Inseguridad (Rapunzanna)
Miró a su clase satisfecha sobre el día de hoy. Todos recogían rápidamente sus cosas y corrían a la salida del aula, ansiosos por salir del colegio. Rió levemente, recordaba con nostalgia aquellos días de estudiante, cuando pensaba que todas sus preocupaciones acabarían al ser adulta, en parte tenía razón y en parte no.
Término de organizar sus papeles y salió rápidamente del aula. Se asomó por la ventana del pasillo, su hermana ya la estaba esperando afuera. Fue a su oficina, acomodó algunas cosas, guardó otras en su escritorio bajo llave y guardó otras en su carpeta. Al final, colocó las libretas de sus alumnos en su maletín, para corregirlas más tarde. Se despidió de sus compañeros con una sonrisa, ansiosa por salir del edificio y ver a quella ojo-verde de largo cabello sedoso.
Un BMW 503 de color azul oscuro apareció frente a las instalaciones del edificio, me monté en el asiento del copiloto, saludando a mi hermana con un fuerte abrazo. Ella arrancó para llevarme a mi pequeño departamento. No, no tengo carro y apenas y tengo un lugar para vivir, comida, luz y agua, pero no me quejo, sé que algún día tendré algo mejor.
Me despidi con un beso en la mejilla de mi hermana y sali disparada por las escaleras, en busca de mi piso. Apenas abri las puertas del departamento grité un fuerte "¡Llegué!" al aire y rápidamente ella corrió a recibirme de la forma en la que lo hacía casi todos los días, apenas yo cerraba la puerta para que nadie viese nada.
Acunó mis mejillas entre sus manos y me plantó un cálido beso en los labios. Sonreí internamente al sentir sus suaves labios contra los míos. Esto es justo lo que necesito luego de estar con niños todo el día y no es que me molesten, pero necesito relajarme luego de tratar de enseñarles la diferencia entre una palabra grave a una aguda.
---Te extrañe--- susurró bajito mi artista favorita, escondiendo su rostro en mi cuello.
Me permití sonreír un poquito, colocando mis manos sobre sus mejillas. Ella hacía un puchero infantil, mientras me miraba a los ojos. Mi artista era una obra de arte. Su cabello dorado estaba recogido en un moño desordenado, mientras su rostro tostado y lleno de pecas tenía manchas de pintura lila y rosada, mientras sus enormes ojos verdes parecían dos bellas esmeraldas que me miraban con infinito amor, solo a mí.
---Yo igual--- sonreí levemente, tomándola del mentón antes de unirnos en otro cálido beso.
A los pocos minutos ambas estábamos recostadas en la cama, tomandonos de las manos y entrelazando nuestras piernas. Observaba cada detalle de mi adorable amiga como si fuese la última vez. Contaba felizmente cada peca de su nariz y cada hebra de cabello que nacía se su frente. Observaba con detenimiento cada detalle de sus ojos y cada imperfección de sus labios, mientras ella estaba concentrada en sacarme la camisa blanco que me había colocado para ir a trabajar, para luego sacarme el apretado sostén y colocarme cuidadosamente una franela cómoda y grande.
---Terminate de poner cómoda mientras te sirvo el almuerzo--- ordenó ella, riendo un poco.
Asentí, sacándome la falda de tubito color marrón, las medias panties beige y los apretados tacones del mismo color. Luego me solté el moño y comencé a dar leves caricias por mi cabeza, había mantenido ese moño alto durante toda la mañana.
Ella, Rapunzel, me sirvió la comida, colocándola en la mesa. Le agradecí con un beso en la comisura de los labios, pude observar de reojo que fruncía el seño y me miraba con molestia, pero no le hice mucho caso, al menos no hasta que terminé de comer.
---Estaba hambrienta--- comenté, fregando en plato y cubiertos en la cocina.
---Se te notaba por la arruga que se forta en tus cejas cuando tienes hambre--- pasó su dedo entre sus cejas, con una sonrisa graciosa.
Le saqué la lengua, sacudiendo mis manos antes de tomar el trapo y terminar de secarlas.
Rapunzel rio bajito, ocultando su cara en mi cuello, dejando besos cortos, mientras abrazaba mi cintura con firmeza y cariño. Sonreí de lado, alzando una ceja y me volteé a verla, ella levantó un poquito la mirada y me observó con ojos suplicantes.
---¿Qué quieres?--- pregunté entre risas, abrazando también su cintura.
---Estuve pensando...--- hacía figuras invisibles con su dedo en mi hombro, mientras sus mejillas se coloraban un poco y apretaba los labios. Ella es la perfecta obra de arte ---, abrieron un nuevo bar gay y.. sé ve interesante.
Suspiré pesadamente, colocando una mirada cansada. Rapunzel venía con el tema de ir a un bar gay desde hacía unas semanas y todos los días se lo había negado, todos con una excusa diferente, aunque la de más frecuencia era "Cariño, ahorita estoy cansada". Obvio que no se lo recrimino, la entiendo al querer ir, porque es un ambiente rodeado de personas que se sunope no nos juzgan y nos respetan como dos mujeres que se aman, pero afuera lo ven incorrecto y simplemente me pongo a pensar.. si alguien del trabajo me ve, algún representante, no me querrán cerca de los niños.
Estamos en 1969, aún es difícil.
---Cariño--- hice una mueca con la boca, tomando sus manos ---, sabes lo que opino del tema. Además, llego a casa cansada, me gusta pasarlo solo contigo, o que a veces nos visiten Elsa e Hiccup.
Acaricié suavemente su hombro. Esta vez ella, en vez de apretar los labios y asentir levemente como siempre, frunció el seño y me miró con molesta. Se soltó rápidamente de mí y fué rápido a nuestra habitación, mientras decía "¡Allá tú si no quieres! Yo voy a ir porque ya lo necesito" se trancó en el cuerto y lo que realmente me palideció y desfiguró el rostro a más no poder fue lo que vino después "Capaz y me encuentro nueva novia, una que si me lleve a salir".
Joder, Punzie.
Corrí rápidamente a la puerta del cuerto y toqué tres veces, suplicando a que abriera y hablemos como dos personas civilizadas. Ella abrió a los minutos, con el cabello suelto y peinado, su cara sin manchas de pintura y levemente maquillada, un bonito vestido color violeta y rosado con unas sandalias
Alzó una ceja, recostandose de la puerta.
---¿Si voy contigo no me dejas?--- pregunté cómo una niña pequeña, incapaz de mirarla por más de dos segundos.
______________
¡No soy lame botas! Solo cuido que el amor de mi vida no me deje.
Terminé acompañándola, claro que yo me sentía en una película de encubiertos porque de verdad intentaba que nadie me reconociera al entrar junto a Rapunzel al bar.
Hasta ahora el ambiente era relativamente tranquilo, con música de fondo a un volumen algo moderado. Rapunzel me miró con una sonrisa iluminada y antes de que yo pudiese reaccionar incluso para respirar ella me dió un beso en los labios, frente a todos los demás, observó emocionada cómo a todo el mundo le valía verga.
Tomamos asiento en una mesita algo apartada y escondida, al menos aceptó esa petición mía, mientras pedimos una cerveza para cada una y una canasta de pollo frito. Rapunzel comenzó a hablarme de su día, de la pintura que le habían encargado y cómo iba quedando, mientras esperábamos.
Ella no solo es una obra de arte, hace arte. Mi obra de arte hace arte. Normalmente hacia cuadros o pintura por encargos y las vendía, aunque también tenía de vez en cuando exposiciones en galerías bajo su nombre.
Luego yo me dediqué a contarle sobre mi día y sobre lo cansada que estaba por tratar de hacer que los niños entendiesen qué es una palabra grave y qué es una palabra aguda. Rapunzel reía bastante al escucharme decir "yo no recuerdo haber dado tanta lata en primaria" mientras fruncía el seño y me llevaba una papa frita a la boca.
Vale, que lo voy a admitir, realmente lo necesitaba, necesitaba estar en un ambiente tranquilo junto a mi novia con la libertad del mundo, sin que me condenen a la hoguera por tomarle la mano al pasear, o atreverme a limpiarle la cara o darle un besito en la mejilla o nariz. Vale, que voy a admitir, que Rapunzel tenía razón al querer venir.
Siempre tenía razón.
Acaricié suavemente su mejilla, mientras ella me miraba con esa intensidad que solo viniendo de ella hace que un agradable escalofrío recorra todo mi cuerpo. Ella se atrevió a besarme, pues yo a declarar esto en público y oiga quién lo oiga no me importa.
---Te amo, Rapunzel.
Ella sonrió ilumanda, entrelazando mi mano libre con la suya.
---Te amo, Anna.
Hola! Esto era algo que quería hacer desde hace bastante tiempo, así que espero les guste.
Solo quiero decir que estuve investigando un poquito sobre el tema pero si me he equivocado en algo pueden comentarlo.
En fin, gracias por leer✨💙
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