27.- A donde sea
Suspiro mirando el malecón de Mazatlán, la brisa del mar que alcanza a entrar por las ventanas es suficiente para que no me ahogue, me siento mal y asustada, las cosas en lugar de salirme mal marchan bien, gane la licitación y ahora tengo que construir un hotel, la joya del grupo Villanueva.
Ya ví los planos, la propuesta habla por si sola, es tremendo y hermoso, mandé a hacerle algunos cambios, no eran necesarios pero debo retrasar la construcción, todo tiene que terminar antes de que la obra este concluida o de lo contrario tendré una nueva lavadora de más de mil habitaciones.
Voy de regreso a mi oficina con mi niñera a la espalda, es fiel a su palabra nunca se aleja más de dos metros de mi y el único momento en el que estoy a solas es cuándo voy al baño.
-Te gusta mandar -murmura cuándo cierra la puerta de la oficina, ambos tomamos asiento en el escritorio.
No es que me guste, es lo que se tiene que hacer, si no me queda más que construir ese hotel lo haré lo más legal posible, respetando las normas de impacto ambiental y también la seguridad de los trabajadores. El arquitecto a cargo no está muy feliz con qué retrasé la obra con mis exigencias pero aceptó todo son chistar, lo mismo hacen los demás involucrados. Después de todo es mi grupo el que financia todo y por la naturaleza de este negocio la última palabra siempre la tengo yo, aunque solo sea por miedo a que algo salga mal y Heriberto los mate. Me gustaría que me hicieran caso por puro respeto.
-Cómo a todos, ¿o me vas a negar que quieres algo más que seguirme de aquí para allá? -el Mocho no dice nada, solo me desvía la mirada y no debería, sé que hablar de nuestros intereses es peligroso pero tenemos un asunto de discutir, uno bastante importante- Ya veo, Pedro, ¿cómo está la familia de Ramón?
No sé porque está más molesto, por decir su nombre o por el tema tan sensible que trataremos.
-No debería hablar de él, se meterá en problemas.
Ya lo estoy, sumarle uno más a la lista no hace daño, por lo menos de la misma destructiva que los demás.
-Ya no, muerto el perro se acabó la rabia -aprieta la mandíbula, le dolió-, sin embargo su familia está viva y no tienen la culpa de lo que pasó, así que dime, ¿cómo están?
Lo pregunto porque no tengo el valor de enfrentarme a su madre, ella no sabe del amor que su hijo tuvo por mi, no conoce mucho en realidad pero si sabe que le pertenezco a Heriberto, no me reconocerá como la amiga o patrona de su hijo, solo verá a la ramera que se acuesta con el demonio que mato a Ramón.
-Sus hermanos están bien, van a la escuela y están tan ocupados cuidado de su madre enferma del corazón que no seguirán los pasos de su difunto hermano -lo dice sin mirarme.
Los dos somos el verdugo de Ramón, yo lo mandé al lugar de su muerte y él termino por entregarlo, a pesar de amarlo no movió ni un dedo para salvarlo y quiero saber porque, lo ansió.
Me levanto para abrir la caja fuerte, ahí me dejaron unos cuantos miles de pesos para lo que pudiera surgir, para los sobornos, saco un fajo, allá lo aprovecharán más y servirá para sacarme la duda que traigo atorada en el alma.
-Ocúpate de que reciba la atención que necesite y hazle llegar esto -no toca el dinero, está ofendido.
-Yo me encargo de ellos, y la madre de Ramón no aceptará que venga de ti.
-No les pedirás permiso para dejarlo, hazlo y ya, no se trata de orgullo sino de necesidad.
-Eres igualita a tu padre, siempre con tu caridad desmedida.
Mi padre era un criminal pero era justo, no dejaría a nadie a su suerte y yo no soy como él, solo intento que Ramón descansé en paz.
-No deberías hablar de eso, te meterás en problemas.
Si nos dejaron juntos también fue para ponernos a prueba, nadie confía al cien en los dos.
-¿Crees que no lo sabe todo el mundo?
-Sé que lo saben, que me juzgan y no deberían, menos tú que matas por dinero, que envenenas niños y luego los traes aquí a morir -traga saliva, este reproché llevaba mucho tiempo en mi pecho, ninguno de los dos tiene la conciencia limpia, todos estamos embarrados de la misma porquería y no me va a tratar mal por mi manera de hacer las cosas-. No me mientas y no te voy a mentir, si ayudamos a la familia de Ramón es por remordimiento, porque lo dejamos morir y ensuciamos su memoria al permitir que lo recuerden como un traidor.
-¡Él así lo quiso! -su grito casi me hace retroceder.
-¿De qué mierda hablas? ¿Por qué Ramón iba a querer eso?
-Me pidió que lo entregara, era la única forma para proteger a su familia, sabía que los salvarías y después necesitaba a alguien los protegiera, y a ti también -de su cuello de saca dos escapularios, el suyo y el que pertenecía a nuestro amigo-. Te seguiré a dónde sea porque se lo prometí a mi hermano.
Me voy hasta la ventanas, no puede verme a la cara o se dará cuenta de que siempre lo supe y que ahora lo voy a utilizar, solo que hay un problema. Cuando me lo asignaron pensé que podría obtener toda su lealtad y nunca la voy a tener, lo que este hombre haga será solo por Ramón, no me queda más arriesgarme a que sea suficiente.
No puedo seguir yendo cada semana a Culiacán, se empieza a ver raro y necesito que mi comunicación sea mucho más constante, la única manera es que él me guarde un teléfono, eso tendrá que esperar, por ahora tendrá que tragarse el mismo cuento que los demás, ya pronto se dará por enterado de todo, y para que no diga nada tiene lo suficientemente implicado.
-Entonces eres el hombre indicado -niega confundido-. Necesito confiar en alguien, quiero que vigiles a Irma y Alfonso, estoy segura que uno de ellos me entrego a la policía, te ganarás a dos víboras de enemigos pero piensa en esto: sino estás de mi lado, estás del de ellos y al final, no lo dudes, todo el que les haya ayudado a intentar eliminarme, terminara muerto y... -el teléfono suena, me apresuro a responder para darle tiempo-. Grupo Villanueva, buenas tardes.
-¿Qué paso con los arquitectos? -no me sorprende que no me salude, nunca lo hace.
-Bien, ya solo hay unas pequeñas correcciones que hacer, si todo sale bien a principios del año que viene podremos empezar la obra.
Si me riñe puedo justificarme con una perdida de dinero innecesaria, me imagino que le gustará ahorrarse los bonos de fin de año, el aguinaldo y demás prestaciones de ley.
-Entonces ya tenemos dos motivos para celebrar. Ven pronto a casa.
-Bueno, ya que vamos a celebrar, pasaré por algo especial para la ocasión. -no dice más cuelga, y yo tengo que salir de aquí para llegar relativamente temprano a casa, cuando deje todo listo aquí ya no tendré que hacerme casi seis horas de ida y vuelta, me la he pasado más en la camioneta que en casa. Vuelvo la vista al Mocho, a juzgar por la manera en la que me ve ha tomado una decisión- ¿Cuál es el segundo motivo para celebrar?
-¿Por qué no le preguntaste?
-Quiero ver si me eres útil -si da este paso ya no habrá vuelta atrás.
-Los italianos doblaron el pedido de ketamina y fentanilo, tienen que mandarlo en un mes a más tardar, imagino que ya la llevan de gane o no estaría celebrando.
Entonces es por eso tardo tanto en empezar a buscarme al principio, debió viajar a Reggio Calabria para cerrar el trato y después se ocupó de sacar todo de la zona industrial, no tuvo tiempo de seguir mis pasos. También es por ese negocio que me deja ocuparme sola de esto, apenas debe darse abasto en los laboratorios.
La familia con la que trata en San Luca es importante, si le arruinó el negocito se romperán todas sus conexiones en Europa; era lo que quería aunque no imaginé que cortaría una relación tan larga, nos viene como anillo al dedo, espero que Cristopher y León tengan los suficientes contactos allá por si no logramos impedir el envío.
-Gracias, ve a preparar la camioneta, vamos a Culiacán.
Puedo arriesgarme una vez más, es mi deber.
-Señora Celeste, que gusto tenerla por aquí -me recibe Denisse con una gran sonrisa.
Cómo desearía tener el mismo entusiasmo pero me estoy metiendo con fuerzas mucho mayores que yo, quién sabe a cuánta gente voy a perjudicar. No me quita el sueño el hacerles perder dinero, me preocupa que vengan aquí, no quiero que le hagan daño a mi gente, ni siquiera a Heriberto, lo necesito con vida para que pague todo lo que ha hecho.
-Me imagino cuánto te alegra, tráeme los vestidos de enfrente -le ordeno y ella va más que encantada por ellos.
Después de hacer la finta de los vestidos, de escoger uno para la noche, Denisse se va a cuidar la puerta del probador. Marco el número y no tardan nada en responder, imagino que siempre están esperándome.
-Covarrubias.
-¿Te acordaste de los amigos? -pregunta Soto, casi me alegro de escuchar su voz.
-Últimamente, ¿en dónde está el mandamás? -a él es al que siempre le tengo reportar oficialmente.
-Aquí, ¿qué está pasando? -pregunta, al grano como siempre.
-Tal como lo creí, los europeos han empezado a pedir más drogas de diseño, ketamina y fentanilo, la entrega es en un mes.
Espero que salga bien y con eso me dejen de presionar por lo menos de aquí a Enero, ya entrando a esa etapa tengo que saber que es lo que pasa en los Ángeles para eso ya tengo un plan pero hay que irlo cocinando despacito.
-¿Cuándo consideras prudente mandar el operativo?
-En tres semanas.
Para ese tiempo ya deben estar empaquetando todo, sería desastroso que explotará alguno de los insumos, la mezcla de balas y personas intoxicadas solo produciría una masacre.
-Entonces prepárate, no te irá nada bien cuando desmantelemos esos laboratorios.
Ya me lo imagino, serán días de mucha tensión pero si para ayudarlos tengo que amarrar a Heriberto a mi cama lo haré. No le perdido el asco, sin embargo me las arreglo para que sea tolerable.
-No me va bien ningún día. -trato de no sonar tan afectada, mejor paso al tema que si me ocupa- ¿Cómo está Aarón?
-Bien, quiere hablar contigo, más bien lo está exigiendo, lo malcriaste. -sus palabras me traen un recuerdo a la mente, mi madre decía que lo inquietos y exigentes venía de familia. Después de todo nada se hurta todo se hereda- Deberías marcar ahora que Cristopher esta con la doctora Carrasco.
Eso podía intuirlo, de estar presente ya habría pedido otra audiencia conmigo. Hace rato que se me pasó el coraje, a decir verdad se me pasó a los segundos de colgarle, si estoy irritada con alguien es conmigo misma, no supe afrontar lo que hicimos, debí explicarle porque me fui así. Cuándo lo pienso ahora me doy cuenta de que debió sentir el mismo pánico que cuando su hermana se iba.
-Lo haré, tengan cuidado, por favor. -corto la llamada.
No hay más que decir, por más que quisiera estar presente en ese operativo me es imposible, mi trabajo es alejar lo suficiente a Heriberto de ahí.
Mi dedos trabajan más rápido que mi mente. Me aprendí varios números de memoria, los de Cristopher y León eran indispensables, solo debo llamarlos en caso de una emergencia extrema, está no es una emergencia pero mi maridito está justo en dónde quiero, al lado de lo que más quiero, o eso espero.
La llamada tarda para entrar, eso no me sorprende, en ese lugar la señal es terrible, la primera no me la responde, me pongo de nervios, marcó una vez más y al segundo timbre contesta.
-Angélica, ¿Cómo estás? -responde con una ligera nota de preocupación en voz.
-Bien, pásame a mi hermano, por favor -esta vez no vamos a discutir, creo que ambos hemos resuelto que si tenemos que gritarnos será cara a cara.
Escucho como llama a mi hermano, no debe estar lejos ya que toma el teléfono de inmediato.
-Angélica, ¿en dónde estás? ¿Cuándo vas a venir?
Su voz me devuelve un poco de la vida que habían arrebatado, siento que respiró mejor, estaba tan preocupada que vivía con un nudo constante en el pecho, ahora que se aflojó no voy a tener que fingir ninguna sonrisa.
-No pronto, tengo mucho trabajo -carraspeo para que no note el nudo en mi garganta-. Llame para decirte que te quiero, para pedirte que te portes bien, por favor, haz caso a la doctora Carrasco y a Cristopher.
-Pero diles que no me mientan -replica enojado.
Entiendo lo que pasa con ellos y es mi culpa por no hacerlos ver cómo una figura legítima de autoridad.
Aarón creció solo conmigo, a pesar de que Heriberto y demás personas estaban ahí, el niño solo hacia lo que yo decía, no había más para él. Esa certeza es la que protege nuestros secretos, sabe que su supervivencia depende de lo que pueda esconder y como utilizarlo a futuro. Aún es un niño, no puede escapar solo ni negociar con nadie, lo que más le conviene es seguir adelante, aprender lo suficiente, para eso los necesita a ellos.
-Nunca te han mentido, pídeles una disculpa y quiero escuchar, pon el altavoz-gruñe un poco.
-Perdón -escucho que les dice, deben estar en la oficina porque no escucho ningún ruido más.
-No te preocupes Aarón, te entendemos pero ahora lo has escuchado de tu hermana y no volverá a pasar, ¿verdad? -dice la doctora Carrasco.
-No volverá a pasar, ¿le dirá lo mismo al doctor Medina? -pregunta Aarón.
Escucho un grito ahogado por la impresión no sé si fue mío o de Cristopher, tampoco importa mucho.
-Cristopher, toma el teléfono.
-¿Si? -escucho un abrir y cerrar de puertas, mejor que la conversación sea privada.
-¿Qué demonios fue eso? ¿Qué está pasando?
-Pasa que te busco a través de mi por medio de un investigador privado -eso si jamás lo ví venir-. No te preocupes que no llegará a nada, tampoco lo dejamos a solas con Aarón.
-¿Y por qué estaría solo con Aarón? ¿Qué más está pasando, Cristopher? -el silencio se hace largo, no tiene mucho que pensar solo tiene que decirme la verdad- ¡Dímelo ahora!
-Aarón tuvo una fractura de tobillo, ya está bien por eso no te dije -que considerado me salió-. Te juro que no tiene ni un hueso roto.
-Tú los tendrás si me vuelves a ocultar lo que pase, dímelo aunque luego me muera de angustia -la poca paz que conseguí ya se ha esfumado por completo-. Y respecto a Alan Medina quien no tiene que preocuparse eres tú, yo misma me encargaré de él.
-Angélica, no puedes... -lo interrumpo.
-Solo será una llamada, me aseguraré de que termine ahí.
Haré lo que sea necesario, no importa la manera en lo que ofenda, así es mejor para todos, ¿qué más da que mi corazón se rompa un poco más? Después de todo no pasó nada entre él y yo, la herida sanará rápido.
-No va a terminar, está enamorado de ti.
Hasta parece que la situación le duele, dudo mucho que sean celos.
-No me conoce, no puede amarme, no voy a exponer a mi hermano por lo que sea que él sienta por mi.
Antes de que apareciera en vida tenía un plan, quería algo, lo sigo queriendo y por lo tanto no puedo desviar mi camino, no se lo voy a permitir.
-¿Y lo que sientes tú?
La preocupación en su voz me hace reír, es muy tarde para eso.
-Mis sentimientos no importaron cuándo me case contigo, no veo porque tienen que hacerlo ahora -suspira, no me dice nada más, tampoco es que tenga algún caso-. Pásame a Aarón.
De nuevo las puertas, la voz de la doctora Carrasco está al fondo y luego viene mi hermano.
-Angélica, no tardes, ven por mi, por favor. -suplica al tomar el teléfono.
-Lo haré, tú promete que le vas a echar ganas a la escuela, que aprenderás mucho y que obedecerás a la doctora Carrasco en todo.
Al final Aarón terminara asumiendo su realidad, además la doctora Carrasco sabe lo que hace, no le exigirá nada absurdo.
-Lo prometo.
-Así me gusta, un beso y recuerda que te quiero mucho, nunca lo olvides.
-Yo también te quiero mucho. -le cuelgo antes de no poder separarme del teléfono.
Las manos me tiemblan cuando estoy por marcar el otro número, ese me lo aprendí por accidente, jamás pensé que iba a ocuparlo. Ese no tarda nada en entrar, va igual de rápido de los latidos de mi corazón, me sigue emocionando aunque no quiera, siempre vamos a diferentes ritmos.
-¿Hola? No tengo registrado este número.
Así que me dio su número personal, casi sonrió y luego recuerdo, esto ya no puede ser una llamada amistosa.
-Soy Angélica.
-Angélica -exhalo su nombre.
Me aferró a mi silla, no puedo creer que esto esté pasando, es una sorpresa un tanto violenta pero grata, necesitaba escuchar su voz para que mi corazón latiera con fuerza de nuevo.
-Lamento las circunstancias en las que lo llamo, mi esposo me dijo lo que pasó -por supuesto, era imposible que se lo callara- y por eso me veo en la penosa necesidad de exigirle que deje de meterse en mi vida, no manipule a mi hermano, no moleste a mi marido. Aléjese/1 por su propio bien.
-Pero...
-No, te lo dije, Alan, no existo, no para ti -es una pena que para mí ella sea lo más real de mi vida-. Si es por lo que pasó en esa fiesta perdón, me confundí y a usted también, yo... Yo amo a Cristopher, esa es mi única verdad.
Sin embargo duda al decirlo, le duele, lo siento en su voz, no puede engañarme.
-No te creo, ni siquiera suenas convencida, ¿en dónde estás? ¿por qué dejaste a tu hermano? Dímelo, no importa que sea te puedo ayudar.
-Lo único que puedes hacer por mi es alejarte porque si por tu culpa le pasa algo a Aarón me la vas a pagar muy caro -la amenaza latente en su voz me hace estremecer, esto si se lo creo, y aún así no tengo miedo, cuando se trata de ella algo me da un valor que no creía posible en mi-. Esta es la última advertencia, no sigas adelante, déjame en paz.
Me cuelga y no se cuanto tiempo me quedo mirando el teléfono, tampoco soy consiente de pedir una cita con Joanna o de cuándo conduje hasta el orfanato. Lo único que ocupa mi mente es su voz, el dolor que siente, porque sé que algo le duele y sí, entiendo que no me diga, después de todo Joanna tiene razón no me conoce lo suficiente para confiar en mí, y lo peor en eso es que yo tampoco la conozco. Al ser capaz de reconocer eso debería dejarlo ir, seguir adelante tal y como me lo pidió, pero no soy así.
Al entrar a su oficina le veo sentada mirando por la ventana, observa a sus niños, los adora con el alma, me apena mucho tener que arruinar este pequeño instante de paz que logró conseguir.
-Joanna, vine es porque eres la única persona que me puede ayudar -no me devuelve la mirada, no mueve ni un musculo-. Hablé con Angélica, me pidió los mismo que los demás que la dejará o me iba a arrepentir, ¿de qué demonios hablan? Ayúdame a entender, por favor.
-Alan, solo puedo decirle que no te amenazan a la ligera, te harían daño -está vez si me mira a los ojos.
No es que no les crea, no soy estúpido, si la policía y el despacho Escalante están involucrados es algo grande, no me quiero poner en medio de nadie, ya solo actuó por instinto, no me queda nada más.
-No importa, yo necesito saber.
-Irás adelante no importa lo que diga, ¿verdad? -asiento, ya he llegado demasiado lejos- Me pones en una encrucijada por un lado tú y en el otro mi deber, y si te dejo ir solo, vas a morir y no pretendo cargar con eso en la conciencia.
-Si voy a morir entonces dime porque -es lo más justo-. Te prometo que me mantendré en paz, no molestaré a nadie, esperaré paciente, solo dímelo.
-¿Qué garantía me das?
-No la necesitas, como directora de la fundación puedes hacer que me despidan, acabar con mi carrera, dejarme en la calle.
Sí, tengo mucho perder, y sí, no tengo más que ofrecer, soy un simple médico, ganó un poco más del promedio por el lugar en dónde trabajo y hasta ahí, no cargo con ninguna propiedad, riqueza o apellido, lo único que siempre he tenido es mi perseverancia y algunos contactos que sin duda prefieren tener su amistad que la mía.
-Bien, siéntate -suspira, se pone de pie para poner los seguros de las puertas, desconectar el teléfono, se detiene al lado de la ventana mientras tomo asiento-. Hace unos meses Kate y Fernando Escalante me pidieron un favor, me entrevistaron con una chica que quería asilo para su hermano, me dijo que el niño corría peligro, que aunque le destrozaba el alma tenía que dejarlo para protegerlo de las consecuencias de lo que iba a hacer.
-¿Te refieres a su trabajo? -asiente no muy convencida- ¿Acaso la DEA no tiene un protocolo para estos casos? ¿Por qué se vio obligada a meterlo aquí?
No es lógico y tampoco he podido averiguar mucho, Ernesto, el amigo que me ayudo no pudo entrar a la base de datos, apenas dio con la dirección de Cristopher y después de eso creí que encontraría algo más pero no, esa gente se movió muy rápido para protegerlo. Después de las advertencias que me han hecho decidí que no le moviera más, es ilegal lo que hizo y no quiero que por mi culpa termine en la cárcel.
-Angélica no es agente de la DEA solo colabora con ellos -responde en un tono de irritación que me desconcierta-. En un principio creyó que sería testigo protegido pero las cosas no salieron como esperaba, cuando la detuvieron no sabía que la única manera de destruir a quien le ha hecho daño era desde dentro.
-¿Testigo protegido? Entonces ella es... Se dedica al narcotráfico.
Me siento muy conmocionado, yo de verdad creí que también era agente, tiene todo el tipo, además de las cosas que decía y el como se comportaba.
-No Angélica no es narcotraficante, su primo hermano, Heriberto Félix, el Comando de Sinaloa, si lo es -abro la boca un momento esperando que salga un chillido o algo, no pasa nada, me quedé en blanco, sin aire, ya entiendo las amenazas, el peligro, todo se presenta aterrador-. Siguiendo su pista la encontraron a ella, Cristopher fue quien llevó acabo su detención.
Una carcajada histérica me brota del pecho, el sí es agente, lo puedo asegurar porque lo vi. Con esto que sé su matrimonio parece el argumento de una maldita telenovela.
-¿Y se enamoro de ella en el interrogatorio?
-Ya te explico eso -no veo que tenga que decir, es evidente lo que pasó-. Cómo te habrás dado cuenta Angélica no es ninguna tonta, no fue una detención, en realidad se dejó atrapar, cuando estuvo bien segura empezó a negociar, tenía mucha información, quería entrar al programa de testigos protegidos, no sé qué pasó exactamente pero es de dominio público que Heriberto Félix no deja cabos sueltos, sabían que la iba a buscar en dónde sea y por eso la convencieron encargarse personalmente de este caso. Acepto infiltrarse en la organización, debilitarla hasta el punto de entregar sin las menores consecuencias a Heriberto.
Debe de estar con él en este momento, por eso dejo a su hermano, si llegarán a descubrirla es claro que la matarán, no creo que a esa gente le importe la sangre, ni siquiera le importa a Angélica, pero, ¿y el amor? Aún falta algo aquí que no cuadra.
-Cristopher debió impedir que se arriesgará de esta manera.
No comprendo que la exponga de esta manera y al mismo tiempo grite a los cuatro vientos el supuesto derecho que tiene sobre ella.
-Cristopher se casó con ella para evitar que se llevarán a Aarón al DIF -eso si tiene lógica, un propósito concreto-. Como sabes una persona con un proceso penal y antecedentes de narcotráfico no puede tener la custodia de un menor, se casaron para que él pudiera obtener la custodia del niño. Angélica lo protegió por todos los frentes posibles -no tanto en el emocional, el niño la necesita solo a ella-. Y si bien su matrimonio empezó como un simple acuerdo no se puede asegurar que no se quieran, recuerda que vivieron mucho tiempo juntos.
Tampoco es que se lleven de las mil maravillas, tuve la oportunidad de verlos, si eran muy unidos, siempre iban tomados de las manos y esas cosas, pero también vi como se burlaba de ella, como la besaba sin su total consentimiento y eso para mí es suficiente prueba de que no la quiere.
-Créeme, ya no es posible que me haga más Ilusiones -le entregué todo mi corazón.
-Pero aún las puedes perder -viene a sentarse en el escritorio delante de mi, nunca la había visto tan incómoda-. Las condiciones en las que Angélica regreso son delicadas, participa en la organización, maneja, por decirlo de alguna manera, las finanzas, inversiones, lava dinero y... Ella es... -se detiene, no puede continuar.
-Adelante, por favor, no soporto más.
-Angélica es su mujer, en todos los sentidos que te puedas imaginar.
Retrocedo con todo y silla, por poco me caigo y eso me había convenido más, romperme el cuello para no hacerme más ideas en la mente, no es posible que esté pasando por eso y que los demás estemos aquí tan tranquilos.
-¡Dios! -murmuro tapándome la cara con las manos.
-No, él le dio la espalda a esto hace mucho tiempo, pero sé que tú no lo harás -siento sus manos sobre las mías, las aparta de mi rostro-. Alan, ella está curada de espanto, es fuerte y volverá con bien, solo confía y no dejes que la duda el miedo te coman la cabeza.
-Le está haciendo daño.
Angélica tiene un carácter fuerte, estoy seguro de que no puede disfrutar de algo así.
-Lo sé, a mi también me cuesta asimilarlo pero lo único que tú y yo podemos hacer es esperar y cuidar de Aarón, él es la brújula que la hará regresar.
Cómo siempre tiene razón y lo prometí, aunque quisiera romper el mundo hasta encontrarla prometí esperar.
-Lamento todo lo que moleste.
-No importa -se adelanta a abrazarme- ya no importa.
Dejo que me consuele, ese es el gran poder de Joanna, siempre encuentra la manera de reconfortar a las personas a su alrededor, por eso la ame tanto.
Gracias por seguir leyendo.
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