando me dijo que usara más seguido mis habilidades- reí.
-Yo creo que si- me dijo George.
-¿Seguro pelirrojo?- dije pícara.
-Claro- me dijo riendo.
Levante mi torso del pasto para verlo e hice que se elevara del suelo haciéndolo levitar unos segundos pero él ni siquiera se inmutó.
-¿Es lo mejor que tienes?- me dijo aún en el aire.
Ofendida lo levante un poco más y le di un par de vueltas, pero aún nada. Rendida lo tiré sobre Fred a lo que ambos soltaron un quejido.
-¿Yo qué hice?- me dijo Fred sacado a George de encima de él.
-Existir- reí- oigan, tengo algo que decirles...
-¿Qué?- hablaron al mismo tiempo.
-Pues... ¿Podrían invitar a salir a mis amigas?
-¿Salir?- rieron- por Merlín Elizabeth ¿Qué te hace pensar que queremos salir con un par de niñas?- me dijo George.
-¿Por favor?
-¿Qué obtenemos a cambio?- me preguntó Fred.
-Ser mis amigos- dije obvia.
-No gracias, así estoy bien- dijo George a lo que le di un golpe leve en el brazo.
-Al menos conózcanlas un poco ¿Por favor?- dije haciendo pucheros.
-Bien- dijo George- pero no prometemos nada, ademas a Fred le gusta Angelina ¿Verdad Freddie?
Sentí mi estomago volcarse, Fred solo frunció el ceño.
-Cállate George,yo jamás dije eso.
-¿Angelina? ¿La misma que me odia?
-Si, esa- dijo George.
-No puedes salir con ella- dije y al instante me arrepentí.
-¿Qué?- preguntó Fred- ¿Por qué no?
-Porque ella me odia y soy tu amiga.
-¿Y eso que? Soy yo el que saldría con ella no tú Elizabeth.
-Como sea- dije levantándome del pasto- mejor me voy a buscar a Mafalda que seguramente ya acabo la clase- dije yéndome.
Camine furiosa al castillo, ¿cómo se atrevía Fred a querer salir con Angelina? ella me odiaba, prefería que saliera con Kate... ¿O tal vez no?
-Elizabeth- me llamo Mafalda desde el pasillo- ¿Cómo estás? Le dije a McGonagall que te habías ido a la enfermería.
-Mejor, gracias Mafalda. Me dijo la enfermera que tengo que usar mis habilidades más seguido o me puedo volver a sentir mal.
-¿Estabas con Fred y George?
-Si ¿cómo sabes?
-No entraron a clase tampoco, lo supuse -dijo encogiéndose de hombros.
-Me acompañaron a la enfermería.
-¿Le hablaste a George de mi?- me preguntó curiosa.
-Algo así, me moleste con ellos en realidad... bueno con Fred.
-¿Por qué?
-George insinuó que le gustaba Angelina- rodé los ojos.
-Pobre Kate- hablo negando con la cabeza- ¿Qué tiene que le guste Angelina?
-Pues que ella me odia.
-¿No será que estás celosa?- me preguntó dándome pequeños codazos.
-Ya te dije que no me gusta Mafalda- dije rodando los ojos.
-Yo lo decía porque ya son amigos y podría cambiarte por una novia- río- yo jamás dije que te gustaba eso lo dijiste tú sola.
Abrí la boca pero no se me ocurrió nada, sentí un leve rubor en las mejillas.
-Te descubrí- me dijo Mafalda.
-Cállate, no me gusta Fred... ellos son mis amigos nada más.
En todo el día Mafalda no dejaba de molestar con que a mi me gustaba Fred, me mandaba pedazos de pergamino en clase con el nombre de Fred y un corazón.
Solo tuve un momento de paz cuando llegue a mi primera lección luego de las vacaciones con McGonagall.
-Hola profesora- dije pasando por la puerta del salón.
-Señorita Jones... ya me informó Madame Pomfrey lo qué pasó esta tarde y creo que debe usar sus habilidades más seguido.
-Pero eso haré en nuestras clases ¿No?
-Ya no tendremos lecciones diario señorita Jones... será una vez por semana pero únicamente para que pueda fortalecer sus habilidades. Entonces de ahora en adelante le pediré que cuando tenga ratos libres practique pero no contra otros estudiantes, no puede afectar a nadie- me dijo con mirada severa.
-Claro profesora.
-Bien, hoy el profesor Dumbledore me pidió que intentáramos algo así que iremos a la cabaña de Hagrid.
-¿El guardabosques?
-Ese mismo, vamos señorita Jones.
Salimos del salón y caminamos por el castillo hasta la salida. Nunca había estado tan cerca de la cabaña del guardabosques, era algo pequeño pero se veía acogedora.
McGonagall tocó la puerta y un hombre gigante con pelo por toda la cara abrió la puerta.
-Buenas tardes profesora.
-Buenas tardes Hagrid, ella es Elizabeth Jones, el profesor Dumbledore me dijo que ya te había comentado de ella.
-Claro- extendió su mano hacia mi, la cual era enorme- mucho gusto Elizabeth, Rubeus Hagrid.
-Mucho gusto Hagrid- extendió mi mano y este la estrecho con cuidado.
-Vamos- dijo Hagrid.
Salió de la cabaña y pasó junto a mi, realmente era enorme, nunca lo había visto de cerca.
Rodeó la cabaña hasta la parte de atrás, entró a un pequeño corral donde había un pequeño búho en el suelo.
-Lo encontré ayer por el bosque, está herido así que quería sanarlo antes de dejarlo libre.
-¿Qué le pasó?- pregunte.
-No estoy seguro que lo causo pero tiene una pequeña herida en el ala, así que no quiere volar.
-¿Qué tengo que ver con esto? -pregunte confundida.
-El profesor Dumbledore cree que podrías curarlo.
-¿QUÉ? ¿Yo? No se ofenda profesora pero creo que Dumbledore está exagerando con mis habilidades.
-Intentelo señorita Jones.
-¿Y qué se supone que haga?- pregunte cansada.
-Pues igual que cuando mueve algo, intente visualizarlo.
Torcí la boca en forma de una mueca y me acerqué un poco al búho.
-¿Y si me muerde?
-Esta dormido- me dijo Hagrid- Solo no seas muy brusca.
-Qué fácil decirlo- dije en un susurro.
Me agache y comencé a acercarme cada vez más hasta que lo tuve junto a mi. Su cabeza estaba escondida bajo su ala.
Con temor de que despertara acerqué mi mano muy lentamente y la puse delicadamente sobre su cuerpo. Cerré mis ojos, desee que se curara unos segundos pero no sentí nada diferente, abrí mis ojos y el búho seguía dormido así que aleje mi mano. Al instante el saco la cabeza de su ala para mirarme confundido, extendió sus alas un poco y salió volando sobre mi cabeza.
-Tiene que ser una broma- dije sorprendida.
-Dumbledore tenía razón- me dijo Hagrid sonriente- me serías de mucha ayuda para curar a las criaturas de vez en cuando Elizabeth.
-Claro Hagrid, cuando quieras- le dije sonriendo.
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