● Capitulo uno: Primer amor. ●
Fanfic Vegeta X Chichi
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Capítulo uno: Primer amor
Una sonrisa se formó en sus pequeños labios mientras observaba la ancha espalda de su perfecto esposo, esté dormía plácidamente aun cuando él normalmente ya estaba despierto; a las seis y media de la mañana.
Dió un ligero suspiro dirigiendo la mirada hacia su tocador que se encontraba justo al frente de su cama matrimonial. Su vista se enfocó en aquellas fotografías de su boda, la cual había sucedido hace poco mas de cuatro años. Sus manos se dirigieron a su pecho, notándolo acelerado como la primera vez que lo conoció, él seguía teniendo ese efecto en ella, y siempre seria así. Su cuerpo se sentía deliciosamente cálido, no deseaba salir de esas sabanas pero, tenia qué. Su segundo hombre no demoraría en levantarse y pedirle de desayunar, así que poco a poco comenzó a alzar las sabanas y se dirigió hacia el baño para lavarse el rostro, proseguir a cambiarse su pijama para finalmente bajar por las escaleras y dirigirse a la cocina para comenzar el día. Colocó arroz en la arrocera y la encendió para que hiciera su trabajo, sacó vegetales del refrigerador al igual que la carne.
Mientras ella cocina no puede evitar sentirse orgullosa de lo que ha logrado al lado de su Goku. El comienzo había sido sumamente difícil, su esposo no había tenido casi nula educación sobre las cosas, solamente sabia lo básico que un chico de primaria de ultimo curso, así que ella tendría que enseñarle. Desde hacer cuentas mucho mas elaboradas que solo sumas, divisiones de dos dígitos hasta decirle los productos que tenia que utilizar para su cuidado personal ¡Goku había roto la llave de la bañera la primera vez que la utilizó! Todo porque el agua estaba demasiada caliente, por supuesto, él solo había abierto esa llave y no la del agua fría.
Lo mas difícil había sido cuando se enteró de que estaba embarazada, su estado emocional estaba realmente bipolar, aveces amanecía feliz, otras con una cara de matar a todo que se le cruzara en su camino, y también lloraba todo el tiempo, Goku no sabia como actuar ante ello, prefería evitarla la mayor parte del tiempo. Se quebró y dió su queja por no estar en casa, pidiéndole que no la dejara sola, entonces él tuvo que quedarse y simplemente decirle que todo estaría bien cuando ella comenzara a apuntarlo con cualquier cosa que estuviese en su mano.
Después vino Gohan, recordaba la casa hecha un desastre la primera semana de nacido. Ella era madre primeriza y nunca pudo tener un ejemplo de como cuidar a un niño, su madre había muerto unos meses después de que ella naciera. Las sirvientas del castillo seguramente la habían cuidado de bebé, ya que su padre era un rey ocupado y batallaba con la reciente muerte de su esposa. Así que temía dejar un segundo solo a su pequeño Gohan, poco a poco comenzó a tomarle ritmo a las cosas, y al cabo de unos meses mas ya sabia cuidar perfectamente se su primogénito sin necesitar de mirarlo cada segundo que pasara.
El horno electrico emitio un pitido, indicando que el pan habia terminado de dorarse. Terminó de hacer su quinto tamagoyaki en la sarten, colocandola en una tabla y rebanandola para pasarla a un plato. La escalera sonó, unos fuertes pasos se escucharon y chichi mostró una sonrisa incluso antes de que él estuviera con ella.
—Buenos días Chi—Saludó dando pasos aun mas hacia ella, llegando justo en el momento en que el su esposa giraba hacia él. El guerrero sonrió y se inclinó ligeramente pasa posar sus labios en la mejilla de la femina.—Al parecer dormí de más—Se rió colocando su mano tras la nuca de manera apenada, Chichi asintió a él y le acaricio sus rebeldes cabellos azabache.
—Eso significa que tuviste un excelente entrenamiento ayer—Indicó mostrando una sonrisa, Goku alzó sus brazos para estirarlos y asintió hacia ella.
—Fué porque supe que hoy no podría entrenar las horas que normalmente hago—Se acercó al refrigerador y de ella sacó un par de jarras de jugo de naranja y también una caja de leche, las colocó sobre la mesa y tomo asiento en su silla de madera.—¿De verdad no quieres venir?—Goku le habia estado hablando desde hace dos dias que hoy tenian planeado ir a casa del Maestro Roshi, no los habian visto desde que pasó aquel torneo donde ganó su esposo. Ellos no fueron participes de la ceremonia, su esposo no quería que sus amigos lo vieran en un momento tan... vergonzoso en ese entonces para él. Había sido algo sencillo, solo su padre y los empleados del castillo estaban ahí. A ella solo le importaba estar con Goku.
—Papá vendrá más tarde, quiere que le ayude con los preparativos para el matsuri de éste año—Era época de octubre, donde se realizaban demasiadas celebraciónes, una de ellas era el festival de agradecimiento a las deidades por haber tenido buena cosecha éste año.—Iré con ustedes la próxima ocasión—El azabache mostró una leve mueca, aprobó con un leve asentimiento. Chichi terminó de disolver la pasta de miso en una olla, apagó el fuego y volvió hacia su esposo.—¿Planeas quedarte unos dias allá?—Cuestionó interesada, unos pequeños pizadas sonaron por las escaleras. Pronto un pequeño pelinegro de cabellos alborotados apareció por el umbral de la cocina-comedor.
—Buenos días mami, buenos días papi—Saludó de manera tierna mientras se acercaba a sus padres para darles un beso en la mejilla a cada uno. Los azabaches mayores respondieron al saludo de su primogénito.
El pequeño Gohan miró a su madre quien estaba colocando los platos en la mesa, se acercó a ella y tiró de su falda color púrpura.
—¿Necesitas ayuda, mami?—Chichi sonrió orgullosa para ella misma ante la educación tan buena que había empleado en su hijo. Se agachó ligeramente hacia él y le sonrió.
—Que te parece si colocas los palillos en la mesa—Indicó suavemente, el pequeño varón sonrió enormemente y abrió los cajones donde se encontraban los palillos, cucharas, tenedores y cuchillos.
Goku sonrió con la vista hacia su esposa y su hijo, sinceramente nunca se habría imaginado que a sus veintitrés años ya estaria casado y con un hijo. Sonrió al imaginar la cara que podrían sus viejos amigos al ver a Gohan.
Chichi le había enseñado muchas cosas que él no sabía, una de ellas y la más importante para él; el amor. Al inicio fué incómodo tenerla colgada de su brazo, juntar sus labios para formar un beso lo asustó la primera, gritó y huyó cuando ella comenzó meter su lengua en su boca, cuando llegaron a la intimidad fué algo aún más extraño para él, terminó haciendo lo que veía en las revistas del maestro Roshi cuando era un niño, ahora entendía porque esas personas hacían gestos "extraños".
Un sonrojó apareció en sus mejillas cuando escuchó la voz de su esposa, ella alzó una ceja y lo miró con interés.
—¿Y bien?—El se asustó al escuchar su pregunta, sabía perfectamente que ella odiaba cuando no le prestaba atención, no lo prestó porque justamente estaba pensando en ella ¡Sucedía bastante seguido! Y eso en ocasiones le molestaba, en sus entrenamientos no podía concentrarse apropiadamente y eso... ¿Podría volverlo débil? Se respondió un firme no.—Goku...
—Disculpame Chi, no logré escucharte—Mostró sus dientes y agachó ligeramente su cabeza. Chichi rodó ligeramente los ojos y se rió.
—Estaba esperado tu respuesta para saber si te quedarás en casa del maestro Roshi unos días—Ella repitió, Goku soltó un ligero gemido en señal de entendimiento. Movió sus labios y se quedó callado unos segundos.
—Aun no lo sé, aunque seguramente los chicos querrán saber qué pasó después de que nos fuimos del torneo.—Respondió.
—Te daré una cápsula, ahí colocaré los libros de Gohan para que estudie mientras tú hablas con ellos—Colocó los últimos platos sobre la mesa, Gohan se subió a su silla la cual tenía unas almohadas para que él pudiera llegar perfectamente a la altura de la mesa y ella también tomo asiento al lado de su esposo.
—Está bien, Chi—Aceptó dirigiendo su mirada hacia los platillos tan olorosamente delicioso que estaban frente a él. La charla terminó, la pequeña familia Son juntó sus manos sobre su pecho y agradecieron por la comida. Los platos comenzaron a verse vacíos en tan solo unos minutos, la azabache lo reprendió y pidió que comiera con educación, puesto que su hijo estaba presente y aunque Gohan fuera todo un niño correcto ella no se arriesgaría a que si pequeño tomara nuevas costumbres. Goku tragó de una sola su gran porción de carne y acató su orden.
El desayuno pasó con normalidad, Son Chichi fué la primera es terminar, su marido parecía tener un pozo sin fondo en el estómago. Gohan también había terminado su porción y limpió sus labios de manera suave y delicada.
—¿Hoy que estudiaré mami?—Preguntó el pequeño azabache de la casa Son. La única fémina colocó las manos sobre su mentón mientras sus codos descansan en la gran tabla de madera. Le sonrió al azabaches menor. Estaba orgullosa de su hijo, sería todo un erudito en su futuro.
—Has terminado por completo tú primer volumen, así que solamente te realizaré un examen hoy u puedes estar libre—Gohan soltó una enorme sonrisa en su dulce rostro, no era que no le gustara estudiar, no, simplemente hoy quería explorar el bosque que estaba a casi un kilómetro de su casa, y quería hacerlo solo.—Ademas hoy saldrás con papá, conocerás a sus amigos de la infancia. Recuerda ser educado—Indicó comenzando a recoger los platos sucios para llevarlos al fregadero.
—Iremos después del almuerzo—Intervino Goku, ajustándose el informe de su dogi de entrenamiento, se levantó de la silla y terminó de acomodarse correctamente las muñequeras azules.—Gracias por la comida Chi. Iré a entrenar un poco, regreso para el almuerzo y después—Miró a su hijo—Tu y yo iremos a casa del maestro Roshi.
—Cuando regreses, por favor trae un tronco, nos hace falta leña—Pidió Chichi. Las burbujas que hacía el jabón líquido la estaban relajando.
—Claro—El guerrero dió una rápida vista hacia su hijo Gohan, éste estaba escribiendo el abecedario en katakana. Se acercó a su esposa y fugazmente acercó su labios a los de ella. Esa era siempre su forma de despedirse, aunque solo estuviera fuera por unas horas.
Goku salió de su acogedora morada y se adentró en el profundo pero bien conocido bosque, llegó a un pequeño terreno descubierto y comenzó a calentar sus músculos para después comenzar con el verdadero entrenamiento.
Los platos estaban limpios, secos y en sus lugares correspondientes, el piso estaba perfectamente limpio al igual que los sillones y cuadros que colgaban en la pared. Solamente faltaba limpiar el baño de Gohan y la habitación de ella y Goku. Pero la hora del almuerzo estaba acercándose, así que prefirió realizarle el examen a su hijo para que así pudiera hacer lo he deseada mientras esperaba a su padre. Chichi tomó una libreta y también un lápiz, Gohan se sentó en la silla de su gran escritorio y miró a su progenitora, estaba listo para el examen.
—Muy bien, Gohan. Comencemos.—Ella se quedó en silencio y pensó en unas preguntas, unas más difíciles que otras, pero estaba segura de que su hijo podría con ellas—¿Cuanto es ochenta y seis al cuadrado?
—Siete mil trescientos treinta y seis—Respondió rápidamente el pequeño niño de cuatro años.
—¿Y al cubo?
—Seiscientos treinta y seis mil cincuenta y seis.—Realmente era impresionante la inteligencia de su hijo.
—Correcto. Ahora dime la raiz cuadrada de Ochenta mil...—Las preguntas del pequeño examen no habian durado demasiado, Gohan respondió cada una de ellas de manera excelente. Chichi sonrió y cerró la pequeña libreta donde tenía anotado los nuevos temas que su hijo había aprendido rápidamente, era momento de agregar más.
—¿Eso fué todo, mami?—El pequeño azabache bajó de su silla y alisó con sus pequeñas manos su túnica amarilla. Chichi asintió y colocó el sombrero el cual tenía una esfera del dragón incrustada como decoración, había sido un regalo de Goku para su hijo, en honor al abuelo Son Gohan.
—Así es, cariño. Es hora de que salgas a jugar.—Abrió la puerta de la habitación y el pequeño siguió a su madre, hasta que ella se metió a la cocina.—No vayas demasiado lejos, el almuerzo estará en una hora.—Gohan asintió mostrando una sonrisa.
—Vuelvo pronto mami—Se despidió el pequeño Son, se colocó sus zapatitos negros y salió de la cálida casita, frente a él estaba el espeso bosque que lo indicaba a explotar, miró por última vez a su madre a través de cristal quien estaba en la cocina empezando a hacer el almuerzo, acomodó su gorrito color rojo y comenzó a caminar hacia el profundo algaba. Una mariposa se paseó frente a él, era idéntica a una que salía en sus libros de zoología, fué tras ella para mirarla detenidamente.
Habían pasado unas horas desde que su esposo Goku se había ido a entrenar, una sonrisa se mostró en sus labios esperando su regreso. Los panes al vapor estarían pronto a terminar su cocción, el arroz estaba listo y también los guisados que había preparado. Re difícil cocinar una cantidad enorme en tan poco tiempo, sim embargo había logrado tomarle ritmo a las cosas y hacerlas sin que fuera un esfuerzo. Su recompensa era siempre ver disfrutar de sus alimentos a sus dos chicos.
Miró el reloj y el pan al vapor estaba terminado, eran las dos de la tarde y su pequeño aún no había regresado. Él siempre llegaba a la hora indicada, así que se sacó el delantal que traía puesto y se dirigió hacia la puerta para llamarlo.
—¡Gohan!—Esperó unos segundos, sin embargo no hubo respuesta—¡A comer Gohan!—Su vista se enfocó en un joven hombre de cabellos alborotados y finalmente de color anaranjado. Su ceño se relajó y sonrió al verlo—¿Qué es eso? Ah, Goku ¿has visto a Gohan?—Susurró suavemente mientras él sostenía un enorme tronco de al menos siete metros, Son Goku dejó lanzó el leño sobre el suelo, sacudió sus manos para sacar el polvo. Miró a su esposa y le devolvió la sonrisa, la había escuchado a lo lejos y su estómago había reaccionado enseguida.
—Yo también me muero de hambre—Dirigió sus manos hacia su estómago de manera hambrienta, Chichi negó y frunció levemente sus cejas.
—Pero que estás diciendo. Te pregunté si no has visto a Gohan—Regañó ligeramente mientras apretaba sus manos en un puño. Su corazón estaba comenzó a acelerarse al pensar en su hijo. Goku alzó sus cejas e hizo una leve mueca.
–¿Eh? Yo no lo he visto—Anunció de manera calmada, en cambio la mujer estaba comenzado a preocuparse.
—¿A dónde habrá ido ese niño?—Se preguntó mirando hacia el profundo bosque, volvió su mirada hacia su esposo.—Si no comen rápido no podrán irse y el Maestro Roshi los estará esperando para que lo acompañen—Ella lo miró con inquietud, Goku le sonrió u ajustó el cinto de su gi.
—De acuerdo, yo iré a buscarlo—Propuso de manera tranquila hacia ella, Chichi asintió y soltó un ligero suspiro.
—Estoy casi segura de que no está muy lejos de aquí—Alzó su mano e indicó con su dedo hacia la dirección donde lo había visto por última vez, Goku siguió su indicación y volteó su cuerpo para marcar el paso.
—Sí, ¡No te preocupes!—Corrió hacia donde Chichi había indicado, ella se tranquilizó ante sus palabras.
—¡Te lo encargo!—Grito por último antes de que él se perdiera en el espeso bosque. Soltó un suspiro y bajó sus manos a su pecho—Ese niño es igual a su padre...—Regañó al aire. Tomó el enrome tronco que había traído Goku y lo arrastró hasta la parte trasera de la casa, donde ahí estaba el hacha para hacer la leña. Supuso que su Goku y Gohan no tardarían en regresar, así que decidió meterse a su hogar y guardar tapar la comida para mantenerla caliente mientras esperaba a esposo e hijo.
Su estómago estaba hecho un revuelco, ha pasado una hora completa y sus chicos aún no aparecían...Hasta que finalmente pudo observar a lo lejos a la nube voladora irse hacia el cielo, una sonrisa enorme apareció en sus labios y corrió hacia la puerta para verlos por fin, se lanzó hacia su primogénito y miró sus ropas arrugadas y húmedas al igual que su cabello.
—¡Gohan! ¿Pero que te sucedió? ¿Estas bien? ¿Te lastimaste?—Buscó con la mirada algún raspón o alguna otra cosa que indicada dolor para su hijo. El pequeño Gohan sorbió su nariz y ocultó su rostro en el pecho de su madre.
—Cayó al río mientras perseguía una ave, por suerte logré encontrarlo antes de que se ahogara—Chichi gimió de manera preocupada acariciandole el rostro a su hijo, él aún no había aprendido a nadar y seguramente Gohan estaba en problemas, además de que la corriente del Río era sumamente fuerte. Si niño pudo haberse ahogado.
—Tranquilo cariño, ya pasó todo—Lo cargó en sus brazos y se dirigió a la habitación del pequeño, Goku vino detrás de ella quien parecía querer decirle algo, pero Chichi habló primero.—Secaré a Gohan y calentaré el almuerzo para que puedan irse a donde él maestro Roshi—Él relamió sus labios al escucharla mencionar la comida, asintió de manera efusiva mientras Chichi cambiaba a su hijo por un nuevo pero idéntico traje que portaba anteriormente.
Después de unos minutos el almuerzo estaba siendo devorado por la testosterona Son, Goku terminó con la mayoría del almuerzo y finalmente agradeció a su esposa por haberle hecho un delicioso almuerzo.
—Como mi padre vendrá más tarde, y estaremos la familia completa creo que sería bueno hacer una cena especial—Mencionó la fémina de cabellos azabaches, su esposo le prestó atención a sus palabras y sus ojos parecieron llenarse de brillo.
—¿Harás las salamandras que tanto me gustan?—Goku bebió su último vaso de té negro y lamió sus labios con devoción. Chichi soltó una suave risa y le guiñó un ojo.
—Sí, y a Gohan le prepararé pollo teriyaki—El infante también mostró una enorme sonrisa ante las palabras de su progenitora.
—Entonces llegaremos temprano a casa—Anunció Goku levantadose de la mesa, miró a su hijo y le alborotó el cabello—Vamos con el Maestro Roshi, es momento de que te conozcan—Soltó una risa mientras Gohan bajaba de su silla y colocaba sus platos sobre el fregadero. Se colocó el gorrito color rojo y alisó nuevamente su túnica.—Te veo en la noche, Chichi—La nombrada asintió y acercó sus labios hacia su adorable esposo, él sonrió y sus mejillas se colorearon de rojo al notar que su hijo estaba mirándolos fijamente.
—Adiós mami—Después de unos segundos, Gohan se despidió y abrazó la pierna de su madre para después sentir como su padre lo alzaba y comenzaban a salir de su hogar, la nube voladora fue convocada y apareció al instante. Goku subió en ella con su hijo en brazos, ambos alzaron sus manos y mientras comenzaban a ascender al cielo ellos se despedían de la mujer con un movimiento de manos.
—¡Cuídense mucho! ¡Goku, no dejes que le pase nada a nuestro pequeño Gohan! ¡Y tu, Gohan, pórtate bien y se educado!—Indicó ella mirándolos desaparecer entre las nubes, ella soltó una risa y negó ante sus pensamientos negativos sobre su pequeño—Pero que cosas pienso, no les pasará nada, después de todo mi Goku es el hombre más fuerte que existe—Sonrió orgullosa adéntrandose a su amado hogar, tomando un hilo de tejer para distraerse un momento y tratar de olvidar lo que le había pasado a su hijo, la había asustado realmente, pero supo controlarse para no estallar llorando sintiéndose culpable por haberle dejado salir.
La casa estaba totalmente tranquila, al aire limpio se aspiraba en su hogar, una pequeña bufanda ya estaba por terminarla, pronto se acercaría el invierno y ella quería realizar suéteres y más accesorios para sus chicos. Todos los días trabajaba un poco en ello mientras escuchaba la radio o simplemente miraba la televisión.
Dejoó de lado la bufanda ya terminada y se dirigió a la habitación principal, dentro de un sesto se encontraban los gi de su marido, tres de ellos estaban llenas de hoyos, negó con la cabeza y tomó las prendas para después regresar al comedor donde ahí comenzó a arreglarle los gi rotos. Ese era un labor de literalmente todos los días, siempre le pedía a Goku que tratara de vestir otras prendas demás de su prácticamente uniforme, siempre se negó diciendo que no le agradaban.
Ella soltó un suspiro mientras pasaba la aguja por la parte del kanji del uniforme de Goku, ella soltó un suspiro y pensó en sus chicos quienes se habían retirado hace más de dos tres horas, por alguna razón sentía su estómago hacerle un revuelco y su respiración se le dificultaba.
—Me pregunto si mi Goku y Gohan se la estarán pasando bien con los demás en Kame House...—Miró al techo mientras la imagen ellos inundaba su mente—¿Se habrá integrado Gohan a los demás?—Se cuestionó, una sonrisa rápidamente apareció en su blanco rostro.—No tengo nada de que preocuparme, es un niño con buenos modale—Asintió hacia ella misma y rasco ligeramente su frente al sentirse desconcentrara y mirar que realizó un mal cocido hacia la playera de su esposo—Me hubiera gustado ir con ellos—soltó un suspiro arrepentida por su decisión. El sonido de un motor fuera de su vivienda logró captar su atención, a través de la ventana de cristal pudo observar un auto.
—¿Hay alguien en casa?—Se escuchó una voz ronca pero fuerte, Chichi alzó sus cejas y sonrió al instante de escuchar la voz de su padre, dejó la ropa de su marido sobre la mesa y rápidamente fue a darle el encuentro a su gran padre. El señor Ox bajó del auto soltando algunas risas mientras tomaba unas enormes cajas en sus brazos y colgaba un peluche de oso en su antebrazo.
—Hola papá—Saludó la azabache de manera feliz, siempre le encantaban las vistas de su padre, y más aún cuando Goku y su hijo no estaban. Así ni se sentía sola.
—Hola Chichi—Le devolvió el saludo con una sonrisa—Dime hija, ¿Donde esta mi querido nieto?—Ingresó a la pequeña pero acogedora vivienda mientras la fémina lo seguía detrás, sonriendo de manera emocionada al ver las enormes cajas que su padre había comprado para su hijo.—¿Donde están los chicos?—Volvió a preguntar el gran hombre mientras colocaba las cajas de regalo sobre la mesa, Chichi cerró la puerta y se unió a él en el comedor.
—Ellos fueron a Kame House, Goku quería presentarles a Gohan—Informó. Sacó dos tazas de su cocina y encendió la tetera eléctrica para poder preparar un té matcha.
—Vaya...—El hombre mayor soltó un ligero suspiro triste, tenía unas enromes ganar de jugar con su nieto. —Yo que quería mostrarle todos los juguetes hoy.
—Les haré una cena especial, así que Goku hará lo posible por regresar a casa pronto—Se río suavemente. Ox Satan soltó a reírse dándole la razón a su hija.—¿Y bien Papá? Qué quieres que te ayude para el matsuri.
Padre e hija estuvieron planeando y tomando notas sobre lo que querían realizar en el evento del monte Frypan, era algo de todos los años y Chichi siempre ayudaba a su padre en lo que pudiera.
La tarde pasó rápidamente, empezó a realzar la cena mientras el señor Ox llevaba la caja de regalos a la habitación de Gohan. Chichi picó verduras, cortes de carnes y también las salamandras que tanto le gustaban a Goku, ya quería ver a sus chicos. Era la primera ves que ellos se iban por tantas horas.
El tiempo pasó y la cena estaba totalmente terminada, miró el reloj en su pared, indicaban las ocho y media de la noche, sus chicos no llegaban a casa.
Ox Satan comenzó a preocuparle ver a su hija caminar de un lado a otro con el ceño ligeramente fruncido, ella se veía molesta y...decepcionada.
—Tranquila hija, verás que estarán aquí pronto—La tomó de los hombros y la obligó a sentarse, verla caminar de un lado a otro lo ponía nervioso, porque era precisamente lo que hacía su esposa cuando algo malo estaba sucediendo.
Chichi movió sus pierna debajo de la mesa de manera frenética, ya había pasado una hora más. La cena estaba totalmente fría a esas alturas, y ellos seguían fuera.
—Goku nunca se pierde una cena especial...—Susurró conteniendo las lágrimas. El hombre frente a ella se acercó y acarició su espalda para tratar de brindarle su cariño y que su hija dejara de preocuparse, pero él también estaba intranquilo.
Las horas siguieron su transcurso, Chichi mostró una mueca y guardó toda la comida que había preparado con tanto cariño para los chicos, indicó a su padre que podría domir en la habitación de invitados y ella se dirigió a su habitación. La cama estaba vacía y la luna no le regalaba su resplandor esa nombre, estaba obscura y fría.
Su mente le decía que Goku y Gohan estaban pasando la noche en Kame House, tal vez su esposo quería un poco ma de tiempo para ponerse al corriente con sus amigos platicándoles todo lo sucedido en estos años. Pero su corazón era el terco y éste le provocó desvelo durante la mayor parte de la fría noche.
Ellos no regresaron al día siguiente...
Ella se dirigió a Kame House para regañar a Goku por preocuparla, por dejarla esperándolos a él y Gohan toda la cena...
Pero no contaba con recibir tan dura noticia.
Su hijo había sido raptado, su esposo había muerto.
Y no los vería hasta después de un año.
Su primer y único amor ya no estaba con ella.
Su corazón se quebró en ese instante, sintió su mundo derrumbaste y las ganas de llorar la invadieron al instante, ella sufrió aquella vez y... no sería lo única.
Continuará...
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Creo qué hay algo de VegeChi en mi Gochi xd
Paciencia paciencia paciencia, que para saber cómo es que Vegeta y Chichi terminaron juntos primero tenemos que conocer aún más a Chi en sus momentos de inseguridad. ¡Nos leemos pronto! ❤️
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