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L L A M A D A    D E
D E R R Y
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La memoria es algo curioso. A las personas les gusta pensar que son lo que eligen recordar. Las cosas buenas… los momentos, los lugares, las personas que no olvidamos.

Pero a veces… solo a veces, somos lo que deseamos olvidar.

Alessia soltó un bostezo mientras apagaba la ruidosa alarma y se giraba hacia la dirección donde se encontraba su esposo.

—Corre a despertar a la niña, yo en unos minutos me paró—dijo el hombre, mientras se enrrollaba entre las sábanas.

La castaña soltó una risita y se levantó para ir a despertar a su hija para que vaya a la escuela. Caminó y tocó la puerta del cuarto que ocupaba Lia, recibiendo como respuesta un «Ya estoy despierta, mamá».

Caminó hacia la cocina y comenzó a preparar el desayuno. Puso en la sartén los huevos y el tocino para que se cocinen juntos. En otra sartén empezó a freír las papas que acompañarían a los dos primeros.

—Buenos días, mamá—saludó la ya no muy pequeña Lía de 12 años.

Sirvió las frituras en tres platos y los llevo a la mesa, licuo las fresas con leche y los sirvió en tres vasos para después ponerlos en la mesa.

—¿Papá no bajará?

—En un rato lo hace—le respondió a su hija mientras se sentaba junto a ella en la mesa—. Ayer durmió tarde por presentar su trabajo.

—Papá suele levantarse muy temprano cada mañana, realmente tuvo que dormir muy tarde—susurró la menor preocupada, sacándole una risa de ternura a su progenitora.

Luego de unos cinco minutos el padre de la niña se encontraba entrando al comedor. El hombre soltó un bostezo y se acomodó en su respectivo asiento.

—Buenos días, princesa. Buenos días, amor.

—Buenos días papi.

—Come rápido Lia. No querrás ir a la escuela caminando.

—¡Claro que no mamá!—chilló horrorizada mientras comida sus alimentos de manera apresurada.

—Stan, tú también come. No querrás llegar tarde a tu trabajo.

El castaño sonrió hacia su esposa. Y empezó a comer el desayuno que había preparado Alessia.

La mujer lavó los platos cuando terminaron, se cepillo los dientes y despidió a su marido y a su hija para que vayan a sus respectivos destinos.

Soltó un suspiro y aprovecho a estirar los músculos, levantando sus brazos hacia arriba y echando su cabeza hacia atrás.

Cuando se sintió menos tensa caminó hacia su dormitorio, donde cogió su celular para poner la playlist que sacaba a flote su inspiración.

Salió de su dormitorio y se dirigió hacia el sótano, donde guardaba sus lienzos y pinceles.

Atrajo la silla un poco más cerca del lienzo y se sentó en ella para empezar a coger el pincel y dibujar un trazo con pintura negra.

Tarareó la canción y movió levemente la cabeza al son del ritmo. Sonrió complacida al ver que la pintura estaba quedando como quería.

Mojó el pincel con pintura negra y lo puso en el lienzo para hacer una delgada línea. Ya estaba terminando de hacer las pestañas del rostro que había dibujado hasta que el sonido de una llamada entrante la desconcentro, haciendo que su mano se moviera incorrectamente, arruinando el dibujo.

Soltó un bufido y se paró para coger el móvil que se encontraba en el estante de pinturas. Vi la pantalla de su celular mirando que quien le llamaba era un número desconocido.

Acepto la llamada y respondió un tanto enojada:

—Quién quiera que seas, más te vale que está llamada sea urgente.

En la otra línea se escuchó una respiración pesada. Alessia frunció el ceño pensando que aquella llamada era una broma de unos tontos adolescente. Claro… hasta que escuchó la voz de un adulto.

—Hola Ale. Soy Mike.

La esquizofrenia chasqueo la lengua. Conocía a muchos Mike's. Cuál de todos era.

—Apellido—pidió.

—Hanlon… Mike Hanlon de Derry.

Alessia dejó de respirar por unos segundos al escuchar el nombre de la pequeña ciudad donde antes había vivido.

Sin siquiera notarlo, lágrimas cayeron de sus ojos. Por algún motivo que ella desconocía sintió el sentimiento de pérdida y de frustración de golpe, sin previo aviso.

Dejó caer el celular y llevó ambas manos suyas a su cabeza en un intento de callar a las misteriosas voces de su mente.

¡Vuelve a Derry!

—Mamá, ya vino papá y está preguntando por ti—dijo Lia al otro lado de la puerta. Sin embargo sólo obtuvo silencio, así que hizo la más razonable que pasó por su mente y fue en busca de su padre para decirle de la extraña actitud que había mostrado su madre.

Alessia no respondió, no es porque no quería, solo que en estos momentos las voces de su cabeza no paraban de hablar. Murmuraban que eso había vuelto, que nuevamente había comenzado la masacre en el pequeño pueblo.

La mujer se enrollo entre las mantas y fijo su vista en la botella de medicamentos que antes había tomado. Las tres pastillas que se había tomado no hacían efecto en ella, pues seguí escuchando los sollozos, murmuros y gritos de aquellas voces.

Pudo escuchar como trataban de abrir la puerta de su habitación, por lo que supuso que era Stan el que se encontraba al otro lado. Soltó un suspiro y se paró de la cama para guardar los medicamentos que estaban en su mesa de noche. Peino su caballera castaña con sus dedos y se sentó en la cama a la espera qué Stanley entre con ayuda de la llave que se encontraba en la sala.

—¿Mi amor?—los rulos de su esposo fue lo primero que vió—¿Estás bien, Ale?—le preguntó mientras se acerba a ella para luego sentarse a su lado.

—Estoy bien, solo…

¿Debería decirle que nuevamente empezó a escuchar voces? ¿Debería decirle que sentía angustia desde que su amigo de la infancia la llamó?

—¿Solo…?

—Solo me encuentro cansada, eso es todo. Y perdón por no preparar la cena.

—No te preocupes—Uris le sonrió—. Tu descansa, pediré algún delivery y me pondré a jugar un rato con Lia.

Alessia asintió y le dio un beso rápido antes de volverse acostar en la cama. Stan la arropó y terminó dándole un beso en la frente antes de salir de la habitación.

La mujer cerró los ojos con fuerza y pidió en un susurro que se callaran, sin embargo las voces seguían con relatos que ella no entendía.

¿Por qué no podía recordar aquellas cosas que las misteriosas voces le contaban?

¿Qué era eso que tanto repetían?

Levantó su mano hasta la altura de sus ojos y observó la cicatriz que se encontraba. Parpadeó rápidamente al tener un pequeño flashback del día en que se lo hizo.

«—Prometan que volverán cuando…»

Se paró de la cama con lentitud y empezó a buscar su celular como loca. Al encontrarlo soltó un suspiro tranquila y marco el número con el usuario «Bill».

—Hey, Bi Bi.

—Hola Ale—se escuchó la voz de su mejor amigo. Frunció su ceño al notarlo nervioso—. ¿A ti-ti te a llamado Mike?

—Si, lo ha hecho—llevó su mano hasta su rostro y restregó sus ojos—. ¿Irás a Derry?

—Si, supongo que sería bu-bueno ver de nuevo a todos los perdedores juntos.

—Lo sé. Bueno, entonces te veo en Derry.

Bill soltó una risita nerviosa y se despidió de la castaña.

Se quedó pensando en todo. Echada en la cama mirando el techo paso el tiempo. Hasta que una de las voces la alertó.

¡Stanley Uris!

Alessia se paró rápidamente de la cama y dudando en abrir la puerta e ir en busca de su esposo. Retrocedió un paso ante el pensamiento de que las voces solo le estaban jugando una mala jugada.

¡CORRE!

Sin pensar obedeció al mandato y fue a buscarlo. Le preguntó a su hija sobre el paradero de su padre y descubrió que estaba dándose una ducha.

Por algún motivo su respiración se volvió pesada y se acercó hacia la puerta del baño. Dio unos suaves toques y llamó el nombre de su esposo.

¡Entra!

Le gritaron las voces al no recibir respuesta. Con desesperación Alessia corrió a la sala y buscó las llaves del baño. Cuando las tuvo en su mano volvió a la puerta de baño para abrilar.

—¿Mamá? ¿Qué sucede?

—Corre a tu habitación, mi vida.

Lia dudo en acerle caso a su madre, pero de todas formas lo hizo al ver la mirada severa que le dio esta.

La señora Uris entró al cuarto de baño agitada. Llevo ambas manos a su boca al ver lo que su marido trataba de hacer.

Stanley se encontraba en la bañera, teniendo cerca de su muñeca un objeto punzo cortante.

Inmediatamente se acercó a él y le quitó dicho objeto con lágrimas en los ojos.

—¡Qué mierda intentas hacer Stan!

┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚

QUE VUELTO XDXD

¿LES HA GUSTADO EL CAPÍTULO?

Y SI... ALESSIA Y STAN ESTAN CASADOS AHHHH 💕 Y TIENEN UNA HIJA!!

YA QUIERO QUE LOS PERDEDORES SE REUNAN

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© Kriss-sama

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