003
╭─────•♡•─────╮
C A S A C L U B
╰─────•♡•─────╯
—¡Acabo de recordar que viví aquí hace dos horas! ¡Así que al demonio con esto, yo me largo!—soltó Richie furioso, siendo seguido por un Eddie asustado.
Alessia miraba como Mike intentaba hacer que los chicos se quedes desde los cálidos brazos de su esposo que la abrazaba.
—Vamos, no tenemos que hacer nada aquí.
—Pero Stan, yo quiero quedarme.
—Es muy peligroso, no nos quedaremos aquí ni un minuto más—habló decidido, mientras ambos se dirigían a la camioneta—. Nos vamos al hotel y mañana partimos temprano hacia la casa.
En unos cuantos minutos ya habían llegado al hotel. Pidieron las llaves de su habitación y se encerraron en ella.
—¿Llamamos a Lía para ver cómo está?—preguntó Stanley. El hombre parecía nervioso y ansioso, eso lo notaba su esposa, que asentio ante la petición de su esposo.
Agarró su celular y marco para hacerle una videollamada a su hija. Todavía no era tarde así que había esperanza de que aún no se haya dormido.
—Mamá, papá. ¿Cómo les va en su viaje?
—Muy bien cariño—respondió Stan, un poco más tranquilo de saber que su hija estaba a salvo. Por algún motivo tenía el presentimiento de que algo le vaya a suceder—. ¿Te estás portando bien con la abuela?
—Si. Hoy día hemos hecho galletas. ¡Me han salido deliciosas!—chilló emocionada hacia sus padres—¿Esta el tío Bill ahí? Quiero hablar con él, hace tiempo que no lo veo.
—Por el momento no está con nosotros cariño—respidió Alessia—. Se ha ido con un amigo nuestro a seguir hablando de sus vidas.
La pequeña adolescente rio—Cuando le vean díganle que lo extraño y también a la tía Audra.
—Nosotros le diremos cariño—le aseguró su padre.
—Bien. Me tengo ir, la abuela dice que ya es hora de dormir.
—Bien, hazle caso. Duerme y no andes en el celular, ¿Entendido?
—Si mamá—soltó con pesar la niña para luego sonreír divertida—. Me voy. Chau mamá. Chau papá.
—Ádios cariño—murmuraron los dos.
Ambos se quedaron en silencio. Alessia se paró de la cama y aviso que iría abajo a tomar algo. Stan asintió y le dijo que dormiría.
La castaña bajo por la escaleras y se encontró a Eddie —quien le hablaba nervioso a la pelirroja—, Richie, Beverly y Ben.
—¿Qué sucede?—preguntó al ver a todos nerviosos.
—Bev vio todas la muerte de todos—le respondió Richie.
—¿Qué? ¿Eso es cierto Bev?
—He visto a cada uno de nosotros…—murmuró con la voz temblorosa.
—Cada uno de nosotros, ¿Qué?—cuestionó Bill, quién entraba al hotel junto con Mike.
—Acabaremos muertos. Es… es nuestro destino.
—Y como es posible que el resto no lo vemos, qué la hace tan diferente.
—Luces de la muerte—murmuraron a la vez Alessia y Mike. Una repitiendo lo que decían las voces y el otro sabien desde hace tiempo lo que significaba eso.
—Ha sido la única que ha sido tocada por eso.
—No Bill, todos hemos sidos tocado por eso—corrigió Mike—. Algo a cambiado en nosotros. Ese tenía ha estado creciendo desde hace 27 años. Tenemos que pararlo antes de que corramos el mismo destino de la visiones de Beverly.
Alessia llevo ambas manos a su cabello, revolviendo lo—Esto en una locura—susurró.
Mike empezó a explicar lo que veía a ser el ritual. Richie se negó, pues quería esperar otros 27 años. Beverly le dijo que como iban las cosas, ellos no iban a llegar hasta esos años.
—He visto de lo que está hablando—Bill hizo referencia a lo del ritual—y-y todo eso es cierto. Es la única solución. Si queremos que el ritual funcione…
—Tenemos que recordar—completó Mike.
—Recordar qué.
Alessia tronó su cuello, tensa ante la situación de recordar. Según lo que le dijeron las voces, los recuerdos no eran precisamente bonitos.
Recordaba a eso, sí. Pero no recordaba nada más. No recordaba como la asustaba ni que forma tomaba cuando estaba con ella.
—Iré a contarle todo a Stan—soltó. Hecha todo un lío en su mente—. Nos vemos en la madrugada.
Subió en su habitación y despertó a su esposo. Le contó todo, y a pesar de que Stanley le rogaba para que se fueran, ella se negó.
—Si nos vamos, podríamos morir. Tenemos que acabar con eso de una vez por todas.
Los perdedores caminaban tranquilamente por los baldíos. La pareja de esposos estaban tomados de la mano observando la naturaleza.
—Aquí es donde vinimos después de la pelea con piedras—informó Ben.
—La casa club—recordó Richie—. La escotilla debe de estar por alguna parte—habló, yendo a buscarla.
—Oigan, recuerdo que la puerta estaba por aquí—dijo Ben, mientras daba pistones en el suelo. Sin previo aviso el hombre, con mejor cuerpo del grupo, desapareció de la vista de los demás—. ¡La encontré!
—Pues vaya forma de encontrarlo—murmuró la castaña divertida, mirando como Ben estaba tirado en el suelo de la casa club.
Alessia bajó con cuidado las escaleras para llegar a la casa club. Observó el lugar, se dio cuenta que se encontraba empolvado y lleno de cosas viejas. Sus cosas viejas.
Sonrió ante los recuerdos de los perdedores en ese lugar. Recordaba cuando Richie y Eddie se peleaban por pasar más tiempo en la hamaca.
—Hola perdedores—murmuró una gruesa voz en la casa club. Dicha voz provenía del sitio más oscuro del lugar—. Hora de flotar.
La tensión y el miedo se sentían en el aire. Ben quiso retroceder y por poco y se cae.
—Ya, Richie. Deja de jugar, los estás asustando—avisó Alessia divertida.
Richie salió del lugar oscuro riendo—¡Me cortas la diversión, mujer!
—¡Carajo, Richie!—renegó Stan, teniendo su mano en el corazón, temiendo que este se le vaya a salir del pecho—¿Cómo supiste que era Richie, Ale?
—Era el único que faltaba. Era muy lógico. Además de que…
—¿De qué…?—quiso indagar Bill. Dejando la revista que tenía en sus manos para centrar toda su atención en ella.
—Nada—rio la castaña tensa—. Sonará loco si lo digo.
—Dilo amor—apoyo Stan—, el único que se burlaria sería el imbécil de Tozier.
—Hey hey, me ofendes Stanley.
—Las voces… siempre me dicen cuando eso está cerca de mí o de ustedes. Acabo de recordar eso—ladeó la cabeza con una mueca disgustada.
—¿Estás segura?—ella asintió.
—Bien bien—dijo el gafotas para aligerar el ambiente tenso—. Para qué nos trajiste aquí Mike.
—Tenemos que hacer un sacrificio.
—Voto por Eddie.
—¡Por qué yo!
—Eres chiquito. Cabrias en una parrilla.
—Deja de molestar a Eddie, Richie—habló Alessia, ya harta de la situación
—El pasado esta sepultado—retomó la conversación principal el moreno—, pero hay que desenterrarlo. Pieza por pieza. Y estas piezas, estos artefactos, hay que hallarlos. Eso es lo que sacrificaran.
El silencio hábito entre los perdedores. Alessia, queriendo quitar el silencio, murmuró «Bien, ¿Y qué esperamos? Arriba par de tontos».
—Oye Mike—llamó Eddie a su amigo una vez que se encontraban en la superficie—, dónde encontramos los artefactos.
—Seré honesto, amigo. Con todo respeto, esto es muy estúpido—soltó Richie—. ¿Para que los artefactos? Ya lo recordamos todo. Salvamos a Bev, vencimos a eso. Mike, lo recordamos.
—No lo es todo. Peleamos… ¿Pero que pasó después?… Antes de casa Neibolt. Piensen.
—No-No recordamos, ¿O si?—Bill miró a sus amigos buscando respuestas.
—Hay más en nuestra historia. Lo que pasó en el verano. Y esos lapsos como páginas perdidas, es lo que tienen que encontrar. Hay que separarnos. Cada uno hay que hallar su artefacto. Solo, eso es importante—dijo al ver que Stan tenía intenciones de negarse—. Cuando lo hagan, vayan a la biblioteca.
—Tengo que decir que estadísticamente, en cuanto a supervivencia, nos iría mejor en grupo.
—Apoyo a Eddie—habló el judío, tomando la mano de su esposa.
—Si, sería imbécil separarnos. Amigo, tenemos que ir juntos. ¡Estábamos juntos ese verano!—Mike hizo una mueca hacia Richie. Haciéndole saber que eso no era cierto.
—No. No todo e-el verano.
Alessia miró a su mejor amigo. Ambos conectaron sus miradas. Aquella vez que el club de los perdedores se separó, fue la primera y única vez que le metió la mano. Ahora se lamentaba por aquella cachetada que le dio a Bill.
—No me gusta la idea de separarme de ti y dejarte a mano de ese payaso—murmuró Stan a su costado.
—No me pasará nada, mi amor—rio—. Más bien tu ten cuidado, ¿Si?—su esposo asintió.
—Ale—la llamó el moreno, quién se acercaba hacia la pareja—, solo te pido que tengas cuidado con los recuerdos que puedas ir desarrollando en el transcurso de tu estadía aquí.
—¿Por qué?
—Eres a la que más le hacían daño de nosotros mentalmente.
—¿Eso?
—No. Tu familia.
Alessia ladeó la cabeza. Sabía que no se llevaba bien con su familia —a excepción de su hermano— y que detestaba a sus padres. Pero no recuerda nada más.
┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚
SI. ESTOY PUBLICANDO CAPÍTULOS MAS SEGUIDO XDXDXD
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO
NO SE QUE MAS DECIR, ASÍ QUE NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO ♡
SÍGUEME • COMENTA • VOTA
© Kriss-sama
Instagram: Kriss.sama
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top