29.- Caminos de Guanajuato
Heriberto tenía que salir a Italia hoy, que no lo haya hecho solo significa más problemas. Sería una tonta si no tuviera miedo, es malo que la familia Barbieri haya mandado a uno de sus hijos para arreglar el problema aquí, si se tomaron la molestia significa que pretenden deshacerse de él.
Por alguna razón la idea me disgusta, ellos no pueden hacer eso, no van a apropiarse del trabajo de años de mi familia, nadie se los va a permitir. Debo admitir que sopese la posibilidad, sin embargo no es bueno para mí, ellos me matarían para poder obtener el grupo Villanueva, luego irían por Aarón y mi tía Erandi, son familia y ninguno debe quedar vivo, nos cazarían, no lo puedo permitir; además, está el hecho de que van a entregarle a alguien más los negocios que hemos hecho, los de la familia Escalante que son los más grandes, y aunque me gustaría ver hecho trizas a Octavio no quiero que le pase a su demás familia. No queda más que destruirlos.
Bajo las escaleras haciendo mucho ruido, a quien manden debe verme, saber quién soy, cuánto importo. Al ver la puerta principal noto que baje en el momento exacto, acaba de llegar mi objetivo.
Es un hombre de unos treinta y tantos años, apuesto de ojos grises y cabello negro, mucho más alto de lo que esperaba, es un poco enclenque, tengo una corazonada extraña que dice que mandaron al más idiota de todos los que había disponibles.
Heriberto me mira entre fascinado y furioso, le encanta el traje que escogí pero odia que me haya topado con su amigo, me pidió que no llamará la atención, ya debería saber que es inevitable.
-¿Nos presentas? -pregunto al llegar junto a ellos.
Heriberto de mala gana asiente, ya tendrá tiempo de regañarme al rato, ahora mismo no puede quedar mal con el idiota lascivo que no para de verme el escote.
-Leonzio Barbieri, Celeste Villanueva, directora del grupo inmobiliario Villanueva -le ofrezco la mano mientras le sonrió a Heriberto.
El hombre se sorprende como todos los demás, seguramente sabe lo que hago, es más me parece que también tenemos un modesto resort en Reggio Calabria, al rato voy a checar ese asunto, necesito saber hasta donde llegan nuestras conexiones en Europa.
-También soy su mujer -después de darme un beso me suelta la mano y se gira a mi primo.
-Cada que te visito tienes una ragazza diferente, aunque está es una buena novedad -sonrió esperando que no note la burla, su acento es chistoso.
Lo que no me hace gracia es su mirada, siento un impulso asesino, no me gusta que me vean como si solo fuera un hoyo en dónde meterse.
-Que suerte que le agrade porque ya no encontrara ninguna novedad más -eso es cierto, pase lo que pase al lado de Heriberto no habrá nadie más-. Es una lastima que no pueda quedar, tengo una junta importante.
Me adelantó a darle un beso a Heriberto, le doy la mano una vez más al italiano tonto y me doy la vuelta, lastima que no soy lo suficientemente rápida para escuchar su estúpida despedida.
-Sera un placer vernos pronto.
-Stronzo -murmuro al estar fuera de la casa. El Mocho ya está esperándome, ve con recelo a los guardias de nuestra invitado-. Quiero que hagas que ellos sepan en dónde vamos a aterrizar.
-¿Estás loca? -me regaña en un susurro.
Heriberto nos dio órdenes de ir de Mazatlán a Dolores Hidalgo, no me quiere cerca de esa gente, sabe que vienen dispuestos a cobrarse la deuda de la manera que sea, si me atrapan sería terrible, no me puede perder, necesita mi imagen y mi firma para no perder el grupo Villanueva.
-Solo hazlo.
-En ese caso voy a mandar a más personas a cuenca del río, no sabemos cuánta gente trae y un enfrentamiento a campo abierto es peligroso.
Entiendo, he visto muchos tiroteos salvajes, mucha sangre, heridos, muertos, sé a lo que me enfrento y peco de soberbia pero sé que podemos con eso, sino fuera así más me valdría morir, si me atrapan como a una estúpida jamás me ganaré el respeto de nadie.
-¿Y por qué a campo abierto? -pregunto con una sonrisa- No atacarán de frente y yo tampoco, los voy a llevar a un lugar más interesante, con la gente que llevamos estaremos bien -si pedimos refuerzos nos pondremos en evidencia-. Esta es la mejor oportunidad que tengo para demostrar que estoy incondicionalmente a su lado.
-¿Y si morimos en el proceso de que servirá, Angélica?
-Me convertiré en mártir -podrían rezarme como a Malverde-. Vamos, no puedo llegar tarde a mi junta.
No es importante pero si la oportunidad de darles tiempo de llegar, de prepararse con todo lo que tienen.
La junta estuvo regular, ni buenas ni malas noticias, el arquitecto ya quiere empezar la obra yo le dije que es imposible, el amenazo con llamar a Octavio y yo le dije que se jodiera, que haríamos las cosas a mi manera. Embriagada de ese mínimo poder salí a la pista y llegamos en un tiempo decente a cuenca del río, no había nadie a la vista, por un momento pensé que los italianos no aparecerían, mi ánimo empezó a decaer y luego me dieron la gran noticia.
-Patrona, nos están siguiendo -me indica el Pulque.
Me mandaron con hombres de Alfonso, Pulque (José Juan), Chino (Arturo), Bigotes (Miguel) y Rocas (Rigoberto), apenas los conozco, no tengo idea de si son buenos tiradores pero más les vale, de eso depende su vida ahora.
-¿Desde dónde?
-Casi desde la pista -no hay manera de que sea un coincidencia entonces.
-Bien, síguete derecho hasta llegar al túnel la galereña, ahí te paras.
-¿Qué se pare? -inquiere el Chino alarmado.
Volteó a ver a mi gente de uno en uno, todos se ven igual de inconformes y lo entiendo, ellos preferirían perderlos, aquí es muy fácil.
Guanajuato está asentado en una gran cañada rodeada de laderas y pendientes laterales. Conforme crecía la ciudad la afluencia vial se hacía más complicada, la tipografía tan especial ha obligado a los habitantes a usar los túneles como vías para circular por la ciudad ya que las calles son demasiado estrechas -de ahí se originó la leyenda del callejón del beso, al estar tan juntos los balcones era fácil estirarse para estar juntos, para robarse unos cuantos besos-. Fueron construidos en un principio con la finalidad de proteger a los habitantes de las múltiples inundaciones. El primero túnel es "el Cuajin" un túnel hidráulico que buscaba desembocar el agua del Monte San Nicolás, con el aumento de la población se decidió entubar el río y pavimentar el túnel pata dar paso al transito, la idea fue tan buena idea y sustentable que ahora hay veintitrés túneles con más de ocho mil kilómetros de calles subterráneas.
Yo crecí en este estado, lo conozco muy bien, lo amo y por eso no voy a armar una persecución por la ciudad, no me voy a arriesgar a qué alguien que, sin debería ni temerla, salga herido o muerto, por eso escogí el túnel la galereña. Es un túnel minero, es bastante largo y solo con el sonido de los disparos ya saldrán corriendo en la dirección contraria, que se queden en la glorieta Pozuelos es lo mejor.
-Miren, nos los tenemos que sacar de encima, si nos siguen hasta la casa las cosas van a ser mucho peores. -no parecen muy conformes, por suerte vengo con el Mocho que asiente satisfecho, no le queda de otra- ¿Cómo vienen de armas?
Rocas y Chino se levantan de sus asientos casi al mismo tiempo que entramos al túnel, al detenernos levantan el asiento trasero de la camioneta, me sorprendo de lo bien surtidos que están.
-¿Con esto le basta? -pregunta Bigotes que sigue al lado de mi, ya está grande, imagino que ha vivido mas cosas de estás por eso parece indiferente a la situación.
-Los haré vomitar plomo -respondo con una sonrisa.
Chino reparte las armas y nos bajamos de la camioneta a toda prisa. Estudio el túnel, como los demás está hecho de conglomerado rojo de Guanajuato, la misma roca en la que está asentada la ciudad, al ver el suelo noto que las baldosas están poco, le acaban de dar mantenimiento, lastima que tendré reventar los focos, hay algo más, una luz roja que parpadea, una cámara. Me apresuró a dejar a oscuras nuestra parte del túnel, los disparos además sirven de emergencia, espero que además de gritar, los incautos corran lejos de aquí.
-Ya hiciste tú desmadre ahora súbete a la camioneta -me ordena el Mocho, que lastima que no le haré caso.
-De ninguna manera, tendrán una mejor oportunidad conmigo.
-El patrón nos matará si usted... -interrumpo el mal argumento de Bigotes.
-Igual van a intentar matarlos así que dejen de pelear conmigo, ya están entrando -son muy lentos, parece que van tanteando el terreno, por suerte yo lo conozco tanto como la palma de mi mano-. Es una pena que esos idiotas no van a conocer los caminos de mi pueblo -levanto fusil de asalto, ajusto el tiro-. Túpele con ganas y no rajes, mi hermoso Guanajuato, hoy te voy a regalar unas cuantas momias italianas.
Escucho una carcajada sincera detrás de mi, no dura mucho, doy el primer disparo al conductor de la camioneta, el vidrio del parabrisas y el cráneo del hombre revientan en una explosión de vidrios y sangre. Al no tener conductor la camioneta se estampa contra una de las paredes del túnel, esos cabrones han de ser de goma porque salen como si nada con las manos en alto, disparan a diestra y siniestra.
Le gritó a mi gente para que vaya a la oscuridad, es mejor que nos los vean, la cámara ya capto lo que quería lo demás quedará a la imaginación y experiencia de los forenses. Nuestros contrincantes bajan de la camioneta, pretenden acercarse más, o al menos eso creo que dicen, no sé italiano y su verborrea es tan rápida y confusa que no me da tiempo de averiguar qué es lo que dicen, sus últimas palabras se perderán con ellos.
El tiroteo no dura más de cinco minutos, no venían preparados para matarme, solo pretendían seguirme hasta la casa, es una pena que encontrarán su destino tan lejos de casa.
Mis compañeros también lo saben, antes de acercarme a ver los cuerpos le doy a las demás farolas, es mejor así. La sangre corre negra por las baldosas; aunque hay poca luz veo bien sus rostros, son dolorosamente jóvenes, el remordimiento hace mella en mi, empiezo a preguntarme si perder la vida de estos jóvenes vale la pena por un bien mayor, cierro los ojos e intentó recordar alguna oración, nada no me llega nada. Soy una criatura que no entiende el consuelo divino, que no cree en el y por lo tanto no es capaz de brindar nada más que muerte y violencia.
-¡Patrona! -gritan detrás de mi, al voltear veo al Mocho tirado en el suelo.
Pensé que los gritos eran solo de los muchachos que ya han muerto. Corro hacia él, los demás lo ven con la expresión perturbada, era algo fácil, no debió resultar herido, eso nos quitará mérito a ambos. Me arrodillo para levantarle la camisa, la bala entro justo a un lado del ombligo, aún está consiente y espero que no le perforara ningún órgano o lo habré perdido.
-¿Cómo estás de grave? -pregunto palpando su abdomen, la bala sigue ahí.
-Estoy bien -ni su cara ni la sangre que brota de la herida lo avalan.
-Pásenme una navaja y traigan algo de alcohol -les ordeno y el único que se mueve es el Chino.
Desde el primer día que me dejaron salir compré un botiquín medico, lo más básico solo para heridas leves, hemos perdido a muchos por hemorragias que podían detenerse fácilmente. Me pasan el alcohol, me lavo las manos con él y también mojó la navaja, espero no cometer un error, siempre supe que un curso de primeros auxilios no me iría mal, lastima que es demasiado tarde.
-¡No! -me grita antes de que le meta la navaja.
-Se te puede correr, es mejor que la saqué ahorita -ve a los demás suplicando que me detengan, ellos niegan-. No voy a permitir que mueras por mi culpa.
Vuelvo a palpar la herida, siento el pequeño bulto, la navaja me ayuda a separar la piel y busco a tientas con mi mano.
-¡Hija de tu puta...! -exclama de dolor, Bigotes le tapa la boca.
-Aguas que mi madre era una santa -le sonrió intentando tranquilizarlo.
Encuentro rápido la bala, la saco sin dificultad para limpiar la herida, lo vendo, necesitamos llegar rápido a Celaya.
-Hay que conseguir un médico -dice el Pulque, se adelanta a mis pensamientos.
-Hay uno en Celaya que era amigo de mi padre -se tensan, es evidente la incomodidad al mencionar a mi progenitor-. Yo les digo por dónde irse en caso de que aún nos sigan.
-Yo consigo un carro para llevarlo, ustedes váyase a Dolores Hidalgo -me ordena Pulque, niego.
Él no manda y yo soy la única que sabe que decirle al médico para que no nos ayude, no planee ningún herido pero nunca está de más tener a alguien de confianza, el doctor que me trajo al mundo es el único mata sanos en quién confío que no nos denunciará.
-No voy a abandonar a mi gente... -digo muy sería, tienen que creerme- Vamos que también quiero comprar cajeta y la señora que me la vende cierra temprano.
Por lo menos el Mocho se ríe antes de caer en la inconsciencia.
Soto está delante de mi con la expresión sería, él está conforme con el trabajo que ha hecho pero yo no, los demás tampoco, lo que se le encargo algo de vital importancia para Angélica, es una de sus llaves de salida.
-Entonces, después de todo este tiempo, vienes a decirme, así como si nada, que no tienes ni idea de dónde está la bóveda, ¿cierto?
-Si, básicamente -responde sin pena-. Cómo te veo inconforme te voy a explicar algunas cosas, que seguro entenderás -se mueve hasta estar delante del mapa y me señala un punto-. Este es Zacatecas, lo conoces ya que tu familia es de ahí, como sabrás es un estado minero, allí hay túneles porque las condiciones son propicias -mueve la mano hasta otro punto no muy lejano-. El estado de Hidalgo es conocido por sus aguas termales y diversos cuerpos de agua, además está la gente que se dedica al campo, como entenderás el riego y las lluvias reblandecen el suelo -asiento no muy satisfecho-. Un túnel allá sería muy peligroso, son muy pocos lugares en dónde podría existir un túnel, sin embargo no lo encontraremos así nada más, seguiré investigando pero lo mejor es conseguir un nombre o dirección aproximada.
-O bien un maldito milagro -se encoge de hombros y toma asiento.
-He pensado que, quizá, Angélica, confundió Hidalgo con Dolores Hidalgo, en Guanajuato tendría más sentido todo esto.
-Angélica no se equivocaría jamás.
Conoce la geografía de su país, mucho más la del estado que la vio nacer, es imposible que la bóveda este ahí y no se enterará.
-Está bien, seguiré buscando y si escucha algo más que lo diga de inmediato.
-¿Y si le preguntamos a Aarón? -sugiere León, me sorprende que hable hasta ahora- Puede que el niño recuerde algo que Angélica no.
-No me gustaría preguntarle al niño, si se entera nos va a matar.
Ya suficiente tuve con lo que pasó con el doctor Medina para arriesgarme una vez más; por si fuera poco aún tenemos temas pendientes, no quiero sumarle más problemas a la lista.
-No pido sacarle nada relevante, solo puede que conozca algo -insiste León,
Cómo es capaz de preguntarle el mismo no me queda más que ceder, le preguntaré de la manera más delicada posible.
-Bien, pero no esperes mucho, el niño tiene los labios a todo el que no sea el psicólogo o Joanna.
No sé si Angélica lo pidió pero no me dan muchos detalles de sus terapias, quizá solo no me lo dicen porque es un asunto confidencial, y como hasta ahora no he notado nada raro en Aarón no existe la necesidad de ahondar en el tema.
-Joanna, si ya tienen confianza creo que pueden sacarlo juntos un día -sugiere León con un intento de sonrisa-. Al niño no le hará mucha gracia estar siempre encerrado y tienes la obligación de hacerlo feliz o lo que más se le parezca.
-¿Crees que Joanna lo deje salir, y además venga conmigo?
Apenas empezamos a tener una incipiente amistad, no pretendo arruinarla solo porque él quiere que manipule a un niño para que le dé información.
-Por favor, Cristopher, todos sabemos lo que hacen -murmura Soto desviando la mirada a la puerta, hay mucho ruido afuera.
-Me gustaría que lo dijeras.
-Sabes que prefieres no escucharlo -responde León-. Aún intentas luchar contra ello.
Odio que me conozcan así de bien, pero esta equivocado, no luchó contra nadie, lo único que hago es evitar adelantarme, quiero que todo salga bien y si para eso tengo que seguir sacrificando mis sentimientos así lo haré.
No puedo pensar en ninguna respuesta ingeniosa a eso, en su lugar me quedo sorprendo, como los demás, cuando entra Frida, no dice nada solo se pone a buscar en la mesa hasta que encuentra el control de la pantalla, sintoniza un canal de noticias.
-Esto pasó hace treinta minutos -anuncia y se hace a un lado.
La pantalla muestra un vídeo muy borroso de una cámara de vigilancia, una mujer vestida de rojo que dispara a las farolas.
-¿Esa es...? -empieza a preguntar Soto
-Angélica, casi te lo puedo jurar -responde Frida.
El vídeo sigue corriendo, la mujer se pone al frente de los demás hombres a su alrededor, apunta al frente y dispara con una precisión letal, dándole al conductor de una camioneta, el vídeo se corta ahí, no debe ser apto para seguirlo transmitiendo.
La presentadora habla del aumento de la violencia en el país recuerda algunos incidentes pasados en el mismo lugar, mientras una miniatura del vídeo se repite una y otra vez. Hay seis muertos, solo se ha identificado a uno como un ciudadano italiano, por las características los demás deben serlo también.
-Cristopher, ¿crees que esto tenga que ver con lo que pasó en los laboratorios? -pregunta León.
Angélica no se ha comunicado, ahora sabemos que está viva, al parecer sufriendo el asedió de la gente a la que su mercancía no le llegó.
-Es lo más seguro -respondo sin dejar de mirar la pantalla-. Posiblemente la venían siguiendo.
Lo único que me parece raro es que no le disparara también a la cámara, no dejo ver su rostro en ningún momento, está haciéndolo de nuevo, quiere que la vean, solo no sé a quién le quiera hacer llegar un mensaje y con que propósito.
-Llama a la policía local, informales que cierren la zona, vamos para allá -le ordena León a Frida, ella sale rápido de la sala-. Soto pide toda la información que puedas, verifica la identidad de ese hombre, busca cualquier cosa que lo vincule al Comando.
-La cita tendrá que esperar -se burla Soto antes de salir con León.
Continuó viendo la pantalla, empiezan las especulaciones, un sinfín de cosas, una vez que identifiquen a los muertos poco tiempo tardarán en vincularla con Heriberto, mientras tanto ya la han nombrado, todo por ese maldito traje rojo que trae puesto, parece casi planeado.
-La galereña.-murmuro para mí- ¿Por qué lo hiciste, Angélica? ¿A dónde pretendes llegar con esto?
Gracias por seguir leyendo.
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