006

N U E V O
P E R D E D O R

¡Eddie! ¡Edward Kaspbrak! ¡SALVALO!

Gritaban las voces.

Alessia estaba más que nerviosa. Había llamado a la casa de los Kaspbrak para ver si Eddie se encontraba allí.

Su corazón empezó a latir más rápido cuando la Señora K le había dicho que aún no llegaba.

Salió corriendo de su casa sin saber a dónde ir.

Después de unos 10 minutos corriendo sin parar, se encontró con su pequeño amigo.

—¿Estas bien, Eddie?—lo agarró de los hombros, examinando lo con la mirada.

Nadie, aparte de los perdedores, sabían de la extraña relación que habían adoptado Eddie y Alessia cuando se conocieron.

Si bien ya se sabía que Edds era como la mamá del grupo, se comportaba de una manera muy sobreprotectora con Alessia. De alguna u otra manera ambos se protegían; Parrish no permitía que absolutamente nada le pasara a su pequeño amigo, aunque casi siempre terminaba con un moretón o algún raspón debido a aquello.

—Creo que me estoy volviendo loco—murmuró todavía ido.

—No parece como si estuvieras en tus cabales, te acompañaré hasta tu casa.

Mientras ambos adolescentes caminaban en absoluto silencio, el sol se estaba escondiendo para dar paso a la hermosa luna. Incluso ya se podía oír el sonido de los insectos nocturnos, dando aviso de  que debían apurarse por el toque de queda.

¡Beverly! ¡Beverly Mars! ¡BEVERLY!

Alessia se paró abruptamente, haciendo que su compañero de al lado también se detenga y la mire preocupadamente. Giró su cabeza mirando hacia todas las direcciones. No podía ir donde la pelirroja ya que no sabía dónde era su casa, y debido a eso, la ansiedad empezó a invadir cada poro de su cuerpo.

—¿Ale? ¿Ale, estas bien? ¿Sucede algo? ¿Alessia?

Murmuró Eddie con desespero; sin embargo, la castaña no le prestaba atención, las voces en su interior eran demasiado fuertes.

—Entra a casa, Eddie. Te veré entrar y luego me iré a la mía—susurró como pudo.

Fijó su vista en la casa de su amigo, sólo faltaba media cuadra para llegar a esta.

—Bien...—dijo no tan seguro de su respuesta.

Alessia observó como su amigo camino inseguro por la vereda. Cuando Eddie ya estuvo en la puerta de su casa se giró y se despidió con una sonrisa nerviosa.

Se dió la vuelta para ir a su casa, mientras caminaba soltó un suspiro frustrada. No podría llegar a contactar a Beverly a tiempo.

Al llegar a su casa subió de frente a su cuarto, se sentía tan cansada mentalmente que no se dio cuenta de que se había dormido ni bien su cuerpo tocó la cama.

Se sobresaltó al escuchar voces. Las voces ni siquiera la dejaban descansar.

¡Bill! ¡Denbrough! ¡Georgie! ¡WILLIAM!

—Callense...

Tapó su cara con una almohada y gritó en ella con desesperación, haciendo que las voces se callaran de golpe.

—Estúpidas voces, mencionaron a Georgie cuando él ya está muerto.

El sol ya había salido y con ello Alessia se encontraba cambiaba para ir a la casa de Bill. Habían quedado con Stan para ir juntos, por lo que esperaría sentada en la vereda, en frente de su casa.

Aún se sentía casada por lo del día anterior.

—Hola—saludó el judío—. Hoy día iremos a la casa de Beverly.

—¿Por qué? ¿Sucedió algo con ella? ¿Está bien?—preguntó mientras se subía a la bicicleta del chico.

—No lo sé. Bill sólo nos llamó en la mañana para avisar y dar la dirección.

—Ese tonto ni siquiera me llamó a mí—soltó con indignación.

Cuando se toparon con los demás chicos, no se hizo esperar Alessia para reclamarle al tartamudo por no avisarle.

El castaño se defendió con el "Ibas con  Stan, no había necesidad de llamarte", aquello hizo que Alessia le diera un zape.

—Llegaron. Ti-Tienen que ver algo.

—Hey, tranquila Bev. Ya pareces este tonto—señaló con la cabeza a Bill.

—Alessia—murmuró suplicante.

—¿Qué cosa?—les cortó Richie—¿Más de lo que vimos en la cantera?

—Cállate, cállate Richie.

—Aquí vamos de nuevo con las peleas de la parejita—le susurró Alessia a Stan, sacándole una sonrisa al mirar a Richie y Eddie.

—Papá me matará si se entera que los metí… al departamento.

—Alguien se quedará a vigilar—propuso Bill—. Richie, quédate aquí.

—Wow wow wow, ¿Y si llega su papá?

Stanley se giró hacia Richie antes de subir las escaleras—Habla hasta por los codos, te gusta hacer eso.

—Es un don que tengo.

—¡Vaya increíble don!—se burló la castaña.

Al llegar al departamento, los llevo hacia lo que sería el baño.

—Ahí dentro.

Al momento Eddie empezó a divagar de las bacterias que se encontraban en aquel cuarto y los posibles accidentes

Al abrir la pequeña habitación se dieron cuenta de que estaba completamente bañado en sangre en su interior.

—¿Ven la sangre?—preguntó Alessia, recibiendo respuestas afirmativas.

Okey… es real… lo que estoy viendo... ¡Joder! ¡Esto no parece real!

—¿Qué pasó aquí?

—Mi papá no lo vio. Creí que estaba loca.

—Para tu coche Beverly—dijo la castaña, al mismo tiempo que entraba a la habitación—. Yo soy la única loca y tengo certificado de aquello.

—No podemos dejarlo así.

—¡Genial! Sólo no piensen que es la menstruación de Bev o la de sus madres.

Los demás chicos la reprendieron al instante—¡¡Alessia!!—haciéndole soltar una carcajada.

—Me encanta ser su portero privado. No se podían tardar más—comentó el de anteojos con notable sarcasmo.

—Estúpido Richie, ¡Me mareas, deja de dar vueltas!—se quejó Alessia.

Oh bueno, sigan callando me. Yo no fui el que limpió el baño imaginando que su lavado paso por la vagina de la mamá de Eddie en Halloween.

—No lo imaginó—se pararon al momento que Bill habló—. Yo… también vi algo.

—¿Viste sangre?

—Sangre no. Yo vi… a Ge-Ge-Georgie. Se veía muy real. Era tan parecido pero con este...

—Payaso—todos giraron hacia Eddie—. Yo también lo vi.

—¿Sólo los vírgenes ven esa cosa? Por eso yo no lo he encontrado.

Alessia se miró el brazo, aquel que estaba vendado, no dejando ver la herida que se encontraba en esta.

Ella también se había topado con Georgie. ¡Hasta la había hecho daño! Pero… ella no vio a ningún payaso.

—No es del niño que estudia en casa—señaló la bicicleta tirada.

—Si, es la bici de Mike.

—¿Lo ayudamos?—preguntó la pelirroja.

—Andando par de estúpidos—encabezó el grupo Alessia.

Al llegar al lugar del bullicio, las voces a Alessia la empezaron a atacar.

¡Está ahí! ¡Corre! ¡Mátalo! ¡Salvate! ¡Eso! ¡Corre!

Parrish reaccionó cuando una piedra impactó en la cabeza de Bowers. La roca lo había lanzado Beverly.

—¿Estas bien?

—¿Mmm?... Si, Bev, si.

Cada uno de los perdedores agarró una piedra.

Alessia aún seguía de manera más alerta que los demás. Sentía que una persona en específico la observaba desde lejos.

—Se esfuerzan demasiado perdedores. Lo hará con ustedes, pidanselo amablemente, igual que yo—dijo Henry mientras se agarraba el miembro asquerosamente.

Y con esa insinuación empezó la guerra de rocas, las piedras volaban por todas partes. Alessia sonrió sin poder evitarlo, se sentía bien sacar esa furia.

Al final en el piso solo quedó Henry, sus amigos habían huido tal cual gallinas.

—¡Ve a joder a tu madre, imbécil sin estilo!—Richie mostró sus dedos medios cuando casi todos los perdedores ya se habían ido.

—Gracias, pero no debieron, van a molestarlos también.

Ah, no no, ¿Bowers? Siempre nos molesta.

—Creo que es algo que todos tenemos en común.

—¡Niño sin escuela! Eres del club de los perdedores.

—Richie tiene razón—comentó Alessia—. Si alguien te molesta solo llámanos—le guiña un ojo—, nosotros te defenderemos. Ya no estás solo.

Todo el club asintió, conformes con lo que había dicho su amiga.

Las voces que le avisan a Alessia es cuando Eddie ve al leproso, cuando Bev ve el baño lleno de sangre y cuando Bill ve a Georgie

Espero que les haya gustado el capítulo ❤

El club de los perdedores ya está completo siiii!

Bueno... nos vemos en el siguiente capítulo

Hasta aquí mi reporte xd

SÍGUEME • COMENTA • VOTA

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top