[⭐] Precipitada declaración.

Bakugo se preguntaba cómo demonios había terminado accediendo.

No tenía respuesta.

Bueno, tal vez sí, y es que era jodidamente débil a los ojos de cachorro que pelos de mierda y el tonto eléctrico ponían cuando querían algo.

Ahora estaba ahí en medio de una incómoda salida al centro comercial con los idiotas de Shiketsu, porque el rubio quería salir con su novio de ojos pequeños pero en la U.A tenían como norma que solo podían salir en grupos de mínimo tres personas.

Debió mantenerse firme y seguir con su sarta de insultos hasta que lo dejarán en paz, ya tuvo suficiente de ellos en el montón de clases extras que tuvo que pasar como para que ahora tenga que verlos de nuevo en su tiempo libre.

—Por la mierda. Me voy de aquí.

—¡No, Bakugo! Debemos volver juntos. —Lo detuvo el pelirrojo sonriendo mientras intentaba convencerlo.

Estaban ahí por su bro Kaminari, haciéndole un favor. No estaban todos juntos porque era una cita entre Shishikura y el rubio, y ellos no pintaban nadita ahí, aunque se mantenían en el mismo centro comercial porque no tenía sentido irse demasiado lejos si de igual forma debían volver al mismo tiempo como el grupo unido que salió de compras que se supone que eran.

Shishikura no era la persona más dulce y amable del mundo, eso a los tres les quedó muy claro desde la primera vez que se enfrentaron, pero algo debía haber hecho el rubio, para que uno de sus rayos llegará hasta su corazón, cautivando por completo al mayor que aunque fuera un poco hosco, sin tacto, y prepotente, se notaba que quería un montón al pequeño chico del rayo ya que incluso había invitado a sus amigos para que les hicieran compañía a ellos y no se sintieran tanto como los floreros en la cita.

Bakugo seguía sintiéndose como el maldito florero en la cita, y quería irse a dormir, a leer, entrenar o hacer cualquier mierda con tal de salir de ese lugar, hace rato que la ilusionista se fue por ahí a comprar una bebida o que el baño se la tragara porque ya llevaba más de media hora y aún no había vuelto, de seguro algo interesante encontró por ahí y estaba mejor que él, caminando totalmente aburrido, oyendo sin escuchar realmente al pelos de mierda y el calvo de los vientos hablar o más bien gritar entre sí con demasiada emoción.

—¡Y es que Crimsot Riot es tan masculino!

—¡Tienes razón! ¡Es un héroe muy bueno! —Bakugo rodó los ojos, no sonaba muy real su emoción pero se apreciaba el esfuerzo del mastodonte excesivamente alto para con su amigo, que apenas venía conociendo hace prácticamente nada de tiempo.

—Voy al baño, y más les vale pedazos de idiotas que dejen de seguirme por cinco minutos de su jodida existencia. —dijo, caminando a paso lento, ni ganas tenía de nada solo se lavaría las manos y la cara con agua fría para quitarse la molestia de aquellas voces gritonas tan cercanas.

El pelirrojo vió a su amigo alejarse con las manos en los bolsillos, y los hombros ligeramente encorvados, se giró para observar al chico alto de Shiketsu mirar también en dirección al rubio con una sonrisa boba. Kirishima sabía que no era un genio, pero tampoco era tan tonto como para no notar lo obvio, así que intentó verse rudo.

—¿Y? ¿Qué pretendes con Bakugo? —Eijirō se imaginó dándose una palmadita en la espalda, se consideraba un gran mejor amigo al preocuparse así.

No conocía tanto a los de Shiketsu como Katsuki, Todoroki o Kaminari, su interacción con ellos inició y se limitó a la prueba de licencia de héroe, nada más, suponía que no eran malos chicos porque de cierta forma congeniaban entre sí, y algo le deben agradar al cenizo porque de otra forma no habría aceptado nunca ir con ellos, y por esa razón tenían a Sero como siguiente opción.

—¿Yo? Nada. —La voz de Inasa sonó nerviosa y con dudas, como si no se creyera a sí mismo al hablar, de nuevo, Kirishima no era tan idiota.

—Ajá. ¿Y por qué lo miras igual que como Shishikura mira a mi bro?

—¿Cómo es eso?

—Como si fueran el último pez en el mar. —Bueno, esa era una comparación muy tonta y mal juego de palabras con la frase cliché de “hay más peces en el mar” pero parecía haber dado en clavo porque el pelinegro se sonrojó. Y a Eijiro le pareció algo divertido como se veía.

—No es cierto. —murmuró, intentando negarlo una vez más. El pelirrojo estaba empezando a creer que estaba equivocado, aún cuando sus reacciones le dejaban en claro que iba por el camino correcto, pero suponiendo y tomado en cuenta la actitud que le había visto tener suponía que este gritaría sus sentimientos sin temor y no los negaría como si no hubiera un mañana.

¿Había actuado tan rudo?

Ahora se sentía culpable.

—No me malinterpretes, hombre. No tengo nada en contra de eso. Mas bien, ¡Me alegra! Es bueno saber que hay más personas que ven lo genial que es mi Bakubro, puede que sea bastante grosero y un tanto agresivo pero ¡Es una buena persona, que siempre está dispuesto a ayudar! Bueno, tal vez no siempre, pero ayuda a quien lo necesite. ¡Es muy masculino!

—Bakugo es genial. —comentó bajito, tan bajito que apenas Kirishima lo pudo escuchar y en un tono de voz que no parecía para nada al que había usado antes.

Inasa se había sentado en una de esas sillones decorados en medio del pasillo para que las personas se sentarán a descansar y demás. Eijiro tomó asiento junto a él, aunque era tan alto y corpulento que el sillón que debía recibir a cuatro personas delgadas, apenas le dejaba espacio para él, sin que terminaran tan pegados uno con el otro. El pelinegro reposo su barbilla en una de sus manos, y el codo de esta a su vez se encontraba apoyada en su rodilla, el pelirrojo se cruzó de brazos mirándolo con una ceja alzada, preparándose para consolarlo o algo por el estilo.

—¿Qué sucede, hombre? ¿Te avergüenzan tus sentimientos? ¿No estás seguros de ellos? ¿O simplemente no quieres hablar conmigo? Puedo dejarlo pasar si ese es el caso, no te preocupes haré como si aquí no pasó nada.

—Eres muy amable, pero no es el problema. —contestó, su voz seguía sonando baja, aunque comenzaba a recobrar su firmeza habitual. Era bastante extraño para el pelirrojo, la voz fuerte y a la vez baja del chico gritón. —Es que simplemente no tengo una oportunidad.

—¿Por qué lo dices? ¡Tienes que tener más confianza! ¡No puedes rendirte sin intentar antes!

—¿Crees que tengo una oportunidad? —preguntó recobrando el ánimo un poco.

—Pues... No sé, no tengo idea de los gustos de mi Bakubro. —respondió sin pensar demasiado, viendo la tristeza recobrar fuerzas en el rostro del contrario. —¡Hey! Pero las esperanzas no están del todo muertas, si de una cosa estoy seguro es que Bakugo odia a los perdedores y a quienes se rinden sin luchar. ¡Y tú no serás uno de esos! ¿Cierto?

—¡Cierto! —Yoarashi se levantó con los ánimos renovados, y Kirishima salto enseguida a su lado con una sonrisa de dientes afilados.

A lo lejos Eijiro pudo ver la silueta de cabello crispado y cenizo de su amigo acercarse, aunque antes de hacer cualquier cosa para llamar su atención el chico alto junto a él caminó a paso veloz hasta plantarse frente a Katsuki, haciendo una perfecta inclinación hasta que su cabeza tocó el suelo.

—¡Bakugo, hazme el honor de salir conmigo! ¡Por favor!

Kirishima abrió la boca sorprendido, recapitulando todo lo que le había dicho a Inasa, y aún así no encontró cuál de todas sus palabras lo alentó a hacer esa declaración tan precipitada.

Kaminari que venía caminando feliz colgado del brazo de su pareja, vió y escuchó totalmente sorprendido lo que sucedió, riéndose al ver la cara sonrojada de Bakugo ante semejante declaración. Shishikura se golpeó la frente con su palma, era obvio lo que su kohai sentía por el rubio de las explosiones así que la verdad había tenido demasiadas esperanzas de que Inasa no cometiera un estupidez al estar tanto tiempo junto a él.

Camie la verdad no tenía idea de lo que estaba pasando pero disfrutaba del espectáculo mientras tomaba de su gaseosa.

Aunque todos los anteriores corrieron enseguida al escuchar unas explosiones provenir de esa dirección.

Y Bakugo estaba seguro de que iba a asesinar a ese bastardo por hacer semejante declaración en público.

[⭐]

Kyle, si no me equivoco creo que me pediste un InaBaku, como en ¿Diciembre? Pero lo había olvidado, de pronto encontré la idea en mi cuaderno y aquí está.

Aunque no sé manejar para nada a Inasa, se hace lo que se puede efusivo y enamorado.

Espero te guste.

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