𝐃 𝐈́ 𝐄 𝐙


━ 🔪*INSANE 。˚🩸
CAPÍTULO DÍEZ
❪ 𝙳𝙴𝙰𝙳𝙿𝙾𝙾𝙻 ❫ ೃ
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DEADPOOL VOLÓ HACIA UN COCHE ACCIDENTADO, chocando justo contra las puertas abolladas.

—Vale. Veamos los pros y los contras del rollo de superhéroe. Pros: Se lo follan todo. Descuentos en tintorerías, contratos cinematográficos lucrativos, ya sean de orígenes de superhéroes o en grupito. Contras: Son todos unas mascotas lameculos.

—Sabes que puedo oírte —exclamó Coloso, viendo cómo empezaba a levantarse de la ronda.

—No hablaba contigo, ¡hablaba con ellos!

Coloso se volvió hacia Francis, que seguía tendido al lado de la carretera.

—Quédate aquí —dijo el gigantesco hombre de metal antes de comenzar a acercarse a Deadpool—. Ya se os ha advertido antes, Deadpool, Harley. Esto es un uso vergonzoso e imprudente de vuestros poderes. Los tres tendréis que venir con nosotros.

—Mira, Coloso. ¡No tenemos tiempo para tus gilipolleces de mojigato! —comentó Wade, poniéndose de pie. Sólo para notar que la adolescente junto a Coloso sujetaba a Marley—. ¿Y tú eres...?

—Cabeza Nuclear Adolescente Negasónica —dijo la chica, masticando un chicle despreocupadamente.

—Cabeza Nuclear Adolescente Negasónica... ¡¿no te jode?! ¡El nombre más brutal de la historia! —exclamó Wade. Marley asintió con la cabeza, de acuerdo con él, olvidando momentáneamente que seguía técnicamente cautiva—. ¿Y qué eres? ¿Algo así como... su esbirro? ¿Como Marley es la mía?

—¡Oye! Yo no soy tu esbirro —intervino rápido Marley—. Soy más bien tu amante.

—Lo sé, Harleykins —aseguró.

—No, becaria —corrigió Coloso a Wade.

El mercenario pasó entre los tres y se acercó a Francis.

—A ver si lo adivino, ¿los X-Men te abandonaron haciendo, qué, recogiendo su mierda?

—¿Es que te crees mejor que yo? —bromeó Negasónica.

—Deberías dejarme ir antes de que te hagas daño, cielito —Harley sonrió diabólicamente, mirando hacia abajo a la chica.

—No va a pasar.

—Intento ignorarte, Cabeza Nuclear Adolescente Negasónica. ¿Me prestas tu nombre? —dijo Deadpool antes de golpear a Francis en la cara. Marley aprovechó la distracción y escapó del agarre de la adolescente, haciéndose a un lado mientras la fulminaba con la mirada.

Negasónica puso los ojos en blanco ante las payasadas del payaso y se giró hacia la lata de tres metros.

—¿Podemos irnos?

—¡Oye! ¡Soy una adolescente! Prefiriría estar en cualquier lado antes que aquí —Deadpool se dio la vuelta y caminó hacia ella, agitando su pelo imaginario—. Lo mío son los largos silencios taciturnos, seguidos de comentarios crueles, seguidos de más silencios. Entonces qué va a ser, ¿eh? ¿Largo silencio taciturno, o comentario cruel? Venga.

Negasonic hizo una pausa mientras Wade se ponía delante de su cara.

—Tío, no me rayes.

—¡Ahá!

—No permitiremos esto, Deadpool. Por favor, ven pacíficamente. Tú también, Harley.

—¡Enorme chupapollas cromado! —insultó Deadpool, lanzando una lata al pecho de Coloso.

—Eso no está bien.

—¿De verdad que nos lo vas a joder todo? Créeme, ¡ese pedazo capullo con disfunción eréctil se lo ha buscado! ¡Es pura maldad! Además, nadie se va a hacer pupa.

El cuerpo que salpicó la señal de la autopista cayó, desplomándose sobre el techo de un coche. Los cuatro se volvieron para mirarlo.

—Eh... ¿huy? —Marley soltó una risita nerviosa y se encogió de hombros cuando los dos X-Men la miraron con severidad—. Ese tío ya estaba ahí arriba cuando llegamos.

—¡Wade, vosotros dos estáis por encima de esto! ¡Uníos a nosotros! Usad vuestros poderes para hacer el bien —Coloso trató de persuadir a los dos antihéroes, pero no funcionó en lo más mínimo. Deadpool lanzó un disco de metal a Francis, estrellándolo en su cara.

—¡Ojo!

Marley se rió histéricamente y señaló.

—¡Mira su cara! ¡Clásico! —se acercó al disco de metal, queriendo tener su propia oportunidad de lanzarle cosas a Francis.

—¡Sed superhéroes! —exclamó Coloso.

—¡Escucha! El día que yo decida convertirme en un comemierdas justiciero que comparte queli con una panda de maricas en la mansión de Neverland propiedad de ese fósil calvo y repulsivo que parece salido de una puta secta, ese día... te enviaré una petición de amistad. Pero hasta entonces, voy a hacer lo que he venido a hacer. O eso, o sacarte el moñas que llevas dentro a hostias —despotricó Deadpool, sin darse cuenta de lo que estaba pasando detrás de él.

Marley se agachó para recoger el disco de metal, pero cuando empezó a incorporarse, recibió un golpe en la nuca. Parpadeó varias veces antes de que la golpearan de nuevo y la dejaran inconsciente. Francis la arrastró hasta su moto y la colocó delante de él para que no se cayera en su estado de inconsciencia.

—Wade...

—¡Oye-

—¡A callar, Sinéad!

—¡Eh, GiliPool! —intentó otra vez Negasónica.

—¡Y espero que tú estés observando...! —Deadpool se giró y señaló el lugar donde ya no estaba Francis. El sonido de la moto alejándose lo hizo jadear dramáticamente, llevándose las manos a ambos lados de sus mejillas.

—Muy desafortunado —comentó Coloso.

Deadpool miró de un lado a otro donde estaba Coloso y donde estaba antes Francis varias veces. Se dio cuenta de que Marley también había desaparecido.

—¡Se ha llevado a mi barrita de Mars! ¡Se acabó! —Wade saltó y golpeó la cabeza de Coloso, rompiendo su mano en el proceso. Cayó de rodillas, agarrándose la muñeca flácida—. ¡Ah! ¡Oh-ho-ho, Canadá! Esto no mola nada.

—Wade, por favor.

—¡Directo al cipote! —Deadpool se levantó, asestando otro puñetazo con su otra mano a la entrepierna del hombre de metal, sólo para romperse su mano buena—. ¡Oh, tu pobre mujer...! —exclamó con la voz quebrada por el enorme dolor.

—De verdad, deberías parar —le aconsejó Coloso, mirándolo.

Wade sostuvo sus manos rotas frente a él mientras seguía quejándose del dolor.

—Los dinosaurios temían al Tiranosaurio-Rex.

Se elevó en el aire, realizando una patada giratoria y rompió su pie al contacto con la cabeza de Coloso. Negasónica se rió desde la barrera mientras Wade yacía chillando de dolor en el suelo.

—¡Te prometo que esto empeorará para ti, grandullón!

—Esto es vergonzoso. Por favor, para ya.

Deadpool saltó sobre una pierna, aferrando sus manos rotas.

—¿No has oído hablar del tullido en el concurso de patadas?

—¿Tienes interruptor de apagado? —preguntó Coloso.

—Sí, al lado de la próstata. ¿O es el de encendido? —replicó Wade.

—¡Basta! —Coloso lo estampó contra un coche. Una vez más, Negasónica se rió del dolor de Wade. Coloso esposó una de sus manos a la de él y lo arrastró por el suelo—. Vamos a hablar con el Profesor.

—¿McAvoy o Stewart? Esas cronologías son tan confusas... —Wade dejó escapar un gruñido—. "¡Vivo o muerto, vendrás conmigo!".

—Ya te recuperarás, Wade. Siempre lo haces —dijo Coloso mientras caminaba, con Negasónica a su lado.

Deadpool encajó el brazo en su sitio y sacó un cuchillo de su bota.

—¿Habéis visto 127 Horas? Alerta de spoiler —advirtió antes de empezar a cortar su muñeca; el ruido atrajo la atención de la adolescente.

—No me jodas. Qué asco —hizo una mueca. Coloso levantó a Wade del suelo para que pudiera ver lo que estaba haciendo y un chorro de sangre salpicó en su cara.

—¡Aquí tenéis la escena del clímax, nenazas! ¡Hola! Soy yo, tu menstruación —dijo Deadpool, cortando por fin el hueso de la mano esposada. Salió volando hacia atrás del puente y aterrizó en un camión que pasaba por debajo. Su mano, aún con la esposa, estaba girando hacia la cara de Coloso, con el dedo de en medio levantado.

El conductor del camión tuvo la amabilidad de dejar a Wade fuera de su apartamento. Se bajó de un salto y se dirigió al camionero.

—¡Siento haber sangrado encima de vuestra basura! Agua con gas y limón para la sangre. ¡Whoo! Hay ciertos tipos de ira que no se pueden controlar.

Mientras caminaba hacia su puerta, cogió un trapo que colgaba del capó abierto de un coche y lo envolvió alrededor de su muñeca picada.

—¡Como cuando tu plan de todo un año acaba con el tío equivocado desmembrado! Dicho esto, el mejor sitio para lamerse las heridas es el hogar. Y yo comparto ese hogar con alguien que ya conocéis, Marley y la vieja ciega de la lavandería, Al.

Flashback a la lavandería donde Marley y Wade conocieron a Al.

—Dios, cómo añoro la cocaína.

—Ella —la señala detrás de ella, jadeando dramáticamente—. La cuarta parte de la cuarta pared dentro de la cuarta pared. Son... ¡dieciséis paredes! 

Volvemos al presente.

—Ella es como la Robin de mi Batman, espera no, Marley es mi Robin. Al es Batgirl, solo que es vieja, y negra, y cegata. Y creo que está enamorada de mí. Espera, seguro que a Robin y a Batgirl también les pone Batman —paró de hablar para llamar a la puerta. Al fue a contestar, pero tropezó y se cayó en el proceso.

»¿Al? —él mismo abrió la puerta, dándole un fuerte empujón—. Buenos días, dormilona. ¡Oh! Aquí apesta a bragazas de fósil femenino.

—Sí, soy un fósil, y llevo bragazas —replicó Al, haciendo una pausa para preguntar—. ¿Dónde está Marley?

—Aquí no, desde luego. Y sí, pero tú no eres femenina —Deadpool se quitó la máscara y los zapatos y se puso unos crocs—. ¡Oh! Qué cómodos.

—Lo bueno de ser ciega, es que nunca te he visto con Crocs —dijo Al, siguiéndolo a ciegas.

—¿Mis zapatos de goma masturbadores? —preguntó Wade con una sonrisilla.

—Sí, ya lo sé. Lo malo de ser ciega, es que lo oigo todo aumentado —gruñó.

Wade se desplomó en el suelo, tumbándose con un fuerte suspiro.

—Que te den.

—¿Betadine?

—Sí. Betadine será suficiente —respondió Wade con sarcasmo, levantando la mano, que empezaba a crecer lentamente. Al estaba montando un mueble—. ¿Qué tal va el Kullen y su montaje? Lo de IKEA no se monta solo, ¿sabes?

—¿A mí me lo dices? No me molesta el Kullen. Es una mejora con respecto al Hurdal.

—Por favor. Cualquier cosa es mejor que el Hurdal. Yo hubiese elegido un Hemnes, incluso un Trysil en vez del Hurdal. Oh, no, yo no aluciné hasta que vi el Kullen.

—Clávamela, por favor —pidió Al, extendiendo una mano en dirección a Wade en el suelo.

—¿Aquí? ¿Ahora? Es broma, ya ni te acuerdas —se burló.

—Te sorprenderías.

—Estoy a punto de potar —contestó Wade.

—Ta chán —exclamó Al cuando terminó de montar el mueble y se sentó. Después de un momento, el mueble se desmontó por completo con un fuerte estruendo—. Ojalá nunca hubiera puesto aquel anuncio.

—Decía, "Busco compañero de piso, ciego ante las imperfecciones de la vida. Debe ser manitas". ¿O yo monto lo de IKEA y tú pagas el alquiler? —replicó Wade.

—¿Por qué estás tan gili esta mañana? —contraatacó Al.

—Recapitulemos. Porque hoy el eunuco que nos convirtió a Marley y a mí en estos frikis se me ha escapado de las manos. La mano —corrigió, levantándose rápidamente del suelo y enfrentándose a Al—. Secuestró a Marley en el proceso, y atraparlo era nuestra oportunidad de volver a estar buenorros, recuperar a mi ex pibón, y evitar que esta mierda le pase a más gente. Hoy ha sido tan divertido como un consolador de papel de lija.

Agarró un poco de lubricante, con un unicornio de peluche bajo el brazo. Mientras pasaba al lado de Al para ir a su habitación, se tiró un pedo bastante sonoro.

Hashtag cuesco.

Francis entró en un almacén, llevando a una Marley inconsciente sobre su hombro. Vio a Ángel y dejó caer a Marley al suelo con dureza.

—Sé quién es nuestro amigo del traje rojo. Me las arreglé para capturar a su amante.

Ángel bajó la mirada hacia Marley antes de alejarse y volver con un botiquín de primeros auxilios y un collarín de mutante. Colocó el collar alrededor del cuello de Marley, atando las manos de la payasa a la espalda antes de empezar a coser las heridas de Francis.

—El puto Wade Wilson y Marley Kinn. Yo también llevaría máscara si tuviera su careto. Ojalá pudiera curarme como él —comentó Francis. Ángel le tocó el hombro, como diciéndole que había terminado, y él se quitó la camiseta de tirantes—. Aún así, acabaremos con él, a nuestra manera.

—Claro. ¿Y cuando se cure? —preguntó Ángel.

—No puede. No si no queda nada de él —respondió, poniéndose otra camiseta—. Es curioso, ya le echo de menos. Me van los retos —Francis se acercó a ella, quitándole el palillo de la boca—. Sí, pero es malo para el negocio. Vayamos a buscarlo.

En cuanto Marley se aseguró de que se habían ido, abrió los ojos y miró alrededor de la habitación en la que se encontraba. Estaba oscuro y apenas podía ver nada. Lo único que podía sentir era el frío concreto bajo las palmas de sus manos y el restrictivo collar que le rodeaba el cuello. La antihéroe se sentía terriblemente débil, y ahora sabía que no podía hacer nada al respecto.

No tenía poderes, no tenía a Wade, y lo más importante... no tenía voces en su cabeza.

Wade estaba sentado en el sofá de su salón, pensando en su desaparecida socia en el crimen, cuando Al se acercó con una bebida. Esperaba que Marley entrara saltando por la puerta principal con una gran sonrisa en la cara afirmando que había matado a Francis, pero sabía que eso no ocurriría. Francis le estaba quitando todo y no sabía qué demonios hacer.

—¿Ibuprofeno? —preguntó ella, colocando la bebida y el frasco de pastillas en la mesa de café frente a él antes de sentarse a su lado. Lo que no había notado era que había dejado caer el frasco de pastillas en el suelo.

—Te lo puedes meter donde te metiste el betadine. He encontrado mi alijo de anargésicos para las muelas del juicio, y estoy orbitando alrededor del puto Saturno ahora mismo —dijo antes de acariciarle la barbilla con su mano, que parecía la de un bebé—. Pero te agradezco el detalle.

—¿Estoy loca, o tienes la mano super pequeña? —preguntó Al con escepticismo.

—Del tamaño de un "cuchador" del KFC —afirmó Wade.

—Entiendo que estés gruñón, pero tu humor jamás mejorará hasta que encuentres a esa mujer y le digas lo que sientes —aconsejó.

—Te lo he dicho mil veces, señora Magoo. Ella pasaría de mi culo. Si me vieras, lo entenderías.

—El aspecto no lo es todo. Simplemente pregúntale a Marley, que era la chica de la que hablaba —corrigió Al; si ella pudiera ver, se aseguraría de ponerle los ojos en blanco.

—¡Claro que el aspecto lo es todo! ¿Has oído hablar a David Beckham? ¡Parece que se ha tragado una bombona de helio! ¿Crees que Ryan Reynolds ha llegado a algo por su interpretación? Y además, ¡yo no veo a Marley de esa manera! —negó, aunque sabía que no era cierto.

—Y una mierda —se mofó Al—. El amor es ciego, Wade.

—No. Tú eres ciega —contradijo Wade, levantando un momento la cabeza del hombro de Al para decir eso.

—Al parecer, tú también lo eres ya que claramente no puedes ver lo enamorado que estás de esa pirada —Al hizo una pausa durante unos segundos, pero no recibió respuesta, así que cambió de tema—. Entonces, ¿vas a quedarte aquí tirado y lloriqueando?

—No, voy a esperar a que este brazo atraviese la pubertad, y luego voy a elaborar un nuevo plan para el día de Navidad. Mientras tanto, lárgate de mi cuarto. Apuesto que la sentiré enorme si me la casco con esta mano. Vete, vete, vete, vete, vete, vete.

Al hizo una mueca y se levantó, saliendo del cuarto y dejando a Wade completamente solo.


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